Los invitados de una boda, perfectamente vestidos para la ocasión, en la iglesia moderna de St Mary  of Zion de Axum. En la iglesia de Santa María de Sion de Axum, se encuentra un artefacto que, de confirmarse su autenticidad, añadiría muchísima miga a las leyendas etíopes. Por desgracia, sólo una persona viva ha visto este artefacto. El Arca de la Alianza está, según los cristianos etíopes, encerrada bajo llave en esta iglesia y sólo el guardián oficial puede entrar [los no-sacerdotes-ortodoxos-etíopes ni siquiera nos podemos acercar a cinco metros de la verja que rodea el templo]. No hay duda de la importancia que la leyenda del Arca juega en la Cristiandad etíope y pocas personas se atreverían a cuestionarla. Pero, superficialmente al menos, su presencia en Axum parece más bien poco probable. Para aquellos poco familiarizados con el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza fue construida por los niños de Israel para guardar las Tablas de la Ley que dios le dio a Moisés en el monte Sinaí. Según la Biblia, dios le dio a Moisés instrucciones precisas de su diseño y ornamentación. Estaba dotada de poderes mortales, especialmente útiles durante las batallas. Después de que los judíos se asentaran en Jerusalén, el Arca fue emplazada en un templo contruido por [el rey] Salomón en el siglo X antes de Cristo, donde permaneció hasta que el templo fue destruido por los babilonios en el 587 a.C. En el tiempo que estuvo en Jerusalén, el Arca fue el objeto más preciado de la fe judía, la personificación virtual de dios, y en muchos pasajes bíblicos se refieren a ella simplemente como Jehová. Después de la destrucción del templo de Salomón, desapareció. A pesar de los muchos intentos por recuperarla durante los siglos subsiguientes, nunca fue hallada.