Cebras en Masai Mara y Ñus. Son como las buenas parejas, se necesitan. Seguramente también se quieren, no en vano comparten los momentos más difíciles de la vida, la presencia del otro puede servir para salvar la vida propia y encima no discuten. Ñus y cebras son como marido y mujer. O más. Comparten hogar, en plena sabana africana, especialmente abundantes en las praderas del ecosistema del Serengeti. Pasan juntos buena parte del año comiendo en el mismo plato, los pastos frescos, e incluso se bañan juntos. Y precisamente ahí, en el baño, es donde se estrecha este lazo matrimonial sin parangón. Cebras y ñus suponen juntos el 90% de los animales que forman la Gran Manada, que es como se conoce a los diferentes grupos de herbívoros que cada año protagonizan la Gran Migración. Estos grupos están formados fundamentalmente por ñus, cebras y un tercero en discordia en el matrimonio: las gacelas (Thomson y Grant, fundamentalmente). En total casi 3 millones de herbívoros: 2 millones de ñus, 700 mil cebras y medio millón de gacelas son los autores de la mayor migración animal -en cuanto a mamíferos se refiere- entre Serengeti y Masai Mara en Tanzania y Kenia respectivamente.  Las clases sociales en la sociedad masai tienen relación con la edad, en lugar de con la posición social establecida. Una primera clase es la de los niños, establecida entre su nacimiento y los quince años de edad. En esta etapa los niños viven una infancia despreocupada en la que van aprendiendo a cuidar del ganado. La segunda clase o etapa abarca desde los quince años hasta cumplir los treinta y la forman los guerreros. La tercera clase corresponde al período en el que se deja de ser guerrero hasta la muerte, y constituye la clase de los ancianos. Los intervalos entre las clases sociales se establecen en ciclos de 7 años y medio.