En Nairobi y Mombasa muchos comerciantes a comisión buscan desesperadamente wazungu (blancos) a los que venderles safaris. Es muy recomendable visitar varias compañías antes de escoger el tipo de safari deseado ya que, aparte del precio, puede influir la calidad del servicio. Algunas no organizan safaris sino que son meros agentes de terceras, otras como “Come to África” reducen costes mediante vehículos destartalados, y otras como “Savuka Tours” derivan los clientes a peores compañías en caso de no llenar el vehículo. Los safaris, que en swahili significa viaje, son de dos tipos en cuanto a alojamiento, en camping o de tipo lodges o tiendas de lujo con comodidades comparables a hoteles de alto standing. Los safaris organizados en vehículos suelen efectuarse en minibuses o furgonetas de entre seis y ocho plazas con el techo semi-descubierto. Si el dinero no es problema podemos realizar románticos safaris en camello, en globo, en avioneta, en moto o alquilar nuestro propio vehículo. Normalmente tras la boda la mujer queda embarazada para tener descendencia, aunque también puede darse el caso de que el nacimiento tenga lugar antes de la boda. Cuando una mujer masai queda embarazada, las relaciones sexuales quedan prohibidas hasta que el niño pueda andar. Da a luz en su propia cabaña, a la que el marido no podrá entrar hasta transcurridos 10 días después del parto. Tampoco le está permitido comer en casa hasta que su hijo haya dado los primeros pasos. Si comparece un anciano bendecirá al niño escupiendo en su cabeza o pecho. Después del nacimiento se celebra una fiesta en la que se sacrifican dos bueyes. La mujer es considerada un bien personal del hombre hasta el punto que es ofrecida en señal de hospitalidad pudiendo ser poseída por cualquier amigo guerrero del marido que esté de paso por el poblado. Una de las características del aspecto físico de las mujeres es que llevan la cabeza rapada.