Los fieles giran alrededor del Palacio de Potala o de Jokhang recitando sus oraciones y girando sus molinos, algunos van haciendo un auténtico ejercicio ya que rezan en pié y de repente ponen sus manos sobre la cabeza y se tiran al suelo todo lo largos que son. Otros se dedican a pedir limosna y tirarse al suelo continuamente para rezar a favor de cualquier persona que quiera darles alguna propina.