Un sacerdote en la puerta de la iglesia Debre Berhan Selassie. Cuenta la leyenda que, cuando a finales del siglo XIX los derviches sudaneses intentaron destruir esta iglesia, un enjambre de abejas los echó del lugar, persiguiéndoles enfurecidas, hasta que los derviches no tuvieron más remedio que desistir de su intento. Debre Berhan Selassie es una iglesia íntima atiborrada de arte etíope. Vidas de santos, mártires y tradición popular se disputan las paredes mientras que decenas de querubines alados devuelven la mirada al visitante desde el techo.