CAN TUNIS BARCELONA DRUGS El suelo está lleno de suciedad, escombros y jeringuillas llenas de sangre, solamente se limpia un dia antes de que llegue TV3. Hay también rusas bellísimas, de un rubio color princesa de cuento de hadas con la mirada lánguida, y verdadera carne de presidio, con tatuajes hasta en las cejas y las venas acuchilladas como por navajas, no en vano algunos llegan a pincharse hasta sesenta veces al día, esta parece ser la plusmarca, el récord actualmente establecido. Son verdaderos espectros, casi fantasmas, recuerdan las imágenes de Semana Santa, con sus semblantes acerados, las carnes anacaradas, los hilos de sangre de los que pende la aguja, víctimas de crisis psicóticas, rascándose sin parar, o rebuscando entre los dedos.  	No en vano esto es Can Tunis, el supermercado europeo de la droga, el lugar del continente donde se pude adquirir más barata. Es la meca, el epicentro, el paraíso. Está situado estratégicamente al lado del puerto y cerca del aeropuerto, y bien comunicado con la ciudad, y encima hay que entrar y salir por el mismo lugar, una ratonera. Llegan de todas partes, incluso algunos vienen a Can Tunis a pasar las vacaciones. Esta chica italiana, con la mochila acuestas, como si fuera de camping, se acerca a pedirnos una aspirina y Eugenia le explica que es por efecto de la cocaína. “No  he tomado nada, acabo de llegar”, afirma enfadada mientras se larga.