Un recolector muestra como se recolecta el café grano a grano en la Hacienda cafetera San Alberto. (Buenavista, Quindío). Para asegurar la calidad, los esfuerzos de los cafeteros colombianos no terminan en su territorio. A través del Programa 100% Colombiano empresas tostadoras de todos los continentes compran su café verde colombiano y lo venden bajo sus marcas 100% colombiano a consumidores en todo el mundo. A cada una de estas marcas se le hace un seguimiento de calidad en laboratorios de calidad, en diferentes continentes, para asegurar que el producto es consistente con los estándares de calidad requeridos y que cumple con las regulaciones de garantía de origen para el café tostado y empacado por terceros. El Café Colombiano también puede llegar a su taza en una cafetería o restaurante que compre o utilice café tostado colombiano. Los cafeteros de Colombia, buscando generar mayor conocimiento sobre su esfuerzo y su origen, también han desarrollado sus tiendas de café Juan Valdez con el fin de promocionar su producto y llevar al consumidor un mensaje amable asociado con su esfuerzo, respeto y dedicación por la bebida. Se puede decir que antes de la exportación, un lote de café colombiano se va a verificar en varios puntos en donde se analiza y evalúa su calidad, desde la finca hasta el puerto de exportación. Adicionalmente, a través de compañías especializadas de muestreo y laboratorios contratados para tal efecto, se realizan análisis en todos los continentes de marcas de café colombiano procesadas y distribuidas por terceros en todos los continentes. Anualmente se realizan alrededor de 1,200 análisis de calidad al año de este tipo. Colombia se ha convertido en un referente mundial en términos de café por su obsesión por construir un sistema de aseguramiento de la calidad para su producto que va desde la semilla del árbol, asociada con el trabajo de Cenicafé, hasta la taza de café 100% Colombiano, que llega a millones de consumidores en todo el mundo.