En el noroeste de la isla se encuentra el Café Diana, el mejor lugar donde ver las magnificas puestas de sol mientras se saborea un cóctel o un sabroso pancake de coco. Gili Meno. Un camino de piedra blanca, bordeado de antorchas de palma, conecta los bungalows y la zona de chill-out de Tao Kombo. Banderolas triangulares se mecen sobre largas cañas de bambú. Máscaras melanesias y la figura de un hombre de madera, arrodillado agarrándose un brazo con el otro, adornan el camino. Ese hombre parece explorar con detalle una maceta con un pequeño tronco del que salen hojas verde y una flor roja que culmina un pequeño bonsái tropical. Mira hacia el bar y la recepción, una casa de adobe guarnecida con un colchón de hoja de palma seca. Un ánfora negra con dibujos en blanco, un farol de gas y una gran maceta de la que brotan flores rosas. Todo es silencio y pájaros a media tarde, hora de la siesta para los huéspedes.