Una de las principales características que siempre definieron los perfiles culturalesde los masais, diferenciándoles de las otras culturas de la región, ha sido su profundo desprecio por la agricultura, considerándola una actividad indigna e impura para una aristocracia ganadera como lo son ellos, rechazando también radicalmente los productos de la tierra cultivados como fuente alimenticia. Los masais viven desde siempre arraigados exclusivamente a su ganado, llegando a establecer con él una relación afectiva en la que el hombre puede llegar a sentir mayor cariño por sus bueyes que por su mujer. Es un dato significativo que en el idioma Maa hombres y bueyes se designan de la misma manera. Por lo tanto el ganado es para ellos, una manera unificada, el símbolo más representativo de riqueza y poder. Cuando los masais entraban en relación con otras culturas del entorno geográfico y conocían sus formas de vida los consideraban inferiores, llegando a la convicción absoluta de que ellos constituían una raza superior. Las mujeres masái son las encargadas de construir las cabañas donde viven. Un poblado se compone de varias de estas cabañas dispuestas en forma de círculo y protegidas por una valla. En el medio del círculo dormirán los animales. Las casas están hechas de ramas entrelazadas, hierba y excremento de vaca para el revestimiento. Tienen forma cilíndrica, baja altura y tamaño reducido, si bien dentro pueden dormir varias familias. Sin apenas ventilación, se cocina dentro de ellas.