NORTE DE ETIOPIA LOW COST ASÍ ÉS EL NORTE DE ETIOPIA  

Etiopía tiene una larga historia que llega a los comienzos de la humanidad y tiene más sitios históricos y arquitectónicos que cualquier otro país del África subsahariana. Los restos de algunas de las grandes civilizaciones del pasado se pueden encontrar en ciudades como Gondar, Axum o Harar. Las increíbles ciudades medievales de Lalibela han sido talladas directamente sobre las rocas y son obras de arte de la antigua arquitectura etiópica, donde aún se hacen ceremonias de la iglesia etiópica ortodoxa

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Links interesantes sobre turismo de Etiopia

Tour Ethiopia - Ethiopian Tourism Net
http://tour.ethiopiaonline.net/

Experience Ethiopia Travel
http://www.telecom.net.et/~eet/

Etiopia Contrastes - (1997)
http://www.abaforum.es/users/1078/ethiopia/index.htm

Mungo Park Tekeze River Expedition - (1996)
http://www.mungopark.com/container.asp?issue=199609&sec=contents

Ethiopia – Africa's Enigma
http://members.aol.com/jamjamdave/wanderers3.html

Rene Van Dam's Travelogue
http://www.xs4all.nl/~renevd/index.html

P. Gordon Travel Journal
http://www.pgordon.com/ethiopia/eindex.html

Far Horizons
http://www.farhorizon.com/other/ethiopia.htm

Lonely Planet Travelers Message Board - Africa
http://www.lonelyplanet.com/thorntree/afr/topics.htm

Jos Spaansons Travel Essay
http://www.traveloco.com/features/ethiopia/

OMO River - 300 Miles of African Adventure (SOBEK)
http://www.travelon.com/Files/adv_country/trips/trip_87.htm

Chris Kind Safari Consultants
http://www.digigate.net/safari/ethiopi.htm

Unusual Destinations Tour
http://www.southern-africa.com/ethiopia/index.html

Infohub Tours to Ethiopia
http://www.infohub.com/TRAVEL/SIT/sit_pages/Ethiopia.html

National Travel - OMO Valley
http://www.nationaltravel.com/ethiopia.htm

African Safari in Ethiopia
http://www.tcsn.net/africansafari/

Canis Simiensis - Ethiopian Wolf
http://www.oit.itd.umich.edu/bio/doc.cgi/Chordata
/Mammalia/Carnivora/Canidae/Canis_simensis.ftl

African Wildlife Organization - Search "Ethiopia"
http://www.africanwildlife.org/

African Safari in Ethiopia
http://www.tcsn.net/africansafari/

Ethiopian Black-Maned Lions
http://pages.prodigy.com/cats/barbary.htm

Note on the Crocodiles in Lake Chamo
http://www.flmnh.ufl.edu/natsci/herpetology/
newsletter/news151a.htm#Ethiopia

Ethiopian Wildlife and Natural History Society
http://www.uel.ac.uk/pers/D.P.Humber/ewnhs.htm

Ethiopian Privatization Agency
http://www.telecom.net.et/~epa/

The Maple Companies, Limited
http://themaplecompanies.com/mapleethiopia.htm

US Embassy -Addis Abeba; Commercial Section
http://www.telecom.net.et/~usis-eth/wwwhecon.htm

MARKGET INTERNATIONAL Basketware from Ethiopia
http://www.intracen.org/virtexib/ethiopia/ethiop1.htm

Jomo Design: Specializes in Contemporary African/Ethiopian Furniture, drawing, painting, 2D & 3D graphic design for print and the internet.
http://www.kcdata.com/~jomodzn/

Genuine Leather Craft Pvt Ltd Co.
http://www.genuineleathercraft.com/

EthioMall
http://www.ethiomall.com/

Ethiopian Internet White Pages
http://comet.columbia.edu/ESS/directory

Computer Store in Ethiopia - PC House
http://192.41.9.120/ethiopia/

Merkato USA
http://www.merkatousa.com/

Saba Dimensional Stone - Marble Processing
http://www.webworldinc.com/nwnm/saba/index.html-ssi

Dasol Trading Company
http://www.dasol.com/ETHCOMR/ethcomr.html

Alem Technology - Surveying
http://ourworld.compuserve.com/homepages/AlemTechnology/

Ethiopian Telecommunications Corporation
http://www.telecom.net.et/

Ethiopian Airlines
http://www.flyethiopian.com/

TransComm Technologies
http://www.tctel.net/

Ethiopian Investment - SlideShow
http://www.ethiopia.net/

Addis Abeba - Online Business Directory
http://www.addisababacc.com/

GeezFont
http://www.geezfont.com/

OromoSoft - Software
http://www.oromosoft.com/

Ethionet and Nathan Graphics
http://www.ethionet.com/

EthSoft - Educational Software
http://members.aol.com/ethiosoft/ethsoft.htm

Mekwor Plaza Building- Addis Abeba
http://www-scf.usc.edu/~mekuria/

US Embassy in Eritrea; Commerce Section
http://www.usia.gov/regional/posts/posts.htm#AF

La Ciudad de Addis Abeba Sus fundadores la llamaron "nueva flor" (Addis Abeba) después de ver una nueva flor en el lugar en que surgía un manantial de agua caliente. Está fue la razón principal para que el rey Menelik y su reina consorte Taitu bajaran de las colinas Entoto en 1886 al valle.
Addis Abeba es realmente nueva y bastante joven con sólo 110 años de antigüedad. Sin embargo es heredera del legado de las capitales del país como Yeha (500 años antes de Cristo), del esplendor y grandeza de Axum que perduró casi 1000 años, Gondar (cerca de 200 años), y las más recientes y transitorias como Ankober, Debra Tabor y Addis Zemen.
Addis es una gran metrópoli esparcida por un área de 21.000 Km cuadrados y tiene una población estimada de 2,2 millones de personas (1996).
Con una altitud que va desde 2200 a 2500 metros, es la tercera capital en altura del mundo. Estando en los trópicos, le proporciona un clima con una primavera casi permanente. También ha sido llamada "la ciudad en el bosque" por su extenso verdor, especialmente por el omnipresente Eucaliptus. Uno de los recuerdos inolvidables de los visitantes de la ciudad es su característico olor de la madera del Eucaliptus quemándose por todos lados, principalmente en la mañana y a primeras horas de la tarde.
Addis es también el centro de la vida nacional del tercer país más populoso de África. Es la sede de las principales instituciones panafricanas como la Organización de la Unidad Africana, la Comisión Económica de las Naciones Unidas para África y el Instituto Internacional de Investigación Ganadera, haciendo a Addis Abeba la capital diplomática de África.
Situada a 4º de longitud este y 18º de latitud norte, la ciudad tiene una pluviosidad anual media de 1153 mm. y una temperatura media de 15º C.
El Museo Nacional
El Museo Nacional es el hogar de Lucy (Dinqnesh), probablemente el esqueleto más famoso de un homínido del mundo.
Hallado en 1974 en Hadar en las riberas del Awash , se le denominó Australopithecus Afariensis, tiene con más de tres millones de años, el homínido más antiguo encontrado hasta la fecha. El museo también posee una interesante colección de arqueología y de artefactos de la historia de Etiopía, así como objetos de arte y cultura.
Museo Etnográfico
Situado en y dirigido por el Instituto de Estudios Etíopes de la Universidad de Addis Abeba, es el primer y único museo etnológico del país, en el que se muestra el entorno físico y artesanía tradicional de los principales grupos étnicos, (incluyendo trajes, utensilios del hogar, artículos agrícolas, de caza, militares, instrumentos de música y manuscritos e iconos tanto cristianos como musulmanes). El edificio fue palacio del Emperador Haile Selassie, y ofrece la única posibilidad de ver como vivía la realeza etíope (excepto, tal vez la visita al modesto palacio regional de Bahar Dar). Las otras secciones del antiguo palacio se usan actualmente como oficinas y como biblioteca de la Universidad y del Instituto de Estudios Etíopes. Sin embargo, las habitaciones privadas del rey y de la reina se han conservado y son parte del museo.

Lalibela en el día del entusiasmo

La escena es bíblica. Los rostros, el ropaje, los rezos, los cánticos, el fervor, el entorno grandioso de montañas peladas: uno se siente proyectado en medio del Antiguo Testamento. Los fieles, por millares, están esparcidos por todas partes, algunos sentados, otros de rodillas, otros tumbados. Casi todos, ellos como ellas, llevan un gran manto blanco que cubre por completo sus cuerpos escuálidos. Los hay que rezan, los hay que cantan y dan palmas, los hay que conversan en voz baja. Algunos vinieron en familia, con los niños correteando, otros en pareja, otros en grupos de amigos. Forman unos círculos concéntricos en torno a la carpa blanca que alberga lo más preciado, lo que vinieron a venerar: los tabot. Es decir, los cofres que encierran una copia de la sagrada Arca de la Alianza. Hechos de mármol, de alabastro o de madera de acacia, equivalen al tabernáculo de las iglesias católicas. Por la mañana, unas procesiones los han traído con gran pompa hasta aquí desde los diferentes templos de la ciudad. Y ahora, durante una larga noche de vigilia, toca venerarlos. Un vistazo furtivo al interior (una curiosidad excesiva provoca murmullos de desaprobación) permite divisar, debajo de la lona, los diferentes cofres, todos cubiertos herméticamente de telas adornadas de ricos bordados: y es que un tabot jamás puede ser visto por los ojos de los mortales.
En otra carpa, unos sacerdotes de pie en círculo cantan, acompañados de tambores y címbalos, una melopeya que parece no tener fin. A cada escalón de la jerarquía eclesiástica corresponde un vestido distinto: los hay con un manto blanco subrayado por bordados de un rojo intenso, con vistosas capas negras, con casullas de múltiples colores ricamente ornamentadas, con vistosos turbantes blancos, con tiaras espectaculares que casi parecen cascos de gladiadores. Varios llevan un cetro en el que se apoyan para aliviar esta larga vigilia. El ambiente es místico, intenso en medio de la suavidad penetrante de las voces. El canto acaba envolviendo al visitante, embriagándole.
Tras una noche de fervor empieza, de madrugada, la parte central de la ceremonia. Los sacerdotes, blandiendo unas grandes cruces griegas, se acercan con mucha ceremonia a una piscina cercana en forma de cruz. Le dan lentamente la vuelta, antes de bendecir el agua con un hisopo, en medio de los cánticos y entre olores de incienso. Y he aquí que el ambiente cambia de repente. Tras el letargo tranquilo, apacible de una noche de oraciones, tras estas horas de recogimiento, todos parecen agitarse al mismo tiempo. Se trata de ungirse como sea con esta agua ahora bendita. Todos se atropellan para llegar a la piscina sagrada, un bidón o una cantimplora en la mano para echarse el preciado líquido encima de la cabeza. Hasta que unos ayudantes vestidos con un chubasquero de un verde intenso cojan unas mangueras y empiecen a rociar generosamente a los fieles. Chicos o chicas, jóvenes o ancianos, se empujan para colocarse en el trayecto del agua. Los regadores parecen pasarlo en grande, tanto como estos grupos de jóvenes ya empapadas que corren detrás del flujo de agua para mojarse todavía más.
Estamos en Lalibela, en el corazón de las montañas etíopes, a 2.600 metros de altura: lugar famoso por sus iglesias rupestres y considerado como sagrado por todos los etíopes (la mayor parte de sus habitantes tienen algún pariente vinculado al clero). Y sitio ideal, por tanto, para contemplar, o más bien vivir intensamente, el timkat, la ceremonia religiosa más importante del año para la Iglesia ortodoxa del país, que celebra, a finales de enero, la Epifanía local.

 

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Africa Hall
Construido y donado por el gobierno de Etiopía, aquí es donde se fundó la Organización de para Unidad Africana en 1963. Es ahora la sede de una de las seis comisiones regionales de las Naciones Unidas establecida en 1958. En el vestíbulo del antiguo salón de conferencias
(la comisión dispone de uno nuevo considerado uno de los más modernos del mundo), hay un gran vitral realizado por el maestro más reputado de Etiopía, Afewerk Tekle.
Catedral de la Trinidad
Aunque parece que en el país hay una iglesia en cada esquina, casi todas las iglesias ortodoxas etíopes tiene algo de interés y por ello su visita merece la pena. Por alguna razón, en estas iglesias siempre se esta celebrando algún acto y sus cultos y rituales son muy diferentes a los de otras iglesias cristianas. Todas tienen interesantes leyendas e historias ligadas a su fundación y poseen sorprendentes reliquias, murales, iconos y antiguos libros en pergamino.
Arquitecturalmente, son rectangulares o redondas. Las más antiguas son de forma basilical. También algunas de las más modernas edificadas en las mayores áreas urbanas.
La Trinidad es el ejemplo más decorado de las catedrales modernas. Construida en 1941, fue dedicada y permanece como lugar de reposo final de los héroes de la nación y de los más distinguidos funcionarios. Las pinturas del techo están realizadas por uno delos más importantes artistas vivos del país, Ale Felege Selam.
Merkato, Anwar Mesgid
Los mercados son de particular interés en Etiopía al ser el mejor escaparate de todo lo disponible en el área y lugar de encuentro de las diferentes gentes. Hay mercados cubiertos y al aire libre por todo el país, generalmente en el centro de las ciudades. Bati, Indibir, Kofele, Shashemene, Senbete son algunos de los mayores y más interesantes. Sin embargo, ninguno llega al gran mercado de Addis Abeba.
Tratar de transmitir la sensación que causa Merkato es como intentar retratar un océano con un vaso de agua. Es una concentración de todo lo que es etíope con todo lo del resto del mundo mezclado en una cacofonía de colores y de objetos sin fin.
Merkato no es sólo el centro comercial de Addis Abeba; es el motor del desarrollo comercial del país, y su unión con todas las industrias y negocios del mundo. Se dice que el 60% del dinero en circulación del país se encuentra en cualquier momento en Merkato.
Sin rival en toda Africa, Merkato es uno de los mercados al aire libre más grandes del mundo. Aunque opera todos los días, el sábado por la mañana es el momento de mayor actividad, atrayendo alrededor de 50000 compradores y vendedores, tanto de la ciudad como de los alrededores. Cuando se trata de compras, se dice que no hay nada en el mundo que no se pueda encontrar allí. El regateo es la regla general.
Anwar Mesgid
Uno de los monumentos más característicos de Merkato es la gran mezquita de la ciudad. Fue construida por Haile Selassie como un gesto de su ecuanimidad hacia las dos religiones principales.

La extensa cordillera de Entoto, al norte de la ciudad, fue el emplazamiento original de la capital de Menelik antes de que se trasladara a la actual Addis Abeba. Todo lo que queda hoy día son algunas ruinas y dos iglesias: Entoto Mariam donde Menelik fue coronado en 1882, y la inusual de dos plantas Entoto Raguel (Elias) que presenta reminiscencias de estructuras tradicionales chinas. Hay un museo en Entoto Mariam que se abrió en el 100 aniversario de Addis Abeba en 1986. Contiene interesantes exhibiciones, incluyendo artefactos y vestidos que pertenecieron a Menelik y la reina Taitu. La ascensión, a través de un bosque de Eucalyptus, a la cima del monte Entoto, es un interesante paseo sobre todo al atardecer por sus magníficas vistas de Addis Abeba. En seguida
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Lucy
El Museo Arqueológico Nacional de Etiopía, en la capital de este país (sede, por cierto, de la OUA (Unión Africana), alberga el esqueleto de Lucy, esta antepasada de 3,5 millones de años, el esqueleto del homínido que caminaba erguido, hasta hace muy poco el más antiguo del mundo... El siguiente "más antiguo", aunque no tengo claro que haya sido del todo ratificado, se encontró a tan sólo 60 km del lugar donde se halló Lucy, así que todo sigue quedando "en casa" :-). Lucy fue descubierta en 1974, y tiene este nombre porque sus descubridores, Donald Johanson, Tom Gray Johanson y otros antropólogos, justo en el momento en que encontraron este fantástico esqueleto, estaban escuchando la canción de los Beatles "Lucy in the sky with Diamonds". Los etíopes la llaman Denkenesh, que en lengua amariña significa "eres maravillosa". Este museo me gustó, no sólo por hallarnos ante... ¿el original o la copia? de este fabuloso descubrimiento que en su día confirmó que todos venimos de Africa, sino porque además todo el museo está organizado y planteado con esfuerzo, cuidado y orientación didáctica... y esto en Africa es digno de mención. Hay numerosos paneles que explican la evolución de nuestros ancestros, acompañando a más restos paleontoatropológicos encontrados en este país. Además, hay una buena colección de utensilios, objetos muy variados y fotografías antiguas de las diferentes tribus que pueblan Etiopía. En fin, un lugar recomendable en el que pasar una par de horas aprendiendo sobre nosotros, sobre Africa, sobre Etiopía.

Nuestra Antepasada mas Antigua
Lucy es el esqueleto de un prehomínido perteneciente a la especie Australopithecus Afarensis, de 3,5 millones de años. Se encuentra en el Museo Nacional de Addis Abeba y era una de mis ilusiones en este viaje fabuloso por Etiopía, poder ver a Lucy. Su nombre se debe a que cuando fue descubierta en el campamento de arqueólogos sonaba la canción de los Beatles " Lucy in te sky with diamons" o sea Lucy en el cielo con diamantes, una fabulosa canción. El museo situado en el centro de la ciudad es pequeño pero muy bien cuidado,tiene un poco de todo yes muy interesante,tiene pinturas de Lalibela,los tronos de los emperadores,ropas y utensilios.La verdad que merece la pena visitarlo,un museo en Africa no es nada corriente y este se lo merece

Lucy, el fósil más antiguo del mundo, saldrá de casa
Texto: Associated Press y Redacción

Lucy (llamada así por los paleontólogos). Este esqueleto fue encontrado en Etiopía en 1974, tiene 3,5 millones de antiguedad, pertenece a una de las ocho especies de australopitecos que vivieron en África entre 4,5 y 1 millón de años.
Directivos del Museo de Ciencias Naturales de Houston quieren exhibir los restos en el 2006. Algunos antropólogos temen que durante el traslado desde Etiopía (sitio donde fueron descubiertos), se deterioren. La primera exhibición pública de Lucy, un fósil de 3,2 millones de años descubierto en Etiopía, se abrirá en Houston en el 2006, para disgusto de algunos antropólogos temerosos de que el proyecto dañe el frágil esqueleto. Etiopía, donde Lucy está almacenada en la caja fuerte de un museo, espera estimular el turismo y las inversiones en su país ofreciendo el tesoro en préstamo al Museo de Ciencias Naturales de Houston. "A nadie le complace exportar de Etiopía la Lucy original", dijo Yohannes Haile-Selassie, curador en el Museo de Historia Natural de Cleveland. "La gente cree que la exportación podría dañar a Lucy", agregó. El fósil representa el 40% del esqueleto de una mujer que murió entre los 25 y 30 años. Es "el esqueleto más completo, mejor preservado, de cualquier antepasado de los humanos jamás hallado que caminara erguido", se refiere en el libro Lucy: Los comienzos de la humanidad, del que es coautor Donald Johanson, uno de sus descubridores. Johanson y otros antropólogos que exhumaron el fósil en Hadar (Etiopía) en 1974 lo bautizaron con el nombre de la canción de los Beatles Lucy in the Sky with Diamonds durante una celebración por el descubrimiento. El esqueleto, dicen los expertos, indica que nuestros antepasados caminaban erguidos antes de la aparición de las primeras herramientas de piedra, y antes de que crecieran los cerebros de dichos homínidos. El museo de Houston será responsable de organizar una posible gira de Lucy por Estados Unidos durante cuatro años, una vez que se concrete un acuerdo con la Comisión de Turismo de Etiopía. Las escalas podrían incluir Nueva York, Washington, Chicago y Los Ángeles. "Es un sueño para todo el museo", se entusiasmó Dirk van Tuerenhout, curador de antropología del museo de Houston. "Pero para el departamento, para el campo de la antropología, es como si hubiésemos recibido el Santo Grial". Las negociaciones entre el gobierno etíope y el museo siguen tratando qué objetos sobre la historia de este país africano acompañarán a Lucy. Al museo le agradaría incluir coronas, atuendos y manuscritos de una lengua muerta. Al permitir el viaje de Lucy, las autoridades etíopes esperan ofrecer una imagen del país distinta al estereotipo de hambre y guerra, dijo Gezahgen Kebede, presidente del Consejo Etíope-Estadounidense de Comercio e Inversiones, en Houston. Haile-Selassie, que se mudó de Etiopía a Estados Unidos hace una década, dijo que otros museos han exhibido moldes de Lucy y sostiene que el Museo de Houston podría hacer lo mismo. "¿Cuál es la diferencia entre exhibir un buen molde y un original?", se preguntó. "¿Por qué guardarlo en una caja fuerte cuando está en el país de origen y después enviarlo a otro país?". Pero van Tuerenhout dice que la gente quiere ver el verdadero esqueleto, y no un molde, y que Lucy no se ha exhibido en Etiopía porque no cuenta con los recursos para hacerlo con seguridad. "Por supuesto nos encantaría que la gente en Etiopía la viese primero, pero en estos momentos el gobierno y el museo sienten que no es posible", afirmó. "No hay infraestructura", refiere. Agregó que el fósil viajará en un recipiente especial. Al final de la gira, todos los objetos relacionados con la exhibición –programa de computación, vitrinas, información de antecedentes e iluminación– irán a Etiopía para que los etíopes puedan ver finalmente el fósil, dijo van Tuerenhout. Si el gobierno etíope desea compartir a Lucy, nadie puede impedírselo, dijo Bernard Wood, director del Centro para el Estudio Avanzado de la Paleobiología Humana en la Universidad George Washington. Pero no es un precedente de su agrado ni del de otros antropólogos. "Los paleoantropólogos y los curadores de museos bien respaldados en Estados Unidos deberían buscar otro modo de conseguir fondos para estos museos africanos", opinó Wood. "Lucy es tu antepasado y mi antepasado y el de todos. Aquí está hablando el dinero y no creo que debería dejársele hablar". Las autoridades del Museo de Houston no revelan si están suministrando fondos u otro apoyo al gobierno etíope o al museo nacional de ese país a cambio de la exhibición. La vocera del museo, Lydia Baehr, dijo que el costo que asuma este centro de exposiciones para montar la exhibición y para asegurar el transporte del fósil será incluido en el contrato final, y recalcó que será confidencial. Pero Haile-Selassie dijo que cuando los moldes de Lucy son expuestos en el exterior, "es natural que el Museo Nacional Etíope, como uno del tercer mundo, espere ayuda financiera y material". El secretario de estado de Texas, Geoff Connor, dijo que la exhibición de Lucy podría producir un influjo económico de 5 a 7 millones de dólares. Un poco de historia El fósil hallado pertenece al género de los australopitecos (australopithecus), primate fósil de la familia de los homínidos que vivió en el África desde hace 5,5 millones de años hasta hace un millón de años y que se caracteriza por su posición semierguida. En Hadar también se descubrieron en 1975 y 1983 restos de una veintena de homínidos de ambos sexos, adultos y niños. El investigador Donald Johanson les dio esa denominación por ser una mezcla de simio y humano.
Un antiguo Fiat recorriendo las calles del centro de Addis Abeba (Addis Abbaba). La ciudad más poblada de Etiopía con una población de 3.384.569 habitantes, según el censo de 2008.2 Es, también, capital de la Unión Africana y de su predecesora, la Organización para la Unidad Africana.3 Designada ciudad y estado al mismo tiempo, según la organización territorial etíope, en Adís Abeba conviven más de 80 nacionalidades y lenguas, además de cristianos, musulmanes y judíos. En ella reside la Universidad de Adís Abeba. Adís Abeba se encuentra a una altitud de 2.300 metros y es una pradera de pastizales. Está situada a los pies del Monte Entoto. Desde su punto más bajo, cerca del Aeropuerto Internacional Bole, a 2.326 metros sobre el nivel del mar en la periferia sur, la ciudad se eleva a más de 3.000 metros en las Montañas Entoto hacia el norte.
Retrato de un adolescente en las inmediaciones del aeropuerto de Bahir Dar. Desde el puerto de Bahir Dar se puede acceder por barco a varias de las iglesias históricas y monasterios ubicados a orillas del lago, en sus diferentes islas. La mayoría datan de ellas datan del siglo XVII y se caracteriza por la riqueza policromática de sus paredes, algunas de estas iglesias poseen museos con manuscritos ilustrados, coronas y vestimentas reales y eclesiástica. Aún hoy en día, algunas de estas islas monasterios están prohibidas a las mujeres, pero otras pueden ser visitados por ambos sexos. Además, desde la ciudad parten diversos servicios turísticos hacia las Cataratas del Nilo Azul (río Abay), ubicadas a unos 30 km al sur de la ciudad, y que constituyen uno de los destinos turísticos más conocidos del país.
Retrato de un etíope en el trayecto entre Bahir Dar y las Cataratas del Nilo Azul. Bahir Dar ofrece un pequeño mercado diario y una vez por semana uno de mayor envergadura. Cuanta además con algunos hoteles construidos en torno al lago, y diversos clubes de música. A su vez, es el hogar de la Universidad de Bahir Dar, fundada el año 2000 sobre la base del antiguo Instituto Politécnico de Bahir Dar, fundado en 1963. En la actualidad la Universidad de Bahir Dar posee 4 facultades: Educación, Ingeniería, Economía y Negocios y Derecho. La ciudad está equipada con un aeropuerto con pistas pavimentadas, identificado por el código de la OACI HABD y de la IATA BJR. Las Líneas Aéreas Etíopes operan vuelos regulares entre Bahir Dar, y la capital, así como con Gondar hacia el noroeste. La ciudad también está conectada a través de carreteras y líneas de autobuses hacia Addis Abeba y Gondar.
Interior del coche en el trayecto entre Bahir Dar y las Cataratas del Nilo Azul. Los primeros registros históricos que se tienen de esta zona datan de fines del Siglo XVI y comienzos del Siglo XVII, con el asentamiento de misioneros jesuitas en los márgenes del Lago Tana. Aún hoy en día se conserva un edificio de este período cerca de la plaza central, y que es asociado a Pedro Páez, misionero jesuita español enviado a Etiopía en 1589. Durante la invasión italiana de 1935-1936, una columna militar italiana movilizada desde Gondar ocupó la ciudad el 23 de abril de 1937. Durante la Segunda Guerra Mundial, entre los días 21 y 22 de octubre de 1940 la ciudad fue bombardeada por la Real Fuerza Aérea británica, y aunque la acción hizo pocos daños sirvió como impulso para la resistencia etíope. Después de meses de escaramuza, la guarnición italiana bajo el mando del Coronel Torelli empezaró a evacuar la ciudad el 27 de abril de 1941. Uno de los palacios del emperador Haile Selassie se encuentra cerca de La ciudad, razón por la cual el emperador consideró mover el capital nacional a la ciudad, lo cual no se concretó.
Las cataratas del Nilo Azul, en lengua amariña Tis Abay (humo de agua), son uno de esos lugares míticos con los que una sueña cuando lee historias sobre antiguos exploradores, descubridores.. Precisamente, Pedro Páez, un alcarreño nacido en 1564 en un pueblecito de la hoy Comunidad de Madrid, fue el primer europeo "moderno" que estuvo aquí. Era un misionero jesuíta, que se convirtió en un experto de las lenguas y cultura autóctonas, y tuvo la suerte de conocer la sobre fuente del Nilo Azul, en 1613. Tal y como cuentan él y sus compañeros, parece que pocas cosas han cambiado en estos parajes... Bueno, ahora hay una presa para generar electricidad justo encima de las cataratas, y ha hecho menguar su caudal, cómo no... Pero el camino mulero sigue paralelo al río Abbai que discurre entre rocas volcánicas con fuerza... Es el camino por el que echamos a andar, y luego de cruzar el puente que los portugueses levantaron, seguimos caminando y cruzándonos con amhara que van al mercado con sus mercancías (mantequilla, miel...), hasta que, después de subir una pequeña colina, empezamos a oír un ruido de agua, ruido de cataratas, mágico... Poco a poco va subiendo el volumen hasta que ya podemos avistar una de ellas, seguimos avanzando y ahí están, las que por mucho tiempo se creyó que eran las fuentes del Nilo Azul (situadas cerca, en el Lago Tana, aunque no son cataratas...), magníficas, de color marrón porque estamos en la estación de lluvias y arrastran barro y limos, pero bonitas y esplendorosas igualmente.
Tis Isat, las cataratas del Nilo Azul. En el enorme y bello lago Tana, se encuentra el nacimiento del Nilo Azul, ese gran ramal que vierte sus aguas allá por Sudán en el Nilo Blanco, el gran Nilo que atraviesa todo Egipto y va a morir al Mediterráneo. El gran Nilo que fue habitado por cocodrilos enormes, y surcado por los faraones y los sacerdotes adorando al dios Sol, Ra, y a todo el panteón que se extendía bajo sus alas. Descubrir el nacimiento del Nilo Azul (río Abay en etíope) fue uno de esos grandes objetivos de los antiguos exploradores. Uno de esos misterios, junto con el del Nilo Blanco, que trajo de cabeza a muchos. Y durante mucho tiempo se confundió con las cataratas que se encuentran unos kilómetros más allá del lugar correcto (las cataratas están a unos 30 km de Bahar Dar).
Retrato de un etíope de la zona a los pies de las Cataratas del Nilo Azul (río Abay). Hace unos años, el gobierno etíope inauguró una central hidroeléctrica que aprovecha el desnivel de las cataratas del Nilo. El agua se desvía poco antes del salto hacia una turbina y produce 750 megawatios de electricidad, no demasiado, pero suficiente para llevar llevar luz y energía al norte del país. Incluso sobra para exportar. Antes de su construcción, las cascadas abarcaban un total de 400 metros de frente. Pero ahora un 85 % del caudal se desvía por el canal para producir electricidad. Solo entre un 10 y un 15% sigue cayendo por la catarata. Y eso, en temporada seca, se nota. Los nativos llamaron a la catarata Tis Isat, el agua humeante, porque toda la zona quedaba envuelta en una nube de agua vaporizada visible a kilómetros de distancia. A sus pies crecía una selva tropical con loros, monos y cientos de especies.

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La búsqueda de las fuentes del Nilo
El Nilo en la revista National Geographic, número 31 de 1917.
Cataratas en Etiopía.

El Nilo visto desde el templo de Isis. Su actual emplazamiento es la isla Agilkia.
A pesar de los intentos de griegos y romanos (que fueron incapaces de atravesar el Sudd) el curso alto del Nilo permaneció inexplorado en su mayor parte. Varias expediciones habían fracasado en sus intentos por determinar la fuente del Nilo, lo que motivó las representaciones helenística y romana del río como un dios masculino con la cabeza y la cara ocultas por telas. Agatharcides registró que en tiempos de Ptolomeo II una expedición militar había remontado lo suficientemente el curso del Nilo Azul como para determinar que la causa de las inundaciones veraniegas eran las fuertes lluvias estacionales en el Macizo Etíope; sin embargo no se cree que ningún europeo de la Antigüedad alcanzara el lago Tana ni que siguiera los pasos de esta expedición más allá de Meroe.
Los europeos prácticamente no consiguieron nuevos datos sobre los orígenes del Nilo hasta los siglos XV y XVI, cuando viajeros por Etiopía visitaron el lago Tana e incluso la fuente del Nilo Azul en las montañas al Sur del lago. A pesar de que James Bruce declaró haber sido el primer europeo en visitar esa fuente, escritores modernos con mejores conocimientos le dan el crédito al jesuita español Pedro Páez. La descripción de Páez de la fuente del Nilo (Historia de Etiopía, c. 1622) no fue publicado íntegramente hasta comienzos del siglo XX. Este texto es una larga y vívida descripción de Etiopía. Sin embargo el relato aparece reflejado en varios escritos contemporáneos a su composición, como la Historia geral da Ethiopia a Alta (Balthazar Telles, 1660), Mundus Subterraneus (Athanasius Kircher, 1664) o El Estado Actual de Egipto (Johann Michael Vansleb, 1678). Los europeos habían vivido en el país desde finales del siglo XV, y es posible que alguno de ellos hubiera visitado la fuente anteriormente, pero fuera incapaz de enviar un relato con sus descubrimientos fuera de Etiopía. El portugués Jerónimo Lobo también describe la fuente del Nilo Azul, habiéndola visitado poco después de Pedro Páez. Su relato también aparece en la obra de Balthazar Telles.
El Nilo Blanco era incluso más misterioso e incomprendido, y en la Antigüedad se pensaba, equivocadamente, que el río Níger era en realidad el curso alto del Nilo Blanco; así Plinio el Viejo escribió que el Nilo tenía sus orígenes «en una montaña de la Baja Mauritania», discurría por la superficie durante una distancia de «muchos días», luego se volvía subterráneo, reaparecía como un gran lago en territorio de los Masaesyles, luego volvía a desaparecer bajo el suelo del desierto, por donde discurría «por una distancia de veinte días de viaje hasta alcanzar a los etíopes más cercanos». Un mercader llamado Diógenes relató que las aguas del Nilo atraían animales como el búfalo de agua o los camellos (tras su introducción por los persas en el siglo VII a. C.).
El lago Victoria fue contemplado por europeos por primera vez en 1858, cuando el explorador británico John Hanning Speke alcanzó su orilla Sur durante su viaje de exploración por el África central con Richard Francis Burton y cuyo objetivo era localizar los Grandes Lagos. Creyendo haber encontrado la fuente del Nilo al ver por vez primera esta «gran extensión de aguas abiertas», Speke le dio el nombre de la soberana del Reino Unido de entonces. Burton, que se había estado recuperando de una enfermedad descansando algo más al Sur, en las esquinas del lago Tanganica, montó en cólera al saber que Speke había dado por demostrado que su descubrimiento era la auténtica fuente del Nilo, cuando Burton lo consideraba aún como algo sin certificar. Lo que siguió fue una gran pelea pública, que no sólo originó un intenso debate dentro de la comunidad científica de la época, sino que incitó a muchos otros exploradores a confirmar o refutar el descubrimiento de Speke. El conocido explorador y misionero británico David Livingstone fracasó en su intento de confirmar las aseveraciones de Speke al desplazarse demasiado al Oeste y entrar en la cuenca del Congo. Finalmente fue el explorador galés Henry Morton Stanley quien confirmó la veracidad del descubrimiento de Speke al circunnavegar el lago Victoria y describir la gran salida de agua de las Cataratas Ripon en la orilla Norte. Fue durante este viaje en el que se supone que Stanley saludó al explorador británico con las palabras «¿El doctor Livingstone, supongo?» al encontrar al escocés enfermo y abatido en su campamento a la orilla del lago Tanganica.
Unos locales atraviesan en barca el Río Abay junto a las Cataratas del Nilo Azul. The Blue Nile Falls es una cascada en el río Nilo Azul en Etiopía. Se les conoce como Tis Abay en amárico, traducido, significa "agua humeante" Están situados en el curso superior del río, a unos 30 km aguas abajo de la ciudad de Bahir Dar y Tana Lake. Las cataratas son consideradas una de las mejores atracciones turísticas de Etiopía conocidos. Las caídas se estima entre 37 y 45 metros de altura, que consta de cuatro arroyos que originalmente variaba de un hilo en la estación seca de más de 400 metros de ancho en la estación lluviosa. Reglamento del Lago Tana ahora reduce la variación de algo, y desde 2003 una estación hidroeléctrica ha tomado gran parte del flujo de las cataratas, excepto Durante la temporada de lluvias. The Blue Nile Falls han aislado a la ecología del lago Tana de la ecología del resto del Nilo, y este aislamiento ha jugado un papel en la evolución de la fauna endémica del lago.
En Addis-Abeba, gran ciudad africana llena de polvo en la que los edificios modernos bordean las poblaciones de chabolas y dónde el cemento es omnipresente, emprendimos nuestro viaje por las rutas de Abisinia. Éramos 220 peregrinos que con nuestras oraciones, repartidos en doce autobuses, viajábamos por los caminos del país. Al igual que los navegantes de otros tiempos, que se aventuraban por los mares, a bordo de sus carabelas descubriendo rutas hacia nuevas tierras, fuimos para descubrir un país nuevo y a nosotros mismos. Nuestro viaje es una verdadera epopeya que nos conduce desde el norte al sur de Gondar, en Lalibela, para finalizar el viaje a orillas del lago Langano.
Hundida en la vida de las familias etíopes
Los paisajes que atravesamos son majestuosos. Las zonas altas tienen unas colinas cortadas y profundos valles con cultivos. Por la ventana del autobús, veo desfilar los pueblos con cabañas redondas, cubiertas con unos techos de paja que tienen en la parte superior un cántaro de tierra, símbolo de fertilidad. Hay casas por todos lados, en los campos de color dorado o de todos los tonos de verde, campos de teff, de café o de khat.

Aquí casi todo es redondo, las casas, los almiares de trigo, la comida. En los campos, hombres inclinados, como en los dibujos de Courbet ó de Van Gogh, segan los cereales con la hoz. Los niños guardan manadas de corderos y de bueyes con cuernos gigantescos. Largas filas de hombres, de mujeres y de niños, calzados con sandalias o descalzos, van andando por los caminos. Pequeños caballos nerviosos con arreos adornados con telas de color rojo, caracolean. A nuestro paso, todos nos sonríen y nos saludan. De vez en cuando, cruzamos una manada de camellos que nos impiden el paso. Por el camino, vemos carretas tiradas por burros que transportan sacos con ramas de eucaliptos o de cereales; pequeños autobuses de la marca Toyota que aquí llaman "Al Quaida" por su manera de conducir rápida y peligrosa; y los grandes camiones internacionales que avanzan lenta y penosamente. Todos los demás vehículos les adelantan, a cual más rápido, incluso en las curvas. Los accidentes son frecuentes. Presenciamos varios.

De Addis Abeba, llegamos a Bahir Dar. Somos demasiado numerosos para poder alojarnos en un solo lugar y debemos repartirnos en varios hoteles y pensiones. Existe un gran contraste entre el bonito hotel del lugar y el hotel africano. Desde el balcón del hotel del Nilo Azul, situado en el centro de la ciudad, me adentro directamente en la vida de las familias africanas. Son las seis de la mañana y, a mis pies, una mujer vestida con un traje tradicional, compuesto por una falda larga y un gran velo blanco, se lava, agachada frente a un balde de agua. Los niños juegan sobre un viejo baby–foot que parece estar ahí por casualidad, delante las casas construidas con cemento de mala calidad y chapa ondulada. Los hombres se cruzan saludándose, sin remilgos. Quizás, hoy sea uno de los muchos días festivos dedicados a la Virgen (hay 33 al año), a San Miguel, o a cualquier otro santo. Ese primer día, por la tarde, hacemos vibraciones debajo de un árbol inmenso. Me pongo cuerpo a cuerpo con él. Puedo sentir como sus numerosas raíces se hunden profundamente en la tierra, mientras su corona se eleva, grandiosa, por encima de mí.

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Al igual que ese árbol, uno el cielo con la tierra.

Un momento mágico
Atravesamos el lago Tana para llegar a una isla en la que hay un monasterio. Es una construcción circular de barro con techo de paja, nada ostentosa. Pero los tesoros están en el interior: una sucesión de frescos del siglo XVIII que representan varias escenas bíblicas. Los rostros tienen los ojos muy grandes de pupilas e iris negros. Cuando volvemos hacia el embarcadero, hay una hilera de vendedores de recuerdos religiosos que intentan llamar nuestra atención. Compro algunas cruces de níquel, un icono de María y también unos pequeños barcos de madera de junco que venden los niños.

A lo largo del viaje, vemos centenares de niños. Tienen unos ojos grandes y vivos como los de los iconos y unas sonrisas maravillosas. Suelen mendigar a la entrada de las ciudades. Nosotros somos ricos, ellos son pobres y nos dicen: "¡Bolígrafo! ¡Bolígrafo!" Solemos darles nuestras botellas vacías que les servirán de cantimploras para el colegio. Lo que sea para que no se conviertan en pequeños mendigos. En los campos, nos reciben con un entusiasmo desbordante. Cuando pasa nuestra caravana, ellos bajan de las colinas, dejan a sus animales y agitan las dos manos para saludarnos. Nos siguen formando una comitiva.

En una parada para poner gasolina, algunos niños se hacen masaje delante la puerta entreabierta de nuestro autobús. "¡Bolígrafo! ¡Bolígrafo!" exclaman. Unos pocos nos hemos quedado dentro del vehículo y, en vez de cerrarles la puerta, les cantamos un Ave María. Nos escuchan asombrados. Después les pedimos que nos canten una canción en amhárico. Tehodorus, nuestro guía, está con nosotros, y es el eslabón que nos une a ellos. Nos hace de traductor. Uno de los niños, al principio dudando, se pone a cantar. Tiene una voz tímida pero armoniosa. Como le damos algunos bombones para agradecerle la canción, otro niño se pone a cantar. Después otro, muchas sonrisas, risas. Durante media hora vivimos un momento mágico. Al final, hay más de treinta niños amontonados enfrente del autobús, y respondemos a sus canciones con otros nuestros, para terminar cantando todos juntos. Unidos. Es un momento de autentica unión.

Reyes míticos, la grandeza de otros tiempos

En Gondar, visitamos la ciudad real construida en el siglo XVII por el rey Fasilidas y sus hijos Johannes y Yassou. Reyes míticos, grandeza del pasado. Hasta Fasilidas, los reyes etíopes descendiente del rey Salomón y de la reina de Saba, se desplazaban en campamentos nómadas. A la puesta del sol, los castillos de Gondar se parecían sorprendentemente a los castillos celtas. Parecía que estuviésemos en Escocia o en Irlanda. Actualmente, la piedra está desnuda, sin ornamentos. Antiguamente estaba decorada con oro, plata y marfil, nos explica nuestro guía. Pero los italianos pasaron por ahí durante la Segunda Guerra Mundial, después los ingleses con sus bombardeos.

Lalibela. Doce iglesias esculpidas en la roca en el siglo XII por el Rey Lalibela. La leyenda dice que los ángeles ayudaron a excavar las iglesias, y que venían a trabajar durante la noche. Es un sitio extraordinario dónde cada nombre (Betlem, la tumba de Cristo, el Jordán, la iglesia del Golgotha, Tehsemania) recuerda Jerusalén. Pero aquí se trata del Nuevo Jerusalén, en un país que no está dividido por ninguna guerra entre hermanos. Nos quedamos un día para poder visitar el lugar.
Mientras que nuestras iglesias han sido construidas de abajo a arriba, apuntando hacia el cielo, hacia Dios, las iglesias de Lalibela fueron esculpidas desde arriba, en la roca volcánica. Están impregnadas de Dios, en la tierra. La energía telúrica no es la que se eleva hacia el cielo; es la energía cósmica la que baja hacia la tierra-madre. En todas esas iglesias reina una atmósfera silenciosa. Las alfombras están esparcidas por el suelo, en los muros, unos frescos magníficos se mezclan con pinturas de santos. Por los rincones, hay objetos de culto heteróclitos. Varias mujeres rezan sentadas o arrodilladas. En todas partes, la cruz cristiana cohabita con la estrella de David y la Svástica.
En la iglesia de María, hay un pilar central cubierto de cortinas. La tradición dice que Cristo se apareció aquí al rey Lalibela dejando sobre ese pilar la historia de la humanidad, del alfa al omega. El mundo desaparecería si esa historia fuese revelada. Asistimos a una fiesta en honor a María. Unos sacerdotes vestidos de blanco cantan, leyendo unos textos sagrados y tocando grandes tambores.
Una epopeya extraordinaria
Desde Labilela, nos dirigimos hacia el sur, hacia el lago Langano, última etapa de nuestro viaje. Bajamos por la colina dónde fueron excavadas las iglesias. El camino está repleto de curvas cerradas. Percibo en una de las curvas nuestro rosario de autobuses. Tengo la sensación estar viviendo una epopeya extraordinaria.

En mi autobús, somos veinte con nuestro guía Theodoros y nuestro chófer Tzagai. Somos de varias nacionalidades. El viaje es difícil, las etapas son a veces muy largas y llegamos por la noche, tarde, a hoteles sin estrellas, para partir de nuevo, mucho antes del alba, por los caminos. La falta de comodidades y el cansancio, originan algunos estados de nervios pero, más allá de los pequeños problemas que van surgiendo, un vínculo va naciendo entre nosotros. Todos somos distintos pero estamos unidos por la oración y, kilómetro tras kilómetro, ésta va cimentando nuestras almas. Se instala la dulzura. Los testimonios de las últimas horas son muy fuertes y revelan las heridas profundas de cada uno de nosotros, seguros de que expresar esas heridas nos conducirá a la sanación a través del amor. Para mí, el lazo de amor que nos une es idéntico al que une las partículas ínfimas de la materia, es el lazo de la Vida. Yvonne nos recordó esa ley cósmica fundamental.

En Langano, permanezco dos días en cama. Siempre tuve miedo de ponerme enferma porque, al igual que con mi cuerpo decadente, las barreras mentales que fabriqué para canalizar el dolor en la adolescencia y seguramente, cuando murió mi hijo, se derrumban y me encuentro expuesta, desnuda. El primer día, lloré mucho tiempo en la cama. Experimenté una autentica limpieza en cuerpo y alma. Soy la única enferma del autobús, terapeutas y voluntarios se turnan junto a mi cama. Las atenciones de unos y otros me conmueven profundamente y si sabia que era amada, ahora ya lo sé… ¡Para que el cuerpo sane, qué importante es que el alma se sienta amada!
El segundo día en Langano, me levanto y disfruto de la dulzura en la orilla lago. Unos doce de nosotros, sentados cómodamente en nuestras sillas frente al agua de color café, por la que se deslizan grandes pelícanos blancos. Todo está tranquilo.

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Mover montañas con la oración

Hemos venido numerosos a Etiopía, a las fuentes de la cristiandad, a este país africano tan auténtico, lleno de paisajes magníficos y de niños de grandes sonrisas. Con la fuerza de nuestras oraciones, tengo la sensación de que hemos movido montañas. Para mí, esta peregrinación es distinta de las otras. Muy difícil en el plano físico, pero parecía que nos impulsase un soplo divino.

También, creo que estuvimos muy protegidos. De vuelta a Francia, hablo con un botanista que viaja por todo el mundo a causa de gran pasión por las plantas y que ha estado dos veces en Etiopía. Le gusta mucho este país por la riqueza de su flora. «Pero es un país peligroso, me dijo. He viajado una sola vez de noche por los alrededores de Harare y una bala de pistola atravesó mi Land Rover.» ¡Si supiese los centenares de kilómetros que hicimos de noche! No le conté. Tendría que haberle hablado de los ángeles también, sin lugar a dudas…

Etiopía es un país que ofrece culturas ancestrales, monumentos históricos, increíbles paisajes montañosos y una gran fauna africana. Es un destino turístico muy económico. Los numerosos sitios de interés histórico en Etiopía, como las ceremonias tradicionales ortodoxas, el bullicio de la gran ciudad de Adís Abeba y los parques nacionales ideales para el avistamiento de la fauna local, son los principales motivos para visitar Etiopía.
Etiopía Es un país ubicado en las tierras altas de África del este que limita con Eritrea, Yibuti, Somalia, Kenia y Sudán. Con una cultura de más de 3000 años, es el hogar de algunos de los restos humanos más antiguos jamás hallados. Es el país independiente más antiguo de África y el segundo país en el mundo en adoptar el cristianismo. Aún no es un destino turístico popular, por lo que atrae a 200.000 turistas anualmente.
Atracciones turísticas en Etiopía: sitios de interés histórico, mercados, fauna y trekking

Etiopía tiene una larga historia que llega a los comienzos de la humanidad y tiene más sitios históricos y arquitectónicos que cualquier otro país del África subsahariana. Los restos de algunas de las grandes civilizaciones del pasado se pueden encontrar en ciudades como Gondar, Axum o Harar. Las increíbles ciudades medievales de Lalibela han sido talladas directamente sobre las rocas y son obras de arte de la antigua arquitectura etiópica, donde aún se hacen ceremonias de la iglesia etiópica ortodoxa.

Ciudad y destinos para safaris. La capital de Etiopía, Adís Abeba, es una ciudad grande y vibrante con una vida urbana colorida, museos y ofertas. Las montañas de las tierras altas de Etiopía ofrecen buenas posibilidades para hacer trekking, rafting y observar aves. Los parques nacionales y reservas de fauna en Etiopía están bien mantenidos y albergan sabanas y junglas con fauna equivalente a algunos de los países africanos del Este más famosos.

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Etiopía, cómo llegar y consejos útiles

El clima en Etiopía es tropical con monzones y grandes variaciones causadas por el terreno montañoso. El clima en las tierras altas de Etiopía puede ser bastante fresco, mientras que en los valles al Norte y Sur del país suelen ser templados durante todo el año. La temporada de lluvias en Etiopía es entre junio y setiembre.

Viajar a Etiopía es más fácil por avión, ya que hay buenas conexiones a Adís Abeba desde muchas ciudades africanas, Europa y Asia. El transporte público en Etiopía se centra en los autobuses, pero el país también tiene una línea de tren. Los trenes son económicos pero lentos y los caminos en Etiopía están en malas condiciones.

También hay aeropuertos locales con vuelos frecuentes desde Adís Abeba. Una buena manera de conocer Etiopía es alquilar un vehículo con un chofer local.

Servicios y seguridad. Hay muchos hoteles, restaurantes y algunas opciones nocturnas en Etiopía. También hay hoteles cinco estrellas y hostales muy económicos. La mayoría de la gente joven de las ciudades habla algo de inglés, pero no se suele dar en las zonas rurales. Etiopía es uno de los países más pobres del mundo, pero el crimen no es muy común. Las regiones fronterizas con Eritrea, Sudán y Somalia son peligrosas y no se aconseja viajar por allí. Principalmente se debe evitar viajar a la zona Noreste de Afar.
Breve reseña histórica de Etiopía

Etiopía ha estado habitada desde hace más de 6 millones de años. Algunos de los rastros más antiguos de la raza humana han sido descubiertos aquí. Como nación, Etiopía es una de las más antiguas del mundo: La historia dinástica de Etiopía empezó hace 3000 años. El país adoptó el cristianismo como religión oficial en el año 300 D.C. Luego de dos siglos de descentralización, la monarquía de Etiopía se reunió en 1855. Única entre los países africanos, Etiopía no fue colonia europea, exceptuando un breve período de ocupación italiana durante la segunda guerra mundial. En 1971, un militar socialista reemplazó al emperador. El régimen militar terminó en 1991 y las primeras elecciones multipartidarias se celebraron en 1995. Etiopía vivió recientemente una guerra fronteriza contra la recién independizada Eritrea, que terminó en el año 2000.
Etiopía aún es para la mayoría en el mundo occidental sinónimo de niños desnutridos y paisajes áridos, pero afortunadamente esta imagen corresponde a una situación del pasado (a principios de la década de los 80), y aunque hoy día continua siendo uno de los países más pobres del mundo, afortunadamente esta imagen no es la habitual, aunque episodios de hambruna pueden aparecer en cualquier momento en caso de sequías persistente.

Para el viajero, Etiopía, la antigua Abisinia, es la cuna del mítico Nilo Azul, donde las tierras altas cubren la mayoría del territorio y el valle del Rift cruza el país en diagonal, dando lugar así a una gran variedad de paisajes que hospedan una rica fauna. Por otra parte es el único país africano que nunca ha sido colonizado, sintiéndose su gente además muy orgullosa de luchar por su independencia. Además posee una riqueza cultural bastante inusual en el continente, con un rico patrimonio cristiano ortodoxo, mantenido incluso cuando todos los países vecinos se pasaron al Islam en el s. VII.

Viajar por Etiopía no es fácil ya que la infraestructura turística es mínima o inexistente, las distancias son grandes y el transporte muy precario, pero la recompensa es grande: paisajes fabulosos, una población muy amable y acogedora, un patrimonio cultural e histórico impresionante, y muy pocos turistas, incluso en los lugares más visitados. Y todo ésto es posible, además, viajando con un presupuesto bastante bajo.

Dinero
La moneda oficial en Etiopía es el Birr etíope. A Etiopía se pueden llevar euros ya que es posible cambiarlos en cualquiera banco e, incluso, se pueden utilizar para pagar vuelos interiores de Ethiopian Airlines, aunque sólo en su oficina de Addis Ababa. Pero también es necesario llevar una cierta cantidad de dólares americanos, dado que los 20 US$ de las tasas de salida internacional en el aeropuerto de Addis Ababa deben pagarse obligatoriamente en esta moneda (no es posible pagarlas ni siquiera en moneda local). Llevar dólares también puede ir bien para pagar directamente con ellos si no se dispone de moneda local (los euros todavía no son aceptados en la calle), y esta situación es factible porque la única oficina de cambio que hay en el aeropuerto de Addis cierra por la noche, y si vuestro vuelo llega a horas intempestivas os encontraréis con que no podréis cambiar hasta la mañana siguiente y mientras tanto deberéis pagar al menos el taxi para ir a la ciudad.

Por otra parte, nuestra experiencia nos dice que es preferible cambiar en oficinas del Dashen Bank que hacerlo en el Commercial Bank of Ethiopia, ya que en el primero el cambio es ligeramente mejor y además no carga gastos de cambio (aproximadamente un 0'2% sobre el total).

Las tarjetas de crédito sólo son útiles en Addis Ababa (por ejemplo para pagar vuelos nacionales en las oficinas de Ethiopian Airlines, o también en los hoteles de lujo).

Cambio promedio: 1 Birr etíope = 0'12 €

Gastos del viaje
+ 825'94 € (vuelo ida/vuelta + tasas salida)
+ 38 € (visado)
+ 241'76 € (3 vuelos interiores)
+ 301'41 € (hoteles, comida, transporte, excursiones, regalos, ...)
= 1.407'11 € (total por persona)

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Visado
Es necesario un visado de entrada al país. Este visado se puede formalizar, antes de viajar, a través de la
Embajada de Etiopía a París (Avda. Charles Floquet, 35 - 75007 París - Tel. 47.83.83.95 y Fax. 43.06.52.14)
utilizando un servicio de mensajería o correo certificado.

Pero desde el mes de marzo de 2002 este visado se puede obtener al llegar al país, siempre y cuando la entrada se haga por el aeropuerto internacional de Addis Ababa. Es necesario llevar un pasaporte con una validez mínima de seis meses y el visado obtenido es válido para un mes y extensible a dos una vez allá. En este caso el precio del visado es de 315 Birr (al cambio sale por unos 38 €).

Por otra parte, la oficina de inmigración del aeropuerto de Addis Ababa cierra por la noche (al menos así pasaba en las fechas de nuestro viaje). Así si vuestro vuelo llega a horas intempestivas, todavía no tenéis visado, y la oficina ya está cerrada, entonces el oficial de policía os dará un resguardo y se quedará vuestro pasaporte. Al día siguiente por la mañana deberéis volver al aeropuerto a buscar el pasaporte y el visado, previo pago de los 315 Birr. Suponemos que con la inauguración de la nueva terminal internacional, prevista para el año siguiente, esto ya no debe ocurrir (!).

Salud
Deberemos vacunarnos de todo aquello especificado por un Centro de vacunación internacional, aunque es obligatoria la vacuna de la fiebre amarilla (esta vacuna cuesta 15'30 € y deberemos presentar, al menos en teoría, el documento acreditativo de la vacunación en la entrada al país). Como recomendables tenemos la meningitis, tétanos, tifus (Vivotif) y hepatitis A. También, si visitamos el sur, se recomienda el tratamiento contra la malaria (Lariam).

Seguridad
No hay especiales problemas de seguridad en las zonas habitualmente visitadas, aunque, como siempre, deben tomarse las habituales precauciones que siempre debe tener cualquier viajero en cualquier parte del mundo, especialmente en Addis Ababa. Por otra parte hay que tener en cuenta que todavía hay zonas minadas en territorios fronterizos con Eritrea y Somalia. También se han dado episodios de bandidaje en los accesos por carretera a Kenia y Sudán. Aún así insistimos que Etiopía es un país bastante seguro (en cualquier caso bastante más que su vecino Kenia). No es estraño ver hombres armados con un fusil kalashnikov o similar que lo llevan como una herramienta de trabajo más, con toda la naturalidad del mundo. Resulta chocante, pero no debe causar inquietud.

Como en muchos otros países aquí también hay una cierta obsesión en la prohibición de fotografiar cualquier cosa susceptible de ser considerada una infraestructura sensible (no sólo existe la prohibición, sino que además suele haber vigilancia expresa para hacerla cumplir). Esto incluye cualquier puente, edificios públicos, o instalaciones militares, pero nuestra experiencia también nos ha enseñado que arbitrariamente esta prohibición puede ser aplicada a cualquier cosa. Un aspecto no relacionado directamente con la seguridad, pero que debe tenerse en cuenta en Etiopía es lo que Philip Briggs, el autor de la guía de viaje Bradt sobre Etiopía, ha bautizado acertadamente como histeria del extranjero.

Se refiere al estado de angustia que puede provocar el hecho de ser continuamente acompañado por multitud de niños (o no tan niños) gritando todos a la vez "You, you", "Faranji" (palabra amhárica que significa extranjero), "Where you from?", o "Give me one birr", y todas sus posibles variantes. Esta situación afecta principalmente al viajero que patea las calles, viaja en autobús y se hospeda en hoteles locales, y se da sobre todo en zonas rurales, dónde aparecen niños de debajo las piedras y evidentemente tienen todo el tiempo del mundo. Claramente se ve que algunos niños piden dinero al extranjero más como pasatiempo que por necesidad real. Ante este hecho no hay ninguna receta milagrosa, pero uno debe intentar tomárselo con buen humor, aun cuando a veces se hace muy difícil, porque por propia experiencia os podemos decir que hay momentos en que agotan la paciencia de cualquiera. Ciertamente este fenómeno no sólo se da en Etiopía, pero aquí se da con más intensidad que en cualquier otro sitio.

Transporte
El transporte para moverse por Etiopía es uno de los aspectos importantes a tener en cuenta al planificar nuestro viaje, ya que las distancias a recorrer suelen ser bastante grandes (la superficie del país es más del doble de la de España), la orografia del terreno es muy complicada, y el estado de las carreteras es bastante precario (sólo el 20% de los casi 40.000 km de carreteras están más o menos asfaltadas). A continuación describimos las alternativas posibles y más comunes:

Autobús. Bajo nuestro punto de vista es la mejor forma de vivir el país, pero también debemos decir que es bastante dura, debido principalmente a que los trayectos se hacen inacabables (por ejemplo, en el circuito norte hay recorridos que suponen dos días de viaje). Los autobuses siempre suelen salir alrededor de las 6 ó 7 h. de la mañana y normalmente nunca circulan más allá de las 18 h., ya que se evita la conducción de noche. Para trayectos largos aconsejamos seguir fielmente la ceremonia del autobús: antes de nada es conveniente comprar el billete el día anterior (hasta las 18 h.), aunque los asientos no son numerados e, incluso, se venden más plazas de las que realmente hay. Por esta razón se debe ir a la terminal de autobuses a las 5 de la mañana, entrar en el recinto de la estación antes de que lo hagan los etíopes (la puerta de acceso está cerrada hasta las 5'30 h. pero a los extranjeros se les permite entrar antes de esa hora), dirigirnos al autobús asignado (el billete suele indicar el nº de autobús) y colocarse delante de la puerta a esperar que la abren y permitan el acceso al autobús (a veces podremos entrar inmediatamente, con el autobús todavía vacío, y escoger el asiento que queramos). Sí llegamos a la estación justo en el momento de abrirse las puertas o con posterioridad a este momento tendremos pocas posibilidades de conseguir un asiento, y en cualquier caso no podremos escoger el sitio. Para hacerse una idea de lo que suele pasar en una estación de autobuses etíope cuando se abren las puertas imaginaos la apertura de puertas de El Corte Inglés el primer día de rebajas. No hay compasión de ningún tipo: abuelos, mujeres con niños, y todo el mundo en general, se lanza a una carrera loca para conseguir un sitio. Etiopía es uno de los poquísimos países africanos dónde no se permite ir gente de pie o sentada en el pasillo del autobús, y ésto suele ser respetado porqué hay vigilancia policial en las carreteras para hacer cumplir la ley. Por tanto, todo el que viaja en el autobús debe tener un asiento. En los trayectos largos se suele parar al menos para el desayuno y la comida (un máximo de 20-30 minutos). En trayectos de dos días se para al final del primer día en algún pueblo intermedio a conveniencia del conductor, dónde deberemos buscar algún sitio para dormir. No es demasiado difícil encontrar algún hotel, pero debemos ser conscientes de que son muy básicos. Los autobuses etíopes no son demasiado confortables, especialmente después de unas cuántas horas de viaje. Además, por alguna extraña razón, los etíopes son muy reacios a abrir las ventanas, aunque el calor y/o olor dentro del autobús sean asfixiantes. Esto, unido a la altura y los trayectos sinuosos, hace que algunos pasajeros se mareen a menudo (de aquí que sea habitual verlos oliendo un limón durante buena parte del viaje para intentar evitar el mareo).

Transporte privado por carretera. Se puede alquilar un vehículo con conductor, por Internet antes de llegar al país o bien a través de una agencia o particular en Addis Ababa. Esta opción permite acortar sensiblemente el tiempo empleado al hacer los trayectos por carretera, además de ser más cómodo y permitir una mayor libertad para detenernos e ir dónde queramos nosotros.

El gran inconveniente es el precio, ya que los precios empiezan a partir de los 100 US$ por vehículo y día, llegando a pedir fácilmente 200 US$. Si se opta por esta opción deberemos vigilar que el vehículo alquilado esté en buenas condiciones, lleve todo el material de repuesto necesario y, además, que el conductor conozca bien la ruta a recorrer. También es conveniente que todo el mundo tenga claro que incluye el precio acordado y que no incluye.

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Vuelos interiores. Ethiopian Airlines dispone de vuelos que conectan las principales ciudades del país y en particular cualquiera de los puntos del circuito histórico del norte (Bahir Dar, Gonder, Aksum y Lallibela). Es posible reservar y hacer cambios de fechas prácticamente sin límite. Es aconsejable comprar los vuelos una vez en el país, más que hacerlo desde aquí. En cualquier caso recomendamos no esperar al último día para reservar o comprar el vuelo, ya que hay trayectos que se hacen con aviones muy pequeños y se llenan rápido. Además, en caso de haber realitzado una reserva es imprescindible reconfirmarla y/o pagarla al menos 3 días antes, o en caso contrario será anulada. En cualquier caso es aconsejable reconfirmar el vuelo el día antes de la salida. Por otra parte en cada vuelo deben pagarse 10 Birr adicionales en concepto de taxas de aeropuerto (si es posible es mejor pagarlas en el momento de comprar el billete que hacerlo en el propio aeropuerto). En resumen, la opción de volar tiene la ventaja de la ganancia de tiempo que supone y de que nos ahorramos padecer ciertos trayectos de carretera. El principal inconveniente es, como siempre, el precio, pero también añadiríamos el hecho de perder el contacto con el país real, y también que algunos itinerarios por carretera son realmente espectaculares, como es el caso del de Gonder a Aksum (cruzando las montañas Simien) o el de Addis Ababa a Bahir Dar (cruzando el desfiladero del Nilo Azul).

Ferrocarril. Sólo hay una línea de ferrocarril, que une Addis Ababa y Djibuti pasando por Dire Dawa, pero no parece aconsejable tomar en consideración esta opción, a no ser de que dispongamos de todo el tiempo del mundo.

En nuestro caso optamos por una combinación de autobuses y vuelos interiores. Estos últimos nos permitieron ganar tiempo y también tomar un respiro de los agotadores trayectos de autobús. Ver más detalles en la descripción de nuestro itinerario por Etiopía que sigue a continuación en esta página.

Clima
Dada la altura media a que se encuentran la mayoría de lugares visitados (Addis Ababa, circuito del norte y Harar, por ejemplo) el clima es cálido cuando hace sol, pero se vuelve fresco o frío cuando no hace sol y, sobre todo, si llueve. En Dire Dawa o en el sur, con una altura bastante inferior, las temperaturas ya son más altas. Con esto queremos decir que debemos llevar ropa de verano, pero también ropa de abrigo, porque a menudo suelen producirse cambios bruscos de temperatura.

Respecto a las lluvias, en el periodo de tiempo de nuestra visita, llovió casi cada día en la mitad norte del país, aunque suelen ser lluvias en que llueve un rato y para al cabo de poco, y muchas veces llueve al atardecer o durante la noche. Por tanto, la lluvia no es especialmente molesta para el viajero, aunquees necesario ir preparado con un chubasquero o paraguas por si acaso. A cambio disfrutaremos de un paisaje absolutamente verde, muy agradable a la vista.

Diferencia horaria
+1 hora

Además el viajero debe tener presente las siguientes particularidades:

- Etiopía no adoptó el calendario gregoriano revisado tal como hizo el resto del mundo cristiano en el s. XVI, si no que continuó con el juliano vigente hasta entonces, y así hasta hoy día. Por tanto el calendario etíope consta de 13 meses (el lema turístico del país es Ethiopia, 13 months of sunshine). Son 12 meses de 30 días y 1 mes de 5 días (6 días en un año bisiesto). El cambio de año se celebra coincidiendo con nuestro 11 de Septiembre. Concretamente, en nuestro día 11/9/2002 Etiopía ha pasado del año 1994 al año 1995. Por tanto, si visitáis Etiopía en esta época no deberá sorprenderos ver rótulos del tipo Happy new year y decoración de tipo navideña.

- En la hora también funcionan a su manera, ya que miden el tiempo en períodos de 12 horas que comienzan a las 6:00 y 18:00 horas, tal com también hacen fan los swahili de Kenya y Tanzania. Por tanto la hora etíope lleva un decalaje de 6 horas respecto a la nuestra. Así, dada una hora en sistema etíope basta sólo con restarle 6 para obtener nuestra hora.En muchos sitios, sobre todo a nivel oficial o para los vuelos de avión funcionan con el sistema internacional, pero a nivel de calle suelen funcionar con el sistema etíope. Esto es importante especialmente con los horarios de autobuses, ya que si nos dicen, por ejemplo, que un autobús sale a las 11:30 h. normalmente querrán decir que sale a las 5:30 h. (hora internacional). Ante cualquier duda no está de más siempre aclarar si la hora que nos dan es ethiopian time (hora etíope) o faranji time (hora extranjera).

Idioma
El amhárico (conocido en el país como amhariña) es la lengua oficial de Etiopía, junto con el inglés, y es la que se utiliza como vehículo de comunicación entre los diferentes grupos lingüísticos que conviven en él. No es difícil encontrar alguien, sobre todo en las ciudades, que hable un poco de inglés, pero a menudo este conocimiento se restringe a sólo unas palabras y frases comunes. Por tanto, aprender unas cuántas palabras de amhárico facilitará el contacto con la población local. Además nuestro esfuerzo será sinceramente apreciado ya que demuestra una mayor integración en su cultura. También nos permitirá a menudo cortar a niños que se hagan muy pesados o para evitar que nos cobren precios abusivos (ellos los llaman faranji price y es lo que nosotros conocemos como precio de guiri).

En cualquier guía podréis encontrar más vocabulario, pero aquí tenéis unos cuantos vocablos muy útiles y fáciles de pronunciar para nosotros (entre paréntesis, la palabra en amhárico está escrita tal cual la debemos pronunciar nosotros): Hola (selam), Adiós (xau), Gracias (amesekenalu), Sí (au), No (ei), O.K pero en un sentido amplio (ishi), Estación de autobuses (magnajariya), Café (buna), Leche (wotet), 1 (and), 2 (hulet), 3 (sost), 4 (arat), 5 (amist), 6 (sidist), 7 (sabat), 8 (simint), 9 (setegn), 10 (asir), 11 (asir and), 100 (meto), 1000 (shee)

También puede ser interesante saber alguna palabra de tigriña (la lengua específica y más utilizada en la región de Tigray) y de oromiña (la lengua hablada en el sur de Etiopía, en la zona del valle del Rift, al oeste de Addis Ababa y en la región de Bale). En cualquiera de las guías propuestas en esta página podréis encontrar algunas palabras y expresiones de uso común de estas dos lenguas.

Guías de viaje
Ethiopia, Bradt Publications (3ª edición, 2002). 530 págs. Precio 25'20 €

Ethiopia, Eritrea & Djibouti, Lonely Planet (1ª edición, Noviembre 2000). 520 págs. Precio 25'25 €

La guía Bradt brinda bastante más información práctica, y más actual y detallada que la de Lonely Planet. A favor de ésta última están sus mapas de ciudades y más información de precios que a veces no se encuentra en la Bradt.

Literatura relacionada
Dios, el diablo y la aventura de Javier Reverte. Plaza & Janés Ed. La historia de Pedro Páez, un jesuita español que descubrió las fuentes del Nilo azul, en territorio de Etiopía, a principios del s. XVII.

El Emperador de Ryszard Kapuscinski. Ed. Anagrama. Libro fascinante sobre el emperador etíope Haile Selassie, que gobernó Etiopía como monarca absoluto durante casi 50 años.

Etiopía: hombres, lugares y mitos, del misionero comboniano Juan González Núñez, editado en el año 1990 por Editorial Mundo Negro. No se trata de un texto científico, académico, o de historia, pero a partir de algunos viajes del propio autor, estructura una historia nacional sencilla, sugerente, cuyo elemento central es la presencia cristiana.

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COMO LLEGAR
Vuelos Barcelona-Londres Heathrow (1 hora 50 minutos) y Londres Heathrow-Alejandría (Egipto) (4 horas 20 minutos), escala técnica de 40 minutos en Alejandría, y finalmente Alejandría-Addis Ababa (3 horas 45 minutos).

Si el vuelo llega de madrugada, como fue nuestro caso, encontraréis la oficina de inmigración cerrada, por lo tanto, si no tenéis ya el visado, debe dejarse el pasaporte en el aeropuerto y pasar a recogerlo al día siguiente (ver Visado). En la terminal de llegadas hay una única oficina de cambio del Commercial Bank of Ethiopia, que también cierra por la noche (ver Dinero).

De todos modos ésto puede cambiar (o no) cuando se inaugure la nueva superterminal, que a estas alturas, ya estaba prácticamente acabada. Y debemos suponer que dispondrá de más servicios...

Durante todo el día (de 6:00 a 20:00 horas) se pueden coger minibuses hacia el centro de la ciudad, a unos 6 km, por 2 Birr (hasta la zona de la Piazza, y menos si vamos a zonas más próximas al aeropuerto), desde el parking que hay ante la terminal. Los minibuses son de color azul y blanco, y no suelen ir demasiado llenos, lo cual permite ir cómodamente con el equipaje. Antes de llegar a la zona de minibuses os abordarán unos cuántos taxistas y/o comisionistas que os intentarán convencer de que debéis tomar un taxi, dando razones de lo más diversas. Pero si se llega a una hora intempestiva entonces ya no queda más remedio que tomar un taxi y negociar el precio, aun cuando evidentemente no tenemos mucha alternativa. Una buena idea es buscar otros viajeros interesados en ir a la misma zona para compartir el taxi, ya que difícilmente conseguiremos un precio inferior a 9 US$ (precio total del taxi) para ir hasta el hotel Wutma, por ejemplo.

DORMIR Y COMER
Nos quedamos en el hotel Debre Damo, en la zona de Yeka, lejos del centro, aunque antes hemos intentado ir al hotel Wutma, el Baro y otros próximos a la Piazza, pero los encontramos llenos. Es el problema de llegar tan tarde... En el Debre Damo una habitación doble con baño y agua caliente cuesta 75 Birr, y aunque básica, es correcta y bastante tranquila, ya que da a un patio interior. Además, el hotel dispone de un bar dónde se desayuna bastante bien, y el personal de recepción es muy servicial, cambiando dinero sólo a un precio ligeramente inferior al del banco.

En la calle Dej Jote, que nace en la esquina sudeste de la plaza De Gaulle o Piazza, está el restaurante Omar Khayyam, con decoración árabe y dónde sirven buena comida etíope y árabe. Aquí podéis probar la injeera (plato nacional etíope) de carne o vegetal. Un plato abundante de injeera, bebida y café cuesta unos 11 Birr por persona. Una pastelería muy recomendable, en la avenida Adwa al nordeste de la Piazza, es la Soul Kid. El lugar es muy acogedor para pasar un rato mientras comemos un delicioso plum-cake y tomamos un café, y todo ésto por 4 Birr.

COMO LLEGAR
Los 578 km de distancia que separan Addis y Bahir Dar suponen un día y medio de autobús. Es preferible comprar el billete el día antes del viaje en la estación principal de autobuses de Addis (junto al Mercato). De Addis a Bahir Dar es posible ir por dos rutas diferentes: la vía oeste por Debre Markos y la vía este por Mota. Quizás la segunda es algo menos interesante pero es bastante más corta en distancia y, sobre todo, en tiempo. Con la compañía Ethiopia Cross Country Club el precio del trayecto vía Mota es de 50'7 Birr.

En cualquier caso recomendamos hacer este trayecto por carretera y no en avión, ya que el tramo de carretera comprendido entre Fiche y Dejen cruza el desfiladero del Nilo Azul y ciertamente es un trayecto muy espectacular. Este enorme desfiladero, de más de 1 km de profundidad, forma un impresionante paisaje de terrazas verdes en las vertientes de las montañas, a veces cubierto por la niebla. La pista empieza a descender siguiendo un trayecto imposible hasta llegar al fondo, cruza el Nilo Azul por un puente construido por los italianos, e inicia el ascenso por el otro lado del desfiladero. Podéis intentar convencer al conductor del autobús para que se detenga un momento en algún punto al inicio del descenso y así poder hacer fotos panorámicas. A nosotros nos costó, pero finalmente lo conseguimos.

El autobús sale de la estación principal de Addis en algún momento entre las 6 y 7 de la mañana, pero es recomendable estar en la estación a las 5:30 h. (dado que los minibuses empiezan a circular a partir de las 6, y a estas horas tan tempranas no hay demasiado movimiento por las calles oscuras de Addis, aconsejamos haber concertado un taxi el día antes para que nos pase a recoger por el hotel a una cierta hora). Los primeros 300 km hasta la bifurcación que hay pasado Dejen, son de carretera asfaltada combinada con tramos de pista, pero a partir de aquí todo es pista, con algunos tramos bastante pésimos. Pasado el punto de la bifurcación el paisaje se vuelve relativamente plano, dando lugar a tramos de pista con grandes rectas, entre verdes campos de cultivo y rebaños de vacas y ovejas. En nuestro caso llegamos a Mota a las 17:30 h, tras 10 horas y media de autobús con sólo una parada de 20 minutos a las 10 de la mañana para comer. Siete horas seguidas sin bajar del autobús es un buen punto de inicio como preparación al fantástico mundo de los autobuses etíopes!!!

DORMIR Y COMER
En Mota realmente hay muy pocas alternativas de alojamiento. El más potable es el hotel Tsiday, a unos 300 m de la estación de autobuses. Es muy, muy básico, con habitaciones alrededor de un gran patio central. Estas tienen una cama grande y nada más. El baño está fuera y es aún más básico. El precio está a la altura y la habitación sólo cuesta 10 Birr.

Para cenar recomendamos el restaurante del hotel Sheowa Ber, a sólo 50 m. del Tsiday, dónde se puede pedir un plato de spaguetti, muy buenos, por sólo 7 Birr. Hay muchas posibilidades de poder contemplar la ceremonia de preparación del café, muy interesante. A partir de las 8 de la noche este restaurante se convierte en el lugar de encuentro para beber cerveza, té o café (posiblemente porque tiene un pequeño grupo electrógeno que le suministra luz eléctrica cuando éste se corta en el resto del pueblo).

COSAS A VER
Mota es un pequeño pueblo sin ningún interés, siendo normalmente un simple lugar de parada entre Addis y Bahir Dar. En cualquier caso se puede pasear por la pista/calle principal y captar la vida en este sitio apartado del mundo. Eso sí, el paseo lo haremos rodeados de multitud de niños y curiosos que no pararán de decirnos cosas y pedir de todo en amaringlish. Aparte de esto, hay alguna iglesia que puede tener cierto interés, como la de Weyzazirt Khidane Mihret o también la de Gonji Tewodros, pero están a más de 15 km de Mota y se necesita transporte privado y suficiente tiempo para llevar a cabo la excursión.

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BAHIR DAR
COMO LLEGAR

Llegando, andando a oscuras, a las 5:45 h. a la pequeña estación de autobuses de Mota, el autobús acaba saliendo a las 6:30 h. El hecho de que sea la continuación del viaje del día anterior, con el mismo autobús y billete, no quiere decir que nos podamos relajar a la hora de abordar el autobús. Deberemos luchar como el primer día!!! Los 110 km de trayecto hasta Bahir Dar se hacen en sólo 4 horas y transcurren entre un bonito paisaje, con elevaciones del terreno, desfiladeros, ríos, campos y gente con animales andando por la pista.

DORMIR Y COMER
El Ghion Hotel (Tel. 200740) tiene una magnífica relación calidad-precio. Una habitación doble, tipo bungalow, muy espaciosa, tranquila y con baño privado y agua caliente cuesta 100 Birr, pero regateando un poco se llega fácilmente a pagar 60. El jardín del hotel, bonito y bien situado, se extiende hasta la misma orilla del lago Tana. Además el hotel tiene otros servicios como bar, restaurante (algo caro), o alquiler de bicis. También dispone de barcas propias para hacer la visita a los monasterios del lago. Su manager, Mr. Bisrat Weldu, pese a su hiperactividad que le hace estar en cincuenta cosas a la vez, siempre está disponible para poder discutir personalmente con él los precios y detalles de los servicios que ofrece. Un lugar más económico (sólo 20 Birr), pero mucho más ruidoso (está sobre un bar-restaurante), básico y con baño compartido es Tana Pension, a 200 m. de la estación de autobuses.

Para comer una buena recomendación es el restaurante Enkutatash, detrás del edificio de telecomunicaciones. Su mejor especialidad es el fish cottelet, un plato muy completo con filetes de pescado empanado con ensalada, pasta, arroz, patatas fritas y pan. Todo ésto cuesta 10 Birr. Otra especialidad es el fish goulash, compuesto de porciones de pescado con una salsa picante. La cerveza local Bedele cuesta 3 Birr y es bastante buena. Una Coca-cola cuesta 2 Birr. También es muy recomendable el restaurante y pastelería Tana Pansion. El restaurante está en el primer piso y tiene una terraza con mesas, siendo una magnífica atalaya sobre la calle principal de la ciudad. Los precios están muy bien, costando 8 Birr un fish cottelet y 5 Birr un plato de spaguetti. Otra opción, menos recomendable, es el restaurante Ethio-Españolito (se llama así porqué el propietario es etíope y ahora vive a España) y está detrás del edificio del hotel Dir Anbessa. En el capítulo de pastelerías y cafeterías también recomendamos el Café Mugera, al otro lado del Hotel Ghion. Un café con leche y una pasta cuestan 2 Birr.

COSAS A VER
Bahir Dar. Esta capital provincial es, en nuestra opinión, de las ciudades más bonitas y ordenadas urbanísticamente que se puedan encontrar en Etiopía. Quizás influye bastante el hecho de estar sobre la orilla del lago Tana... En cualquier caso es agradable pasear por sus amplías avenidas con palmeras.

Un paseo muy recomendable es el que nos lleva al puente del Nilo Azul, muy próximo al lugar de nacimiento de este río. Este puente está a unos 2'5 km del hotel Ghion siguiendo la orilla del lago Tana. Desde el mismo puente y mirando en dirección al lago se pueden ver las fuentes del Nilo Azul y, según la hora del día y con mucha suerte, es posible ver algún hipopótamo. Ciertamente ni el puente ni la vista del río desde este punto tienen demasiado encanto, al menos si lo comparemos con las fuentes del Nilo Blanco en Jinja (Uganda). Aún así reiteramos nuestra recomendación de realizar este paseo. Sí continuamos la pista más allá del puente y a 200 m. giramos a la derecha en dirección a la montaña de Bezawit, y andamos unos 3 km más se llega al palacio de Haile Selassie. Nosotros no podemos recomendar ni desaconsejar esta excursión porque no la hicimos, pero parece que no vale la pena. No hay transporte público para llegar hasta allá. El palacio no es visitable y está prohibido hacer fotos desde su exterior. Sólo queda la posible vista desde ahí arriba. Volviendo al centro de Bahir Dar por el mismo camino recomendamos hacer una parada en el Hotel Tana. Este hotel está ya algo decrépito, pero tiene un magnífico jardín junto al lago, con multitud de pájaros, dónde es muy agradable tomar un refresco y disfrutar de la paz y relax de un entorno tan bonito, justificando así el sobreprecio a pagar (una Coca-cola cuesta 4 Birr).

También se puede visitar el mercado principal de Bahir Dar, 200 m. al sur de la estación de autobuses, cualquier día, pero especialmente los sábados en que hay más actividad. Otra posible excursión es ir andando hasta la zona de Weyto, en el límite oeste de Bahir Dar, dónde es posible ver como se construyen barcas tankwa (papiro) que todavía se pueden ver navegando por el lago. Para llegar hasta aquí hace falta andar unos 2 km desde el hotel Ghion, siguiendo el paseo que bordea el lago, en dirección al aeropuerto o península de Zege.

Monasterios del lago Tana. La visita a los monasterios que hay repartidos entre la península de Zege, algunas islas y otros puntos del lago Tana es obligada si recalamos en Bahir Dar. Su principal interés radica en las pinturas interiores de alguno de ellos o los tesoros que guardan otros (como libros antiguos o de otras reliquias monásticas de siglos atrás). En conjunto son unos 20 monasterios y en algunos de ellos sólo se permite la entrada a los hombres (!). Si no se dispone de mucho tiempo y dinero recomendamos contratar una barca para hacer una visita de medio día a los más próximos a Bahir Dar, especialmente los de Ura Khidane Mihret y Azwa Maryam en la península de Zege, Kebren Gabriel o Debre Maryam. De todos modos, en la negociación del precio de la barca se debe dejar claro que incluye este precio e indicar nuestras preferencias si tenemos alguna en especial. Igualmente recomendamos contratar la barca directamente a quién disponga de una, ya que muchos en la calle ofrecen este tipo de servicio, pero siempre suelen ser intermediarios que encarecen el precio y nos pueden dejar colgados si no consiguen una barca en las condiciones pactadas. Nuevamente recomendamos negociar directamente con el manager del hotel Ghion, ya que dispone de barca y está abierto a discutir el precio y el itinerario. Nosotros lo hicimos así y nos fue bastante bien. Conseguimos un buen precio de 200 Birr, yendo solos en la barca y realizando un itinerario de cinco horas que se describe a continuación

- Lago Tana. Sólo el hecho de navegar por este lago mítico ya justifica la excursión. La barca empieza dirigiéndose a la isla de Kebren Gabriel, pero por el camino encontramos colonias de pelícanos que se encuentran sobre unas rocas que emergen unos centímetros del agua. El barquero se acerca a los pelícanos con el motor casi parado para no hacer ruido y asustarlos, lo cual permite verlos de muy cerca.

- Sidi Iesus. La primera parada es en una isla muy pequeña dónde se encuentra este monasterio, el cual no tiene ningún interés en sí, pero es interesante para ver como vive la comunidad de monjes y monjas que lo habitan, muy amables y que nos dan a probar algunos productos locales. En el camino del embarcadero al monasterio és fácil ver plantas silvestres de café.

- Kebren Gabriel. Navegando sólo unos pocos metros se llega a la isla vecina, dónde está el monasterio de Kebren Gabriel. Este es el único de todos los monasterios de este itinerario dónde no se permite el acceso a las mujeres, debiéndose quedar acompañadas por un monje en la zona del embarcadero. En este caso el interés del monasterio es que posee la biblioteca de libros antiguos más grande de toda la región. Ver el contenido del museo (desde el dintel de la puerta) y entrar a la iglesia cuesta 20 Birr. Creemos que no vale la pena pagar este precio, pero allá cada cual... En cualquier caso sí que es bonito el camino de subida al monasterio y su emplazamiento elevado en la isla.

Pintura en Ura Khidane
- Península de Zege. La siguiente parada es en esta península, en el embarcadero más cercano a los monasterios a visitar. En este embarcadero hay unos cuántos chicos dispuestos también a hacer de guías. Si queréis llegar al monasterio solos, sin guía, debéis tomar el camino de la izquierda al salir del embarcadero e ir siguiendo siempre el camino más ancho. La entrada al monasterio de Ura Khidane Mihret y edificios anexos cuesta 20 Birr, pero este precio está más que justificado, ya que posiblemente se trata del monasterio más impresionante de todos los del lago Tana. La iglesia del monasterio es de planta circular, bastante grande, y en su interior encontramos magníficas pinturas religiosas sobre motivos bíblicos. La base de las pinturas son paredes de barro y paja recubiertas con ropa de algodón, y las propias pinturas están hechas con tintes naturales. Realmente son una filigrana. Tras ver la iglesia también se visita el museo, dónde se exponen coronas y ropas reales, libros muy antiguos y otros objetos igualmente interesantes. Por último se puede visitar el comedor dónde se reúnen los monjes a comer injeera y beber tella (cerveza local hecha artesanamente con maíz). Cercano a este monasterio, en el camino de vuelta al embarcadero, se puede visitar el monasterio de Azuwa Maryam, el cual tiene también algunas pinturas interesantes.

- Debre Maryam. Después de un buen rato de navegación por el lago se llega al embarcadero de este monasterio, situado justo al lado del punto dónde nace el Nilo Azul en el lago Tana. El luagr es muy bonito y evocador, con plantas de papiro en las orillas del incipiente río, pájaros sobrevolando el agua y algún hipopótamo. Para llegar al monasterio desde este punto deben andarse unos 100 m. entre campos. La entrada cuesta 15 Birr, y aunque las pinturas que tiene no son comparables a las de Ura Khidane, sí tiene objetos interesantes de ver como copas, jarrones y sobre todo libros muy antiguos, auténticas filigranas sobre hojas de piel que se conservan admirablemente bien. El monje responsable es muy simpático y amable. El recorrido por el lago Tana se acaba volviendo de nuevo al embarcadero origen, tras más de cinco horas fantásticas.

Cataratas del Nilo Azul. También son conocidas localmente por Tis Abay (humo del Nilo) o Tis Isat (el agua que humea), y son una de las más espectaculares de África. Cuando al río se encuentra al máximo de caudal tienen una anchura de unos 400 m. y una caída de 45 m., llenando el aire de microscópicas gotas de agua centenares de metros alrededor, dando lugar a un microclima que posibilita la existencia de una frondosa vegetación que tiñe de verde toda la zona circundante. El conjunto es un maravilloso espectáculo para los sentidos. En las fechas de nuestra visita, al final de la temporada de lluvias, el Nilo llevaba un caudal de agua considerable, lo que nos permitió ver las cataratas en su máximo esplendor. Por otra parte recomendamos hacer esta visita por la mañana, antes del mediodía, con el fin de poder contemplar el vistoso arco iris que se forma por el efecto de los rayos de sol al atravesar las microgotas de agua.

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Cataratas del Nilo Azul
Esta es una excursión de una mañana y se puede hacer perfectamente por libre. Recomendamos estar en la estación de autobuses de Bahir Dar a las 5:45 h. de la mañana. Si aún no está abierta se puede aprovechar para almorzar en la cafetería Galaxy, enfrente de la puerta. Cuando se abren las puertas de la estación deberemos darnos prisa en pedir por el vehículo que va a Tis Abay y una vez localizado comprar el billete con la máxima celeridad para asegurarnos una plaza, ya que no parece haber mucha frecuencia. Este vehículo es un pick-up con cabina-remolque para pasajeros. El trayecto de 32 km de pista que separan Bahir Dar y Tis Abay se hace en unos 80 minutos y cuesta 3'60 Birr. Una vez llegamos al pequeño pueblo de Tis Abay debemos ir a la ticket office que hay al final de la pista que hace las veces de calle principal (a sólo 50 m. de dónde para el transporte). Es una pequeña caseta a la izquierda y la entrada cuesta 15 Birr. En este punto ya es posible que hayan aparecido unos cuántos candidatos a improvisados guías, aduciendo que el camino es muy difícil y que es muy fácil perderse, entre muchas otras historias increíbles (debemos reconocer que son perseverantes). Tampoco es cierto, como dice alguna guía, que si no se alquila un guía entonces debemos esperar una actitud agresiva por parte de algunos, o al menos nosotros no tuvimos problemas de este tipo. El camino que se debe seguir para llegar a las cataratas es el siguiente: a 30 m. de la ticket office tomar la calle de la izquierda y salir del pueblo bordeando la central hidroelèctrica (debe quedar a nuestra izquierda). Al salir del pueblo, a 1 km más o menos del punto anterior, tomar un puente a la izquierda y seguir recto otro kilómetro hasta llegar al parking de coches y control de tickets. En este camino debemos ver una valla metálica a nuestra izquierda que cerca la central hidroelèctrica. Desde el punto de control de tickets debemos bajar por un camino lleno de rocas y vegetación hasta encontrar el puente portugués (llamado así porqué fue construido por los portugueses a principios del s. XVII). Cruzado este bonito puente seguiremos por un camino de subida que pasa por entre unas pocas casas y tenderetes de recuerdos. A 50 m. de un alto baobab que hay a la izquierda del camino se llega a la cumbre de una pequeña loma y al bajar por el otro lado ya podremos empezar a ver las sucesivas cascadas, de menor a mayor. Como ya hemos dicho antes, todo el conjunto es sencillamente espectacular. Tras contemplarlas desde varios miradores naturales se puede volver al pueblo por el mismo camino o bien dar una vuelta circular, bajando por unos campos hasta la base de la cascada, subir por el otro lado y cruzar el Nilo con una tankwa (embarcación de papiro) hasta el pueblo. Para esta segunda alternativa quizás sí es recomendable ir acompañado por alguien que conozca el terreno y tener en cuenta que en temporada de lluvias la gran corriente del río puede desaconsejar cruzarlo con embarcaciones tan débiles. Por cuestiones de tiempo nosotros volvimos por el mismo lugar que habíamos venido. Un vez de nuevo en el pueblo debemos tener paciencia y esperar a que salga algún autobús de vuelta a Bahir Dar (nosotros tuvimos que esperar 3 horas y media). El último sale sobre las 15 h.

GONDAR
COMO LLEGAR

Es conveniente comprar el billete de autobús el día anterior (antes de las 18 h.) en la estación de Bahir Dar. El trayecto cuesta 20 Birr. Nuestro autobús acabó saliendo de Bahir Dar a las 6:55 de la mañana, pero como siempre, es conveniente llegar a la estación antes de las 5:45 h. Los aproximadamente 150 km de distancia son de pista en bastante buen estado (los últimos 10 km están asfaltados), lo cual permite al autobús ir más rápido que de costumbre y hacer el trayecto en unas 4 horas y cuarto.

DORMIR Y COMER
Belegez Pension (Tel. 114356). Una habitación pequeña con cama grande, baño privado, agua caliente y muy tranquila cuesta 60 Birr. Es bastante nueva y todo está muy limpio. Además el responsable es muy amable y servicial.

Para comer una alternativa económica es el Tana Snacks. El local es algo cutre, pero se come bien, especialmente pescado. Un fish cottelet cuesta 7 Birr. Otra opción, de más nivel, es el restaurante del Circle Hotel, dónde se puede pedir un plato de cordero asado muy bueno por 12 Birr (es la especialidad de la casa). En el restaurante Mini Fogera, al otro lado de la plaza dónde está el Hotel Fogera, un plato de carne asada, una Coca-cola y un té cuestan 10'5 Birr. En la calle principal hay unas cuantas cafeterías.

COSAS A VER

Castillos de Gondar
Fasil Ghebbi o Recinto Real (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979). Esta área cerrada de 70.000 m2 contiene seis castillos, edificios auxiliares, túneles y pasillos, todo del s. XVII, y realmente sorprende mucho encontrar estos castillos aquí. No en vano Gondar también es conocida como la Camelot de África. El sitio es fantástico y es muy agradable de visitar. De todos los castillos el mejor y más bien conservado es el castillo de Fasilidas, aunque ahora está cerrado al público por obras en su interior (parece que quieren hacer un museo). La planta baja del castillo de Mentewab es ahora una biblioteca pública adónde vienen niños y niñas a leer. La visita a este recinto se puede hacer perfectamente en dos o tres horas y la entrada cuesta 50 Birr. Esta entrada sólo sirve para una sola vez (en alguna guía dice que es válida para todo el día), aunque también es válida para la visita a la piscina de Fasilidas en el mismo día. El recinto está en la zona central de Gondar y su entrada principal está situada en el lado oeste.

Piscina de Fasilidas. Esta construcción, atribuida al emperador Fasilidas, seguramente siempre ha tenido una función ceremonial religiosa. Consta de una gran piscina rectangular y un pequeño edificio anexo de dos pisos, rodeados por un muro que cierra el recinto. El lugar es muy tranquilo y especialmente bonito por la frondosa vegetación que lo hace muy sombrío. Además sobre el muro han arraigado algunos árboles de tal forma que recuerdan algún templo de Angkor (Camboya). Visita muy recomendable. Para entrar aquí vale la misma entrada del Fasil Ghebbi, pero debe realizarse el mismo día. No se puede comprar una entrada separada sólo para la piscina ni es posible comprarla en el mismo lugar. También puede pasar que llegando hasta aquí en horario de visita no esté el responsable de abrir la puerta de entrada. Si tras buscarlo y dar la voz de aviso no aparece (a nosotros nos pasó) podéis optar por abrir vosotros mismos la puerta, ya que sólo hay un cerrojo sin candado. Este lugar se encuentra a 2 km al oeste de la Piazza, junto a la carretera a Bahir Dar y viene casi de paso para ir a Kuskuam. Para llegar hasta aquí se puede hacer a pie, preguntando para no perderse por las calles, o bien tomando un minibús que cuesta 1 Birr en la salida oeste de la Piazza (pedir por Fasil's pool), delante del supermercado Ras Dashen.

Debre Birhan Selassie. Esta iglesia se encuentra a 1'5 km al este de la Piazza y es la única construida durante el imperio gondarino, a finales del s. XVII, que sobrevivió entera a la destrucción generalizada de los derviches sudaneses. Su principal interés no es tanto el edificio en sí sino las magníficas pinturas que hay en su interior, tanto en las paredes como el techo. Especialmente este último, decorado con pinturas de 80 caras de querubines mirando en todas las direcciones, es seguramente una de las estampas más típicas de Etiopía y más reproducida en postales y recuerdos. La entrada a la iglesia cuesta 15 Birr y es de visita obligada si visitamos Gondar. Además el joven monje que obre las puertas de la iglesia es muy amable y simpático. Aparte, como curiosidad, diremos que el aspecto exterior de la iglesia, de piedra, recuerda al de las iglesias del Pirineo.

Centro de Gondar. Aparte de las visitas imprescindibles ya mencionadas también recomendamos pasear por las calles de la zona central de Gondar. En la misma calle de la oficina de Turismo se puede ver por fuera el palacio Ras Mikael Suhal (no es visitable). También se puede pasear por la calle que va al mercado y la estación de autobuses o ir en dirección al Fogera Hotel. En algunas calles del centro, viendo circular los garis (carros tirados por un caballo que transportan pasajeros o mercancía) y a muchos etíopes vestidos con sus ropas tradicionales, y además con los castillos de fondo, uno se siente como si estuviera en la Edad media.

Kuskuam. Se trata de otro recinto real, lugar de retiro para la emperatriz Mentewab, en lo alto de un pequeño cerro con una magnífica vista sobre Gondar y el Fasil Ghebbi. Actualmente Kuskuam está casi en ruínas y muy descuidado (la vegetación cubre buena parte del recinto). Aún así es una excursión muy recomendable por el lugar en sí y por el entorno de absoluta tranquilidad. Dentro del recinto se encuentran los restos del palacio principal y algunos edificios anexos, dónde todavía se pueden apreciar algunos detalles como figuras de animales y cruces en las paredes de la enorme sala de banquetes. También encierra la iglesia de Kuskuam Maryam, reconstruida durante la ocupación italiana, dónde se guardan los huesos de Mentewab. La entrada al recinto cuesta 15 Birr. Kuskuam está a 5 km del centro de Gondar y para llegar hasta aquí debemos tomar un minibús (cuesta 1'20 Birr) en la salida oeste de la Piazza y preguntar por Medical College, en la carretera a Bahir Dar. Al bajar delante del Medical College debemos retroceder unos 100 m. por la carretera y tomar a la izquierda una pista con una fuerte pendiente hacia arriba. Seguiendo esta pista durante 1'5 km se llega a Kuskuam, pasando antes por un punto desde dónde hay una vista excelente de Gondar, y cruzando un pequeño núcleo de casas. Para volver a Gondar andar por la pista hasta la carretera y allá esperar un minibús al centro.

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AKSUM
COMO LLEGAR

No hay un autobús directo que haga el trayecto Gondar-Aksum. Este debe hacerse en dos tramos: Gondar-Shire (unos 200 km) y Shire-Aksum (60 km). Como siempre, es conveniente comprar el billete a Shire (también conocido como Inda Selassie) el día antes en la estación de autobuses de Gondar (cuesta 45 Birr). Nuestro autobús acabó saliendo a las 6:55 h. Hasta Aksum todo es pista, excepto los primeros 3 km a la salida de Gondar que están asfaltados. Una buena parte del trayecto Gondar-Shire transcurre por las montañas Simien (ver Parque Nacional de las montañas Simien en el apartado COSAS A VER), lo que hace que este trayecto sea es-pec-ta-cu-lar, y no deberíamos perdérnoslo por nada del mundo. En los últimos kilómetros antes de llegar a Shire la pista mejora al hacerse más lisa, plana y con muchos tramos rectos. Llegamos a Shire sobre las 16:00, destrozados por el largo viaje, pero estamos de suerte y todavía estamos a tiempo de tomar el último autobús Shire-Aksum. Este autobús sale a las 16:30 h. y cuesta 10 Birr. Pese a que la pista no es mala acabamos tardando casi 2 horas y media para recorrer los 60 km a Aksum, debiddo principalmente a incontables paradas por el camino. Eso sí, al ser un servicio puerta a puerta, nos acaba dejando delante del hotel que hemos escogido. Hoy sólo han sido 13 horas de autobús (!).

En el caso de llegar demasiado tarde a Shire para conectar con el autobús a Aksum hay que pernoctar en Shire y continuar viaje al día siguiente. Hay mucho transporte de Shire a Aksum. Detrás mismo de la estación de autobuses de Shire está el National Hotel. El resto de hoteles de Shire parecen estar ya bastante alejados de la estación.

DORMIR Y COMER
Hotel Africa. Está situado ena calle principal de Aksum y es el favorito de los viajeros (y al parecer también del personal de Naciones Unidas, yaue el patio interior está lleno de sus Toyotas). Una habitación básica con cama grande, baño privado y agua caliente cuesta 50 Birr. Pueden haber cortes de luz y también tuvimos problemas con la presión del agua de la ducha, pero suponemos que ésto también pasa en el resto de la ciudad (recomendamos tener una linterna a mano). Por lo demás creemos que tiene una buena relación calidad-precio y el personal es bastante atento. Además tiene otros servicios como bar, restaurante, lavandería, Internet, y autobús gratuito al aeropuerto.

Para comer el restaurante del Hotel Africa es igualmente muy recomendable. Todos los platos cuestan entre 6 y 10 Birr. Un lugar de más nivel es el restaurante del Hotel Ramhai, pero los platos cuestan casi el doble.

COSAS A VER
Parque Nacional de las montañas Simien (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978). Aproximadamente a las 2'5 horas de salir de Gondar (90 km) se para para desayunar en Debark. Este pequeño pueblo, a una altitud bastante considerable, suele ser el campo base para todos los trekkings por las montañas Simien. En él se encuentran las oficinas del parque y también se pueden comprar algunas cosas básicas necesarias. A pocos kilómetros de Debark, retomando de nuevo el viaje a Shire, la pista entra de lleno en el área del parque y comienza un espectáculo alucinante, no apto para personas con vértigo. El tramo entre Debark y Adi Arkay desciende casi 2.000 metros por entre las montañas. La pista a menudo va colgada sobre abismos sin fondo, con curvas de 180º sin protecciones laterales, y a veces bajo cascadas de agua (algunas de decenas de metros de altura) que caen por las paredes de roca directamente sobre la pista. Es realmente impresionante. A las 13:00 h. llegamos al pequeño pueblo de Adi Arkay, dónde el autobús para 10 minutos para descansar un poco. En esta parada se puede aprovechar para mirar hacia el horizonte y contemplar un paisaje espectacular formado por las cumbres puntiagudas de las Simien (recuerda enormemente el Canyon Valley de Arizona).

Aksum (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980). Aunque en un pasado muy lejano (siglos antes del nacimiento de Cristo) fue la capital del imperio aksumita y de una gran civilización, hoy día es una modesta ciudad rural muy, muy tranquila. En ella se encuentran desperdigados los restos de palacios, tumbas, estelas e inscripciones. Quizás lo que más sorprende es saber que aún están por excavar la mayor parte de restos arqueológicos de Aksum. Pero nuestra opinión es que Aksum es menos interesante, en conjunto, que Bahir Dar, Gondar o Lallibela, a no ser que se tenga mucho interés en la arqueología, aunque también debemos decir que, a poco que se pueda, vale la pena hacer el esfuerzo de llegar hasta aquí (el camino desde Gondar o la tranquilidad de Aksum ya justifican por sí sola la visita). Con ésto sólo queremos decir que en caso de no poder visitar las cuatro ciudades del circuito norte por falta de tiempo, nosotros prescindiríamos de Aksum.

Saliendo del hotel y yendo hacia el oeste, en dirección al museo, lo primero que encontramos, detrás de la oficina de Ethiopian Airlines, es la tumba del rey Basen y otras tumbas anexas excavadas en la pared de roca. Muy cerca de aquí se encuentra el parque del rey Ezana, dónde podemos ver pilares, estelas y un bloque de piedra con inscripciones en Ge'ez (amhárico antiguo), Griego y Sabaean.

El siguiente punto de interés puede ser el museo de Aksum. Aquí se puede comprar la entrada (50 Birr) que da acceso a todos los lugares arqueológicos de Aksum para todos los días de nuestra visita. Nosotros decidimos no pagar la entrada ya que otros viajeros nos habían avisado de que en muchos de los lugares arqueológicos no es necesario entrar (se ve perfectamente desde fuera) y además sólo pensábamos dedicar un día entero a Aksum.

Detrás del museo tenemos la iglesia de Tsion Maryam. Parece ser que ésta fue la primera iglesia que se construyó en África (s. IV), pero la que podemos ver ahora es una construcción que llevó a término el emperador Fasilidas en el s. XVI, ya que la original fue destruida (se dice que en un lugar bien custodiado de esta iglesia se encuentra el Arca de la Alianza, pero no hay ninguna posibilidad de verla, ya que por lo visto sólo hay una persona viva que la ha visto y es su guarda actual (!!)). El acceso a la iglesia y a un museo anexo construido por la esposa de Haile Selassie cuesta 60 Birr y la entrada está prohibida a las mujeres. Nosotros optamos por no visitarla porque también nos habían llegado comentarios de que el precio es exagerado para el valor real de lo que hay a ver. En cualquiera caso se puede dar una vuelta por los jardines exteriores de la iglesia.

Pocos metros al norte de Tsion Maryam está el campo principal de estelas, el cual contiene unas 75 estelas de varias formas y tamaños. Alguna llegaba a los 33 metros de altura (estela de Ramhai), pero ahora yace en el suelo partida en múltiples trozos. De las estelas que quedan en pie la más alta es la estela de Ezana, con una altura de 23 m. El campo de estelas es visible desde fuera del recinto cerrado.

Siguiendo el camino que hay al nordeste del campo de estelas encontramos primero el camino asfaltado de subida al Yeha Hotel. Desde la terraza de este hotel hay una buena vista del campo principal de estelas y también de una parte de Aksum. También es un buen lugar para tomar una bebida en un entorno agradable. Volviendo de nuevo al camino e inmediatamente a la derecha encontramos la piscina de la Reina de Shaba, llamada así porqué la leyenda dice que la construyó la mítica reina. Actualmente no es nada más que un gran depósito de paredes de cemento. Medio kilómetro más allá, a la izquierda, encontramos una pequeña barraca dónde se guarda la tabla trilingüe. Esta sólo se puede ver si se tiene la entrada y si está el guarda del lugar para abrir la puerta de la caseta (en el momento de nuestra visita no había nadie y la puerta estaba cerrada con candado). Andando 1 km más se llega al palacio de Kaleb, del cual sólo quedan los restos que son visitables sólo con la entrada. Siguiendo nuestro trayecto y andando una media hora más de subida por un precioso camino entre piedras y árboles-eufòrbia se llega al monasterio de Pantaleon, en lo alto de un cerro desde el que hay una excelente vista de los alrededores. El monasterio se puede visitar libremente, pero la entrada a la iglesia cuesta 15 Birr y sólo está permitida a los hombres. Para volver al centro de Aksum se puede deshacer el camino andado o bien tomar un atajo campo a través bajando por el cerro en dirección a la ciudad, llegando a la calle principal de Aksum tras pasar por delante del hotel Ramhai. Todo este circuito es muy recomendable: además de restos arqueològicos nos permite ver preciosos paisajes rurales.

Unos 3 km al oeste del Africa Hotel, ya a las afueras de Aksum y en la carretera a Shire, se encuentra el campo de estelas Gudit, formado por decenas de pequeñas estelas lisas y con no más de 2 m. de altura. El conjunto es perfectamente visible desde el borde del campo de hierba dónde se encuentran. Al otro lado de la carretera están los restos del palacio Dongar, también conocido como de la Reina de Shaba. Para visitar el palacio también hace falta tener la entrada, pero desde fuera se puede ver bastante bien.

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LALLIBELA
COMO LLEGAR

Para ahorrarse los dos días de viaje que suponen los aproximadamente 475 km de carretera (vía Adwa, Aby Aday y Sekota) entre Aksum y Lallibela no hay duda que la mejor alternativa es el avión. El precio de este vuelo de Ethiopian Airlines es de 64 €. Nosotros lo habíamos reservado y comprado días atrás en la oficina de Ethiopian Airlines en la Piazza de Addis Ababa, pero posteriormente en Aksum pudimos cambiar sin problema la fecha final del vuelo (aun cuando los cambios siempre están naturalmente sujetos a la disponibilidad de plazas en el vuelo en cuestión).

El aeropuerto de Aksum está a 5 km del centro y para ir lo mejor es el servicio gratuito de minibús del Africa Hotel. El vuelo sale a las 10:50 h, pero es conveniente estar en el aeropuerto a las 9:00 para pasar con tranquilidad los sucesivos controles de pasaporte y equipaje (todo se hace aún manualmente y el equipaje se revisa con lupa). Como en todos los vuelos interiores, en el momento de hacer el check-in deben pagarse 10 Birr en concepto de tasas de aeropuerto. El trayecto se hace en un Fokker 50 de hélices y dura 40 minutos. Una vez en el miniaeropuerto de Lallibela debemos buscar un transporte a Lallibela, a 25 km. Es importante estudiar todas las alternativas que se nos presenten en la terminal y fuera de ella y regatear para obtener un buen precio, ya que los precios ofrecidos suelen ser caros. La agencia oficial NTO cobra 50 Birr por plaza, pero se puede conseguir pagar 25 Birr regateando con alguna de las otras agencias. El trayecto de 25 km a Lallibela transcurre por una carretera asfaltada que sube hasta los 2.630 m. de altura a los que se encuentra el pueblo, y se hace en unos 30 minutos.

DORMIR Y COMER
Hotel Asheton. Una habitación con dos camas grandes, baño privado, agua caliente y que da a un patio interior cuesta 80 Birr, pero regateando se puede obtener por 70. También tiene bar y restaurante. Después de ver otros como el hotel Seven Olives (25 US$ por una habitación del mismo estilo que la del Asheton) o el hotel Fikre Selam (sólo 25 Birr, pero es muy, muy básico) pensamos que el Asheton tiene una buena relación calidad-precio.

Para comer o cenar una alternativa es el restaurante Blue Lal (también conocido como Chez Sophie) dónde una buena pizza cuesta 12 Birr. También está bastante bien el restaurante Blue Nile, en la calle de bajada a la ticket office de las iglesias. Otro es el restaurante del propio hotel Asheton, pero algo más caro de lo habitual y sin nada especial. En la plaza central tenemos la cafetería Shallom, un buen lugar para sentarse en su terraza y contemplar el panorama mientras bebemos un delicioso té con canela. Justo al lado de ésta tenemos la cafetería John, similar a la anterior.

COSAS A VER
Lallibela. Este pequeño pueblo, también conocido como la Petra de África, y sus maravillosas iglesias talladas en la roca son de visita obligada en un recorrido por la Etiopía histórica. A 2.630 m. de altura y prácticamente incomunicada del mundo hasta hace relativamente poco Lallibela mantiene un aire medieval que la hace única en el mundo cristiano. Desde el año 1997 ya se puede llegar hasta aquí durante todo el año, puesto que la carretera principal ahora es transitable en la época de lluvias. Esto no quiere decir que el viaje por tierra sea fácil, con lluvia o sin ella. Por otra parte, es absolutamente recomendable traer suficiente dinero en efectivo, ya que no hay ni un banco dónde cambiar en toda la zona.

Iglesias talladas en la roca (declaradas Patrimonio de la Humanidad per la UNESCO en 1978). La leyenda dice que, en un intento de crear una Jerusalén en territorio africano, el rey Lallibela ordenó la construcción de estas iglesias durante su reinado, en los s. XII y XIII. Pero la diferencia de estilos y de estado de conservación hace pensar que en realidad el periodo de tiempo pasado entre la construcción de la primera y de la última fue mayor. Las iglesias se dividen en dos grupos separados por el pequeño río Jordán: el grupo noroeste (compuesto por 7 iglesias) y el grupo sudeste (5 iglesias), aunque todavía hay una decimotercera iglesia, la de Bet Giorgis, separada de los dos grupos anteriores. Algunas de las iglesias están recubiertas por estructuras metálicas y de madera que las afean mucho y que a veces no permite hacerse una idea exacta del conjunto, pero hemos de entender que el objetivo es preservarlas del grave problema de conservación que suponen las filtraciones de agua. La visita a las iglesias se puede hacer perfectamente sin guía, aun cuando a veces se hace difícil ir encontrando las iglesias porque no hay indicaciones de ningún tipo. Unos conocidos nos recomendaron el guía Yirgu Mekonenen, alias Jordan (Northwollo, c/o Lallibela Post Office - Lallibela).

En cualquier caso, si queréis un guía aseguraos de que realmente será útil, porque hablamos con algún visitante que había alquilado el servicio de un guía sin la menor preparación. Bajando unos 600 m. desde la plaza principal hacia el mercado se encuentra la ticket office dónde debe comprarse la entrada. Cuesta 100 Birr, pero da acceso a todas las iglesias durante todos los días que dure nuestra visita. El horario de visita es teóricamente de 6 a 12 y de 14 a 17 horas.

- Grupo noroeste. Es el primer grupo que se encuentra entrando por el punto de venta de entradas. Las iglesias están muy pegadas unas a otros y el acceso suele ser a través de pasillos excavados en la roca. El recorrido de nuestra visita empieza por la iglesia Bet Medhane Alem, continúa con Bet Maryam, Bet Danaghel, Bet Meskal, Bet Mikael, Bet Golgota, y acaba saliendo por una celda cruciforme llamada Tumba de Adan. A las iglesias de Bet Mikael y Bet Golgota se entra por la misma puerta y parecen una sola, siendo Bet Golgota la más interior. Esta última es la única que tiene prohibido el acceso a las mujeres y es justamente una de las más bonitas, ya que en sus paredes interiores hay esculpidos unos santos en tamaño natural.

- Grupo sudeste. Este grupo de iglesias está muy próximo al anterior, pero el acceso a cada una de las iglesias es bastante más complicado y laberíntico. Aún así no es difícil encontrar a alguien por el camino, preguntar por el nombre de la iglesia y seguir sus indicaciones para localizarla. Recorriendo los túneles y pasillos, naturales y artificiales, que conducen de una iglesia a otra, es fácil sentirse transportado a un escenario de película de Indiana Jones (aquí se entiende el porqué del apodo Petra). El grupo sudeste está formado por Bet Gebriel-Rafael, Bet Abba Libanos, Bet Lehem, Bet Emanuel y Bet Mercurios. Para nosotros la mejor de este grupo es Bet Emanuel, aunque al estar ahora protegida por un andamio y un techo metálico pierde parte de su encanto. Tiene una altura de 12 metros y se cree que era la iglesia privada de la familia real.

Iglesia de Bet Georgis
Por último decir que da la sensación de que este grupo es menos visitado que el anterior y no es extraño recorrer estas iglesias sin encontrar prácticamente ningún otro visitante.

- Bet Giorgis. En nuestra opinión es la más bonita, original e impresionante de todas. Evidentemente también es la más famosa. Tiene una altura de 15 metros, excavada por debajo del nivel del terreno. En las paredes exteriores de la roca hay orificios dónde hacen vida los anacoretas que vienen buscando el recogimiento espiritual y la oración. En uno de ellos hay un esqueleto humano, posiblemente de un anacoreta que encontró la paz espiritual definitiva. El interior de esta iglesia no tiene nada especial, fuera de la habitual parafernalia de cruces, libros antiguos y enseres ceremoniales.

Bet Giorgis se encuentra al sur de la salida del grupo noroeste, tras cruzar la calle que pasa junto al cementerio.

Monasterio de Nakuta La'ab. Fuera de Lallibela hay otros monasterios e iglesias que son muy poco visitados por la dificultad del acceso, ya que se encuentran en parajes muy aislados en medio de las montañas. De todos ellos sólo dos son accesibles en una excursión de un día o menos: Nakuta La'ab y Aheton Maryam. Nosotros optamos por visitar el primero porque es el más accesible. Está a unos 6 km de Lallibela siguiendo la carretera asfaltada al aeropuerto. Primero debemos llegar a un pequeño pueblo con el mismo nombre que está a la izquierda de la carretera y después continuar 500 m. por un camino que cruza el pueblo hasta llegar al monasterio. La entrada cuesta 20 Birr. Nosotros hicimos este trayecto andando desde Lallibela, pero finalmente no pudimos encontrar el monasterio siguiendo las escasas indicaciones de la guía y la imposibilidad de encontrar a alguien que entendiera donde queríamos ir. De todos modos, si se dispone de tiempo, podemos recomendar este largo y agradable paseo porque se disfruta de un paisaje rural bonito y tranquilo. Además, a medio camino, se cruza un pequeñ desfiladero dónde se pueden contemplar muchos pájaros de diferentes especies. Al volver hicimos autostop y afortunadamente un pick-up paró y nos dejó de nuevo en Lallibela. También se puede intentar ir hasta el monasterio contratando un vehículo a la agencia estatal NTO (cuesta unos 30 Birr por cabeza).

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DESSIE
COMO LLEGAR

Para salir de Lallibela la alternativa más rápida es evidentemente el avión (el vuelo Lallibela-Addis cuesta 97 US$), pero también existe la opción terrestre, mucho más barata, aunque también más dura y costosa en tiempo. En primer lugar se puede intentar localizar a alguien que haga la misma ruta en un vehículo privado, que le sobre alguna plaza y llegar a un acuerdo económico, aun cuando son demasiadas casualidades y sería tener mucha suerte (alquilar un taxi es tan o más caro que el avión). La alternativa de transporte público en autobús supone dos días para llegar a Addis, con dos o más conexiones. Hay un autobús diario Lallibela-Woldia a las 6:00 h. (tarda unas 5 horas en recoorer los 120 km de distancia). Una vez en Woldia debe tomarse otro autobús a Dessie y, al día siguiente, otro Dessie-Addis Ababa. Pero ahora también hay un autobús directo de Lallibela a Dessie (sólo martes y jueves) dónde debemos pernoctar y continuar viaje a Addis Ababa a la mañana siguiente.

Nosotros tomamos este autobús directo a Dessie y que cuesta 36 Birr. Es recomendable comprar el billete el día antes yendo a la oficina de la Church Comissionary (está poco antes de llegar a la ticket office de las iglesias. El autobús sale de la plaza central aproximadamente a las 6:15 h., aunque debemos estar allá antes de las 5:30 h. por aquello de conseguir un buen asiento (?). Los primeros 22 km son de asfalto (es la carretera que va al aeropuerto), pero acto seguido empieza una pista muy mala que sube y sube hasta llegar a Gashena, unas 3 horas después de haber salido. Gashena, dónde paramos a desayunar unos 20 minutos, es un pequeño pueblo muy cutre que en realidad es un cruce de carreteras. Hace mucho frío debido a la altura. Desde Gashena a Woldia (unos 56 km) una pista más o menos en buen estado baja de forma continuada hasta un valle, con curvas de 180º y rampas impresionantes, no aptas para personas con vértigo. En Woldia, tras 6 horas y cuarto de viaje, hay una nueva parada para almorzar. Aquí ya hace bastante más calor. De Woldia a Dessie hay 120 km, de los cuales la primera mitad es asfaltada y la siguiente una pista en buen estado. El autobús tarda unas 3 horas y 30 minutos en recorrer esta distancia. Lo primero que deberíamos hacer una vez en la estación de autobuses de Dessie es comprar el billete para el trayecto del día siguiente a Addis. Hay una pequeña oficina en el perímetro de la estación dónde se venden por 37 Birr.

DORMIR Y COMER
La oferta de hoteles de Dessie deja mucho que desear. El hotel Ambaras (según la guía el mejor de la ciudad, a 60 Birr la habitación doble) está cerrado, al menos en la fecha de nuestro viaje. El siguiente que miramos es el hotel Fasika (visto por fuera tiene buena pinta), pero estaba lleno. Finalmente nos quedamos en la Pension Royal, a la que se llega preguntando porque no hay ningún rótulo en ninguna parte. Una habitación muy básica, con cama grande, baño privado y agua caliente cuesta 40 Birr (tras regatear los 50 Birr iniciales). El resto de hoteles próximos son puti-clubs que alquilan habitaciones a horas, aunque también es posible para toda la noche. Precisamente Dessie tiene fama por su vida nocturna, con muchos bares dónde la música suena a todo volumen hasta altas horas de la madrugada. Esto se traduce en que dormir en esta ciudad, al menos en esta zona central, es poco menos que imposible hasta que no se cierran todo.

Para comer una opción es el restaurante Blue Nile, en la misma calle que la Pension Royal, aunque tiene el problema de que la carta está sólo en amhárico y se debe pedir a ciegas. Otra opción es el cercano hotel Dessie, un lugar multi-función ya que hace las veces de hotel, pub, restaurante y puti-club. Las costillas de cordero o tibs están bastante buenas. La decoración del pub-restaurante es muy kitsch, con una luz tenue. Al otro lado de la carretera hay un par de pastelerías.

COSAS A VER
Dessie es una ciudad bastante grande y moderna, sin demasiado encanto, y que nos sirve únicamente como punto de parada para pernoctar en nuestro largo trayecto de Lallibela a Addis. Aparte de dar un pequeño paseo por su calle principal no hay nada más que hacer aquí. Sí se puede aprovechar el hecho de que hay una oficina de las Ethiopian Airlines para reservar o comprar vuelos.

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ADDIS ABABA (II)
COMO LLEGAR

El autobús a Addis cuesta 37 Birr y sale a las 6 de la mañana, pero, como siempre, es recomendable estar en la estación antes de las 5:30 h. El primer tramo hasta Kombolcha está asfaltado y es todo de bajada. A partir de Kombolcha y durante bastantes kilómetros la carretera está en obras de mejora (las obras son a cargo de una joint venture entre la empresa española Dragados y una empresa local), lo cual enlentece el viaje. Cuando finaliza el tramo en obras el resto hasta Addis Ababa es carretera asfaltada. El autobús para en Debre Sina para almorzar. El trayecto entre Debre Sina y Debre Birhan es espectacular porque transcurre a mucha altura, entre zonas de bosque alpino, y se pasa por los tres únicos túneles que hay en Etiopía (se llaman túneles de Mussolini porque fueron construidos por los italianos). Se llega a la estación de autobuses de Addis Ababa sobre las 16:15 h. En total son 380 km y más de 10 horas de viaje.

DORMIR Y COMER
Delante de la estación de autobuses se toman los minibuses a la Piazza por 0'55 Birr (cruzan la zona del Mercato). Esta vez nos quedamos en el hotel Baro, en el que una habitación doble, un poco decrépita, con baño privado y agua caliente cuesta 70 Birr.

Descubrimos un lugar para comer que está muy bien. Se trata del restaurante Tseday, junto al hotel Continental. Es un lugar muy agradable y sirven varios tipos de pizza muy buenas por unos 12 Birr. Para ir a tomar una bebida, comer y/o pasar un rato agradable en un lugar con mucho encanto recomendamos el hotel Taitu, el más antiguo de Addis Ababa.

COSAS A VER
En esta ocasión Addis Ababa supone sólo una tarde-noche de tránsito en nuestro viaje del norte al sur del país. Aprovechamos para ir a la oficina de Ethiopian Airlines en la Piazza y comprar un vuelo para el día siguiente con destino Arba Minch por 74 €. De paso hacemos la reserva para otro vuelo Dire Dawa-Addis Ababa previsto al final de nuestro viaje.

 

ARBA MINCH
COMO LLEGAR

Para ir al aeropuerto desde la Piazza lo más económico es un minibús (salen desde el lado oeste de la plaza a partir de las 6 de la mañana y cuesta 2 Birr). El vuelo sale a las 9 de la mañana (debemos estar 2 horas antes en el aeropuerto) y tarda 90 minutos hasta aterrizar en Arba Minch. El avión es un pequeño Fokker de hèlices de sólo 25 plazas y es el mismo vuelo que después continúa hacia Jinka. El trayecto es muy bonito porque poco después de dejar atrás Addis Ababa podemos ver desde la ventanilla los distintos lagos y cráteres del Rift Valley. El último que se ve antes de aterrizar en Arba Minch es el enorme lago Abaya. Una vez en el aeropuerto de Arba Minch no hay transporte, ni público ni privado, para ir a la ciudad, a 5 km. Si no se tiene la enorme suerte de que haya algún vehículo en el aeropuerto que nos quiera llevar o bien pase algún vehículo por la carretera y pare, teniendo en cuenta que en esta carretera el tráfico es inexistente, entonces lo más probable es tener que andar esa distancia con las mochilas (es lo que tuvimos que hacer nosotros).

DORMIR Y COMER
En Arba Minch sólo parece haber un hotel con agua caliente: el hotel Bekele Mola. Un bungalow amplio y que está muy bien, con una cama grande, baño privado y agua caliente cuesta 121 Birr. Es muy tranquilo y está situado en un lugar excepcional, con el lago Abaya a la izquierda, el lago Chamo a la derecha, y enfrento el Parque Nacional Nechisar. Esta vista ya justifica por sí sola el sobreprecio. En este hotel suelen pernoctar los grupos que van en vehículo privado hacia el sur a visitar las tribus de Omo, ya que el Bekele Mola es el último hotel con cara y ojos que hay en la ruta al sur. Creemos que este hecho hace que no estén acostumbrados (o no tengan interés) a recibir viajeros que van por libre sin vehículo y eso da lugar a una cierta antipatía y desprecio por parte del personal de recepción. Otro inconveniente, quizás relacionado con el anterior, es que el hotel está a 2 km del núcleo de Shecha y no hay transporte para cubrir esa distancia (quizás se supone que todo el mundo tiene vehículo propio). Para los huéspedes del hotel que viajan con transporte público sólo queda la posibilidad de hacer esta distancia a pie o hacer autostop.

El propio hotel Bekele Mola tiene un restaurante con una magnífica terraza, desde la cual hay una vista inigualable, pero como es de esperar todo es bastante más caro que fuera de aquí. Una opción bastante más económica es el restaurante Soma, en el núcleo de Shecha. Sirve uno fish cottelet con una guarnición muy completa por sólo 10 Birr. También recomendamos el restaurante Quma Keethaa, en la misma calle que la oficina de Correos. Por otra parte, la terraza exterior de la cafetería Flamingo, junto a la rotonda central del núcleo de Sikela, es un buen lugar para contemplar la vida cotidiana de esta ciudad provinciana.

COSAS A VER
Arba Minch es la capital de la provincia de Gamo-Gofa y la ciudad más grande del sur de Etiopía, pero aún así es un lugar increíblemente tranquilo. En realidad Arba Minch está formada por dos núcleos urbanos separados entre sí por una carretera de 4 km y un desnivel de 200 m. El núcleo norte y más bajo es Sikela, mientras que al sur tenemos Shecha. Para ir de uno a otro hay minibuses durante todo el día y hacen el trayecto por 1 Birr. Arba Minch, como ciudad, no tiene nada de especial, pero a nosotros nos sirvió como campo base para explorar los alrededores y hacer una incursión más al sur. También lo aprovechamos como lugar de relax después de unos cuantos días ya de viaje por Etiopía. Por otra parte, en el núcleo de Sikela hay una oficina de Ethiopian Airlines que ha cambiado de ubicación y ahora se encuentra a tres manzanas de la rotonda principal, sobre la calle que sale de esta rotonda en dirección norte.

- Granja de cocodrilos y lago Abaya. En esta granja hay unos 8.000 cocodrilos entre 1 y 8 años con la finalidad de equilibrar la población natural de cocodrilos del lago y también para la exportación de pieles. La granja está formada por diferentes tanques con agua que separan los cocodrilos según edad. La visita a esta granja es la excusa para una excursión que permite pasear por entre un bosque dónde es posible ver pájaros y monos. Además, andando unos 300 m. desde la granja se llega al mismo borde del lago Abaya. El agua de este lago es muy marronosa debido a la cantidad de óxido férrico presente. Para llegar a la granja desde Sikela (a unos 6 km), si no se dispone de vehículo propio, deberemos salir andando de Sikela por la carretera del aeropuerto. Pocos metros después de cruzar un puente debemos tomar un camino a la derecha indicado con un rótulo. Tras andar unos 2'5 km por este camino entre árboles y arbustos se llega a una pista. Deberemos tomarla a la derecha y seguirla unos 2 km más hasta llegar a la granja. Si pasa algún vehículo en la misma dirección se puede probar de hacer autostop. La entrada a la granja cuesta 10 Birr y la visita se hace en compañía del encargado de las instalaciones.

- Lago Chamo. Una actividad muy recomendable es una excursión en barca por el lago Chamo. Podremos ver, aparte del propio lago y su entorno de montañas de origen volcánico, importantes colonias de pájaros, cocodrilos e hipopótamos (especialmente en el Crocodile Market, lugar llamado así por el gran número de ejemplares que se pueden ver). Se dice que es el mejor lugar de África para ver grandes cocodrilos. Se recomienda hacer esta excursión a última hora de la tarde (a partir de las 16:30 horas) ya que el sol está más bajo en el horizonte, la luz es muy bonita, y los cocodrilos y pájaros salen a comer. El embarcadero dónde se toma la barca está a unos 7 km de Shecha (1 km de carretera asfaltada y el resto de una pista bastante mala que baja hasta la orilla del lago). Esto hace necesario disponer de un 4x4 para ir, y a esto debemos sumar el coste de la barca (oficialmente la barca de la Marine Authority en Shecha cuesta 300 Birr para 6 personas), pero el problema puede ser encontrar gente para compartir el gasto del vehículo y la barca si no llegamos a esa cantidad. Recomendamos correr la voz por el pueblo y pedir a otros viajeros que puedan estar interesados en hacer juntos la excursión. También avisamos de que debemos tener mucho cuidado con ciertos intermediarios que prometen organizarlo todo, pero que finalmente cobran un fuerte sobreprecio por una excursión que no es la pactada. En nuestro caso pagamos sólo 50 Birr por cabeza (4x4 y barca) porque tuvimos la suerte de encontrar a cuatro etíopes con vehículo propio, con los cuales compartimos la barca.

Parque Nacional Nechisar y Hot Springs. Al no disponer de un vehículo 4x4 propio y no querer pagar la burrada que se pide para alquilar uno (de 600 a 800 Birr por día) no consideramos la posibilidad de realizar un game drive al parque Nechisar. Pero sí nos habíamos propuesto visitar las fuentes de aguas termales que dan nombre a la ciudad (Arba Minch significa cuarenta fuentes). Estas se encuentran dentro del parque nacional Nechisar, a unos 4 km de Sikela, y según la guía Bradt para ir a las fuentes no debe pagarse entrada al parque porque oficialmente se considera que el camino es público. Pero ésto ha cambiado y ahora deben pagarse los 70 Birr que cuesta la entrada (válida para dos días) al parque, aunque sólo se quieran visitar las fuentes. Hay guardas del parque que vigilan el camino y por tanto no parece demasiado aconsejable pasar de largo las oficinas del parque sin pagar la entrada, pero up to you!. Nosotros consideramos que no valía la pena pagar esta cantidad para ver las fuentes y no fuimos. En cualquier caso el camino para ir es el siguiente: desde la rotonda principal de Sikela debemos tomar la carretera del aeropuerto y a unos 750 m. girar a la derecha por una pista de arena señalizada con un gran rótulo del parque. Siguiendo la pista, un kilómetro más allá se cruza la puerta de entrada al parque y a pocos metros hay un desvío a la izquierda que lleva a las oficinas del parque, a unos 100 m. Si continuamos recto por la misma pista llegamos a las fuentes termales, a unos 3 km.

Dorze y Chencha. El interés de estos dos pequeños pueblos a 30 y 36 km de Arba Minch respectivamente es la existencia de cabañas construidas con una forma muy peculiar, similar a una enorme colmena. Esta región está habitada por la etnia dorze y al encontrarse a 2.900 m. tiene un clima frío y brumoso. Chencha también es famoso por sus tejidos de algodón. Para ir a estos dos pueblos no hay transporte público regular, pero es posible tomar alguno de los 4x4 que por las mañanas hacen el viaje y que salen de un lugar próximo a la estación de autobuses de Sikela. Nosotros no pudimos realizar esta excursión al no encontrar ningún vehículo que fuera hasta allí (y sin pagar un precio faranji, claro). De todos modos creemos que es una excursión que vale la pena intentar.

Más información del sur de Etiopía en
Viaje por el sur y el valle del Omo.
Konso y el sur de Omo. Dado que nos encontrábamos en Arba Minch y disponíamos de algún día extra, y aunque no era el objetivo inicial de nuestro viaje, nos propusimos hacer una pequeña incursión a los pueblos del sur visitando sólo Konso y sus alrededores en una excursión de un solo día. Tras nuestra experiencia sobre el terreno debemos decir que realmente es muy difícil, por no decir imposible, visitar la zona sin un vehículo 4x4 a nuestra disposición, a no ser que destinemos muchos y muchos días para poder movernos entre los distintos pueblos con camiones sin fecha y hora fija de salida. Si se quiere visitar la zona sur de Omo, incluyendo el parque nacional Mago, para ver las diferentes etnias que habitan (hamer, mursi, konso, karo, ari, tsemais, ...) parece que la mejor opción es alquilar un vehículo 4x4 con chófer y todo lo necesario en Addis Ababa y empezar la excursión desde ahí (los precios parecen ir desde los 90 a los 200 US$ por vehículo y día).

Nuestra excursión a Konso empieza a las 4:30 de la mañana, caminando los 2 km de pista del Bekele Mola a la rotonda principal de Shecha, dónde nos han dicho que sale un autobús a Konso a las 5:00 horas. Pero resulta que el supuesto autobús es en realidad un camión que acaba pasando a las 5:25 h. y que carga pasajeros en la cabina y el remolque (quizás sí había un autobús Arba Minch-Konso que pasaba más tarde, pero como no estaba claro y los etíopes que esperaban nos indicaron que cogiéramos el camión pues así lo hicimos). El trayecto de 85 km nos cuesta 13 Birr y llegamos a Konso a las 9 de la mañana, después de una parada en un poblado intermedio para cargar sacos con destino al mercado de Konso. Una vez en Konso, tras desayunar en el hotel Konso Edgetl, vamos a la oficina de Turismo, siguiendo las indicaciones de la guía Bradt, para obtener el permiso de visita y alquilar un vehículo que nos permita realizar una excursión de medio día a los poblados de Dekatu, Mecheko y Gesergiyo, cercanos a Konso. En la oficina obtenemos el permiso pagando 30 Birr, pero nos dicen que ellos no tienen ningún vehículo y que lo deberíamos buscar y negociar nosotros con alguien que tenga uno: en resumen, la oficina de Turismo sólo pone el guía. Ante ésto decidimos que sólo visitaremos Dekatu, el único poblado accesible a pie desde Konso, y rechazamos los servicios de un guía.

Konso sólo tiene el valor de ser la puerta de entrada a la región de Omo y un campo base desde el que explorar los poblados de la etnia konso que hay en los cerros próximos, como los mencionados anteriormente. Especialmente vale la pena hacer coincidir la visita con el día de mercado (lunes y jueves), no sólo porqué hay más posibilidades de ver la gente que va al mercado, sino también porqué hay más transporte entre Arba Minch y Konso.

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Mujeres konso
Andando unos 2'5 km de subida por la carretera a Jinka desde la rotonda central de Konso se llega a un punto, muy cercano ya al mercado de Konso, desde el que sale un pequeño camino de 1 km de bajada entre los campos hasta Dekatu. Es un camino muy bonito y muy transitado por cientos de personas a pie que transportan todo tipo de mercancías hacia el mercado. Dekatu es un poblado tradicional rodeado por un cercado y habitado por personas de la etnia konso. En definitiva es muy bonito y fotogénico, y perderse por entre los callejones que recorren el interior del pueblo es una experiencia maravillosa, pero también avisamos de que los niños aquí son especialmente molestos y es imposible evitar que te sigan a todas partes (¿quizás con la compañía de un guía esto no pasaría?). También se nota que están acostumbrados a la presencia de visitantes y piden dinero por absolutamente todo (quizás los mursi ya han creado escuela en esto de sacar dinero al visitante!), pero también podemos decir, por experiencia, que se puede evitar pagar, sin tener problemas, si evitamos fotografiar personas.

Para volver a Arba Minch parece ser que hay un autobús, pero no es diario y su horario es errático (preguntamos a varias personas y cada una nos daba una hora totalmente distinta). Por lo tanto la solución pasa por encontrar algún camión que vaya a Arba Minch (todos pasan o salen de la rotonda central de Konso) y pactar un precio por ir en la cabina o el remolque. Nosotros volvimos hasta Shecha en la cabina de un camión de doble remolque, acordando un precio de 10 Birr. Salimos de Konso a las 14:00 h. y llegamos a Shecha a las 19:00 h, incluyendo una parada de 90 minutos en el mercado de Kato, un pequeño pueblo a unos 20 km de Konso, para cargar más sacos, y otras paradas técnicas.

 

NAZRET
COMO LLEGAR

El trayecto Arba Minch-Nazret debe hacerse en dos etapas, Arba Minch-Modjo y Modjo-Nazret, que sólo suponen 1 día de viaje, ya que en general hay una buena carretera asfaltada.

Para la primera etapa compramos el día antes en la estación de autobuses de Sikela el billete de autobús a Addis por 46'5 Birr (aunque realmente bajamos del autobús en Modjo, a unos 75 km de Addis, pagamos el billete entero). Este autobús sale de delante del hotel Wibaate de Shecha sobre las 5:30 de la mañana para ir a continuación a la estación de autobuses de Sikela, dónde para un largo rato, y vuelve a salir sobre las 7 de la mañana. La carretera entre Arba Minch y Sashemene está bastante bien asfaltada, pero a partir de Sashemene es ya de auténtico lujo para este país: muy ancha, asfalto impecable y líneas pintadas. Finalmente bajamos del autobús en un cruce de la carretera cercano a Modjo a las 14:30 h. (435 km en sólo 7 horas y media!!).

En el cruce dónde para el autobús tomamos un minibús que nos lleva hasta la pequeña estación de autobuses de Modjo, en el centro del pueblo, dónde enseguida encontramos otro minibús que tras llenarse sale hacia Nazret. El trayecto Modjo-Nazret es de sólo 25 km, cuesta 3 Birr y se hace en unos 30 minutos.

DORMIR Y COMER
Pese a que el hotel económico preferido de la guía Bradt es el Bekele Mola, en el extremo oriental de la ciudad, en el momento de nuestra visita estaba en obras y sólo tenía abiertas unas pocas habitaciones con agua fría al precio de 60 Birr. Por esta razón finalmente nos quedamos en el hotel Al Azar, al otro lado de la carretera, dónde una habitación bastante correcta con baño privado y agua caliente nos cuesta 55 Birr. Sólo tiene un inconveniente y es que las habitaciones dan a un patio interior dónde hay un pequeño bar que puede dar lugar a ruidos, aunque cierra a las 23:00 horas y cuando lo hace todo se queda muy tranquilo. Al día siguiente cambiamos de hotel para estar más cerca de la estación de autobuses y escogemos el Garden Bedrooms, dónde una habitación con baño privado y agua caliente cuesta 50 Birr. Cercano a él está la Royal Pension que cuesta igual y es similar en calidad. Un inconveniente que tienen los hoteles de esta zona es que también aquí hay mucha animación nocturna y es difícil poder dormir hasta que no cierran los bares y discotecas.

En materia de restaurante recomendamos el restaurante Frank (también conocido como Franco Hotel), con una atmósfera que recuerda los viejos cafés europeos. Siempre está lleno de gente local y el personal es eficiente. Un plato de medio pollo asado cuesta 15 Birr.

COSAS A VER
Nazret es una ciudad grande con mucha actividad comercial y un centro agrícola muy importante, pero desde el punto de vista turístico no tiene nada interesante que ofrecer. La razón de nuestra estancia aquí no es otra que la de tomar aquí el autobús que va directo a Harar, para no tener que ir de nuevo a Addis Ababa e iniciar el viaje allá. De paso también nos sirve como base para hacer una excursión muy recomendable a Debre Zeyt. En cualquier caso es posible captar el ambiente de la ciudad simplemente paseando por el tramo de calle principal que va entre el Bekele Mola y el Alfa Hotel, como ejemplo.

Debre Zeyt. Se trata de una ciudad a medio camino entre Addis Ababa y Nazret con el gran atractivo de tener el conjunto de cráteres-lago más accesibles de África, con dos de ellos dentro del mismo casco urbano. En la salida este de la ciudad (en la carretera a Nazret) hay una importante base de la Fuerza Aérea y por tanto debe irse con mucho cuidado en no hacer fotos en esa zona.

Ir a Debre Zeyt desde Nazret es muy fácil y es una excursión que se puede hacer perfectamente en un día o menos. Desde la estación de autobuses de Nazret salen muchos minibuses a Modjo (25 km, 3 Birr, 30 minutos), dónde debemos cambiar y subir a otro minibús a Debre Zeyt (también 25 km, 3 Birr y 30 minutos). Llegando a Debre Zeyt es conveniente bajarse delante del hotel Bekele Mola para iniciar aquí la visita. El cráter lago más próximo a este punto es el Bishoftu, ya que basta con cruzar la carretera e ir en dirección al hotel Bishoftu, a unos 100 m. Quizás éste es el lago menos bonito, pero sirve como primera aproximación. Después nos dirigimos hacia el cráter lago Hora, siguiendo la calle dónde se encuentra el Ethiopian Air Force Officer's Club. En esta misma calle se puede apreciar la gran cantidad de garis (carros con ruedas neumáticas tirados por un caballo) que circulan por esta población, así como la variedad de vegetación y flores que hay en los jardines de las casas. Justo al lado del hotel Hora Ras, ahora cerrado por supuesta renovación, hay un pequeño mirador desde dónde se puede ver el bonito cráter lago Hora desde arriba. Bajando por un camino que hay detrás del hotel se llega hasta la misma orilla del lago, dónde se puede disfrutar del maravilloso paisaje, mientras vemos como se bañan algunos niños y jóvenes al lado de un pastor que lava a conciencia sus ovejas dentro del agua, no sin la oposición de éstas. El cráter lago Bishoftu Guda está en las afueras del pueblo, pero se puede ir igualmente a pie. Siguiendo la carretera que bordea el Hora durante 2 km más se llega al Agricultural College, dónde se acaba la carretera asfaltada y empieza una pista que 1 km después bifurca en un punto dónde hay un rótulo con la inscripción ILRI. Tomando el ramal de la derecha y andando 1 km más se llega a la Misión Católica Galilee. Continuando recto unos 100 metros, a la izquierda de la pista, está la entrada a una casa con terraza-bar desde la que hay una magnífica vista del lago. Si no queréis tomar nada en el bar basta con dar 1 Birr en concepto de entrada (ver este lago desde otros puntos es difícil ya que está rodeado por campos de cultivo y abundante vegetación que no dejan acercarse al borde). El paisaje que rodea estos parajes es muy muy bonito: pequeños cerros, campos verdes con flores, ambiente rural, etc. Sólo por ésto ya vale la pena la excursión. Por cansancio y porque ya es tarde nosotros acabamos aquí nuestra ruta de los cráter-lago. hay unos cuántos más, pero ya están más lejos y sería necesario un vehículo. Para volver al centro del pueblo debemos desandar el camino hasta delante del Agricultural College, dónde puede tomarse un minibús (hasta la nueva estación de autobuses cuesta 0'95 Birr)

A 100 m. de la nueva estación de autobuses de Debre Zeyt está el Tommy Restaurant & Pastry, lugar que recomendamos especialmente porque se come muy bien, es barato y cuenta con una terraza exterior ajardinada muy agradable. Un fish cottelet cuesta sólo 8 Birr. Para volver a Nazret basta con ir a la nueva estación de autobuses, preguntar y tomar el primer minibús que salga, que quizás sea directo a Nazret o con cambio en Modjo. El precio final es el mismo: 6 Birr.

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HARAR
COMO LLEGAR

Desde Nazret hay autobuses directos a Dire Dawa, pero resulta que también los hay a Harar (pese a que la guías consultadas no decían nada al respecto). Para tomar el autobús directo a Harar recomendamos estar delante de la estación de autobuses antes de las 5:30 de la mañana, porque el autobús tiene ya las puertas abiertas y se puede subir y conseguir un lugar. A pesar de ya tener casi todas las plazas ocupadas, a las 5:30 h. el autobús entra en la estación y para en ella hasta las 6:00, hora en que sale ya definitivamente (una vez más, el misterio de los autobuses en Etiopía). En este caso el billete a Harar se puede comprar en el mismo autobús por 60 Birr. Después de unos 110 km para en Awash unos 5 minutos para estirar las piernas. Hasta Mieso, a unos 70 km de Awash, la carretera es asfaltada y transcurre por un terreno bastante llano, pero a partir de aquí empieza de nuevo la montaña con continuas subidas y bajadas. La carretera se vuelve pista, algunos tramos de la cual están en obras (parece que en un futuro no demasiado lejano estará ya asfaltada). Esta pista transcurre por las montañas Chercher y Arba Gugu y proporciona algunas vistas maravillosas, haciendo de esta ruta una de las más bonitas del viaje. A unos 20 km de Mieso paramos de nuevo, esta vez en el pueblo de Abse Teferi para comer. Este lugar tiene el aspecto de un poblado del Oeste americano en el culo del mundo, por su aspecto polvoriento y sus casas de madera de dos pisos con balcón (herencia de la ocupación italiana). Finalmente se llega a Harar a las 18:30 h. En total doce horas y media para recorrer unos 425 km.

DORMIR Y COMER
El hotel Beylaneh, a sólo 200 m. de la estación de autobuses, parece ser la mejor alternativa entre los hoteles medianamente económicos (al menos dispone de agua caliente). Aunque nos pidieron 100 Birr por una habitación doble estandar, regateando conseguimos dejarla en 80 Birr.

En el restaurante del propio hotel Beylaneth se come bien. Recomendamos también el restaurante del hotel Tewodros, dónde 1/2 pollo asado cuesta 15 Birr y está muy bueno. Para desayunar, junto al hotel, tenemos la cafetería Sunshine. También está muy bien la cafetería Canal, y en la plaza Feres Magala de la ciudad vieja tenemos la cafetería Ali Bal, con una terraza exterior magnífica para contemplar la vida hararí mientras tomamos algo.

COSAS A VER
Harar. Se encuentra a una altura de 1870 m. y a sólo 150 km de la frontera con Somalia. Harar llegó a ser un importante centro comercial que servía de punto de encuentro de África, la India y el Oriente Medio. El primer europeo conocido que visitó Harar fue el inglés Richard Burton en 1855. Hoy día esta ciudad continúa siendo el centro espiritual de la comunidad musulmana etíope. Todo ésto motiva que tenga una atmósfera muy especial y diferente del resto del país, pero sí alguien se imaginaba una ciudad amurallada en medio del desierto, como Jaisalmer en el Rajasthan indio, se equivoca, porque la altura proporciona a Harar un clima muy moderado y sus alrededores son campos verdes. Una característica remarcable de toda esta región es que sus habitantes son unos grandes consumidores de chat (hojas de una planta que se mastican y que tienen efectos suavemente estimulantes). Por otra parte Harar es relativamente poco visitada por los viajeros pese a los atractivos que reúne.

El principal interés de Harar es la vieja ciudad amurallada, con un fuerte espíritu musulmán que se puede apreciar en sus casas y calles. En este área, de sólo 1 km2, hay unas 90 mezquitas, pero muchas de ellas pasan inadvertidas. La ciudad vieja tiene un perímetro de unos 3'5 km, marcado por una muralla de 5 m. con un total de 6 puertas. Por tanto, la visita a la ciudad vieja puede hacerse a pie y sin tener miedo de perderse, porque aunque algunas calles son laberínticas el área es lo suficiente pequeña como para encontrar siempre un punto de referencia que nos oriente.

 

Calle de Harar
Empezamos nuestra visita entrante por la Puerta de Harar. Siguiendo esta calle principal, llena de tiendas, talleres y bares, se llega a la plaza Feres Magala, el punto central de la parte vieja (si se desea contratar un guía para hacer la visita guiada este es el mejor lugar por encontrarlo, pero recomendamos dejarse perder solos sin rumbo por estas calles con tanto carácter). En esta plaza hay algunos viejos edificios bastante interesantes, y en un lado la iglesia Medhane Alem. Alrededor de ella hay un pequeño jardín con algún banco para sentarse un rato y disfrutar de la tranquilidad y el espíritu de Harar. En el lado sudeste de la plaza está el Cine Oriental, dónde se anuncian películas de acción orientales y americanas de serie Z al precio de 2 Birr en primera clase (?) y 1 Birr en segunda (??). Continuando por la calle principal, primero encontramos en un callejón adyacente la cúpula Emir Nur (parece una colmena con púas), más allá el Museo de Harar y la oficina de turismo (cerrados los sábados y domingos), y finalmente se llega a la Puerta de Erer, imposible de ver porqué hace tiempo se vino abajo. Continuando a la derecha y bordeando la muralla por la parte exterior podemos ver la cúpula Aw Ansar Ahmed, de color blanco e invadida por el tronco y las raíces de una gran higuera (detrás de esta cúpula se encuentra la casa de Yusuf Pepe, el hombre hiena). Volvemos a entrar en la ciudad vieja por la Puerta de Sanga, dónde se encuentra el minimercado Oromo. Siguiendo la calle que desde aquí va al mercado Magala Guddo o mercado musulmán, un lugar muy interesante y que parece salido de otra época (como el resto de la parte vieja), podréis contemplar algunas casas con bonitos colores y detalles en las fachadas. Pasado el mercado, la calle que va a la plaza principal se llena de hombres costureros y tejedores con sus viejas máquinas de coser. Esta calle es un buen punto también para ver pasar gente de las etnias oromo y somalí que van o vienen del mercado con sus fardos. Tomando un pequeño callejón a la derecha se llega a la casa Rimbaud (conocida localmente como la casa Rambo), dónde se dice que vivió el poeta francés Arthur Rimbaud durante su estancia en Harar, aunque se duda de que fuera en esta casa precisamente. En cualquier caso esta casa es una filigrana, con una fachada de madera restaurada y un techo con bonitos frescos en su interior. Ha sido reconstruida con mucho gusto y ahora hospeda un museo muy interesante dónde se explica la vida del poeta, se exponen objetos suyos y fotografías de Harar de finales del s. XIX. Viendo estas fotos se puede constatar que pocas cosas han cambiado en esta ciudad en el último siglo. Desde la parte de arriba de la casa hay una buena vista de Harar y alrededores. La entrada a la casa-museo cuesta 5 Birr. Próxima a la casa Rimbaud encontramos la casa Ras Tafari, con muchos motivos orientales porque fue construída por un mercader indio. En ella Haile Selassie vivió algunos años de su niñez. Podemos salir de la ciudad vieja yendo de nuevo en dirección a la Puerta de Harar pero girando antes a la izquierda para tomar una calle que conduce a la Puerta de Showa.

Casas tradicionales hararís. Todavía quedan unas 100 casas que conservan el estilo tradicional de decoración propio de Harar. Aunque la construcción no tiene nada de especial, la decoración interior es única y los marcos de puertas y ventanas son de madera tallada con verdaderas filigranas. Para ver alguna de ellas debemos preguntar a alguien para que nos indique alguna y, por supuesto, pedir permiso a los propietarios o habitantes de la casa para poder cotillear un poco en su interior. Realmente vale la pena y son muy bonitas de ver.

Fuera de la ciudad vieja también hay cosas interesantes a ver como el edificio del Ayuntamiento, un bonito ejemplo de arquitectura colonial italiana, o el mercado cristiano, situado entre la puerta de Showa y el hotel Beylaneh, dónde cada día muchos oromos bajan de los pueblos vecinos a comprar y vender.

El hombre hiena. Para los amantes del gore ésta es la atracción estelar de Harar. Cada día a las 19:00 horas, fuera de las murallas entre las puertas de Erer y Sanga, un hombre, de nombre Yusuf Pepe, da de comer carne a las hienas que se acercan desde los alrededores de Harar. Para asistir a este show se puede organizar mediante un guía o bien tratando directamente con el hombre hiena. Nosotros fuimos a encontrarlo a su casa (detrás la cúpula Aw Ansar Ahmed). Inicialmente nos pidió el precio oficial de 50 Birr por persona, pero regateando obtuvimos un precio de 32 Birr por cabeza. Aunque la posterior lluvia y el hecho de no tener muy claro si realmente queríamos ver la cena de las hienas nos hicieron desistir.

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DIRE DAWA
COMO LLEGAR

Desde la estación de autobuses de Harar y alrededores salen diariamente numerosos minibuses (cuando se llenan) a Dire Dawa. El trayecto de 55 km de carretera en no muy buen estado cuesta 9 Birr y se hace en unos 90 minutos (o en menos tiempo si no se encuentran controles de policía persiguiendo el contrabando de chat).

DORMIR Y COMER
En el hotel National una habitación con una cama grande, baño privado, agua fría y ventilador, cuesta 50 Birr. Por primera vez en este viaje aquí no se echa de menos el agua caliente y en cambio sí se agradece el ventilador. La habitación no está ni bien ni mal, pero este hotel tiene la ventaja de que es muy céntrico.

El restaurante Paradiso, a 1'5 km del centro, en la carretera a Harar, es un lugar muy agradable para comer. Se trata de una casa grande y antigua, con un jardín en la parte posterior. Se sirven platos italianos y etíopes. Es un poco más caro que otros lugares, pero vale la pena. Un fish cottelet cuesta 14 Birr. El hotel Ras es un lugar excelente y muy tranquilo para tomar alguna bebida sentado en su jardín o al lado de la piscina. Junto al puente que comunica las dos partes de la ciudad tenemos el Dini Paradise, un bar-jardín dónde tomar una bebida o comer algún snack en un entorno muy agradable. Para desayunar recomendamos la cafetería del hotel Makonnen, enfrente de la estación de ferrocarril.

COSAS A VER
Dire Dawa es la segunda ciudad de Etiopía en número de habitantes y ha crecido principalmente en estos últimos años con la independencia de Eritrea y posteriores problemas fronterizos con este país, ya que la línea de ferrocarril que une Addis Ababa y Djibuti vía Dire Dawa es actualmente el único camino posible de las mercancías que lleguen o salgan en barco desde el puerto de Djibuti. Este hecho ha propiciado la importancia estratégica de esta ciudad, que sólo tiene un siglo de vida.

Si llegamos desde Harar o Addis lo primero que notamos aquí es el calor que hace (Dire Dawa está a muy poca altura) y la aridez del paisaje. La ciudad de Dire Dawa tiene dos partes bien diferenciadas, divididas por el río Dachata (de hecho, más que un río es un lecho muy ancho y generalmente seco, sin rastro de agua). Kezira, al oeste del río, es el centro de la ciudad, formado por una cuadrícula de avenidas con árboles a los lados y edificios de estilo colonial (esta zona fue diseñada por los franceses). En el lado este, en cambio, está el antiguo barrio musulmán de Megala, con calles de trazado laberíntico y casas de estilo árabe. En general, creemos que el interés que pueda tener Dire Dawa para el visitante quizás no es mucho, pero si hemos hecho el esfuerzo de llegar hasta Harar entonces vale la pena dedicar al menos medio día a Dire Dawa.

Seguramente el mayor interés de esta ciudad es el mercado Kefira, en la zona de Megala. Funciona principalmente en las mañanas de todos los días excepto domingos, y en él se puede ver gente de varias etnias, como los oromo, afar o somalís. Una parte del mercado se encuentra en una zona de estrechos pasillos dónde se venden todo tipo de verduras, carnes, y sobre todo una gran variedad de especias. Otra parte del mercado se extienden por el lecho seco del río Dechata, dónde se venden todo tipo de utensilios y recambios. En conjunto es muy curioso: se asemeja más a un campo de refugiados que a un mercado, ya que los tenderetes parecen chabolas y la gente y los animales se encuentran entre montones de suciedad o chatarra. También es interesante ver las caravanas de camellos, cargados principalmente de leña, que van llegando al mercado.

También encontramos muy interesantes las calles desde el punto de vista urbanístico y arquitectónico. En Kezira, con sus avenidas, árboles y edificios coloniales, hay un orden urbanístico que no se encuentra en ningún otro lugar de Etiopía, mientras que en la zona de Megala podremos ver casas muy fotogénicas, con fachadas de colores y formas muy bonitas.

Otro punto de interés es el estación de ferrocarril de la línea Addis Ababa-Djibouti, un edificio colonial situado a un lado de una gran plaza con una vieja locomotora decorativa en medio. También está el palacio de Haile Selassie, utilizado por él como residencia cuando venía a Dire Dawa. Este palacio no se puede visitar, aunque hay una buena vista de él desde el otro lado del río. Como elemento curioso tenemos el moderno edificio dónde están las oficinas de Ethiopian Airlines, enfrente del hotel National, con una forma muy similar al del museo Guggenheim de Nueva York.

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ADDIS ABABA (III)
COMO LLEGAR

Vuelo de Ethiopian Airlines de Dire Dawa a Addis Ababa (lo habíamos comprado días atrás en Arba Minch por 93'5 US$). El aeropuerto de Dire Dawa está a unos 4 ó 5 km del centro y se llega a él en sólo 10 minutos con taxi. Nosotros pactamos un precio de 20 Birr por el taxi al aeropuerto. Como siempre, deben pagarse los 10 Birr de tasas al facturar. Un hecho a destacar es el estricto control de seguridad en el acceso a la sala de embarque, obligándonos incluso a hacer una foto con la càmara para comprobar que era una cámara de verdad (?). El avión es un Fokker 50 de hélices. Sale a las 16:00 h. y llega a Addis Ababa una hora después. Un vez fuera de la terminal del aeropuerto tomamos un minibús a la Piazza por 2 Birr.

DORMIR Y COMER
Escogemos de nuevo el hotel Baro para pasar la última noche. Como en la anterior ocasión una habitación doble bastante grande, con baño privado y agua caliente nos cuesta 70 Birr (hay habitaciones más pequeñas a 60 Birr, pero las ventanas dan a un pasillo interior y hay un fuerte olor a humedad).

COSAS A VER
Addis Ababa es la tercera ciudad del mundo en altitud, a 2.400 m., lo que hace que el clima sea fresco por las noches y que a menudo esté nublado o llueva. Por lo general es más segura que otras ciudades africanas e, incluso, europeas, pero esto no quiere decir que deba bajar la guardia. Su posición geográfica en el centro del país motiva tener que pasar por Addis circulando entre el norte y el sur o yendo al este. Creemos que es una ciudad sin grandes atractivos para el visitante, aunque sí dispone de unos cuántos que se pueden visitar en el caso de disponer de tiempo.

- Zona de la Piazza. Un paseo a pie por la Piazza (o plaza De Gaulle) y por las calles circundantes nos permite ver unos cuántos edificios de la época de ocupación italiana o anteriores, aunque están bastante deteriorados. Una excepción es el Hotel Taitu, el hotel más antiguo de Etiopía, bonito por la construcción y por la decoración interior de época (un buen lugar por tomar algo o comer en su restaurante). También es recomendable la visita a la Catedral de Bet Georgis (San Jorge). Es una iglesia de forma octogonal tradicional construida en estilo neoclásico. No es especialmente bonita pero puede servir como primera aproximación a las iglesias etíopes. Justo al lado hay un museo dónde se pueden ver los objetos religiosos habituales en todas las iglesias del país: cruces, bastones y sombrillas ceremoniales. La entrada al museo y la iglesia cuesta 15 Birr, pero se puede visitar el exterior de la iglesia y jardines libremente. Bet Georgis está en el lado norte de la plaza Menelik, 300 m. al norte de la Piazza.

- Mercato. Se dice que es el mercado más grande de África. Sea cierto o no la verdad es que es muy grande: calles y calles de tenderetes de todo tipo de productos. Yendo de la Piazza a la estación de autobuses o viceversa se cruza esta inmensa zona comercial. Si se visita el Mercato a pie de calle es recomendable llevar encima lo mínimo necesario y tener cuidado con los ladrones.

- Hotel Sheraton. Como contrapunto final al viaje por Etiopía recomendamos una visita a esta isla de megalujo. Inaugurado en 1998 y construido con un gusto exquisito, según nuestra humilde opinión, se dice que es el hotel más bonito y lujoso de África. Realmente parece increíble encontrar este hotel en este país: sólo entrar por la puerta ya es como trasladarse de golpe a una ciudad europea. Se puede entrar sin problemas y dar una vuelta por sus salones, jardines, fuentes iluminadas, piscinas, bungalows-suite, etc. Tiene unos cuántos restaurantes y cenar en alguno de ellos no es excesivamente caro (en términos de precios europeos, no de precios etíopes, claro). Permitirse el placer de cenar en el restaurante indio Sasheen cuesta el equivalente a unos 15 US$, disfrutando de un lugar y un lujo exquisitos. Dentro del hotel hay una oficina del Dashen Bank que cierra a las 23:00 h. y que permite cambiar Birr a euro o al revés.

- Compras. La mejor zona para hacer las últimas compras de recuerdos es la avenida Churchill por debajo de la plaza Tewodros, dónde hay unas cuántas tiendas llenas de todo tipo de objetos de todas las regiones del país. Los precios son correctos y, además, son negociables.

- Otros.También hay de otros cosas a visitar en Addis Ababa, como subir al cerro Entoto para ver la vista sobre la ciudad o visitar algunos museos interesantes como el Museo Nacional, pero nosotros ya no disponíamos del tiempo necesario.

Y EL VIAJE SE ACABA...
El vuelo de vuelta a casa sale a las 7 de la mañana, lo que nos obliga a tomar un taxi para estar en el aeropuerto a las 5:00. El día antes hemos acordado con un taxista que nos pase a recoger por el hotel, todo por un precio de 35 Birr. Al facturar en el aeropuerto deben pagarse en una ventanilla los 20 US$ de tasas de salida (sólo se pueden pagar en esta moneda). Como que a estas horas el banco del aeropuerto está cerrado se pueden cambiar los Birr sobrantes, por ejemplo, la noche anterior en el Dashen Bank del Hotel Sheraton (cierra a las 23 h, mucho más tarde que cualquier otro banco, y permite cambiar Birr a € o a US$).

Después nos quedan 3 horas y 45 minutos de vuelo hasta Alejandría (Egipto), 90 minutos de espera dentro del avión, y 5 horas más hasta Londres Heathrow. Finalmente, tras seis horas de espera en el aeropuerto de Londres, un último vuelo de 90 minutos hasta Barcelona.

El café etíope tiene una importancia tremenda en la vida social. La llamada ceremonia del café es un acto de reunión social en la que el tiempo no tiene importancia y a través de la cual la comunidad demuestra su enorme hospitalidad. Quizás esto sea lo que más une a Etiopía de norte a sur, ya que desde Lalibela, hasta lo más profundo del valle del Omo, siempre estará presente la ceremonia del café.
Simien Mountain National Park es uno de los pocos parques naturales de África, que no se ha sido alterado por el turismo irresponsable. Sobre sus montañas se levanta a 3.260msnm, el hotel más alto de toda África: Simien Mountain Lodge. Addis Abeba es la tercera de las capitales más altas del mundo, situada a una altitud de 2.400 metros.
Esta ruta nos permite descubrir la milenaria historia etíope en un formidable encuadre natural. El recorrido se inicia en la capital, Addis Abeba, donde se recomienda visitar el Museo Nacional, el "merkato" y terminar el día con un espectáculo de música y baile popular.
Se inicia la ruta histórica hacia el norte del país. Al llegar a Bahar Dar, corazón de la región Amhara, navegaremos por el magnífico lago Tana salpicado de islotes que albergan una veintena de monasterios cristianos. Las cataratas de Tissiat representan uno de los grandes atractivos de la zona. Además de su gran belleza, se consideran las únicas y verdaderas cataratas del río Nilo.
Bordeando el lago Tana hacia el norte, viaje en el que se descubre su inmensidad, se llega a Gondar. Esta ciudad, fundada en 1635 por el emperador Fasilidias, es conocida como el "Camelot de África" por su imponente conjunto de castillos de estilo europeo.
Después de visitar el parque natural de Simien Mountains, coronado con la cumbre más alta de Etiopía (4.195 metros de altitud), el viaje nos transporta a la legendaria época de Aksum, la reina de Saba y el Arca de la Alianza.
Si bien Etiopía se considera la cuna de la humanidad debido al hallazgo de Lucy, nuestro antepasado más antiguo de 3,5 millones de años, se puede considerar el reino de Aksum el inicio de la Etiopía histórica que tanto ha enriquecido la identidad nacional del país.
Avanzamos entre los bellos paisajes de la región de Tigray donde descubriremos las singulares iglesias escavadas en roca y decoradas con coloridas pinturas ortodoxas. El punto culminante del viaje, y quizás el más emblemático de todo el país, son las once iglesias monolíticas de Lalibella, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

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EL NILO

El Nilo es uno de los ríos más grandes del mundo y quizás el más importante en lo referido al nacimiento de civilizaciones. Su cauce transcurre a lo largo de siete naciones llegando a recorrer los 6.700 km. hasta su desembocadura en el mar Mediterráneo.

La palabra Nilo (del árabe 'ni-l) viene de la palabra griega Neilos, que significa «Valle del río». En la antigua lengua egipcia, el río era llamado Iteru, que significa «Gran río». En copto, la palabra piaro (Sahídico) o phiaro (Boháirico) significa «El río» (literalmente «El gran canal»), que viene del mismo nombre antiguo. Este gran río trae a la memoria el mundo de los faraones, de las pirámides; como también del África profunda donde conviven primates, gorilas, leones, jirafas y elefantes; un mundo donde se funden la historia y la naturaleza en su máximo apogeo.

EL Nilo en su viaje hacia el mar parte desde Uganda y Kenia lo que se ha llamado como el Nilo Blanco y desde Etiopía lo que se ha llamado como el Nilo Azul. Estos dos cauces se unen en la ciudad de Khartoum, la capital sudanesa para atravesar el desierto dirigiéndose hacia Egipto pasando por la región de Nubia donde llega a su máximo esplendor, allí uno se sumerge en el mundo faraónico de las pirámides, de los sarcófagos, de los templos como el de Abu Simbel y donde atravesando las grandes ciudades como Lúxor y El Cairo el Nilo llegará finalmente a la mítica ciudad de Alejandría donde se mezclará con el Mediterráneo gracias a un inmenso delta.

También es un río por el que han pasado y convivido, pero por desgracia no siempre de manera pacífica, las grandes religiones como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Éstas también han dejado su sello a lo largo del fastuoso río. Destacan el núcleo cristiano de El Cairo, la gran biblioteca que los cristianos concentraron en Alejandría, el desierto como el lugar del nacimiento del monacato y de la ascesis, los monasterios coptos…

 

EL NACIMIENTO Y PRIMEROS PASOS DEL NILO

Este es uno de los mayores enigmas de la geografía mundial ya que no se sabe con exactitud dónde nace el Nilo. Algunos apuntan a que nace en el Lago Victoria, el mayor de los lagos africanos con una extensión de 68.000 km2 que tiene como principal afluente el río Kagera, por eso en donde las aguas del Nilo comienzan a separarse del lago Victoria (da ahí que a esta parte del Nilo se la denomine como Nilo Victoria) John Hanning Speke, ex oficial del ejército de las indias, colocó una placa indicando cuando llegó en 1848. Otros como Burkhart Waldecker en 1937 apuntan a que nace en las fuentes del rio Kagera o ya Tolomeo en el siglo II d. C. decía que el Nilo nacía de los glaciares del Ruwenzori; por tanto tu origen sigue siendo un dilema por descubrir en nuestros días.

El lago Victoria está rodeado por pequeñas villas coloniales dedicadas a la pesca de la tilapia. Aquí los puertos se caracterizan por la ausencia de muelles en donde los silleteros son los encargados de transportar tanto la carga como a las personas hasta las barcas más allá de los bancos de arena. El pescado recogido se transportará a las ciudadelas atravesando la sabana.

Esta es Uganda, el centro del África negra, desde donde se puede uno sentar a contemplar a orillas del lago como transcurre lenta y pacientemente el día viendo como el lago es aprovechado para lavarse, para transportar mercancías, para lavar el coche o incluso utilizando sus orillas para descansar en las horas de mayor calor pasado el mediodía.

Otro de los muchos afluentes del Nilo tras atravesar por muchos arroyuelos desemboca en los lagos Eduardo y Jorge siendo recogidas por el río Semliki para llevarlas hasta el Alberto. Desde aquí se une al Nilo Victoria donde ya se atisba su poderío estrechándose el río en una garganta hasta las cataratas Murchison donde dan varios saltos hasta bajar una altura de 122 metros.

Aquí la infinidad de aves, de cocodrilos, de elefantes, hipopótamos, antílopes, jabalíes y leones imponen el verdadero rostro del África bella, donde el ciclo de la naturaleza permanece casi inalterado con el pasar de los tiempos. A partir de aquí el Nilo se ensancha desmesuradamente cubriéndose de plantas de papiro en su camino por el Sudd en Sudán.

 

EL NILO BLANCO

El Nilo tras su andadura por Uganda se adentra ahora en Sudán pasando por su vastísima sabana donde confluyen musulmanes y cristianos de diferentes etnias (shilluk, nuer, nómadas, dinka, sufíes…) que parecen estar en un periodo de paz tas la guerra que ha causado miles y miles de muertos.

En esta zona el Nilo entra en los aguazales donde se dispersa en una serie de canales y ramales que llegan a confundirlo con un gran pastizal fangoso donde abundan los jacintos de agua y las plantas de papiro, dando lugar a una gran diversidad de vida animal de entre los que destacan los hipopótamos, los cocodrilos y los antílopes. Aquí gran parte del caudal del río se evapora.

El río entrando ya en un cauce delimitado a la altura de Malakal fluye así de manera impetuosa pudiendo sucederse grandes inundaciones y desastres naturales en la época de lluvias. Desde aquí va recogiendo otros pequeños ríos que van engordando el caudal del Nilo, como el río de las Gacelas, el de las Jirafas y el de las Montañas pasando por la árida sabana africana hasta llegar a Khartoum donde se fundirá con el Nilo Azul.

En esta zona hasta Khartoum está claramente delimitada la zona donde fluye la vida a las márgenes del río frente a la extensa y árida sabana, recordándonos cómo más al norte ha sido posible la vida de pueblos enteros como el egipcio gracias al Nilo.

 

EL NILO AZUL

Lo llaman así por el color azul de sus aguas en contraste con el limoso de su hermano el Blanco. Nace de un río llamado Abbai que recorre más de 1500 kms. hasta desembocar en el lago Tana, caracterizado por sus orillas fangosas y por la multitud de islitas donde se esconden del paso del tiempo una gran cantidad de monasterios cristianos ortodoxos.

Estamos en Etiopía y no se puede describir el ambiente sin hacer mención de la fe cristiana ortodoxa tan arraigada en el lugar desde siglos inmemoriales. Ésta fue traída por los monjes ortodoxos en su huída del islamismo opresor y aquí encontró su lugar donde fue calando poco a poco, siglo tras siglo en las gentes hasta convertirse en lo más sagrado. Sus monasterios están profusamente decorados con pinturas de vivos colores sobre escenas bíblicas, de Jesús, de la Virgen María y de la vida de los santos.

La marcha del Nilo comienza aquí su andadura por Etiopía bajando hacia el norte por el lago Tana a través de una pequeña salida que luego se agrandará desmesuradamente. El cauce ancho del río seguirá su andadura una treintena de kilómetros hasta llegar a las cascadas de Tississat donde tras una caída de unos cuarenta y cinco metros proseguirá su camino en busca de su hermano el Nilo Blanco, pasando a través de una serie de cañones que parece que han sido forzados por el paso del río en los montes Goggiam, hasta entrar en Sudán, atravesando la llanura de Sennar, para finalmente, llegar a Khartoum donde lo encontrará y se fundirá con el.

 

EL NILO DE LAS ARENAS

Estamos en Khartoum, capital de Sudán donde el Nilo se hace insolente e ilimitado debido a su gran caudal al juntarse sus dos vertientes. Aquí comienza su ardua andadura por el desierto desde donde se puede observar como se mezclan las arenas con la vegetación de las riberas dando un gran contraste al paisaje.

Al abandonar Khartoum el gran río se encamina hacia el norte entrando así en la Nubia, una amplia región que llega hasta Asuán, en Egipto, y por donde el Nilo irá saltando de catarata en catarata hasta traspasar un total de cinco antes de llegar al lago Nasser y una más antes de llegar a Asuán.

Nubia, antigua tierra de faraones que recuerda al esplendor de Egipto, aunque su nombre viene de la época romana probablemente y cuya etimología puede derivar de "nbw", oro, la principal riqueza de la región. Es una tierra llena de recuerdos que sobresalen de la arena en forma de yacimientos arqueológicos; antiguos palacios, tumbas e iglesias paleocristianas, pirámides y grandes ciudades ocultas ahora bajo la inmensa arena y que el hombre ha luchado por recuperar. Aquí los llamados faraones negros de la XXV dinastía a. C. dominaron todo Egipto haciendo un solo imperio desde Sudán hasta el Mediterráneo entre los siglos VIII y VII a. C. Hacia el año 750 a. C. crearon el reino de Kush, cuyo rey, Shabaka, fue el que conquistó todo Egipto en el 712 a.C. y trasladó su capital a Menfis, donde fundó la XXV dinastía, denominada Kushita o etíope. La invasión asiria hizo retroceder hacia el interior de África a los nubios, donde en el 663 a. C. fundaron el reino de Meroe. Nubia permaneció en paz durante nueve siglos hasta que en el s. IV d. C. el pueblo nabateo destruyó Meroe y se instaló en la región. Fue cristianizada en el siglo VI y así perduró hasta el siglo XIV que sucumbió ante los ejércitos mamelucos.

Aquí en la Nubia se juntan el amarillo del desierto con el azul del Nilo y con el verde de los palmares de la ribera del río. Contrastes que hacen de esta tierra un lugar de calidez y de tranquilidad donde el gran caudal del Nilo te transporta.

El río atraviesa la zona del El Bayuda, una gran región que queda delimitada entre la sexta y la cuarta catarata y donde predomina el desierto y algunos pequeños cultivos en los márgenes del río: maíz, tomates, trigo… En esta zona parece que no pasa el tiempo, hacia el interior los nómadas viajan con sus rebaños en busca de pozos de agua, escenas que nos recuerdan a los pasajes bíblicos. Destacar también en esta zona las pirámides de Meroe, el gran templo al dios Amón en Karima, la necrópolis de Napata, que recuerdan el esplendor de los faraones negros. Tras caer irremediablemente por cinco cataratas el Nilo llega en su amplitud al lago Nasser.

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EL NILO FARAÓNICO

El Nilo, tras su andadura por Uganda, Etiopía y Sudán llega al lago Nasser en Egipto quedando encerrado por dos presas en Asuán. La primera y más antigua presa se construyó en el año 1902 y la segunda y más grande se finalizó en 1971 llegando a tener una altura de 111 metros. Estas presas provocaron la inundación de un vasto territorio y con el muchos de los restos arqueológicos del Egipto nubio antiguo por lo que los dieciséis más importantes (el de Abu Simbel entre otros) fueron desmontados y trasladados más arriba quedando a salvo de las aguas. España colaboró con estos trabajos y como muestra de ello el estado egipcio le donó las ruinas del templo de Debod, que está situado en Madrid en la zona de Pintor Rosales cerca de la Plaza de España.

Aquí el silencio vuelve a hacer acto de presencia mezclando la paz de las aguas azules con el contraste de las arenas doradas que llegan a la orilla. Las gentes del lugar aprovechan a bañarse, a refrescarse o incluso a dar de beber a sus camellos de este gran manantial de agua dulce que es el Nilo.

Las falúas que navegan por las aguas del río viajan hacia las pequeñas islas donde destaca la isla de Elefantina (llamada "ibu" que significa elefante) que fue, como su nombre indica, un lugar de comercio de marfil además de frontera sur durante el periodo faraónico. Es una isla rica en arqueología donde viven dos aldeas nubias que se caracterizan por sus viviendas de ricos colores.

Cerca de Asuán se encuentra el yacimiento arqueológico de File donde llevaron los restos del templo para ponerlo al amparo de las aguas. Fue un lugar de culto al dios Ra y también a las diosa Isis (divinidad madre y hermana de Osiris y madre de Horus). También hay una tradición que cuenta que bajo la isla de File estaba la fuente desde donde manaba el Nilo en una caverna donde vivía el dios Hapi (el dios Nilo).

Para entender la proliferación y el esplendor de Egipto es necesario entender por qué esta zona era de las más fértiles del Nilo. Aquí en Asuán es donde comenzaba la inundación anual del Nilo entre finales de mayo y principios de junio, creciendo el nivel rápidamente hasta agosto y mediados de septiembre para, comenzar a descender en octubre y alcanzar en mayo su nivel más bajo. Las aguas de la crecida procedían en su mayoría del Nilo Azul gracias a las fuertes lluvias que tenían lugar en las montañas de Etiopía, que aportaban el fertilizante limo arrastrado por las aguas que se depositaría sobre los campos de Egipto garantizando así las cosechas. Por eso la inundación era fuente de preocupación por saber el nivel de las aguas y también de alegría.

Saliendo de Asuán el Nilo continúa su viaje ya menguado por las presas hacia Edfu, donde el templo dedicado a Horus es una de las estructuras mejor conservadas. Construída por Tolomeo XIII (padre de Cleopatra) en el siglo primero a. C. De allí prosigue su viaje hacia Lúxor, tierra faraónica donde podemos contemplar su templo, que junto con el de Karnak situado a la orilla derecha del Nilo son de los monumentos más espectaculares de Egipto faraónico.

Desde Asuán el Nilo flanquea el desierto que se extiende hacia el occidente hasta la frontera con Libia. En los arbores de la humanidad esto fue una imponente sabana llena de especies animales donde se cree que comenzó la civilización egipcia y que con el paso del tiempo se fue secando convirtiéndose en el Gran Mar de Arena como le denominan aquí.

Siguiendo el curso del río llegamos a Kharga, lugar donde en el siglo VI a. C. se levantó un templo en honor de Hibis que aún se conserva. Un poco más al norte se extienden los oasis de Dakhla donde se cuentan más de quinientas fuentes de agua y que en su amplia zona de más de una decena de kilómetros está cubierta de los cultivos del arroz. Aquí la fauna y la flora vuelven a surgir de lo más variado en contraste con el mar de arena que marca el horizonte.

Otros grandes oasis son el de Farafra, donde lo que abunda son las viviendas de vivos colores en sus muros y con dibujos referidos a la peregrinación a la Meca de sus habitantes; y el de Baharya, donde se han encontrado recientemente hipogeos con cerca de 10.000 sarcófagos, convirtiéndose en un hallazgo impresionante para la arqueología. No han tardado en denominarlo como el "valle de las Momias de Oro".

Por esta zona el desierto se vuelve calizo, es decir, abunda la piedra caliza en todas sus formas y dimensiones dando un aspecto blanco al desierto lleno de formas que han ido horadando la piedra a lo largo de los siglos. En este desierto se encuentran algunos de los monasterios coptos más antiguos, algunos de los cuales, cuatro concretamente han perdurado desde los primeros siglos del cristianismo, situados entre El Cairo y Alejandría. De esta última es desde donde partió San Antonio en el siglo III d. C. para retirarse a este desierto para llevar una vida de oración y de recogimiento junto a Dios separada del mundo, fundando así el monacato. Tras el cisma de Acacio en el 484 se separaron de la fe católica debido a la concepción monofisita de Cristo (que sólo posee la naturaleza divina y no las dos) y se mantuvieron hasta nuestros días. La tradición copta cree que la Sagrada Familia llegó por esta zona en su huída de Herodes festejando la entrada de Jesús en Egipto el 24 de junio y con lugares donde se venera la estancia allí de la Sagrada Familia.

El Nilo, que ya va llegando a su destino entra lento y agotado en la ciudad de El Cairo, pero sin perder cierta majestuosidad debido a su gran caudal y a anchura.

 

EL NILO Y EL MAR

EL Cairo es hoy una gran ciudad, poblada con casi 15 millones de habitantes, en donde conviven más o menos armoniosamente lo viejo y lo nuevo. Debido a su expansión los grandes monumentos funerarios del Egipto de los faraones, como son las pirámides, están siendo engullidos por lo urbano, al igual que la gran esfinge de Gizeh. Lo que antes era desierto y arena alrededor, ahora se está convirtiendo en un aglomerado de casas y asfalto.

El Nilo, la fuente hidráulica de la ciudad fue sumergido para dejar paso a la jungla de asfalto y de civilización. Desde entonces el río se ha desplazado unos cuatrocientos metros. Así traspasa toda la ciudad, de modo casi silencioso siendo apagado su sonido por los coches, las gentes, los barcos y demás ruidos de la gran urbe hasta llegar al delta donde se ramificará en varios canales hasta morir en el Mediterráneo.

En su última agonía hasta el Mediterráneo se divide en dos ramales, al este Damietta y, al oeste, Rosetta. Este último pasa cerca de la gran ciudad de Alejandría. Ciudad mítica fundada por Alejandro Magno en el 331 a. C. que fusionó la cultura egipcia con la griega y que resuena a una de las siete maravillas del mundo antiguo, como fue su faro de casi unos 250 metros de altura y construido hacia el año 280 a. C. Aquí se albergó la mayor biblioteca de la antigüedad que llegó a contener unos 700.000 volúmenes antes de sufrir un gran incendio en el que sus causas todavía no hay acuerdo entre los estudiosos. Esta ciudad también fue la ciudad de Cleopatra y el vaticano de los coptos y en el siglo XIX, fue denominada como el París del Mediterráneo.

Hoy día es la segunda gran ciudad de Egipto en cuanto a población se refiere y en ella se mezclan lo religioso con lo moderno. Se mezclan los minaretes, con los mausoleos, las madrazas, el fuerte Qayt Bay… La mezcla entre lo árabe y lo occidental, lo musulmán con lo cristiano hacen de ella una ciudad atrayente y muy abierta al futuro. De aquí salió Naguib Mahfuz, premio Nobel de literatura.

En este ramal llamado Rosetta recordar también que fue donde se encontró en 1799 el famoso bloque de mármol negro que lleva escrito un decreto de Tolomeo V escrito con dos grafías egipcias diferentes y un texto en griego, donde François Champollion pudo descifrar así los caracteres jeroglíficos para entender los frisos y escritos del antiguo Egipto.

Este río que era representado por los egipcios como un hombre barbado con senos y plantas acuáticas en la cabeza (generalmente papiros), pintado en verde y azul, los colores de la regeneración y del agua, tras su gran andadura desde tierras lejanas, termina aquí en el Mare Nostrum mezclando sus aguas dulces con las saladas del Mediterráneo.

 

Explorando las fuentes del Nilo

1618 — Pedro Páez
Fue el primer europeo que llegó a las fuentes del Nilo Azul en 1618.

1854 — Sir Richard Francis Burton
(19 de marzo de 1821 - 19 de octubre de 1890), fue un cónsul británico, explorador, traductor y orientalista, nacido en Hertfordshire, Inglaterra. Se hizo famoso por sus exploraciones en Asia y África así como por su extraordinario conocimiento de lenguajes y culturas. De acuerdo con un recuento hablaba veintinueve lenguajes europeos, asiáticos y africanos

1871 — Sir Henry Morton Stanley
28 de enero, 1841 - 10 de mayo, 1904) fue un explorador y periodista galés nacionalizado estadounidense, famoso por sus expediciones a la entonces misteriosa África central, en una de las cuales encontró al desaparecido David Livingstone.

1872 — Francis Sanfilippo

 

PORTABEBES
Las madres etíopes acarrean todo el día a sus niños en esta especie de portabebés. A veces las cosas mas sencillas resultan ser las mas sofisticadas. Asi pienso despues de ver como las mujeres mursi llevan a sus bebes. Estas africanas, como muchas otras mujeres del mundo, llevan a sus hijos constantemente en brazos, atados a su cuerpo con una tela a modo de portabebe. De esta manera los bebes forman parte de la vida diaria de sus madres, en todas y cada una de las actividades cotidianas. Como podeis observar en las fotos, no solo son llevados en la tela que hace de portabebé, sino que tambien aprovechan para alimentarlos con la teta, cada vez que el bebe lo necesita. Asi desde pequeños los bebes se sienten integrados en todos los ambitos: desde la preparacion de la comida, hasta la preparacion de todos los eventos festivos. Tambien llama poderosamente la atencion la vanidad de los mursi (tanto hombres como mujeres). Es una vanidad tan extrema que algunos diseñadores se han inspirado ensus adornos para sus colecciones, pero bueno eso es otra historia.

 

Etiopía crece a un ritmo del 11% anual y abandona la extrema pobreza con una creciente clase media

Etiopía es la tercera economía que más rápidamente crece en el mundo, tras China y la India, con una media del 11% anual en los últimos cinco años. “El proceso de transformación y crecimiento, que comenzó hace una década, es hoy una realidad innegable y se puede ver hasta en la calle, ya que Etiopía es uno de los países africanos donde más rápidamente está creciendo la clase media”, afirma David J. Mülchi,  cónsul honorario de Etiopía en España, el equivalente al cargo de embajador dado que no existe Embajada de Etiopía en España.

Mülchi advierte que “en España se conoce muy poco de Etiopía y, generalmente, se asocia casi exclusivamente a una imagen de país de extrema pobreza y a situaciones de emergencia humana; esta imagen ya no se corresponde con la realidad, aunque existan naturalmente situaciones de pobreza y emergencias debidas mayoritariamente a los movimientos migratorios de refugiados de vecinos como Somalia o Sudán”.

El Gobierno etíope ha desarrollado su estrategia a través de sistemas de planificación, que contemplan el aumento de la productividad del sector agrícola (el de mayor peso económico) y la industrialización o el desarrollo de las infraestructuras, en las que se invertirán 35.000 millones de dólares, y que estará dirigido al aumento de la capacidad de generación eléctrica y a la modernización y ampliación de las redes de ferrocarril y carreteras. También se apuesta por el desarrollo de la minería y los sectores manufacturero y textil.

Al ser uno de los países africanos con más recursos hídricos, Etiopía “quiere convertirse en el centro energético del Cuerno de África, con la construcción de grandes presas, puertos secos (al no disponer de salida al mar), y carreteras y vías férreas para acercar mejor las mercancías que llegan al país, sobre todo a través del puerto de la vecina Yibuti”, explica a El Exportador Eduardo Valero, jefe de Operaciones de Tancuir, empresa española de tintes para la industria del cuero instalada en Etiopía.

Relaciones bilaterales

Las relaciones económicas bilaterales entre España y Etiopía son muy escasas, de acuerdo con la información proporcionada por el ICEX. El comercio es muy reducido y la inversión española lo es aún más. Las cifras del comercio hispano-etíope han sido favorables a España en los últimos años, con altas tasas de cobertura (un 445,56% en 2011), pero tanto la cifra total como la de sus componentes han mostrado una evolución muy errática.

En 2011, nuestras exportaciones disminuyeron un 21% respecto al año anterior y resultan verdaderamente bajas para un mercado de 87 millones de potenciales consumidores, por mucho que su renta disponible sea muy reducida. Estas cifras son también un reflejo de la escasez de financiación disponible en el país.

Las empresas españolas que intentan exportar a Etiopía se enfrentan también a la dificultad de obtener la cobertura de CESCE, que se encuentra cerrada para el crédito al sector público a medio y largo plazo. Para el crédito privado, las operaciones se analizarán caso por caso. A corto plazo, la cobertura está abierta sin restricciones.A pesar de todo, “se observa un interés creciente por parte de nuestras empresas hacia este país, tanto desde el punto de vista comercial como en el desarrollo de grandes proyectos”, subraya la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en El Cairo.

Canoas de papiro junto al Canoas de papiro junto al Lago Tana.  El lago Tana (también escrito T'ana; anteriormente escrito como Tsana o Dambea) es el lago más grande de Etiopía, fuente del Nilo Azul. El lago está ubicado en las tierras altas al noroeste del país, a 1.840 msnm, y tiene aproximadamente 84 km de largo y 66 km de ancho. La profundidad máxima es de 15 m y tiene una superficie de 2.156 km². El lago recibe sus aguas de los ríos Reb, Gumara, Lesser Abay, Kilti y Magech. El lago tiene unas treinta islas e islotes, cuyo número varía según sea el nivel del lago, que ha bajado de unos dos metros en los últimos 400 años. Según Manoel de Almeida (un misionero portugués del siglo XVI), el lago tenía 21 islas, siete u ocho de las cuales tenían monasterios en ellas «anteriormente grandes, pero actualmente muy reducidos». Cuando Robert Bruce visitó el área a finales del siglo XVIII, dejó asentado que los habitantes locales contaban 45 islas habitadas, pero que él creía que sólo había once. Un geógrafo más reciente menciona 37 islas, de las cuales 19 tienen y habrían tenido monasterios o iglesias. En los monasterios aislados de estas islas se enterraron los restos de emperadores etíopes. En la isla de Tana Cherqos hay una roca que fue en la cual, según la tradición descansó la Virgen María de su viaje de regreso de Egipto; también se dice que Frumentius, que introdujo el cristianismo en Etiopía estaría enterrado en Tana Cherqos. El cuerpo de Yekuno Amlak fue enterrado en el monasterio de San Esteban, en la Isla Daga; también en Daga se encuentran las tumbas de los emperadores Dawit I, Zara Yaqob, Za Dengel y Fasilides. Otras de las islas más importantes del lago son la isla Dek y Meshralia. Se piensa que los monasterios fueron construidos sobre sitios religiosos anteriores e incluyen Debre Maryam y Dega Estefanos del siglo XIV, Narga Selassie, Tana Cherkos (donde según las tradiciones etíopes habría estado el Arca de la Alianza), y Ura Kidane Mecet del siglo XIX. Hay un servicio de ferry que conecta Bahir Dar con Gorgora pasando por la isla Dek y varios poblados al borde del mar.

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ORIGENES DE ETIOPIA
Por fin llegamos, probablemente, a la urbe más conocida de Etiopía y ello por las famosas iglesias excavadas en roca. Protegidas por la Unesco y declaradas con criterio Patrimonio de la Humanidad, recorremos las más conocidas, entramos en ellas y nos quedamos impactados por el fervor. Sin duda, es el país de África donde el cristianismo ha calado de forma mas profunda.
Dejamos la guinda para el final: St. George's Church es sin duda la mas impresionante. Se trata de un templo horadado en la misma piedra, tallada a la perfección con forma de cruz y de una profundidad de unos 15 metros. Es la obra maestra que además se conserva en perfecto estado. Queda claro que es el orgullo de la ciudad de Lalibela, pero a pesar de ser evidentemente así, no nos encontramos ningún turista visitando alguna de las iglesias. De hecho, algunas de ellas incluso las abrieron para que pudieran ser visitadas exclusivamente por nosotros.
Fue una corta estancia en Lalibela; sólo una mañana necesitamos para ver suficientes iglesias y llevarnos una idea muy completa. En nuestro hotel, el 'Seven olives' (por cierto el más antiguo de la ciudad) a las 11:30 de la mañana nos vino a recoger el conductor que habíamos contratado para llevarnos a Bahir Dar, a unas siete horas de viaje en una pequeña furgoneta. Todavía es de día cuando alcanzamos el destino. Sin tiempo para dejar las mochilas en una auténtica casa etíope que nos había alquilado una habitación, y también sin ocasión para descansar, nos acercamos a uno de los mejores restaurantes de la ciudad al borde del Lago Tana. Se trata de una terraza que ofrece cervezas St. George a buena temperatura y donde nos entretuvimos observando a los pijos adinerados de Bahir Dar. Hay de todo en Etiopía.
Al día siguiente nos recoge nuestro guía Salomón para llevarnos al embarcadero del Lago Tana. El capitán de uno de los barcos nos invita a subir para visitar tres de los mejores monasterios del siglo XVI y que se encuentran en algunas de las islas de la inmensa masa de agua que sirve de fuente al Nilo Azul. Es el tercer lago en tamaño de toda África.
CORONAS AUTÉNTICAS DE REYES...
Por 100 birrs, unos cuatro euros, entramos en el mejor conservado, Uda Kidane Meret, uno de los más conocidos por sus pinturas religiosas en perfecto estado de conservación. La labor de los artistas tiene muchísimo mérito aún, si se tiene en cuenta que han utilizado pinturas sacadas de las plantas hace ya más de cinco siglos. A unos cinco minutos a pie de este monasterio, nos llevan hasta Beta Giorgis. Nuestro guía llama al guardián, que saca su llavero para enseñarnos un pequeño museo. Abre una puerta, luego otra y así hasta tres puertas que protegen este pequeño pero valioso museo. Valioso porque contiene además de pinturas antiguas, auténticas coronas de reyes etíopes. Este país es grandeza, auténtica grandeza.
De nuevo al embarcadero y nos dirigimos a otra de las islas, donde se encuentra el muy conocido Monasterio de Kebran Gabriel, que destaca también además de por sus pinturas, por los libros, coronas y demás objetos de valor. Pero sobre todo debe su fama a la vigente prohibición de no entrar a las mujeres.
Hora de volver a Bahir Dar, comer en el restaurante uno de los más conocidos hoteles, Ghion Hotel, también al borde del Lago Tana. Nos sorprende que haya conexión wi-fi, hemos pasado diez días en Etiopía y es el primer sitio que tiene conexión inalámbrica que aprovechamos para dar envidia a nuestros amigos de este increíble viaje.
Sólo nos queda un objetivo por cumplir antes de nuestra vuelta a Addis Abeba. Se trata de las cataratas del río Nilo. Siempre relacionamos el Nilo con Egipto, pero todos sabemos que no es su único poseedor, visitarlo en Etiopía tiene también su encanto y más si vamos a ver unas cataratas de unos 100 metros de anchura y 45 de caída. Nos comenta nuestro guía que el Nilo Azul se encuentra en Sudán con el Nilo Blanco, que es el que desemboca en el Mediterráneo, convirtiéndose de esta forma en el río mas largo del mundo.

Etiopía, la tierra de los mil secretos
De las primitivas tribus del valle del Omo a la modernidad de Addis Abeba, un recorrido entre leyendas, paisajes y antiguas tradiciones
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El eco de los cánticos retumba en las paredes de piedra de un antiguo templo en penumbras. A la luz de las velas, hombres y mujeres cubiertos con túnicas y velos blancos se arremolinan detrás de sacerdotes y enormes cruces de bronce, en un rito que permanece tan vivo como hace cientos de años.

Estamos en Lalibella, pequeña población del norte de Etiopía, considerada un lugar sagrado por los fieles de la Iglesia Ortodoxa Etíope. Aquí se encuentra uno de los mayores tesoros de este país de secretos y costumbres milenarias: once iglesias subterráneas, talladas directamente sobre la roca, que recuerdan las de Petra, en Jordania.

La joya del conjunto, el santuario de Bet Giorgis, es un templo en forma de cruz griega que se contempla desde lo alto, antes de descender y perderse por sus recovecos. La historia cuenta que, en el siglo XII, el rey Lalibella quiso construir su propia Jerusalén y convertir la ciudad en un centro religioso; para eso, ordenó excavar un grupo de templos sobre el suelo rocoso. La leyenda dice que fue ayudado por una cuadrilla de ángeles. En Etiopía, mito y realidad se confunden constantemente.

Este bello país del Cuerno de Africa es uno de los más pobres del mundo, pero sorprende a cada paso con su historia poblada de leyendas, la riqueza y diversidad de su cultura y paisajes, y la profunda religiosidad de su gente. Aunque la mayor parte de la población es cristiana, hay también una gran comunidad musulmana entre los 85 millones de habitantes.

Claro que andar por los caminos etíopes no es fácil. Implica dejar de lado la comodidad, abrirse a lo inesperado y vivir la realidad de un país con enormes carencias. A comienzos de los años 80, Etiopía fue noticia cuando sufrió una intensa hambruna debido a una sequía sin precedente. Desde entonces, su simple mención remite en el imaginario popular a niños famélicos y grandes extensiones desérticas, pero aunque la gran mayoría de la población vive en una profunda pobreza, la antigua Abisinia es mucho más que eso.

Etiopía no sólo es la cuna de la humanidad, lugar de origen de Ardi -el ancestro más antiguo del hombre- o de su antecesora Lucy (ver Apuntes). En su historia también resuenan ecos bíblicos: la leyenda dice que la reina de Saba -mencionada en la Biblia- reinó en Etiopía, y que en ese antiguo feudo, situado en la ciudad de Aksum, un viejo monje custodia hoy el Arca de la Alianza con las Tablas de la Ley.

Si hablamos de historia reciente, Etiopía es el único país de Africa que no fue colonizado, hecho que los etíopes viven con un inmenso orgullo. La fugaz ocupación italiana, entre 1935 y 1941, dejó como legado la pasta y la pizza, el ciao como saludo, y algunos rastros en la arquitectura.

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LA RUTA SANTA

Recorrer Etiopía en transporte público es una aventura no apta para ansiosos. Es preciso llegar a la terminal de madrugada para asegurarse un lugar, ya que los pasajes se venden con anticipación, pero no son numerados. El autobús no tiene horario fijo de partida, y sólo cuando está completo se pone en marcha.

Las rutas del circuito histórico-religioso del Norte están prácticamente desiertas. Durante más de 10 horas de viaje, no vemos automóviles ni camiones. A veces, un vehículo 4x4. Mujeres y niños caminan al costado de la ruta, acarreando bidones con agua o montones de leña. En los campos sólo se ven arados tirados por bueyes. No existe la maquinaria agrícola en un país donde el 85 por ciento de la población vive en zonas rurales, sobre la base de una agricultura de subsistencia, en viviendas de adobe y paja y con grandes problemas para acceder al agua. Los cortes de energía son habituales en todo el país.

Ya en Bahar Dar, la ciudad sorprende con sus bellas avenidas con palmeras, el orden y la prolijidad. Es uno de los principales centros urbanos del país, y el lugar donde hacer base para visitar las cataratas del Nilo Azul y los monasterios que rodean el lago Tana. En una pequeña lancha es posible hacer un recorrido por algunos de los 17 templos -la mayoría construidos entre los siglos XVI y XVII- ubicados en algunas de las 30 islas que rodean el lago. Un monje oficia de guía por los rústicos santuarios, que impactan con los vibrantes colores y la belleza de las antiguas pinturas con motivos religiosos que adornan paredes y techos.

El siguiente destino es Gondar, otra importante ciudad, antigua capital de los emperadores cristianos de Etiopía entre los siglos XVI y XVIII. Sorprende encontrarse con un bello castillo de estilo medieval en medio de Etiopía. Se trata del Palacio del Emperador Fasiladas, dentro del imponente Recinto Real, que junto con otros cinco castillos fueron construidos con la colaboración de los portugueses, que llegaron a la región para ayudar a combatir una invasión musulmana en el siglo XIV.

Un camino de ripio no apto para huesos frágiles nos conduce hacia Debark, 150 kilómetros al norte de Gondar. En esta pequeña aldea se contrata todo lo necesario para hacer trekking y acampar en el Parque Nacional de las Montañas Simien, con alturas de hasta 4500 metros. Montañas que se extienden más allá de la vista, desfiladeros empinados, y los curiosos monos gelada, que se mueven en manadas, hacen de ésta una excursión imperdible.

Aksum, antigua sede del imperio aksumita, que dominó el comercio entre Asia y Africa y tuvo su apogeo entre los siglos III y VI, es la ciudad visualmente menos atractiva del recorrido. Pero aquí es donde otra vez la leyenda se mezcla con la historia: en una pequeña capilla del complejo de Santa María de Sion los etíopes juran que duerme el Arca de la Alianza, una creencia que nadie se atreve a poner en duda. También sostienen que sólo el monje que custodia la capilla es la persona autorizada para verla. La leyenda dice que fue el rey Menelik, hijo de la reina de Saba y del rey Salomón, quien trajo a Etiopía el Arca desde Jerusalén.

Según algunos historiadores, esta mítica soberana -una figura muy presente en la cultura etíope- reinó en Aksum en el siglo X a.C. Hoy es posible ver allí ruinas de su antiguo palacio, descubiertas por arqueólogos alemanes en 2008, y decenas de obeliscos, de más de mil años de antigüedad, perfectamente conservados, que señalan antiguas tumbas de reyes.

Dejamos atrás el espíritu religioso del Norte y emprendemos camino hacia el más pagano Sur. Pero antes hacemos una parada en la caótica capital, Addis Abeba. Esta ciudad, sede de la Unión Africana, es uno de los destinos preferidos en Africa por diplomáticos y expatriados, por su vida nocturna, sus lujosos hoteles cinco estrellas, y la seguridad que ofrece en comparación con otras capitales africanas. Los rastros del pasado comunista son todavía evidentes en la arquitectura gris de la ciudad, mientras la incipiente modernidad de los centros comerciales contrasta con la imagen de cabras pastando en Meskal Square, en pleno centro.

Después de una caminata por Piazza, el barrio de herencia italiana, desordenado y desprolijo como todo en Addis, una buena idea es disfrutar de una celestial pasta en el elegante restaurante Castelli, el mejor de la ciudad. Sabemos que durante el resto del viaje la comida etíope será la única opción en muchos lugares.

A la entrada del lugar, una foto del dueño del restaurante junto a Angelina Jolie y Brad Pitt -de cuando la pareja de actores visitó el país para buscar a su hija etíope- recuerda al viajero que este país se ha convertido en un destino de moda para las adopciones. En el hotel donde nos hospedamos abundan parejas de extranjeros con sus niños recién adoptados.

Después de comer es tiempo de saborear el exquisito café etíope. El codiciado grano es originario de Etiopía, de la antigua región de Kaffa, e incluso en los parajes más recónditos es delicioso. La coffee ceremony, que incluye el tostado y la molienda de los granos, es un rito cotidiano, infaltable en cualquier hogar etíope.

La exportación de café constituye el principal ingreso de divisas para la empobrecida economía de este país. En los últimos años, un próspero e incipiente mercado de exportación de flores también instaló buenas perspectivas de crecimiento económico.

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HACIA EL REMOTO SUR

Arba Minch, la ciudad más importante del Sur, es la primera parada antes de aventurarnos a descubrir las primitivas tribus del valle del río Omo, los karo, banna, mursi o hamer, y sus bulliciosos mercados. Hipopótamos y enormes cocodrilos observan de reojo mientras paseamos en un frágil botecito por el lago Chamo. Al día siguiente, el viaje sigue hacia las remotas aldeas del Sur, por caminos de ripio y tierra casi inexistentes.

Llegar a Turmi, corazón de la etnia hamer, es entrar en un lugar en el que el tiempo parecería haberse detenido. Sentados en un rústico bar -cuatro simples bancos sobre suelo de tierra- vemos pasar a las bellísimas mujeres hamer, de rasgos angulosos y cuerpos perfectos, vestidas con faldas de cuero de cabra, adornadas con collares y ornamentos tradicionales. Llama la atención su cabello, teñido de color marrón rojizo con tinturas naturales.

Los hombres caminan todos con su borkoto en la mano, un pequeño objeto de madera que utilizan como almohada o asiento. Y aunque mantienen las mismas costumbres desde hace miles de años, los hamer ya saben cómo aprovechar el escaso turismo que llega hasta allí y ofrecen posar para fotos a cambio de dinero.

Nuestro último destino será Harar, al este del país, a pocos kilómetros de la frontera con Somalia. Caminar dentro de la antigua ciudad amurallada, perderse en los callejones blancos y laberínticos, y descubrir sus más de 90 mezquitas nos hace olvidar por un momento que estamos en Etiopía. La ciudad vieja tiene una atmósfera y una arquitectura muy diferente del resto del país.

Harar es el centro espiritual de la comunidad musulmana etíope, y fue el último refugio del poeta francés Arthur Rimbaud, a donde llegó en 1884 y vivió durante siete años antes de enfermar y regresar a París. La visita obligada será el Museo Rimbaud, una vieja casa reciclada con buen gusto, donde se exponen fotografías y muestras sobre su vida.

Los hararis son conocidos por ser grandes consumidores de chat, una planta de propiedades estimulantes. Su consumo es un hábito extendido en todo el país. Los hombres etíopes pasan horas sentados mascando sus hojas. Y aunque en algunos países está prohibido, en Etiopía su consumo es legal.

Harar fue un importante centro comercial que servía de punto de encuentro entre Africa, la India y el Lejano Oriente. Hoy es célebre por la calidad del café que allí se produce, por la cerveza, y por la cantidad de sastres que, con sus máquinas de coser y metros de coloridas telas a la vista ofrecen sus servicios en los viejos callejones.

Etiopía, la tierra del sol eterno y los caminos imposibles, no será un destino fácil para el viajero. Pero esconde tesoros para quien se aventure a descubrirlos.

DATOS UTILES

Cómo llegar. No hay vuelos directos desde Buenos Aires. Se puede volar hasta Johannesburgo (US$ 1600, South African Airways), y conectar con un vuelo hasta la capital etíope (US$ 1100, Ethiopian Airlines). Los argentinos pueden solicitar la visa (US$ 20) en el aeropuerto de Addis Abeba.

Salud. Llevar un certificado oficial de vacunación contra la fiebre amarilla. En algunas regiones hay riesgo de malaria, por lo que se recomienda asesorarse sobre medicación antes de viajar.

Dónde dormir. La infraestructura turística es mínima. Hoteles simples, con baño privado y sin lujos se encuentran en todo el país. A no desesperar por los frecuentes cortes de energía.

Cómo moverse. Las distancias son grandes y el transporte es precario, pero lo mejor es subir a los ómnibus y armarse de paciencia. La otra opción, más costosa, es alquilar un todoterreno.

APUNTES

En 2009 se confirmó que el ancestro más antiguo del hombre vivió en Etiopía. Se trata de Ardi, un homínido que vivió hace 4,4 millones de años, cuyo esqueleto fue hallado en 1994. Antes de Ardi fue encontrado el fósil de Lucy, de 3,2 millones de años. El hallazgo se produjo en Etiopía en 1974, a unos 72 kilómetros de donde se encontró a Ardi 20 años más tarde.
El presidente Meles Zenawi, enquistado en el poder desde hace 19 años, volvió a ganar las elecciones en mayo de 2010 con el 99,6% de los votos, en medio de acusaciones de fraude y fuertes críticas por su política de derechos humanos, persecución a políticos y prensa opositora. La ONU anunció en febrero que casi 3 millones de etíopes necesitarán ayuda alimentaria de emergencia este año, debido a la sequía en algunas regiones.
La base de la alimentación etíope es el injera, una especie de gran panqueque hecho a base de un cereal llamado tef. Se come con la mano, acompañado de carne -generalmente cordero- con salsa. La versión vegetariana es el shiro, una preparación con garbanzos. En la capital hay variedad de opciones, pero en algunas aldeas todo se limita a la comida etíope, o a lo sumo un plato de fideos.

Lago Tana. Monasterios

 

Este lago, es el más grande de los lagos etíopes con 85 km de largo, 65 de ancho y una profundidad de aproximadamente de 14 metros. Salpican el lago más de 37 islas y en su orillas se encuentran las penínsulas de Gorgorá, Mendabba y Zeghe(la más próxima y la más visitada por su proximidad a la ciudad). Evidentemente, la visita a los monasterios que se encuentran dentro de este lago, es el motivo más importante, pero también para los amantes de la naturaleza y sobre todo para los ornitólogos pues tendrán la oportunidad de ver cigueñas, garzas, águilas, loros y así hasta 823 de las cuales 16 especies son endémicas de Etiopía; también en ocasiones se pueden ver cocodrilos e hipopótamos aunque yo os tengo que decir que no observé nada. Las islas albergan más de 20 monasterios cristianos de los siglos XIII y XIV, y algunos atesoran verdaderas obras de arte, manuscritos, reliquias e impresionantes pinturas. Lo que menos me gusta, es que en muchos de ellos sólo se permite la entrada a los hombres. El transporte por el lago, se efectúa en pequeñas lanchas a motor que se pueden alquilar en los embarcaderos y negociar el precio en función de los monasterios a visitar. También es habitual el poder observar a los pescadores navegar con sus artesanales barcas hechas de hojas de papiro llamadas "tankwas", cuyo diseño puede que tenga más de mil años de antigüedad.
Recuerdo, que en mi anterior viaje visité el monasterio de Kibran Gabriel – no es que mi memoria sea tan buena, pero para eso está los diarios de viaje – que me pareció muy interesante y en esta ocasión hemos visitado Ura Kidane Mihret y Azuwa Maryan,; en estos dos, si está permitida la entrada de mujeres. Hay mucha gente, que dice que el monasterio más interesante es el de Narga Selassie que fue el lugar elegido por la emperatriz Metewad y está dedicado a la Santísima Trinidad, pero al ser el más alejado es necesario prácticamente un día para poder visitarlo y por eso decidimos visitar los dos monasterios que antes he mencionado. Nada mas salir del embarcadero ya se respira una tranquilidad absoluta, tan sólo interrumpida por el ruido del motor, y directamente nos dirigimos a la península de Zegue; después de bajarnos de la barca, hay que caminar durante unos 15 minutos a través de una espesa vegetación hasta acceder a la entrada del monasterio Ura Kidane Mihret; a la entrada me llama la atención la campana pues se trata de dos piedras sujetas con una cuerda sobre un soporte de madera; construida en el siglo XIV, su estilo arquitectónico es el típico ejemplo de templo de la iglesia ortodoxa etíope, de argamasa de barro, planta circular con techo de paja, forma cónica y rodeada de un gran jardín; después de descalzarnos a la entrada( es obligatorio), penetramos en su interior en donde podemos deleitarnos con sus magníficos frescos que versan sobre temas religiosos, realizados con tintes naturales. Después de recrearnos con estas bellas pinturas, regresamos de nuevo al embarcadero no sin antes pararnos en alguno de lo puestos que hay en el camino en donde se puede comprar artesanía local, joyas, pinturas y manuscritos no originales. De nuevo en la barca y a muy poca distancia nos detenemos a visitar el monasterio de Azuwa Maryam que es un poco mas de lo mismo, con algunas pinturas interesantes, pero con más animación que en el anterior pues hay una celebración. De camino al monasterio, nos hemos encontrado con gente, vestida de blanco que se dirigía al culto y además como es gente tan amable, me han invitado a beber cerveza típica –tala- y por no hacerles el feo la he tomado, aunque después me ha dicho Neguse que el agua la cogen del lago, aunque la cosa ya no tiene remedio ¡que sea lo que Dios quiera!

FRESCOS PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
En el interior del monasterio de Debram Maryam en el Lago Tana se pueden contemplar frescos como este. Magnificos frescos. Los monasterios del lago son algunos de los mejor conservados. Han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. La Iglesia de Maria o Debre Maryam se encuentra a poca distancia del monasterio de Gabriel,en otra isla dentro del Lago Tana y casi al comienzo de donde el lago se convierte en el Nilo Azul. Este rio esta surcado por barcas hechas de papiro(tankwas),sobretodo por pescadores.La Iglesia debe su nombre porque se supone que por aqui paso la virgen Maria (mucho suponer).Esta llena de frescos con mucho color,aunque no son frescos propiamente dichos ya que son pinturas pegadas a los muros.Estas igleias,monasterios e islas dan al lago Tana un encanto especial.

Los cristianos más antiguos

Las islas del lago Tana albergan monasterios del s. XIII y XIV, aun habitados por monjes y monjas (separados, por supuesto), que siguen una vida apartada y, nunca mejor dicho, monástica... sorprende la delgadez de algunos de ellos, que se mantienen con un puñado de grano al día y poco más! Fueron dundados por ermitaños del cristianismo primitivo que buscaban un lugar donde retirarse del mundo terrenal, y hasta allí siguen acercándose los peregrinos, sobre todo en fechas señaladas.Uno de los más bonitos es el Ura Kidane Mihret, también de los más frecuentados por los turistas. Un paseo de casi media hora por el bosque nos conduce a él, una construcción circular, típico ejemplo de iglesia ortodoxa etíope, hecha de argamasa de barro con techo de paja y forma cónica, guarda en su interior frescos, manuscritos, objetos eclesiásticos, coronas y vestimentas reales de varios emperadores del s. XIV....Uno de estos monjes consintió en dejarnos hacerle fotos mientras leía uno de sus "incunables", un manuscrito del s. XIII o XIV. Sí, no son libros guardados para museo, los siguen utilizando! Cuando decidió que ya era suficiente, con un gesto leve, pero serio y lleno de autoridad, nos despidió.

La inmensidad del lago Tana
En la región que bañan sus aguas pervive el pasado imperial y el esplendor de la cultura de este singular país africano

En el extremo oriental de la ciudad de Bahr Dar, de las aguas del lago Tana brota el Nilo azul.
A los viajes conviene ir persiguiendo mitos, y el mío, cuando visité el lago Tana, en el Noroeste etíope, no era otro que poner los pies en el lugar donde nace el Nilo Azul. Pero las tierras que rodean al Tana, y el propio lago, son mucho más que un espacio geográfico de donde fluye un gran río. Se trata, sin duda alguna, de la región más importante de Etiopía desde el punto de vista histórico. Durante varios siglos, entre el XV y el XIX, la zona fue elegida por los emperadores abisinios para establecer sus cortes, que en aquellos días eran itinerantes, cambiando de emplazamiento según escaseaban el agua y la caza, y los bosques habían sido cumplidamente talados. Todo ese pasado de aventuras imperiales e incontables guerras ha dejado sus rastros en el área que rodea el Tana y en el interior del propio lago. Es una huella no exenta de riqueza cultural, teniendo en cuenta que Etiopía es el único país del África subsahariana que cuenta desde siglos atrás con lengua escrita, el amárico, y crónicas reales y leyendas trasladadas a libro con más de cinco siglos de antigüedad.

HISTORIA. El Tana es el más grande de todos los lagos etíopes, con 75 kilómetros de largo y 65 de ancho. Se extiende a unos 1.700 metros de altura sobre el nivel del mar y su profundidad nunca va más allá de los 14 metros. Es un lago tranquilo, apenas azotado por las tormentas, y cuenta en su interior con 37 islas. Aparte de algunas lanchas para turistas, el único medio local de transporte lacustre es un viejo transbordador, el Tanana, que navega de Sur a Norte los domingos, del puerto de Bahr Dar al de Gorgora, y de Norte a Sur los miércoles. En condiciones normales, el viaje duraría cinco o seis horas. Pero como este barco es una especie de lechera, pues se detiene en varios puertos de las islas y el litoral, el viaje lleva al final un día y medio.

A pesar de que ya caminamos en el siglo XXI, en el Tana sobrevive otra forma de navegación cuya antigüedad es imposible de calcular, quizás más de 1.000 años. Se trata de pequeñas canoas que los habitantes de la región conocen como tankwas, construidas a base de papiro, bambú y cuerdas, y movidas a remo. Los tankwas no tienen más de tres o cuatro metros de eslora y carecen de quilla. De manera que cuando van muy cargados se hunden en el agua hasta la borda. Duran unos cuatro meses antes de que el contacto con el agua los pudra. Pero hacer uno nuevo no lleva, en los astilleros de Bahr Dar, más de tres días. Sus aguas tienen abundante pesca, sobre todo perca, pez gato y tilapia, y hay algunas familias de hipopótamos, muy peligrosos para los frágiles tankwas. En las agrestes orillas abundan las serpientes pitón y mamba negra, hienas y, en ocasiones, leopardos.

Las principales ciudades de la región del lago son Bahr Dar, al Sur, y Gorgora y Gondar, en el Norte. Bahr Dar es una bonita ciudad, populosa y alegre, arbolada de majestuosas jacarandás, palmeras, almendros indios y frangipanis. Huele a flores en sus riberas, que abundan en cormoranes, pelícanos y milanos negros. Todos los sábados, la ciudad congrega el mercado más grande de la región y Bahr Dar se llena de gentes venidas de los pueblos vecinos.

En el extremo oriental de la localidad brota el Nilo Azul, ancho, manso y solemne, y desde allí emprende su largo viaje, atravesando el occidente etíope y el Sur de Sudán, al encuentro de su hermano el Nilo Blanco en Jartúm. A unos 30 kilómetros de Bahr Dar, hacia el Sur, se produce el primer gran salto del río, en las cataratas de Tis Isat, un imponente espectáculo de la naturaleza, con el vapor del agua llenando los aires bajo uno de los cielos más limpios de África. No en balde, Tis Isat quiere decir en lengua amárica el humo sin fuego.

El puerto de Gorgora abre la puerta a la ciudad de Gondar, que fue capital del imperio durante algo más de un siglo en los días de la dinastía de los Fasilidas. En Gondar se alzan varios de los castillos que hicieron construir los emperadores y por esa razón la ciudad se conoce como el Camelot de África.

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HUELLAS DEL PASADO. Los constructores de los imponentes castillos de piedra fueron artesanos portugueses, que llegaron con tropas lusas a la región en el siglo XVI para ayudar a los reyes etíopes a combatir una invasión de los musulmanes. También, aquellos portugueses dejaron varios puentes, con todas las trazas de la arquitectura medieval europea.

En los alrededores de Gondar, y especialmente en la aldea de Wolleka, quedan algunas decenas de miembros de una comunidad judía cuya existencia, dicen allí, se remonta 2.500 años en el tiempo. Se los llama falachas y ellos se nombran a sí mismos Bet Israel, pueblo de Israel. Según la leyenda, viajaron desde Jerusalén con el rey Menelik I, alrededor del siglo VI a. C., y con ellos trajeron el Arca de la Alianza que, según la leyenda, permanece oculta en la iglesia de Santa María de la ciudad de Axun, en Tigray, al Norte de Gondar. Los falachas son muy pocos, pues la mayoría de ellos fueron rescatados por Israel en 1990, en plena guerra civil, por medio del envío de varias decenas de aviones de transporte, en una empresa que Tel Aviv bautizó como Operación Salomón.

Los falachas, a la entrada de Wolleka, han puesto un cartel donde se lee «Welcome to Sion». Viven en extrema pobreza y a los turistas que se acercan hasta allí, por lo general judíos de Europa y América, les venden una curiosa artesanía: una cajita donde yacen después de copular Salomón y la reina de Saba, regia cópula que dió origen, hace dos milenios y medio y según la mitología etíope, a la dinastía de sus reyes.

CIVILIZACIÓN ÚNICA. Etiopía es un país de religión cristiana ortodoxa, obediente de la Iglesia copta de Egipto. Rodeado por países de fe musulmana, ha mantenido su liturgia, influida por el Islam y el judaísmo, casi intocada desde muchos siglos atrás. Si se tiene en cuenta que Etiopía es el único país africano nunca colonizado, aunque fue invadido varias veces, la última por las tropas de Mussolini, hay que convenir que estamos ante una civilización sumamente original en el gran continente negro, única, y muy orgullosa de sí misma.

Muchas de las mejores expresiones de su cultura están en la región del Tana. Primero, en la islas, en 20 de las cuales se alzan templos y monasterios, algunos del siglo XVII. En Kentran-Gabriel una comunidad de monjes mantienen una iglesia de aquel siglo en la que pueden verse bellísimas pinturas murales del arte etíope, de corte bizantino. Hay allí un rústico y pequeño museo donde se guardan viejos códices, crónicas reales, trípticos con pinturas religiosas, y sables y coronas de antiguos emperadores. En varias de estas comunidades de las islas del Tana no pueden entrar las mujeres, pero en una de ellas existe una pequeña comunidad, con tan sólo dos monjas, en la que quienes tienen prohibida la entrada son los hombres.

En la pequeña isla de Daga-Estifanos se encuentran los nichos con las momias de algunos de los emperadores de la dinastía de los Fasilidas, entre ellos la de su fundador, Fasilides, y la de su padre, Susinios, convertido al catolicismo por el jesuita español Pedro Páez a comienzos del siglo XVII. En fin, no lejos del lago, vale la pena acercarse a la ciudad de Lalibela para admirar los monasterios coptos excavados en la piedra.

Etiopía es un país único en África. Y la región del Tana, en cierta manera, su corazón y su santuario.

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Geografía: La región del Lago Tana está emplazada en el Oeste de Etiopía (África Oriental), que bordea con Sudán.
Población: Etiopía cuenta con unos 65.900.000 habitantes.
Idioma: La lengua oficial es el amárico.
Moneda: La unidad monetaria es el birr.
Clima: Aunque varía según la geografía, es tropical.

CÓMO LLEGAR
Ethiopian Airlines (Tfno: 91/ 402 27 18) vuela a diario a Adis Abeba, vía Londres, Frankfurt y Roma, desde 123.000 ptas. (739,24 euros). Una vez en la capital etíope, la compañía dispone de vuelos domésticos, como a Gondar, desde unas 19.000 ptas. (114,19 euros). Otra forma de llegar a la región del Tana es en vehículos 4X4, como organizan diversas agencias.

ALOJAMIENTO
La infraestructura hotelera no suele ser tan buena como cabría desear, por eso es recomendable conocer la región del Tana en viajes organizados, como los que ofrece Bidón 5 (Tfno: 91/ 547 6117) a partir de 399.200 ptas. (2.399,24 euros), o Ambar (Tfno: 91/364 5912), desde 429.000 ptas. (2.587,34 euros). Catai (Tfno: 91/ 409 32 81) no ofrece en diciembre viajes organizados, pero los prepara individualmente.

CUÁNDO IR
Cualquier momento es bueno para visitar Etiopía, aunque conviene evitar la época de lluvias, que comprende del mes de junio al de octubre.

RESTAURANTES
El plato más popular es la injera, una especie de torta, hecha con harina de tef (cereal típico), acompañada con verduras o carnes en salsa. Son recomendables los restaurantes de los hoteles.

LAGO TANA
Una chica recoge agua de un pozo cercano para llevar a su casa junto al monasterio de Debram Maryam en el Lago Tana. Hay 37 islas sobre la superficie del lago Tana, de las cuales, 20 albergan iglesias y monasterios de un inmenso valor histórico y cultural. Estas iglesias, que están decoradas con preciosas pinturas, además dan cobi jo a tesoros innumerables. Debido a su aislamiento, se solían utilizar para almacenar los tesoros artísticos y las reliquias religiosas de todo el país. El acceso a alguna de estas iglesias está restringido a mujeres, aunque sí se las permite llegar hasta las orillas de la isla, no se les permite avanzar más allá. De todas formas, las mujeres sí pueden acceder a las iglesias de la península Zeghne y a la iglesia cercana de Ura Kidane Mehret, y también a Narga Sellassie. Kebre Gabriel: Se le conoce por el magnífico manuscrito de los cuatro evangelios que se cree que data de finales del siglo XIV o de principios del XV. Ura Kidane Mehret: Es mucho más decorativo y contiene un techo cónico de paja. Está pintado con escenas bíblicas. Daga Estifanos: Se la considera como una de las islas más sagradas del lago Tana y según cuenta la leyenda fue el escondite temporal del Arca de la Alianza . Sobre esta isla se encuentra la iglesia de San Estefano, que alberga a la "Virgen Santísima", pintada hacia 1434. El verdadero interés histórico yace en el arca, donde ataúdes con los lados acristalados, contienen los restos momificados de antiguos emperadores de Etiopía. Tana Cherkos: Este antiguo monasterio se encuentra en la orilla oeste del lago Tana. Según cuenta la leyenda, fue aquí donde Sta. María descansó ba jo un muro durante su huída de Egipto, y permaneció durante tres meses y diez días. Los monjes afirman haber poseído un collar suyo, que se dejó al partir. También se dice que el monasterio fue lugar sagrado para los judíos. Menelik I y otros nobles judíos, que tras huir del rey Salomón, trajeron el Arca de la Alianza a este monasterio e hicieron construir un templo sobre este, que se decoró con piedras preciosas. Seiscientos años más tarde, el Arca se llevo a Aksum.

El parque nacional de la montaña de Simien
El macizo de la montaña de Simien es una de las montañas principales de África, levantándose al punto más alto de Etiopía, Ras Dejen (los 4620m), que es el cuarto pico más alto del continente. Aunque Simien está en África y no también lejos del ecuador, la nieve y el hielo aparecen en los puntos más altos y las temperaturas de la noche bajan a menudo debajo de cero.

El parque nacional tiene tres regiones botánicas generales. Las tierras más altas son prados de la montaña con las hierbas de la fetuca así como brezos, los pókeres candentes espléndidos y Lobelia gigante. El parque fue creado sobre todo para proteger el Ibex de Walia, y sobre 1000 se dice vivir en el parque. También en el parque están las familias del babuino único de Gelada con su escarlata "corazón de sangría en su pecho," y el zorro raro de Simien. El zorro de Simien, aunque está nombrado después de las montañas es visto raramente por el visitante. Sobre 50 especies de pájaros se han divulgado en las montañas de Simien.

El acceso al parque es de desembarca, el 101km de Gonder, donde los animales el montar y del paquete pueden ser empleados. Esto se debe arreglar por adelantado a través de tu operador de viaje local o de la oficina del departamento de la conservación de la fauna.

 

El Nilo azul cae (las caídas de Tisisat)
El río el Nilo, el río más largo de África, en Etiopía. Del lago Tana, el Nilo azul, conocido localmente como Abbay, fluye de Etiopía para resolver el Nilo blanco en Khartoum para formar el gran río que da vida a Egipto y al Sudán. Se ha dicho que el Nilo azul contribuye el hasta 80% del flujo del Nilo. Ninguna parte es él más espectacular que cuando truena sobre las caídas de Tisisat cerca de Bahar Dar. Aquí millones de galones de agua conectan en cascada sobre la cara del acantilado y en un gorge, creando los arco iris espectaculares, en una de las exhibiciones aterrorizar-más inspirantes de África, ganando su nombre "agua que fuma". Las caídas azules del Nilo se pueden alcanzar fácilmente de Bahar Dar y la belleza escénica del Gorge azul del Nilo, los 225KM de Addis Ababa, se puede gozar como parte de una excursión del capital.

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Lago Tana
El lago Tana, el lago más grande de Etiopía es la fuente del Nilo azul de donde comienza su viaje largo a Khartoum y encendido al mediterráneo. Las 37 islas que se dispersan sobre la superficie de las iglesias y de los monastries fascinadores del abrigo del lago, algunos de los cuales tienen historias el datar del décimotercero siglo. Sin embargo, debe ser observado que la mayor parte de las casas religiosas no están abiertas a las mujeres. Las islas más interesantes son: Birgida Mariam, Dega Estefanous, DEK, Narga, Tana Cherkos, Mitsele Fasiledes, Kebran y Debre Maryam. Kebran Gabriel es el monasterio principal que se puede visitar por los turistas masculinos de Bahar Dar con su impresionante Catedral-como la construcción primero construida en el final del 17mo siglo. Dega Estephanos, que también está cerrado a las mujeres, está en una isla en el lago, y es alcanzado por una trayectoria muy escarpada y bobina. Aunque la iglesia es relativamente nueva (solamente cientos años), contiene a Madonna pintado en el décimo quinto siglo. Sin embargo, el Hacienda del monasterio es una atracción primera con el restos de varios emperadores, así como sus trajes y joyas.

En los bancos del lago están muchas más casas religiosas tales como Ura Kidane Mehret y Narga Selassie, muchos de los cuales están abiertos a las mujeres.

Cerca de Gorgora, en el extremo norteño del lago, el palacio de Susneyos es un precursor de los palacios y de los castillos magníficos de Gonder, y fechas del reinado del emperador Susneyos. En la misma área la iglesia medieval de Debre Sina Mariam es particularmente importante.

Una vela o una travesía en el lago Tana es una de las excursiones más agradables para los visitantes a esta región, particularmente en el corazón del verano. Los barcos se pueden emplear de la autoridad del transporte de marina en Bahir Dar. A lo largo a orillas del lago de la vida del pájaro, local y de los visitantes migratorios, hacer esto un lugar ideal para los birdwatchers. Los amantes del pájaro no desearán faltar la isla de Fasilidas, que es especialmente famosa como wetland importante. El conjunto de la región de Tana del lago y del Gorge del Nilo del azul tiene una variedad amplia de pájaros endémicos y de visitantes. La variedad de habitat, de crags rocosos a las selvas tropicales y a los wetlands importantes, se asegura de que muchas otras diversas especies sean manchadas.

La cueva de Sof Omar

Sof Omar es uno de los sistemas subterráneos más espectaculares y más extensos de la cueva del mundo. Formado por el río de Wabi como cambió su curso en el último distante y tallado hacia fuera un nuevo canal a través de las colinas de la piedra caliza, los sistemas de Sof Omar son un fenómeno natural extraordinario de la belleza impresionante.

La cueva que ahora es una capilla islámica importante fue nombrada después saintly del jeque Sof Omar que tomó el refugio aquí hace muchos siglos. La cueva tiene una historia religiosa que predates la llegada de los musulmanes en bala - una historia calculada en millares de años.


El valle de la grieta
El valle etíope de la grieta, que es parte del valle africano del este famoso de la grieta, abarca los resortes calientes numerosos, los lagos hermosos y una variedad de fauna. El valle es el resultado de dos averías paralelas en la superficie de la tierra, entre la cual en tiempo geológico distante, la corteza fue debilitada y se desplomó la tierra. Etiopía se refiere a menudo mientras que la "torre del agua" de África del este debido a los muchos ríos que vierten de la altiplanicie alta. El paso del gran valle de la grieta a través de Etiopía es marcado por una cadena de siete lagos. Cada uno de los siete lagos tiene su propia vida y carácter especiales y proporciona los habitat ideales para la variedad exuberante de flora y de fauna que hacen la región una destinación hermosa y exótica para los turistas.

La mayor parte de los lagos son convenientes y caja fuerte para la natación y otros deportes del agua. Los lagos Abiata y Shalla son lugares ideales para los vigilantes de pájaro. La mayor parte de los lagos valley de la grieta no se explotan completamente para los turistas excepto el lago Langano en donde se construyen los hoteles de la clase turista. El valle de la grieta es también un sitio de resortes calientes naturales numerosos y el contenido químico de los resortes calientes se valora altamente para sus propósitos terapéuticos que él no se utiliza sin embargo actualmente completamente. En fin, el valle de la grieta se dota con muchos lagos hermosos, resortes calientes numerosos, clima caliente y agradable y una variedad de fauna. Se considera como una de las áreas más ideales para el desarrollo del turismo internacional en Etiopía.

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Axum
Los sitios históricos y arqueológicos de Axum, Tigray central (región de Tigray) derecho famoso por sus obeliscos, Axum eran el capital del reino de Axumite - una vez uno de los cuatro reinos del mundo. Era también casero a la reina de Sheba que arruinó el palacio y bañar la piscina puede todavía ser encontrada adentro y acercar a la ciudad.

Enclavado en el occidente del país y con más de tres mil quinientos kilómetros cuadrados de extensión, Tana es el lago más grande de Etiopía y un lugar sagrado desde tiempos inmemoriales. Islas tupidas se yerguen en la lejanía, tapizadas de verde hasta las cimas, sus bosques esconden algunos de los más importantes monasterios e iglesias del rito etíope, muchos de ellos con más de setecientos años de antigüedad. A este lago, dice una de tantas leyendas, llegó por primera vez el Arca de la Alianza, cuando una pequeña comunidad judía que huía de la persecución en Egipto la transportó desde Aswán, río arriba, a través del Nilo Azul, hasta llegar al gran lago. En la isla de Tana Kirkos, sigue la leyenda, el arca permaneció escondida por ochocientos años hasta que fue trasladada a la ciudad de Axum, donde se cree que aún reposa, en la iglesia de Nuestra señora María de Sión, custodiada por un sacerdote viejo y ciego.

Tomamos un pequeño bote para ir a las islas y mientras los motores avanzan río adentro, hipopótamos desmesurados nos saludan con las cabezas sumergidas en el agua, pelícanos extienden las alas y se dejan arrastrar por las olas, indolentes. Una vez en el muelle, es preciso caminar unos minutos tierra adentro, pues las iglesias suelen estar en las partes más elevadas de las islas. Allí, la vegetación es abundante y colorida: los pájaros vuelan emitiendo extraños sonidos, mientras lagartijas e insectos salen a curiosear. Los niños de las islas vecinas venden cruces y otros recuerdos a lo largo del camino. Al poco tiempo vemos, en un terreno alto y despejado, el techo de paja de la iglesia y lo primero en sorprendernos es su estructura circular. Preguntamos a todo el mundo, pero nadie puede determinar con certeza el origen de esta práctica: unos explican que su forma retiene elementos de la antigua simbología animista, otros lo asocian con prácticas de un judaísmo primitivo y endémico de Etiopía. En fin, nada concluyente.

La iglesia ha sido dividida en tres recintos concéntricos. En el primero de ellos, el más exterior, las paredes están cubiertas de murales con imágenes de Cristo, de San Jorge matando desde su caballo al dragón, o de la virgen María, por quien los etíopes sienten una especial devoción. Las pinturas llevan amarillos y verdes y azules vivos; en los ojos de los santos se percibe una fuerte influencia del arte copto y bizantino.
El sacerdote recita la misa en el segundo recinto, siempre de pie y dando la espalda al Sancta Sanctorum: un habitáculo oscuro y preñado de incienso, donde se guarda el elemento más importante del templo: una réplica del Arca de la Alianza. Es increíble constatar cómo este objeto cumple, hoy, en la iglesia cristiana etíope, una función similar a la que tuvo, hace miles de años en la tradición judía, cuando era adorada por sobre todas las cosas, en el Sancta Sanctorum del templo de Salomón en Jerusalén.

El padre Tadesse es el sacerdote encargado de esta iglesia. Es un hombre alto y delgado, lleva el cráneo rasurado y viste una bata blanca que baja casi hasta los talones. Camina descalzo por los pisos de bambú, mientras nos cuenta la historia de San Tekle Haymanot, quien perdió una pierna a fuerza de pasar siete años orando sostenido sobre ella. Nos explica la compleja simbología que esconden las cruces grabadas en el cetro que lleva en la mano y luego nos cuenta apartes de la singular historia de su religión, similar al cristianismo copto egipcio, pero con fuertes influencias judías y animistas. Mientras damos una última mirada a los murales, el sacerdote nos pide el favor de que le enviemos un par de zapatos talla cuarenta y dos.

Salimos de la iglesia atraídos por el sonido de un tambor. En un quiosco cercano los niños de la aldea reciben educación religiosa. Sentados en círculo en un piso de arena, baten palmas al ritmo de la música y repiten con su maestra viejas canciones, canciones que alguna vez aprendieron sus padres y los padres de sus padres.

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INJERA
Interior de un restaurante. Los hombres matan las horas junto a un viejo televisor. La injera es el plato típico y se encuentra en cualquier restaurante, bar y en todas las casas. La injera es el pan etíope. Tiene un sabor agrio muy característico y especial. Se realiza con la harina de teff (el teff es un cereal local –sin gluten- de granos muy pequeños, que es muy difícil de encontrar fuera de Etiopía). La injera tiene forma de gran crêpe francesa. Se utiliza como plato donde se ponen los alimentos y pellizcando trozos es lo que se usa para comer a modo de cuchara. En Etiopía se cuece sobre placas de arcilla colocadas sobre el fuego pero en casa lo haremos con una plancha o con la sartén más grande que tengamos.

CASTILLOS DE GONDAR
Góndar. Castillo de los fasilidas. La mayoría de los españoles sabemos poco de Etiopía. En pleno centro de Góndar se encuentra el Recinto Real o Fasil Ghebbi, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979. La zona amurallada cuenta con seis castillos de piedra, de estilo portugués, de inspiración axumita o con influencias indias. Algunos son enormes, otros más modestos, los hay más y menos lujosos, peor y mejor conservados. El castillo más grande es el de Fasilidas, el emperador que fundó Góndar. Los sucesivos mandatarios también se hicieron construir su propio castillo para no ser menos y también otras dependencias como un edificio para archivo, jaulas para leones, establos, salones para banquetes… Dentro del conjunto se conservan tres iglesias.

 

La Camelot de Africa
Gondar, a los pies de las montañas Simien, fue fundada por Fasilidas en el s. XVII, y fue un centro político, administrativo, comercial, religioso y cultural importante durante más de 250 años. Su decadencia, producto de intrigas y luchas dinásticas, se agravó cuando Tewodoros II trasladó la sede del gobierno imperial a Debre Tabor, a 100 km al sureste. Más adelante, la ciudad fue saqueada por los mahdistas sudaneses durante el s. XIXI, y por último, ocupada por las tropas fascistas italianas en la segunda Guerra Mundial. Algunos edificios resultaron dañados por el bombardeo de las Fuerzas Aéreas británicas durante la campaña de liberación. Este es, pues, otro de los sitios históricos y sorprendentes de Etiopía. ¿Quién iba a imaginar que en el Africa subsahariana te vas a encontrar con unos auténticos castillos medievales? Fue el emperador Fasílidas quien levantó el primero, y sus sucesores continuaron construyendo el resto de fortalezas a su alrededor, iglesias y baños, hasta completar un conjunto arquitectónico único en todo el país y en África. El recinto real, Gebbi (significa recinto, en amariña), en pleno centro de la ciudad, está lleno de castillos y edificios auxiliares: el Archivo real, la casa de los músicos, la cuadra, la sauna, los baños, la casa de las hilanderas... todos conectados por túneles y pasillos, y rodeados por altos muros de piedra. Por un rato, olvidarás que estás en el "continente negro" y te transportarás a cualquier lugar de Europa, bien podría ser Escocia... y no sé si es bueno o no. Particularmente, no me entusiasmó, más allá de que es un lugar curioso.

La Iglesia de los Querubines
A las afueras de la ciudad de Gondar se encuentra la iglesia Debre Birhan Selassie muy conocida por sus pinturas murales, se encuentra en una colina sobre la ciudad, con paredes hermosamente pintadas que cuentan muchas historias religiosas. Si se mira hacia arriba se ven las ochenta cabezas aladas de querubines etíopes sonriendo, todos ellos con una expresión ligeramente diferente. Es el techo mas famoso de Etiopía.

Circuito histórico (III): Gondar
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Puse el despertador a las 7am para aprovechar el día pero el cansancio lo apagó. El bullicio del vecindario no me despertó hasta pasadas las 9am. Decidí tomarme el día con tranquilidad. Al fin y al cabo estaba de vacaciones. Para sorpresa de mi sorpresa habían cortado el agua, por lo que no pude ducharme. Preferí no hacer cuentas de cuánto tiempo llevaba mi cuerpo sin ver agua. De perdidos al río, así que poco importaba un día más que menos. El desayuno escaló un puesto en mi lista de prioridades.

El Recinto Real, compuesto de varios castillos y palacios, es probablemente el mayor atractivo de Gondar, recuerdo de los tiempos en que el emperador Fasiladas convirtió a esta ciudad en la primera capital permanente después de Lalibela. El esplendor de la ciudad duraría un siglo.

Cuando llegué me crucé con dos turistas más y unos cuantos guías ociosos que aceptarían un no por respuesta sin ningún tipo de forcejeo verbal. La tranquilidad del recinto me absorbió al instante. Saboreé cada paso que di. Me paseé por las murallas y espié a la vida desde los miradores secretos. Exploré cada castillo del derecho y del revés. Me compadecí de los leones abisinios que habían tenido la desgracia de vivir en aquellas jaulas. Por una vez, mis oídos no se quejaron de la competencia de varias iglesias cercanas que daban la misa por sus altavoces. Pasé la mayor parte del día en el Recinto Real. Relajada. Disfrutando de aquel remanso de paz, tan bienvenido después del bullicio turístico de Bahir Dar.

De ahí me fui a los baños de Fasiladas, a 2km del Recinto Real, y cuya entrada también estaba incluida en el precio. Lo mejor, las raíces de los árboles que, divertidas, parecían invitarme a sentarme con ellas en los muros de alrededor de la piscina.

Supongo que tengo que agradecerle al ejército de abejas que pudiera visitar la iglesia Debre Berhan Selassie. Cuenta la leyenda que, cuando a finales del siglo XIX los derviches sudaneses intentaron destruir esta iglesia, un enjambre de abejas los echó del lugar, persiguiéndoles enfurecidas, hasta que los derviches no tuvieron más remedio que desistir de su intento. Debre Berhan Selassie es una iglesia íntima atiborrada de arte etíope. Vidas de santos, mártires y tradición popular se disputan las paredes mientras que decenas de querubines alados devuelven la mirada al visitante desde el techo.

La guía recomendaba visitar el complejo de Kuskuam, antigua residencia de la emperatriz Mentewab, por las vistas de Gondar que la situación de este palacio ofrecía. Llegamos cuando la misa ya había comenzado, y viendo que nadie nos paraba, entramos con decisión. Nos colamos hasta los muros del palacio en ruinas. Después, nos echaron amablemente.

Volvimos al hotel. Yo seguía necesitando una ducha pero el agua seguía cortada. Afortunadamente, alguien tuvo la brillante idea de pedir que abrieran el depósito de agua. Tras la ducha, me alegré de comprobar que seguía teniendo todo en su sitio.

Iglesia Debre Birhan Selassie
Es un tesoro de la Unesco y un resumen de la cultura de un país antiguo, sufrido y siempre a punto de desaparecer. Y es una de las construcciones culturales más notables de este mundo.
Andan los rusos diciendo por ahí que el onírico palacio de verano de San Petersburgo, el Hermitage, es el resumen necesario de su país. Que la vasta colección de arte, casi completamente extranjera, sea considerada el arca del alma rusa es toda una definición, rara, contradictoria pero aceptable porque quién es uno para andar discutiendo con el prójimo. Y lo rico es introducirnos esta idea de un arca-semilla, un lugar que permitiría idealmente reconstruir un país entero.
Los etíopes son gente callada y modesta que no anda por ahí hablando de arcas. Es cosa de carácter nacional nomás, porque si alguien sabe de tierras arrasadas, de cortes violentísimos en una cultura, son ellos. Una y otra vez en su historia larga estuvieron ahí de desaparecer llevados por alguna ola de anarquía, de invasiones, de quemazones resentidas. Siempre volvieron, nunca se perdieron y aprendieron a hacer uso de sus semillas.
Para entender el uso de la iglesia de Debre Berhan Selassie en la espléndida ciudad imperial de Gonder, hay que hacerse un poco de contexto. Etiopía arranca hace 2500 años con el nombre de Axum, una contemporánea de Atenas que hoy es la tranquila capital de la provincia de Tigre. Los axumitas inventaron su escritura, su estilo de arquitectura, su moneda –la primera acuñada en el Africa negra– y sus leyes, y se dedicaron a comerciar con el mundo y a excentricidades como conquistar Yemen. En tanto ir y venir terminaron amigos y cuasi que admiradores de un vecino del Mediterráneo, Israel. El siguiente paso fue convertirse al judaísmo, adoptar el Dios único y, en un estupendo acto de apropiación cultural, proclamarse el nuevo Judá.

El muro principal de la iglesia, con la Pasión del Cristo en un mural formado por telas pegadas.
La conversión al cristianismo en el siglo tres –fueron la segunda nación cristiana– no alteró el mito fundacional de Etiopía: que su primer rey fue Menelik, hijo de Makeda reina de Saba y del sabio Salomón; que Yahvé sonrió ante el príncipe recién nacido y le concedió sus dones; que los descendientes de Etiopes pasaron a ser el "otro" pueblo elegido; que la prenda de esta distinción fue que las Tablas de la Ley, guardadas en el Arca de la Alianza, fueran robadas impunemente por Menelik y llevadas a Axum.
Con semejante engrupe, no sorprende que Etiopía fuera una nación imperial y que siga siendo bastante impermeable a las influencias extranjeras. Allá ni siquiera es el año 2012 sino el 2005, el año no arranca en enero y no tiene doce meses, sino trece. Las conversaciones con extranjeros son amistosas y curiosas, pero nada imitativas: una cosa es querer saber cómo hacen las cosas los otros, otra muy otra es adoptar manías ajenas. Lo que explica, de paso, que después de incontables invasiones musulmanas el país siga siendo cristiano, aunque con un gran porcentaje islámico.
Estas invasiones casi constantes casi fueron el fin de una nacionalidad. Emires y beys diversos cortaron todo contacto con el mundo exterior al rodear el planalto etíope con sus conquistas. Ya no hubo más puertos para comerciar con el mundo y los vecinos al norte, al sur, al este y al oeste eran ideológicamente hostiles. Etiopía se empobreció, se redujo y de cierta manera se embruteció: un Estado que sostenía bibliotecas y archivos, que mantenía abiertas rutas con postas y publicaba regularmente el valor de intercambio con las monedas del Imperio Romano se transformó en una corte peripatética que recorría el país de un lado a otro, como un circo ambulante, porque no podía sostener ni un palacio.

San Jorge en su caballo blanco, patrono nacional de Etiopía.
De hecho, casi no se sabe qué ocurrió allí en las montañas entre el siglo 7 y el 14, una Alta Edad Media entera de la que no quedan ni libros ni registros. Lo que sí se sabe es que los etíopes inventaron sus arcas y las llamaron monasterios.
Un azar geográfico aseguró el éxito de la idea. El planalto histórico es una tierra elevada y cribada de picos, cordilleras y mesetas de altura, un verdadero bosque de sierras. Estas ambas suelen tener paredes verticales, inaccesibles, que las transforman en fortalezas inexpugnables. Con esfuerzos indecibles, allá arriba se construyeron monasterios, iglesias y bibliotecas, y luego se cortaron las sogas que eran la única comunicación.
Así fue que se salvó la escritura en gue'ez, la lengua muerta que se sigue usando en las misas, como un latín africano. Y se salvaron las escrituras y las vidas de los santos, los poemas y los rezos, los ciclos históricos y las leyendas. Y también las técnicas de pintura y la notación musical, el arte de la fundición a la cera perdida y el de producir papel. Hasta la arquitectura, ese arte tan complejo y dependiente de la transmisión de maestros a aprendices, salvó al menos un libro de estilos tradicionales escrito en piedras y adobes.
El Renacimiento etíope fue literal, un reaparecer de alguna autoridad central, una estabilización social, un crecimiento de algunas ciudades. Gonder fue la capital de este período y por eso es dueña de un conjunto de palacios en ruinas que la Unesco protege y de la iglesia de Debre Berhan Selassie. El templo tiene forma de barca para recordar esa otra arca, la de Noé –la otra forma tradicional es el círculo, símbolo del tiempo y de la perfección– y una pronunciada galería para recorrerla en procesión. El terreno que la rodea representa a Jerusalén, con rincones llamados Monte de los Olivos o Calvario.

La iglesia tiene forma de barca, simbolizando el Arca de Noé.
Pero el tesoro está adentro, en los muros cubiertos de pinturas religiosas. La espectacular colección de telas pegadas formando murales y el célebre cielo raso de madera pintado con angelitos morochos es un resumen de motivos, técnicas y convenciones del canon de una cultura. Y es la gloria del llamado Segundo Estilo Gonderino, nacido de la tradición ortodoxa griega, filtrada por una sensibilidad africana e influida por un pintor veneciano que pasó y se quedó por muchos años, dando clases.
Los muros, el altar con la célebre Trinidad representada por tres severos barbudos, el techo con los ángeles que miran en las cuatro direcciones posibles, es un libro de lectura pictórico, una Biblia propia que permitiría, si todo está perdido, volver a escribir las escrituras.
Y a rescatar un arte entero, nada menos.

Cerca de 200 años de relativa paz y estabilidad, muy inusual en la historia Etiopía, hicieron posible un renacimiento de la civilización etíope conocido como periodo de Gonder. En aquel tiempo floreció una rica y distinguida expresión en la arquitectura, el arte y la música. Mucha atención y cuidado se prestó también al cultivo del ocio y en proporcionar todo tipo de lujos a las clases elitistas del país. Testigos de ello, son la construcción de baños turcos, la magnífica cocina del palacio de Mintewab, el parque de recreo del rey Fassilides y la dedicación de un mausoleo a un caballo preferido. En el centro de este desarrollo, la ciudad de Gondar era conocida por sus celebraciones medievales, brillantes ornamentos y extravagantes ceremonias.

Los castillos, los únicos de su clase en suelo africano, y la iglesia Debre Birhan Selassie , famosa por su techo decorado con caras de ángeles, son hoy día todo lo que queda del pasado glorioso de Gondar.

Los castillos de Gondar
Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Esta área cerrada de 70.000 m2 contiene seis castillos, edificios auxiliares, túneles y pasillos, todo del s. XVII, y realmente sorprende mucho encontrar estos castillos aquí. No en vano Gondar también es conocida como la Camelot de África.
Tras la caída de Lalibela hacia el final del siglo XIII, Etiopía no tuvo capital por varios cientos de años. Los emperadores estaban siempre en movimiento en constantes campañas para salvaguardar su vasto imperio y asegurar la lealtad de sus súbditos.
Cansado de este estilo de vida nómada de muchos de sus antepasados, el emperador Fassilides fundó Gondar en 1636 e hizo construir el primero y más magnífico de los castillos. Emperadores posteriores hicieron adiciones a este, la mayoría en el mismo complejo que el original.
El emperador Fassilides es también admirado por otro logro pionero en la historia de las obras públicas de Etiopía. Se le atribuyen la construcción de no menos de cuatro puentes de piedra (dos sobre el Nilo azul y otros dos en ríos próximos a Gondar).

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La iglesia de Debre Birhan Selassie
Junto con los cerca de 11 castillos y edificios anejos, la iglesia del siglo XVII de Debre Birhan Selassie es la única que ha sobrevivido a las repetidas destrucciones de Gondar a manos de los derviches (egipcio-sudaneses), los italianos y los británicos.
Su principal interés no es tanto el edificio en sí sino las magníficas pinturas que hay en su interior, tanto en las paredes como el techo. Especialmente este último, decorado con pinturas de 80 caras de querubines mirando en todas las direcciones, es seguramente una de las estampas más típicas de Etiopía y más reproducida en postales y recuerdos.

Baños de los Fasilidas. Atravesando un viejo portalón de madera en el que dormita un amable anciano que al parecer es el "guarda" de lugar, tras una breve charla penetramos en el recinto, antes nuestros ojos se presenta un pequeño edificio de "estilo Gondarino" en el que destacan un par de torres de dos plantas, a los pies del edificio se abre un estanque o "piscina" de unos 3.000 metros cuadrados, son los famosos baños del Emperador Fasilidas. La arboleda presente en el recinto, consciente de la belleza del lugar se funde con la piedra del muro que rodea el estanque logrando una simbiosis mágica. Admirando este entorno no es de extrañar que desde tiempo atrás, cada 19 de Enero se venga celebrando en este emplazamiento la Epifanía Ortodoxa Etíope, conocida localmente como Timkat. (En esta fiesta se conmemora el bautismo de Jesús en el río Jordán) Para la ocasión, el estanque se rellena con las aguas de un río cercano, lo que según nos comentan resulta una ardua tarea que puede llevar bastantes horas. El día señalado los fieles, cuidadosamente ataviados se agolpan alrededor de la "alberca" donde asisten a la Liturgia, en la que nunca falta una copia del Arca de la Alianza envuelta en una tela. El momento álgido de la celebración se produce cuando los feligreses se sumergen en la piscina para renovar sus promesas bautismales y purificar su alma; el gentío es tal que no todos los asistentes pueden sumergirse a las aguas sagradas. Una vez finalizada la ceremonia, el agua purificadora es devuelta a sus orígenes y en los baños de Fasilides ahora desiertos, el eco de los cánticos de los feligreses se irá diluyendo con el paso de los días…los árboles del estanque volverán de nuevo a erigirse en mudos y casi únicos testigos de tanta belleza y soledad.

La ciudad de Gondar está situada a 400 km al norte Addis Abeba, y fue la capital de Etiopía entre 1632 y 1855. Gran centro de cultura y erudición, la ciudad ha conservado varios vestigios de su pasado imperial. Descubre los baños de Fasilidas en los que se bautizan los creyentes, la iglesia Selassié y sus preciosos frescos y las ruinas de castillos y palacios de impresionante belleza, fruto del mestizaje arquitectónico europeo y nativo

CAMINO DE GONDAR

Otro cía, que toca madrugar. Nos despedimos del personal del hotel, donde nos hemos sentido bastante a gusto y nos dirigimos a la estación de autobuses, donde nada más entrar, nos asedian los conductores de microbuses, para que tomemos el suyo. Nos rodean unas 10 personas, empujando y gritando en su idioma. Aunque, no somos los únicos sitiados. También, los lugareños sufren lo suyo. Una mujer ya entrada en años, tiene tanto escándalo a su alrededor, que opta por taparse los oídos con las palmas de las manos.
Nos decidimos por el que nos ofrece el mejor precio (65 birrs). Tardamos una hora en salir, después de que se ha llenado el vehículo y cuando lo hacemos, pasamos por diversos puntos de la ciudad, a recoger equipajes. Empieza a llover intensamente. Menos mal, que la carretera es bastante buena. El paisaje se muestra extremadamente verde y es llano.
Vamos atravesando pueblos y más pueblos, donde abundan las casuchas, las cabras, las ovejas y los carros de época. Todo, muy rural. El incómodo microbús, hace numerosas paradas, donde sube y baja gente. Una más larga, la hacemos en Azazo, un pueblo decrépito, aunque realmente vital.
Después, de tres horas y diez minutos y habiendo parado ya de llover, llegamos a Gondar, siendo las doce del mediodía.

GONDAR
Tras preguntar en dos hoteles caros, encontramos uno, que se adapta más a nuestras posibilidades. Se trata del Abba Jalie (4,50 de puntuación). La doble, que cuesta 50 birrs, es bastante básica, aunque limpia. El baño es compartido y a estas horas, para variar, no hay agua.
Justo enfrente, se halla un bar con bastante encanto. Así, que no perdemos más tiempos y nos vamos a tomar unos drafts -cerveza de barril-, más económica y mayor cantidad, que la de botella, que hemos engullido hasta ahora, en este país.
No tardamos ni diez minutos, en trabar amistad, con unos simpáticos lugareños, con bastante capacidad económica, dado que tienen teléfonos móviles táctiles –cosa muy infrecuente, en Etiopía- y nos invitan a un par de cervezas a cada uno y a unos vasitos de ginebra, que hay que tomar con jugo de limón, como si fuera tequila. Nosotros, nos negamos en redondo, en un principio, pero terminamos aceptando, tras insistirnos, diciendo: "yes, we can".
A pesar, de que no saben mucho inglés, si hablan el suficiente, como para poder conocernos un poco y echarnos unas risas. Y más, cuando ya todos empezamos a encontrarnos, algo perjudicados por el alcohol. La intensa velada termina, con una sesión de fotos conjunta. Luego, ellos cinco, se meten en un único tuk tuk –bien juntitos-, mientras nosotros, nos quedamos apurando la última ronda. Anteriormente, el del bar nos había tratado de engañar con la vuelta. ¡Nada novedoso!.
Son cerca de las tres de la tarde y nos cuesta encontrar un lugar para comer. Al final, lo hacemos en un coqueto restaurante, a base de ricos espaguetis, con enormes trozos de carne es salsa de tomate. Aprovechamos el pan, que siempre ponen, para meter la mayoría de esta última, en un bocadillo.
Todo, va muy bien, hasta que nos estafan más de diez birrs –más que la cantidad, nos fastidia el hecho-, con los bollos que hemos pedido de postre. En este país –como en la mayoría del tercer mundo- no se puede pedir nada, sin haber preguntado previamente el precio y nosotros, ¡parecemos nuevos!
Salimos a las calles, a patear la ciudad y no tardamos mucho en descubrir, que Gondar es uno de los sitios más maravillosos del mundo. No solamente, por su impresionante Palacio Real, sus Baños Fasilidas (entrada conjunta, 100 birrs) y sus numerosas, bellas y extrañas –para nosotros- iglesias –entre ellas, la Gabriel-, presididas por sus enormes cruces y llamativa simbología, sino por la propia idiosincrasia de sus calles y de sus gentes. Todo el entorno rezuma a cotidiano y genuino, en su estado más puro
El recinto real de Fasil Ghebi, está rodeado por una muralla de novecientos metros de longitud, con doce puertas y dos puentes. En su interior se agrupan varios edificios históricos. Entre ellos, el castillo de Fasilides, edificación de base rectangular, flanqueado en las esquinas por cuatro torreones redondos, rematados por cupulillas, que constituye la obra cumbre del estilo de Gondar. Además, el castillo del emperador, Iyasu, la cancillería y la biblioteca de Tzadich Yohannes (dos pabellones anexos al castillo de Fasilides), el salón de banquetes, la tumba del caballo del rey Fasilides y tres bellas iglesias, entre las que destaca la capilla de san Antonio, con hermosas pinturas murales.
Además, de Fasil Ghebi, también se han incluido en el Patrimonio de la Humanidad: la abadía de Debre Berhan Selassie (con su iglesia circular decorada con pinturas), los ya citados baños de Fasilides (un palacio de varios pisos, ubicado en un estanque y dentro de un extenso terreno de recreo, donde anualmente se celebra la ceremonia de bendición del baño), la iglesia de Kuddus Yohannes, el complejo de Qusquam (que incluye una iglesia redonda y el palacio de Mentuab, que recuerda al Renacimiento europeo), el monasterio de Mariam Ghemb (llamado Socinios) yel palacio de Guzara
A pesar del terremoto de 1704, de la guerra civil del siglo XIX, de la decadencia de la ciudad, al perder la capitalidad del imperio y de algunas desafortunadas reconstrucciones, realizadas por los italianos durante la Segunda Guerra Mundial, el estado de conservación de los edificios es bastante bueno.
Compartido amistosamente por personas, cabras, vacas, ovejas, carros de época tirados por caballos, tuck-tucks, coches y todo aquel o aquello, que se quiera sumar a la perfecta fiesta de la convivencia y armonía urbanas.. Y todo ello, mientras los animosos niños, saludan, dan la mano y tratan de fotografiarse, con los pocos blancos, que pululamos por las calles (sobre todo, saliendo de la vía principal y sus perpendiculares). Nunca ví tanta ternura y a cambio de nada, porque aquí raramente piden dinero, bolígrafos, carameles o chocolate.
Hasta las adolescentes, se aferran a nuestros brazos -del orden de seis o siete por cada uno-, con el fin de manosearnos, achucharnos y sobre todo, tocarnos el pelo. Un zarandeo en toda regla, pero con toneladas de cariño.
Gondar es una isla, en la sufriente Etiopía. La mayoría de sus calles están asfaltadas y las casas, son de una original belleza. Unas, pintadas de colores y otras, construidas en elegante piedra. No tenemos la certeza, pero se intuye, que esta población ha gozado de una situación privilegiada, respecto al resto del país. Además de la calidad de las viviendas, apenas hay puestos callejeros y los vendedores ambulantes, se reducen a niños, comercializando con chicles y otras golosinas. No sabemos de que vivirán, pero no es de ni de la venta, ni afortunadamente, tampoco de estrangular a los viajeros..
Después de la reconfortante visita y siendo ya de noche, retornamos a nuestro hotel. Cerca del bar, donde pasamos parte de la mañana, hay un monasterio, junto al que han colocado una enorme carpa, con mucha gente dentro. De momento, permanecen tranquilos, pero de madrugada, empezarán los repetitivos y desquiciantes rezos, cánticos, músicas y monótonos discursos de varias horas de duración, que nos lo pondrán muy difícil para pegar ojo.
Al parecer, hemos tenido la dudosa suerte, de que mañana sea una de las festividades religiosas más importantes del año y que se celebre, a lo largo de todo el día y toda la noche. Ya nos lo habían advertido, los chicos de esta mañana, aunque no nos dijeron como se llama, la celebración en cuestión. En esta ciudad y a lo largo del país, por todas partes huele a incienso. Mejor, porque así, se matan otros desagradables aromas.
Antes de recogernos, tomamos unas cervezas en el garito de por la mañana. No aparecen nuestros amigos, como habían prometido. Con la tranca que llevaban, ni siquiera se acordarán Bueno. Así nos ahorramos tener, que corresponder a su invitación. Aún, nos seguimos partiendo de risa, con su ocurrencia de esta mañana, de que tenemos que ser los padres, de Cesc Fábregas, porque nos parecemos mucho a ellos. ¡Qué imaginación!.
Al final, dormimos algo más de lo esperado, gracias a ponernos tapones en las orejas. Nuestra primera labor del día –que ha amanecido soleado y caluroso-, es acercarnos a la estación de autobuses. Queremos saber, que frecuencia de vehículos existe, para nuestro siguiente destino, que no es otro, que la famosa localidad de Aksum (donde se encuentra el Arca de la Alianza).
Nos indican, que solo hay un servicio diario y que para variar, parte a las cinco y media de la mañana. Además, solo llega hasta la localidad de Shire. En este lugar, deberemos hacer noche y tomar otro autobús al día siguiente por la mañana, para acercarnos hasta Aksum. El primer trayecto, cuesta 125 birrs. Como no tenemos dinero suficiente para pagar los dos boletos, decidimos dejar su adquisición, para después del almuerzo.
Volvemos sobre nuestros pasos. Entramos en un banco, a cambiar algo de dinero, a una tasa bastante favorable, aunque la burocracia es de las que hace perder la paciencia y solo obtenemos el efectivo, después de haber aguantado tres colas y echar una firma, en cada una de las ventanillas. Una vez, concluido este proceso, acometemos nuestras habituales cervezas matutinas. Seguimos con los problemas con las vueltas y los precios, tan presentes siempre, a lo largo de todo nuestro dilatado periplo, a través del país.
Buscamos un lugar para comer y degustamos picantes y ricos espaguetis con vegetales, que tienen hasta yuca. Como habíamos descubierto el día anterior, puestos de samosas rellenas de lentejas, completamos nuestro almuerzo, zampándonos unas cuantas. En el restaurante no nos han podido servir la pasta con carne, porque la prohíbe la maldita festividad. ¡No sé, por qué siempre llegamos a los sitios, en lo más álgido de sus celebraciones religiosas y estas, nunca nos benefician!. Resignación.
Después y en una agencia, conseguimos una fotocopia gratuita de un plano de Gondar, procedente de una guía alemana. Podíamos haber encontrado ayer este sitio, antes de haber recorrido la ciudad. Y no, que estuvimos toda la tarde, preguntando a la policía turística, por los sitios a visitar. Menos mal, que suelen ser bastante amables y seviciales.
cuando nos encontramos con los catalanes de Bhair Dar. Tenían que haberse marchado esta mañana, pero al llegar al bus, siendo todavía de noche y después de haber madrugado, no había ninguna plaza. Otra rareza de Etiopía, en relación al resto de África, es que la gente en los autobuses, nunca viaja de pie. En cualquier otro sitio del continente –incluida Sudáfrica-, podrían haber transitado de pie, si así lo hubieran deseado.
Anna, Joan y Alex, han ido hace unas horas a comprar los billetes, por lo que viajarán mañana, en el mismo autobús que nosotros. Convenimos, que quien llegue antes a la estación, guardará los asientos de los otros, dado que no son numerados, a diferencia de los del bus, que nos llevó desde Addis Abeba, a Bahir Dar. Nos despedimos, precipitadamente, dado que la lluvia arrecia.
Afortunadamente, nosotros no tenemos problema alguno, para poder adquirir los boletos del bus. Al igual que los catalanes –por dolores en el pie de Anna-, hemos descartado no llevar a cabo, el típico trekking, que se hace desde aquí, por las montañas Sitien.
Llueve y deja de llover y así se pasa toda la tarde. Nos acercamos en un agradable paseo, hasta las piscinas o Baños Fasilidas, que no están tan bien como el Palacio Real. Justo al llegar, el chaparrón se intensifica y tenemos que refugiarnos en unos billares, al aire libre, pero con techo. Vemos jugar a los lugareños, mientras nos tomamos unos tés.
Cuando escampa, retornamos. Entramos en una agencia de Ethiopian Airlines, a preguntar el precio de los billetes, a Dubai o Abu Dhabi. Tendremos, que buscar por oto lado –previsiblemente, en internet-, dado que aquí nos piden, 7.000 birrs por cada uno. Nuestra idea, es continuar viaje hacia esos territorios, para así también, poder visitar Omán.
Paseamos por la misma zona de las iglesias de ayer. Hoy, se hallan más concurridas, debido a la celebración religiosa. Los discursos, cánticos y músicas, nos levantan dolor de cabeza. Los niños siguen reclamando nuestra atención, al grito de: "¡eh, you, you, you!", mientras las adolescentes, se nos agarran, de nuevo y como ayer, de ambos bracos, para manosearnos y especialmente, tocarnos el pelo. Les debemos parecer bastante exóticos.
Una vez ha oscurecido, retornamos al bar de siempre, donde hay mucha más gente que ayer. No sé si tendrá algo que ver, el hecho de que sea viernes. Un par de lugareños inician conversación con nosotros. Hay que ser muy cautelosos, a la hora de hablar con gente en estos sitios, porque siempre suelen tener un interés. Si no es venderte algo, puede ser obtener la suficiente información –como en este caso-, para poder cruzar ilegalmente, desde Marruecos a España.
Un nuño va recorriendo las diferentes mesas, vendiendo granos de maíz, con bastante éxito. Ni en los bares, ni en casi ningún otro sitio público, disponen de televisión. Sobre las diez de la noche, la cansina y agobiante celebración termina y al fin, todo queda en silencio. ¡Qué maravilla.

Carné Internacional de Estudiante, el famoso ISIC

GONDAR
En la región de Amhara en Etiopía, la ciudad de Gondar es famosa por sus castillos medievales y las iglesias que fueron construidas por los emperadores entre los años de 1.635 y 1.855.
Hasta el siglo XVI, los Emperadores de Etiopía vivían una vida nómada, trasladándose de un lugar a otro dentro del territorio que reinaban, junto a su familia, cortesanos y la guardia real, se instalaban en tiendas de campaña con el consiguiente problema que les ocasionaba las lluvias.
Es así que para resguardarse de las inclemencias del tiempo, los antiguos emperadores de Etiopía deciden construir un refugio, dando lugar al nacimiento de una ciudadela medieval, con espectaculares castillos amurallados que fueron durante décadas la capital del reino de Etiopía, los magníficos Castillos de Gondar.
En 1979, la ciudadela de Fasil Ghebi con su particular estilo arquitectónico es declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudadela amurallada de Fasil Ghebi es un ejemplo único de un estilo particular de arquitectura, denominado estilo de Gondar, con influencias árabes, indias y europeas introducidas en la región.
Fasil Ghebi es un recinto real rodeado por una muralla de unos 900 metros de largo, con doce puertas y dos puentes. En su interior se encuentran una serie de construcciones históricas como los Castillos Faslidas, construcciones reales que conforman un conjunto arquitectónico admirable. Estos castillos son en realidad palacios de forma rectangular con tres pisos de altura que están rematados por una torre cuadrada en cuyas esquinas se levanta otra torre de menor tamaño.
Son también muy atractivos los Baños de los Faslidas, el Palacio Kusquam y la Iglesia Debre Brhan Selassie, con sus hermosas pinturas del siglo XVII, siendo una de las más antiguas de la ciudad de un total de 44 iglesias.
Durante el siglo XIX, Gondar comenzó a decaer por la pérdida de poder de los emperadores, siendo en varias ocasiones saqueada y quemada. Sin embargo, logró sobrevivir hasta nuestros días como un impresionante complejo histórico medieval, constituyendo uno de los atractivos turísticos más visitados por el turismo en la ciudad de Gondar, Etiopía.

GONDAR
Cien kilómetros después de dejar Debark llegamos a Gonder. En la entrada al recinto de los castillos nos esperaba Abebe, nuestro guía en Gondar. De camino atravesamos el poblado de los Felasha, los judíos etíopes.
La ciudad de Gondar, segunda capital del imperio después de Axum, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979. Durante más de doscientos cincuenta años (entre los siglos XVII y XIX) fue el centro político, comercial, administrativo y cultural del imperio debido tanto a su situación estratégica como a sus recursos naturales.
La ciudad de Gondar fue fundada por el emperador Fasilidas (Fasil para los etíopes) hijo del emperador Susinios hacia el año 1635. Fue el emperador Fasilidas quien levantó el primer castillo y sus sucesores el resto de las fortalezas, iglesias y baños que configuran el denominado recinto real. La tradición afirma que un búfalo llevó al emperador Fasilidas hasta un estanque y que fue un anciano que vivía cerca quien le dijo al emperador que debía de construir en ese lugar la capital. Fasilidas entonces rellenó el estanque e hizo construir su palacio sobre él.
El Fasil Ghebi (recinto real) es un conjunto amurallado que consta de seis castillos y muchos edificios auxiliares,. El castillo más imponente es el de Fasilidas, un edificio rectangular, de tres plantas, flanqueado en las esquinas por cuatro torreones redondos rematados por pequeñas cúpulas.
Dentro del recinto también se encuentra el castillo de emperador Iyassu, el castillo de Bakaffa, el salón de banquetes, las cuadras y el archivo real.
Durante la visita a los castillos comenzó a llover, pero las explicaciones de Abebe, adornadas con unas gotitas de humor, hicieron especial la visita a pesar de la lluvia. Como casi todos los etíopes, Abebe no dejaba nunca la sonrisa a un lado y no perdía la oportunidad de usar la broma para captar nuestra atención. Por ejemplo, de camino de un extremo a otro del recinto, nos contó una leyenda sobre el origen de su raza, la del abisinio. Dicen que Dios, cuando tuvo dispuesta la masa con la que creó al hombre introdujo un primer molde en el horno, pero este primer hombre, estuvo un tiempo insuficiente en el horno y se convirtió en el primer hombre blanco. Después Dios decidió intentarlo de nuevo y mantuvo al segundo hombre más tiempo al fuego, tal vez demasiado, y obtuvo un segundo hombre, el hombre negro. Finalmente, al tercer intento, Dios matuvo la masa el tiempo justo en el horno y así obtuvo al hombre perfecto, al abisinio.
Esa misma tarde, también vistamos, a un kilómetro del centro de Gondar, el Monasterio de Debre Dirham Selassie, cuyo nombre significa "Monte de la Luz de la Trinidad". Esta iglesia fue fundada a finales del siglo XVII por Iyassu I y a parte de la forma de León de su entrada esta iglesia es especialmente importante por su techo, cubierto por hileras de ángeles alados.
Si se dispone de tiempo, concentración y paciencia pueden contarse un total de 88 ángeles. Abebe nos pregunto, ¿cuántos ángeles hay en el cielo?, y nosotras, claro está, contestamos que 88…. Pero la respuesta correcta era que el número de ángeles que hay en el cielo es infinito. Aún así el número 88 no había sido elegido al azar, puesto que el número 8 es el símbolo del infinito girado noventa grados. A esas alturas del viaje ya bromeabamos con el which means que una vez tras otra usaban nuestro guías para explicarnos que en Etiopía todo tiene un significado.
Cuando llegamos al hotel de Gondar llovía fuertemente y la monotonía del agua nos traía a la mente el pensamiento que a toda costa queríamos apartar, la voz del calendario que en nuestras cabezas nos decía que tras la visita a los castillos el viaje estaba acercándose a su fin.

GONDAR
Gondar. Fundada en 1636 en el noroeste de Etiopía, fue la sede de la corte del emperador Fasil o Fásilidas. Durante casi 200 años fue ciudad real, encrucijada comercial y sede de la cultura. Impulsó uno de los períodos más fecundos del arte etíope.
Espléndida capital cuyo reinado duró más de dos siglos a partir de 1636; al principio fue un campamento instalado para recibir al emperador, a los nobles y a los oficiales con sus sirvientes. La sencilla aldea llegó a ser el centro de una compleja vida urbana, que atrajo personas de talentos muy diversos. El período constituyó un hito importante en la historia de Etiopía, con una relativa estabilidad política que acarreó cierto florecimiento de la vida económica y social de toda la población. Fueron utilizadas nuevamente las antiguas rutas comerciales que unían al país con el resto del mundo por el Mar Rojo. Se especializó y diversificó la artesanía para satisfacer la demanda de joyas y adornos que desempeñaban un papel relevante tanto en las ocasiones ceremoniales como en la vida cotidiana. Sus calles debieron estar llenas de músicos que alababan a Dios y a los emperadores, a los héroes, e, incluso, a la belleza de la propia ciudad. Hubo un desarrollo de la enseñanza tradicional de la teología, del derecho y de la gramática.

Capital abandonada
En la segunda mitad del siglo XVIII se produjo un período de incertidumbre que llevó a la decadencia de la monarquía y de la ciudad. El ocaso del reino de Gondar puede establecerse a partir de 1769, bajo el señorío de Iyoas Adyam Tragad. Esas circunstancias de declive, que duraron todo un siglo, se denominan en Etiopía la era de la Princesa (zemene mesafint), época de disturbios civiles y de regresión cultural. Gondar fue abandonada por el emperador Teodoro (1855-1869), quien trasladó su capital a Magadala. Más tarde, la ciudad sufrió el saqueo de los derviches mahdis, que llegaron de Sudán en 1888.

Arquitectura
En el interior de la ciudad y en los pueblos circundantes se encuentran las ruinas de numerosos edificios imperiales, así como de iglesias y puentes construidos originariamente por mandato de los emperadores de los grandes nobles. El emperador Fasil tenía gran interés por la arquitectura y llevó a cabo grandes obras. Entre ellas destacan varios castillos, media docena de puentes, siete iglesias y un pabellón de baños llamado popularmente Mawagna.

Fasil Ghebbi
Recinto imperial de la ciudad, que ocupa una zona considerable en el centro del Gondar moderno. Está rodeado por una gran muralla de piedra y argamasa, con varias puertas que conservan sus nombres: Fit Ber, puerta principal; Wonber Ber, puerta de los jueces; Quali Ber, puerta de los esponsales; Embilita Ber, puerta de los músicos; Kechin Fetay Ber, la puerta de los hiladores; Tezkaro Ber, la puerta de las conmemoraciones funerarias, entre otras.

Ghemb Fasil
El Ghemb Fasil, testigo excepcional del llamado estilo Gondar
Es el más grandioso e imponente de los castillos de Gondar. Fue el primero de los robustos edificios erigidos en el Fasil Ghebbi. Es una estructura de dos pisos, erigida sobre una planta cuadrangular. Los muros almenados, gruesos en la base están flanqueados por cuatro torres redondas rematadas en cúpulas. En la parte posterior se alza una gran torre cuadrada, de vigilancia, que se eleva dos pisos por encima de las almenas del muro principal y cuyo tejado plano está igualmente protegido por un antepecho almenado. El techo de una de las pequeñas habitaciones del primer piso, que se dice fuera el salón del trono, ha sobrevivido en su forma original. El tejado plano está cubierto con piedras decoradas en color vino, y apoyado en vigas transversales de madera, ligadas a la viga principal. Las cuatro fachadas del palacio tienen varias puertas amplias, que culminan en arcos de diferentes colores, apoyados en capitales muy decorados. Algunas de esas puertas llevan a balcones de madera.
Mawagna
Se eleva a cierta distancia, al noroeste del complejo real, y se halla rodeado por un muro de piedra. En un espacio hundido para el baño hay, además, un pabellón de tres pisos con muros almenados y una torre cuadrada. El Mawagna se usaba con fines ceremoniales en la fiesta anual del Timkat, el bautismo, celebrada para conmemorar el bautismo de Jesús en el río Jordán. El tamaño de la piscina indica que también se usaba para nadar.

Otras edificaciones
Cada uno de los sucesores del emperador Fasil construyó su propia residencia, así como otras fábricas destinadas a funciones diversas. Resaltan entre las obras arquitectónicas el Anabessa Bet o casa de los leones; el Wereket Ghemb, edificio de la biblioteca, que se usara con anterioridad como registro público; el Duket Ghemb, que es el lugar donde se almacenaran los granos; Wusheba Ghemb, las casas de los baños de vapor y Dorao Bet, la casa de las gallinas, que se cree fura utilizada para criar aves de corra, aunque haya versiones que aseguran que se trataba de otro sitio para baños de vapor públicos. La Debra Berhan Selassie, Iglesia de la Santísima Trinidad, mandada a edificar por el emperador Yasu el Grande, nieto de Fasil, fue la única construcción no dañada por los derviches. De forma basilical, está rodeada por un muro elevado que da acceso a un pórtico de dos pisos. Las pinturas de la pared oriental están dedicadas a la vida de Cristo, mientras que en la occidental se rinde culto a santos y emperadores. El legendario artista que realizó estas pinturas, Abba Haile-Meskel, retrató a sus personajes con los ojos y rostros oscuros de los etíopes y con el pelo negro.

Patrimonio Mundial
En Gondar se desarrolló una arquitectura que presentó rasgos de las contribuciones portuguesas, árabes, judías, indias. Además de esos evidentes aportes externos se constatan rasgos etíopes arcaicos. Es el caso de los arcos semicirculares apoyados en capiteles cincelados y de las hileras de piedras ligeramente protuberantes entre los pisos, que son comunes a todos los edificios de Gondar. Estas peculiaridades se pueden encontrar en monumentos anteriores a los cristianos. Por ejemplo, la organización de las piedras y la técnica de usar masas de barro para unir entre sí las pequeñas piedras irregulares es una tradición antigua, muy establecida en la construcción de casas en Etiopía. Los tejados planos apoyados en vigas de madera, son característicos de los aksumitas. La decoración de los muros exteriores, en los que con frecuencia se representan altares, cruces de Gondar y monjes sentados en el lomo de un león, es característica de la cultura etíope. La notable arquitectura de los monumentos de Fasil Ghebbi y Gondar hace de ellos un conjunto de valores excepcionales, razón por la cual fueron inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial, en 1979. A partir de esa fecha se emprendió el proyecto global de conservación que sirvió para consolidar las deficiencias estructurales de los edificios más amenazados y restaurar las murallas que rodean el complejo real.

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SIMIEN
Desde Gondar una carretera sin asfaltar de algo más de 100 km conduce a los Montes Simien. Hay que contar con casi tres horas de camino para recorrer esta distancia.
A escasamente 5 km de la salida de Gondar se encuentra Wolleka. Es una pequeña aldea hasta no hace mucho habitada por una población judía que desde tiempos remotos se mantuvo en la región. Estos judíos etíopes, que vivieron durante siglos aislados, fueron acogidos en los años 80 por Israel a donde se desplazaron en su gran mayoría -lo mismo que ocurrió con los judíos yemeníes. Hoy en Wolleka, unos tallercitos de cerámica recuerdan estas raíces judías con figuras negras del rey Salomón, la reina de Saba o estrellas de David.
A medida que se avanza por la carretera, los pueblos que se hallan en el camino son manifiestamente más pobres que los que se han visto en el llano en la región del lago Tana y en los alrededores de Gondar y reflejan probablemente el mayor aislamiento que sufre la región.
El campo, sin embargo, se ve habitado, está cultivado en toda su extensión y el ganado aparece en rebaños numerosos que hacen pensar en una agricultura productiva y viva.
Las montañas de Etiopía son antiguas y redondeadas. Pocas cumbres en forma de pico aparecen en el paisaje, a pesar de la altura. El horizonte montañoso es ondulado y a veces de perfiles planos, a diferencia de lo habitual en el paisaje alpino.
El Parque Nacional de las montañas de Simien es un espacio de naturaleza virgen que se desarrolla a una altura de alrededor de 3.000 metros. Las cumbres más altas superan con mucho los 4.000 metros, y los valles y cortes en la montaña crean desniveles con paredes vertiginosos en esas llanuras altas que se generaron después de siglos de erosión.
La particularidad geológica, de paisaje y de naturaleza que constituye este relieve masivo asentado sobre el Macizo Etíope hizo que se declarara Patrimonio de la Humanidad.
Una pequeña población de agricultores y ganaderos viven en el Parque en pequeños caseríos que dan vida al entorno y que combinan la naturaleza impoluta con pequeños espacios cultivados por medios rudimentarios.
El Parque se visita a veces en una excursión de un día a partir de algún hotel situado en sus límites o incluso desde Gondar. No es aconsejable forzar tanto las cosas porque lo que apetece es disfrutar del lugar y recorrerlo tranquilamente. Por ello lo recomendable es dormir en el propio Parque, si puede ser dos noches para disponer al menos de un día entero en él.
La visita al Parque está controlada a la entrada y requiere de un guía especial que asigna la Oficina encargada de la conservación. Esta Oficina se encuentra en Debark, un pueblo situado a poco más de diez kilómetros de la entrada del parque y que gestiona los permisos necesarios.
Una modalidad de visita es la más 'turística'. Consiste en efectuar algunas caminatas a partir de determinados puntos especialmente atractivos a los que se accede en coche.
Otra modalidad es contratar un trekking de 3 a 5 días -se puede alargar hasta 9- para hacer un circuito andando por los senderos y caminos que atraviesan las montañas.
En todos los casos hay que advertir que la altura se deja sentir en quienes no estén adaptados a ella. Aun cuando la dificultad del camino pueda ser escasa, tan pronto se emprende una subida, el cansancio debido a la falta de oxígeno, es habitual y lleva a tomarse la caminata con tranquilidad.
Los paisajes en los montes Simien son de gran belleza. A los visitantes les atraerá de modo especial las colonias de monos Gelada, a los que es posible aproximarse sin problemas, la especie de cabra montés propia del lugar -Ibex Walia- más arisca que los monos, y numerosas aves. Quienes conocen la fauna aseguran que queda algún leopardo y que vive una especie de lobo propia de la región, pero parece muy improbable que el visitante se tropiece con ellos.

SIMIEN
Parque Nacional de Simien

Las bellezas de los montes Simien son genuinas y universalmente admiradas, ante ellas solo resta la contemplación. Uno puede preguntarse que fuerzas y poderes sobrenaturales han creado esta maravilla.
El parque nacional de las montañas Simien tiene muchas cimas por encima de los 4000 m, siendo Ras Dashen el pico más alto de Etiopía y el cuarto de Africa con 4620 m.
Con al menos tres diferentes zonas botánicas, el parque es conocido por su diversa ecología, fauna y flora. Tres de los siete grandes mamíferos endémicos de Etiopía – la cabra Walia, el babuino Gelada y el zorro rojo de los Simien, se encuentran aquí.
El parque se sitúa en una región de clima semi-árido, con menos de 600 mm anuales de precipitaciones, distribuidas de octubre a abril.
Se distinguen tres tipos de vegetación en función de la altitud. En el nivel inferior, entre 3000 y 3300 metros, la vegetación original de cedros y mañíos ha sido sustituida por cultivos agrícolas, salvo en las zonas más inaccesibles. El nivel intermedio, hasta 4000 metros, también está muy degradado y sólo en escasos enclaves se conservan los bosquetes originales de brezo y salvia. El nivel superior está dominado por praderas semialpinas, salpicadas de afloramientos rocosos y bosquetes de brezos gigantes, que alcanzan hasta siete metros de altura.
Conocido como el "techo de Africa" y situado a 120 Km de Gondar, el parque nacional de las montañas Simien fue el primero de los siete lugares herencia de la Humanidad del país en ser designado como tal por la UNESCO.
Los visitantes del parque deben estar preparados para la posibilidad de días cálidos y fuerte sol. Los meses de Noviembre y Diciembre son los meses más fríos.
Los babuinos Gelada son unos monos endémicos de las montañas Simien, o sea que solo se dan en esta región del norte de Etiopía. Son monos peludos y los machos se distinguen de las hembras por una mancha en forma de corazón roja que tienen en el pecho. No son nada violentos y te puedes acercar a ellos si no haces mucho ruido, la verdad que son un verdadero encanto, sobre todos los pequeños que son llevados a lomos de las hembras.

El gelada (Theropithecus gelada) es una especie de primate catarrino de la familia Cercopithecidae endémica de las tierras altas de Etiopía. Al igual que los babuinos, son terrestres y pasan el tiempo alimentándose en las praderas. Algunos autores incluyen el gelada dentro del género Papio, pero desde 1979 se le ha incluido en otro género separado, Theropithecus. Theropithecus gelada es la única especie viviente, aunque se conocen al menos otros dos linajes separados en el registro fósil. A pesar de que los geladas están restringidos hoy a Etiopía, se conocen fósiles del género procedentes de Sudáfrica, Malawi, República Democrática del Congo, Tanzania, Uganda, Kenia, Etiopía, Argelia, Marruecos, España e India. Puede distinguirse de los babuinos por la piel de vivos colores en su pecho. La mancha está poco definida y, en los machos, está teñida de rojo y rodeada de pelo blanco. En las hembras, la mancha está bastante menos pronunciada. Sin embargo, cuando hace calor, la mancha de las hembras se torna brillante y salpicada de ampollas. Este proceso es similar a la hinchazón de las nalgas durante el estro, algo común en los babuinos.

Gelada hembra.
Los geladas viven en pequeños grupos compuestos por un macho, varias hembras y sus crías. Estas pequeñas bandas se unen con otras para alimentarse, formando grupos de hasta 350 individuos. Ocasionalmente se ha visto reunidos a más de 650 geladas alimentándose, formando subgrupos más pequeños entre ellos dentro de ese conjunto. Los geladas se alimentan preferentemente de hierbas, comiéndose la planta entera, incluidas semillas, raíces y tallos. Tienen los pulgares oponibles más desarrollados de los monos del Viejo Mundo, lo que les permite separar con gran destreza las hierbas para encontrar las partes más nutritivas. Se sabe que también comen fruta en alguna ocasión. A pesar de que no se les considera una especie amenazada, se cree que sólo existen unos 50-60.000 geladas. La caza y la destrucción de su hábitat han forzado a los geladas a penetrar en las áreas habitadas por los papiones oliva y se han observado casos de hibridación entre ambos grupos. Además, en la parte más al sur de la meseta de Amhara, los geladas machos son muertos cada dos años para utilizar sus melenas en las ceremonias de bienvenida a la madurez. La pérdida de la mayor parte de la población de machos adultos de forma regular ha trastornado la estabilidad poblacional de la especie.

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BABUINO GELADA
Son las ocho de la mañana, pero en el bar del hotel no cabe un alma. Decenas de etíopes se arraciman para ver un partido del Real Madrid en diferido. Cada uno ha pagado un par de birrs (unos 15 céntimos de euro) por la entrada. Nadie consume nada. Ni un café. Ni un vaso de agua. Nadie quita ojo de la pantalla, de apenas 24 pulgadas. Nosotros revisamos mientras la comida que nos han preparado para afrontar la larga jornada: un bocadillo de tortilla, un huevo duro, una patata cocida y un botellín de agua. Vamos hacia las montañas de Simien, una de los lugares más fascinantes de África, en busca de los babuinos Gelada (en amárico, la lengua local, "corazones que sangran"), una especie que sólo se encuentra en estos parajes etíopes por encima de los 3.000 metros de altitud.
Debark prepara sus tenderetes para un animado día de mercado. Un todoterreno nos conduce por una pista de montaña hacia el lugar de partida, situado a casi 3.300 metros de altitud. A 15 kilómetros se encuentra la entrada al parque, donde comprueban que todos nuestros permisos están en regla, y siete más allá echamos pie a tierra junto al Simien Lodge, que se autocorona como el hotel situado a mayor altitud de toda África. Aquí se acaba la pista. Sólo se puede seguir caminando.
Simien nos recibe envuelto en brumas, como es de esperar en plena temporada de lluvias. A cambio, caminamos en soledad
El paisajes es típicamente alpino: las piedras y arbustos van ganando terreno paulatinamente a los árboles. Simien nos recibe envuelto en brumas, como es de esperar en plena temporada de lluvias. A cambio, caminamos en soledad (7.000 turistas visitan Simien cada año). Muy pronto empiezan a acompañar nuestros pasos decenas de babuinos Gelada que no nos quitan ojo. Sobre el pecho, los machos lucen una mancha roja en forma de corazón invertido que explica su sobrenombre. Esta manada no pasa del medio centenar, pero algunas superan los 700. Como cualquier mamífero, reaccionan con violencia si se sienten amenazados. Uno no camina absolutamente tranquilo, la verdad. Sobre todo, porque la neblina hace que los babuinos aparezcan y desaparezcan de nuestra vista como por ensalmo mientras bordeamos un circo natural que arropa un valle que se intuye centenares de metros más abajo.
En Simien no sólo habitan los babuinos Gelada. También es territorio propicio para otras dos especies endémicas: el chacal de Simien y el íbice de Abisinia
En África nunca estás solo. Ni siquiera en estos paisajes inhóspitos. Un grupo de niños harapientos brotan de la niebla, acentuando la magia de estos parajes, agitando sus baratijas: gorros de lana de cabra, cestas de mimbre y "jwiraf", los látigos con los que conducen al ganado, una tarea titánica en estas tierras de barrancos y precipicios. Haciéndolos restallar en el silencio de la montaña para ahuyentar a los monos se ganaron la reprimenda del ranger, mientras yo me preguntaba si no acabaríamos haciendo aflorar su agresividad. La niebla acaba por tragarse a los precoces ambulantes.
En Simien no sólo habitan los babuinos Gelada. También es territorio propicio para otras dos especies endémicas: el chacal de Simien y el íbice de Abisinia, una cabra montesa de poderosa cornamenta. De éstos, mucho más cautos, no vimos ninguno. Los babuinos, sin embargo, nos acompañaron durante casi todo el recorrido. No es de extrañar, teniendo en cuenta que aquí viven casi 8.000. A veces los veías, despiojándose con parsimonia en solidaria hermandad, otras los intuías y, a menudo, escuchabas sólo sus gruñidos guturales. El macho dominante dirigía la orquesta (los babuinos son tremendamente gregarios y están habituados a seguir al jefe de la manada). Alzado sobre sus patas traseras, se encaramaba a una piedra desplegando toda su autoridad ante sus congéneres y, de paso, auscultaba nuestros movimientos y nos recordaba que estábamos en su territorio.
El macho dominante dirigía la orquesta. Alzado sobre sus patas traseras, se encaramaba a una piedra desplegando toda su autoridad
El sendero discurre a veces al borde del precipicio, por lo que conviene no perder de vista los pasos del ranger, armado por si acaso, sobre todo cuando la lluvia empieza a enlodar el camino. Es un paisaje primitivo, de alta montaña, que rompe una vez más esos estereotipos occidentales de la Etiopía de horizontes desérticos y sequías devastadoras.
Coronamos un collado tras varios minutos de respiración entrecortada. A nuestros pies hay un pequeño poblado de aspecto fantasmagórico. Como espectros desgajados de la niebla, varios niños corren hacia nosotros saludándonos en inglés. Caminan con los pies descalzos y las piernas al aire, pese al frío que hace, agitando sus gabis andrajosos y las mantas raídas. Orillando las adversidades, sonríen como si la vida no les debiese nada. Sus manos cuarteadas por el viento, frías como una piedra desnuda, palpan las nuestras y escrutan las mochilas. Es un momento de dicha envuelto en la bruma. Decenas de babuinos nos observan, orgullosos quizá de habernos traido hasta aquí.
Dejamos atrás los desfiladeros de cortados espeluznantes y nos adentramos en paisajes de matorrales y bosques donde se camina con placidez entre lobelias y brezos
Aprovechamos para descansar y comer algo en una loma. A partir de aquí, iremos perdiendo altura hasta Sankaber, el campamento donde comienzan las principales rutas a pie por las montañas de Simien, que a nosotros, por falta de tiempo, que no de ganas, nos están vedadas esta vez. La culminación es hacer cumbre en el Ras Dashen, con sus 4.260 metros la tercera cima más alta de África. Dejamos atrás los desfiladeros de cortados espeluznantes y nos adentramos en paisajes de matorrales y bosques donde se camina con placidez entre lobelias y brezos enmohecidos por la humedad, entre caballos de negras crines que pastan sin inmutarse por nuestra presencia. Tras casi tres horas de caminata salimos a una pista con abundantes desprendimientos donde los montes cercanos aparecen y desparecen, como los inevitables babuinos, al capricho de las nubes bajas.
Una mujer nos invita a entrar a su choza y el milagro se produce: dos botellas de cerveza Dashen para sonreír a la vida
Por fin vemos a un íbice de Abisinia, pero sólo pintado en un cartel descolorido que anuncia la proximidad de Sankaber, un puñado de chozas donde, cuatro horas después de empezar a andar, almorzamos nuestras frugales provisiones a 3.200 metros de altitud. Hace un frío que entumece los músculos. Una mujer nos invita a entrar a su choza y el milagro se produce: dos botellas de cerveza Dashen para sonreír a la vida.
Cuando nos reencontramos con el conductor, que ha venido a buscarnos con el todoterreno, emprendemos el camino de regreso. Aquí, como en toda África, no se puede desaprovechar una plaza. La hermana del guía y su hija aprovechan el viaje para que les llevemos a Debark y se acomodan en la parte trasera. El bebé, de apenas dos años, ni siquiera pestañea con el zangoloteo del vehículo montaña abajo. Una lección para nuestros niños occidentales, abonados al llanto al primer contratiempo. Miro hacia atrás. Un solitario babuino nos observa a un lado de la pista. El jefe de la manada quiere asegurarse de que nos marchamos de sus tierras.

SIMIEN
Las montañas Simien, situadas en el norte de Etiopía a 100 km de la ciudad de Gondar, son un bellísimo macizo montañoso que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978.
 
Cuenta con diversas cumbres de más de cuatromil metros, profundos valles y una enorme variedad de animales endémicos como el lobo de las Simien, el Ibex Walia y el babuino Gelada además de animales como la hiena y el leopardo.
 
Durante este viaje visitaremos el macizo de las Simien para hacer diversas rutas de trekking y conocer los paisajes de alta montaña. Cuando ya estemos aclimatados a la altura, ascenderemos el Monte Bwahit (4.200 m) y el Ras Daschen, que con 4.600 m, es la montaña más alta del país. Ambas montañas  nos demandarán mucho esfuerzo pero nos premiarán con una gran belleza escénica.
 
Además de las Simien, visitaremos Addis Abeba, la capital de Etiopía y la bella Gondar, la ciudad de los castillos, completando así un viaje memorable.

La fatiga se ha adueñado de nosotros. Mientras depositamos la mochila en el suelo y recuperamos el resuello, comprobamos entusiasmados el horizonte. A pesar de la considerable altura, un manto verde domina el paisaje. Acostumbrados a la abruptosidad del Pirineo o de los Alpes, la alta montaña por estos lares es, digamos, más amable. Unas irreconocibles figuras parecen darnos la bienvenida. Intentamos acostumbrar la vista, pero no hay manera. Braham, nuestro guía, ríe sin disimulo. «¿Qué es eso Braham?», balbuceamos en inglés. «Je, je, je», responde, «son babuinos, los dueños de las Simien».

Puede que no vaya tan desencaminado. Las montañas Simien (que en amárico significa «Norte»), Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, con sus 180 kilómetros cuadrados de singular belleza, es territorio de los endémicos babuinos gelada. Para el excursionista, comprobar cómo manadas de hasta 400 individuos de estos monos deambulan a una altura que oscila entre los 2 mil y 4 mil metros, es una emocionante vivencia.

Conocidos como mono de león, que atañe directamente a su frondosa melena, su presencia es un clásico por estas latitudes. Conviven en el espacio y tiempo con otras sorpresas: la cabra montés de Abisinia (walia), el lobo etíope (menos numeroso) o el antílope saltarrocas. La riqueza de la zona (amén de la proliferación de aves) se completa con una majestuosa flora donde no podemos olvidarnos de la endémica Lobelya rhynchopetalum. Con una profusión de alicientes de tanto calibre, no es de extrañar que la cámara fotográfica funcione sin cesar.

El viaje hasta aquí, desde Addis, ha sido largo y tortuoso, pero ha valido la pena. Llevamos una semana embaucándonos en esta cordillera, pero parece que llevamos toda la vida. Nos trasladamos a la magnética Gondar, pudimos «paladear» la idiosincrasia del transporte público entre la famosa ciudad fundada por el emperador Fasilides y Debark, y aquí preparamos con minuciosidad el trekking. Un guía y un mulero, antiguos guerrilleros reconvertidos en guardas del Parque National Simien Mountains, nos conducirán por un camino de insondable magnificiencia, con parada y fonda en los campamentos de Sankaber y Chennek.

La experiencia nos depara momentos inolvidables, como el recibimiento ofrecido por una perdida aldea. Al descubrir a la pareja de «farangis» (extranjero en amárico) con rostros desencajados por el esfuerzo, no dudan en pedirnos ayuda. Blanco igual a médico, debieron suponer. El caso es que una sencilla (para los ojos occidentales, claro) cura a una pierna malherida nos granjea una amistad incondicional. A la noche, al calor de un fuego, una representación de la comunidad nos obsequia, a modo de agradecimiento, un suculento ágape. La velada no puede ser más perfecta. Contemplando la lumbre, apurando la cena, comunicándonos con aspavientos con nuestros nuevos amigos y sabiendo que allí, a corta distancia, alguien mira con sus expresivos ojos, mientras se tienta la piel roja de su pecho. Los robustos observadores parecen que nos han aceptado. Y es una alegría, viniendo de los babuinos gelada, los dueños de las montañas Simien.

Mercado de Debark. Varios niños juegan al futbolín mientras sus padres están vendiendo o comprando.
El pueblo de Debark es el punto de partida hacia las montañas Simien una de las maravillas de Etiopia.Aqui se reunen para comprar y vender sus productos,el mercado es el corazon del pueblo,el centro de este pequeño mundo.Aqui se hacen camisas con maquinas de coser de las que tenia tu abuela,se venden especies,ropa,zapatos,lana y un sin fin de cosas mas, es un mundo de olor y color.
Una niña cargada hasta los topes de leña en el mercado de Debark. Debark tiene unas cuantas tiendas y puestos donde se pueden comprar verduras y algunos artículos básicos. En Gondar hay varias tiendas con las existencias razonables de los productos alimenticios. Si usted no tiene todo el equipo necesario se puede alquilar en su mayor parte en Debark. Nacional de Simien Parque normas requieren que todos los visitantes del parque deben ser acompañados por un ranger armado, que cobran alrededor de $ 3 por día. Rutas de senderismo le llevará a través de pequeños pueblos y cultivos en terrazas en los valles más bajos, antes de llegar a una serie de acantilados y escarpes. Más allá de los acantilados se llega a las hermosas praderas alpinas y el desierto agreste de las áreas de los picos altos. Usted tiene varias opciones de rutas, dependiendo del tiempo que tenga y la distancia que se desea cubrir, algunos turistas pasar diez días de trekking, pero la mayoría de los turistas hacen un viaje más corto. La ruta se determina también por los lugares donde se puede dormir por la noche. La mayoría de los excursionistas alojarse cerca del Parque Nacional de Sankaber, Geech y Chenek. Evite viajar a las montañas en época de lluvias.

Carné Internacional de Estudiante, el famoso ISIC

Aksum
Aksum (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1980). Aunque en un pasado muy lejano (siglos antes del nacimiento de Cristo) fue la capital del imperio aksumita y de una gran civilización, hoy día es una modesta ciudad rural muy, muy tranquila. En ella se encuentran desperdigados los restos de palacios, tumbas, estelas e inscripciones. Quizás lo que más sorprende es saber que aún están por excavar la mayor parte de restos arqueológicos de Aksum. Auksum, es menos interesante, en conjunto, que Bahir Dar, Gondar o Lallibela, a no ser que se tenga mucho interés en la arqueología, aunque también debemos decir que, a poco que se pueda, vale la pena hacer el esfuerzo de llegar hasta aquí (el camino desde Gondar o la tranquilidad de Aksum ya justifican por sí sola la visita). Con ésto sólo queremos decir que en caso de no poder visitar las cuatro ciudades del circuito norte por falta de tiempo, nosotros prescindiríamos de Aksum.
Saliendo del hotel y yendo hacia el oeste, en dirección al museo, lo primero que encontramos, detrás de la oficina de Ethiopian Airlines, es la tumba del rey Basen y otras tumbas anexas excavadas en la pared de roca. Muy cerca de aquí se encuentra el parque del rey Ezana, dónde podemos ver pilares, estelas y un bloque de piedra con inscripciones en Ge'ez (amhárico antiguo), Griego y Sabaean.
El siguiente punto de interés puede ser el museo de Aksum. Detrás del museo tenemos la iglesia de Tsion Maryam. Parece ser que ésta fue la primera iglesia que se construyó en África (s. IV), pero la que podemos ver ahora es una construcción que llevó a término el emperador Fasilidas en el s. XVI, ya que la original fue destruida (se dice que en un lugar bien custodiado de esta iglesia se encuentra el Arca de la Alianza, pero no hay ninguna posibilidad de verla, ya que por lo visto sólo hay una persona viva que la ha visto y es su guarda actual ). El acceso a la iglesia y a un museo anexo construido por la esposa de Haile Selassie cuesta 60 Birr y la entrada está prohibida a las mujeres.
Pocos metros al norte de Tsion Maryam está el campo principal de estelas, el cual contiene unas 75 estelas de varias formas y tamaños. Alguna llegaba a los 33 metros de altura (estela de Ramhai), pero ahora yace en el suelo partida en múltiples trozos. De las estelas que quedan en pie la más alta es la estela de Ezana, con una altura de 23 m. El campo de estelas es visible desde fuera del recinto cerrado.
Siguiendo el camino que hay al nordeste del campo de estelas encontramos primero el camino asfaltado de subida al Yeha Hotel. Desde la terraza de este hotel hay una buena vista del campo principal de estelas y también de una parte de Aksum. También es un buen lugar para tomar una bebida en un entorno agradable. Volviendo de nuevo al camino e inmediatamente a la derecha encontramos la piscina de la Reina de Shaba, llamada así porqué la leyenda dice que la construyó la mítica reina. Actualmente no es nada más que un gran depósito de paredes de cemento. Medio kilómetro más allá, a la izquierda, encontramos una pequeña barraca dónde se guarda la tabla trilingüe. Esta sólo se puede ver si se tiene la entrada y si está el guarda del lugar para abrir la puerta de la caseta (en el momento de nuestra visita no había nadie y la puerta estaba cerrada con candado). Andando 1 km más se llega al palacio de Kaleb, del cual sólo quedan los restos que son visitables sólo con la entrada.
Unos 3 km al oeste del Africa Hotel, ya a las afueras de Aksum y en la carretera a Shire, se encuentra el campo de estelas Gudit, formado por decenas de pequeñas estelas lisas y con no más de 2 m. de altura. El conjunto es perfectamente visible desde el borde del campo de hierba dónde se encuentran. Al otro lado de la carretera están los restos del palacio Dongar, también conocido como de la Reina de Shaba. Para visitar el palacio también hace falta tener la entrada, pero desde fuera se puede ver bastante bien.
Parque Nacional de las montañas Simien (declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1978). Aproximadamente a las 2′5 horas de salir de Gondar (90 km) se para para desayunar en Debark. Este pequeño pueblo, a una altitud bastante considerable, suele ser el campo base para todos los trekkings por las montañas Simien. En él se encuentran las oficinas del parque y también se pueden comprar algunas cosas básicas necesarias. A pocos kilómetros de Debark, retomando de nuevo el viaje a Shire, la pista entra de lleno en el área del parque y comienza un espectáculo alucinante, no apto para personas con vértigo. El tramo entre Debark y Adi Arkay desciende casi 2.000 metros por entre las montañas. La pista a menudo va colgada sobre abismos sin fondo, con curvas de 180º sin protecciones laterales, y a veces bajo cascadas de agua (algunas de decenas de metros de altura) que caen por las paredes de roca directamente sobre la pista. Es realmente impresionante. En el pequeño pueblo de Adi Arkay,  se puede aprovechar para mirar hacia el horizonte y contemplar un paisaje espectacular formado por las cumbres puntiagudas de las Simien (recuerda enormemente el Canyon Valley de Arizona).
IGLESIA SANTA MARIA DE SION
Unos novios apunto de casase en la iglesia de St Mary of Zion. La Iglesia de Santa María de Sion se encuentra en Aksum, (Etiopía). Pertenece al Patriarcado Copto de Etiopía uno de los patriarcados de la Iglesia Copta. Según la tradición, en esta Basílica se custodia el Arca de la Alianza, que supuestamente fue depositada allí por Menelik I, hijo de Salomón, aunque no se puede asegurar totalmente ya que hay toda una discusión sobre su ubicación exacta, pero la teoría de que se encuentre en la Iglesia de Santa María de Sion es la más sólida. El Arca de la Alianza era un objeto sagrado que guardaba las tablas de piedra con los Diez Mandamientos, la vara de Aaron que reverdeció y el Maná que cayó del cielo. La importancia de tal objeto procede de su símbolo como alianza entre Dios y el pueblo judío. Las mujeres no pueden pasar al interior ya que la antigua iglesia fue destruida por una reina pagana. Actualmente el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía; no en vano, los 20.000 templos etíopes contiene una réplica del Arca de la Alianza. No es posible entrar al templo y únicamente un monje debidamente preparado es el único que tiene el privilegio de acceder al edificio.
El Arca de la Alianza en en la iglesia de St Mary of Zion. La Iglesia de Santa María de Sion se encuentra en Aksum, (Etiopía). Pertenece al Patriarcado Copto de Etiopía uno de los patriarcados de la Iglesia Copta. Según la tradición, en esta Basílica se custodia el Arca de la Alianza, que supuestamente fue depositada allí por Menelik I, hijo de Salomón, aunque no se puede asegurar totalmente ya que hay toda una discusión sobre su ubicación exacta, pero la teoría de que se encuentre en la Iglesia de Santa María de Sion es la más sólida. El Arca de la Alianza era un objeto sagrado que guardaba las tablas de piedra con los Diez Mandamientos, la vara de Aaron que reverdeció y el Maná que cayó del cielo. La importancia de tal objeto procede de su símbolo como alianza entre Dios y el pueblo judío. Las mujeres no pueden pasar al interior ya que la antigua iglesia fue destruida por una reina pagana. Actualmente el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía; no en vano, los 20.000 templos etíopes contiene una réplica del Arca de la Alianza. No es posible entrar al templo y únicamente un monje debidamente preparado es el único que tiene el privilegio de acceder al edificio.
El santuario más sagrado en Etiopía es la Iglesia de Santa María de Sión en la ciudad de Axum, allí dicen los Etíopes que se encuentra la verdadera Arca de la Alianza del pueblo de Israel, y que se menciona en el Antiguo Testamento. La Iglesia Ortodoxa Etíope sostiene que son los depositarios del Arca en Santa María de Sion, pero hay varias otras hipótesis alternativas sobre el paradero misterioso del Arca. EL PATRIARCA DE LA IGLESIA ORTODOXA ETÍOPE MANIFIESTA QUE EL ARCA DE LA ALIANZA ESTA EN SANTA MARÍA DE SIÓN REFLEXIÓN DEL DELEGADO FRATERNO, SU SANTIDAD ABUNA PAULOS, PATRIARCA DE LA IGLESIA ORTODOXA ETÍOPE TEWAHEDO (ETIOPÍA) EN LA SEGUNDA ASAMBLEA ESPECIAL DEL SÍNODO PARA ÁFRICA OCTUBRE 2009. En su alocución SS Abuna Paulos manifestó que el Arca de la Alianza está en Santa María de Sión en la ciudad de Axum, Etiopía: Me siento honrado y privilegiado por haber sido invitado a este gran Sínodo para dar un breve discurso sobre África y las Iglesias en este continente. Quisiera expresar mi profunda gratitud a Su Santidad, el Papa Benedicto XVI, que me quiso hoy aquí entre ustedes y quien, personalmente, me ha dado testimonio de su amor por África y de su respeto por la Iglesia Etíope Ortodoxa Tewahedo, durante nuestro último fraternal encuentro aquí en Roma el pasado mes de junio. Antropólogos, filósofos y académicos han corroborado que África, en general, y Etiopía, en particular, son "la cuna de la humanidad", y la Sagrada Biblia confirma esta profunda convicción. La historia, según el calendario etíope, comienza con Adán y Noé. Esto significa que para los etíopes, el inicio de la humanidad, nuestro presente y nuestro futuro, están marcados, hoy y siempre, por Dios y Su salvación. África, cuya antigua dignidad de pueblo está grabada en las piedras del obelisco de Axum, en las pirámides de Egipto, en monumentos y en manuscritos, no fue sólo una fuente de humanidad. Según la Sagrada Biblia, África también fue refugio para los que padecieron el hambre: fue el caso de los judíos en tiempos de Jacob, cuando transcurrieron siete años en Egipto. La Sagrada Biblia nos dice que los judíos y el profeta Jeremías, sufrieron mucho por la agresión de los babilónicos y fueron puestos a salvo en Etiopía y Egipto. Pueblos provenientes de la parte medio oriental del mundo saciaron su hambre en las tierras de Egipto y Etiopía. Jesucristo mismo y Santa María fueron acogidos en Egipto, cuando huían de la cruel amenaza de Herodes. ¡Está claro que los africanos cuidan de la humanidad! África sigue siendo un continente religioso cuyos pueblos han creído por siglos en Dios todo poderoso. La reina de Saba le enseñó a sus compatriotas el Antiguo Testamento que ella había aprendido en Israel. Desde entonces, el Arca de la Alianza se encuentra en la ciudad de Axum, en Etiopía. El hijo de la reina de Saba, Manelik I, siguiendo el ejemplo de su madre fue quien logró llevar el Arca de la Alianza de Moisés a África, en Etiopía. La historia del eunuco etíope y la Ley de Moisés, fuerte y bien organizada, unida a las profundas prácticas religiosas y culturales existentes en Etiopía indican que la Ley de Moisés se ponía en práctica más en Etiopía que en el mismo Israel. Se puede tener aun testimonio de ello al estudiar la cultura y el estilo de vida de los etíopes. Fue en Alejandría, Egipto, donde la Sagrada Biblia fue traducida a lenguas no hebreas. Dicha traducción africana es conocida como "Traducción de los Setenta " (Sebeka Likawunt) Las Sagradas Escrituras nos dicen que, al igual que en los tiempos del Antiguo Testamento, los africanos tenían la costumbre de adorar según la ley de conciencia en el período del Nuevo Testamento. El entonces rey de reyes de Etiopía, el emperador Bazen, fue uno de los reyes que se dirigió a Belén para adorar al niño Jesús. El Evangelio nos cuenta que un africano, un hombre de Libia llamado Simón de Cirene, llevó él mismo la Cruz de Jesús mientras Él se dirigía al Gólgota. Además, un eunuco etíope en el año 34 dC fue a Jerusalén a adorar a Dios de acuerdo a la Ley de Moisés. Por orden del Espíritu Santo el eunuco fue bautizado Felipe. Cuando regresó a África, predicó el Cristianismo a su nación. De esta forma Etiopía se convirtió en la segunda nación después de Israel que creyó en Cristo; y la Iglesia etíope se convirtió en la primera Iglesia en África. …… HISTORIA DE SANTA MARIA DE SION Aunque el actual edificio es relativamente nuevo, la Iglesia de Santa María de Sión tiene raíces antiguas impresionantes. En el siglo IV, el príncipe Axumite Ezana fue instruido en el cristianismo por dos monjes sirios náufragos en la costa del Mar Rojo. El príncipe promovió el cristianismo cuando se convirtió en el Rey Ezana, Y es considerado como un santo, tanto en la Iglesia Ortodoxa de Etiopía como en las iglesias católicas. Fue en ese momento, en el 300 dC, que una Iglesia de Santa María fue construida en Axum. Esta iglesia permaneció de pie durante cientos de años y fue vista por un fraile portugués poco antes de su destrucción en el siglo XVI. Francisco Álvarez escribió en su diario: "En esta ciudad de Axum, encontramos una iglesia notable, es muy grande, tiene cinco naves de una buena anchura y una gran longitud, todas las bóvedas están cubiertas hasta el techo y los lados están pintados." Axum fue el primer reino cristiano en el mundo y el mayor fuera del Imperio Romano. Situado en las rutas de comercio de caravanas a Arabia, Nubia y Egipto. A finales del siglo V, el cristianismo se extendió más allá de la familia real a la población en general a través de misioneros que huyen del Imperio Romano de Oriente. En el siglo VI el Rey Kaleb (también llamado San Kaleb) hizo de Axum una gran potencia militar y asumió el papel de protector de los cristianos en la región, incluyendo España. Kaleb conquistó varios pequeños reinos judíos en Arabia, que condujo a la incorporación de la las costumbres judías en el cristianismo etíope que aún pueden verse hoy en día. En 1635, Santa María de Sión fue reconstruida por el emperador Fasilidas sobre las ruinas de la iglesia que había sido destruida por los musulmanes, y esta es la iglesia que se encuentra hoy en día. La destrucción y la reconstrucción de la iglesia se ha convertido en una parte importante de su significado para los etíopes. Rodeado por países islámicos, varias veces invadido, que le llevaron al borde de la extinción, el cristianismo ortodoxo de Etiopía se considera a sí mismo como un bastión contra el Islam. Santa María de Sión simboliza las luchas y triunfos de la Iglesia y de la nación de Etiopía. Los emperadores de Etiopía eran coronados aquí. Hasta la década de 1930, los criminales podrían recibir refugio en el recinto de la iglesia haciendo sonar la campana en el porche. En 1955, para celebrar su Jubileo de Plata, el emperador Haile Selassie fundó una nueva iglesia de Santa María de Sión junto a la antigua. Se terminó en 1964. El Emperador Selassie interrumpió la visita de Estado a Etiopía de la Reina Elizabeth II para asistir a la dedicación de la Catedral. La monarca británico visitó Santa María de Sión unos días más tarde. A diferencia de la original Santa María de Sión, la nueva Basílica de San María de Sión, permite la entrada a las mujeres. En 1965, Selassie construyó una capilla reliquia al lado de la vieja de Santa María para celebrar los tesoros de la iglesia, especialmente la venerada Arca de la Alianza. EL ARCA DE LA ALIANZA

Carné Internacional de Estudiante, el famoso ISIC

En el Antiguo Testamento el propio Yavéh dio las instrucciones a Moisés para la construcción del Arca. Estas instrucciones fueron seguidas al pie de la letra por Bezaleel y otros "hombres hábiles a los que Yahvéh había dado pericia", quienes no sólo construyeron el Arca sagrada, sino que también trabajaron en la elaboración del Tabernáculo, el candelabro de siete brazos, el vestuario de los sacerdotes, la mesa sagrada, los objetos para los que estaba destinada, etc. Cuando estuvo terminada, y con las Tablas de la Ley en su interior, según Éxodo (40, 20), y con la vara de Aaron formando parte del ajuar que en ella se guardó, según Números (17, 10), el Arca comenzó a ocupar un lugar destacado en el Sancta Sanctorum del Tabérnaculo, ese templo portátil de los israelitas durante su éxodo en busca de la Tierra Prometida, convirtiéndose así en un auténtico talismán que representaba la alianza de Dios con su pueblo, cuando no la propia encarnación material de Yavéh. El Arca de la Alianza, era considerada una representación del Trono del Cielo de Dios en la Tierra. Según la tradición, tras la muerte del Salvador se oscurecieron los cielos y tembló la tierra, resquebrajándose los cimientos de la cruz y abriéndose una grieta hasta la cámara del Arca. Cuando el centurión romano Longinos clavó la lanza en el costado de Jesús, sus últimas gotas de sangre fueron a caer sobre el Propiciatorio. LA RUTA DEL ARCA Justo después de que las aguas del Mar Rojo se abrieran para que las cruzara el "pueblo elegido", comienza a hablarse del Arca. Hasta su llegada a Jerusalén y su instalación definitiva en el Sancta Sanctorum del Templo de Salomón, su pista parece extraordinariamente clara. Primero fue llevada cerca de Jericó, donde dio a Israel su primera victoria militar en Canaán. A continuación la instalaron en Gilgal, cerca del Mar Muerto, para desplazarla después a Siquem, donde renovó el pacto con Yavéh que simbolizaba el Arca y su contenido: las Tablas de la Ley. Tras un breve paréntesis en Betel, el Arca se quedó durante una buena temporada en Siló, donde fue cuidada por la familia del sacerdote Eli y desde donde fue llevada a la batalla de Afec, en la que los filisteos se apoderaron de ella y la exhibieron después como trofeo de guerra. Sin embargo, la felicidad de los filisteos duró poco, pues una serie de extrañas enfermedades se abatieron sobre ellos obligándoles a devolver el Arca a sus propietarios originales siete meses más tarde. Para entonces, el Arca se quedó en Bet Semes, provocando la muerte de setenta hebreos que intentaron mirar en su interior, quién sabe si para comprobar si faltaba algo de su precioso contenido. Lo cierto es que el miedo al Arca hizo que ésta se "exiliara" a Quirat Jearim, donde fue custodiada durante veinte años por un cierto Abinadab, hasta que el rey David se propuso llevársela a Jerusalén. En el traslado murió un hombre, Uza, al tocar el cofre, y se decidió que ésta "descansara" en casa de Obededom de Gat. Una vez pasado el incidente, se preparó una tienda en Jerusalén donde estuvo el Arca hasta que Salomón terminó su Templo. Y fue allí, curiosamente en el lugar más seguro de todos en los que estuvo el Arca, donde se le perdió la pista para siempre... EL ARCA EN ETIOPÍA Muchas son las teorías sobre sus misteriosos poderes y sobre su posible localización. En cuanto a las hipótesis sobre su paradero, señalaremos en primer lugar la aportada por el incansable investigador británico Graham Hancock, narrada en su bestseller Símbolo y Señal, el cual durante muchos años siguió la pista del Arca de la Alianza desde su misteriosa desaparición bíblica. En 1983 Hancock oyó hablar por primera vez de su conexión con Etiopía, mientras escribía un libro sobre este país africano. Hancock fue corresponsal político en Etiopía y en su visita a la ciudad de Axum, conoció al que afirmaba ser guardián del Arca o Tabot, quien le relató la leyenda del hijo de Salomón y Belkis, la mítica reina de Saba, y su relación con el objeto sagrado. La hipótesis de Hancock demuestra que el Arca salió de Palestina, recaló un tiempo en Elefantina (Egipto), y después pudo haber sido ocultada en Etiopía. En Símbolo y Señal, Hancock cuenta cómo los judíos de Elefantina huyeron a Sudán y desde allí a las tierras altas de Etiopía, asentándose finalmente en el Lago Tano, un mar interior a más de dos mil metros de altura. Visitando esta zona conoció la existencia de unos textos antiguos que relataban como el Arca de la Alianza había sido colocada en una especie de tabernáculo en la isla de Tana Kirkos, donde permaneció ochocientos años hasta que el rey Ezana de Etiopía la llevó hasta su emplazamiento actual en Axum. Robert Goodman refiere de esta forma la teoría de Hancock en su artículo El Arca del sacrificio: "Tras la construcción del Arca de la Alianza, los israelitas la trasportaron durante su éxodo por el desierto hasta que retornaron a Jerusalén, donde el rey Salomón, unas décadas después, construyó su famoso templo. El Arca y los otros objetos sagrados fueron depositados en el Templo de Jerusalén en el año 935 a.C. Durante su reinado, recibió la visita de la reina de Saba (país probablemente situado en la conocida como Arabia feliz, en el actual Yemen del Sur). Las Crónicas Reales de Etiopía cuentan que la reina volvió a su país esperando un hijo de Salomón, el futuro Menelik I, quien se convertiría en el fundador de la línea dinástica que ha perdurado hasta el emperador Haile Selassie. Menelik fue enviado a vivir con su padre a Israel, donde se educó hasta los diecinueve años, convirtiéndose al credo judío. Como regalo de despedida, Salomón hizo construir una copia idéntica del Arca para que se la llevara a Etiopía y, de este modo, los falashas (judíos etíopes a los que algunas hipótesis románticas consideran como descendientes de una de las tribus perdidas de Israel) tendrían su propia Arca de la Alianza. En aquel tiempo, Salomón había permitido que se erigieran ídolos paganos en el templo, en línea con la decadencia de su reinado bajo la influencia de Babilonia. Menelik, temiendo por la seguridad del Arca original, cambió la copia y se llevó la auténtica. Graham Hancock sostiene que el Arca de Menelik I se encuentra en la iglesia de Santa María de Sión, en Axum, custodiada por un solo vigilante, casi ciego y con poca disposición a contestar preguntas acerca del Arca, tal como pudo comprobar incluso el equipo de investigación de la BBC que elaboró un reportaje sobre el asunto, y a cuya cabeza iba el propio Hancock. Otras teorías, indican que el Arca no se movió del Templo de Salomón hasta que el formidable ejército de Nabucodonosor arrasó Jerusalén en el 586 a.C. Al parecer, Hancock ha encontrado conexiones entre una de las primeras obras que habla del Santo Grial, el Parzival del poeta medieval Wolfram Von Eschenbach, y algunos relieves de la catedral francesa de Chartres, que representan a la reina de Saba. Así, atando cabos, Hancock llegó a la conclusión de que los templarios habían conocido la leyenda de Menelik y la habían dejado plasmada en clave poética en el Parzival y sobre la piedra de Chartres, siendo el Grial, por tanto, una actualización del Arca, en cuya búsqueda Hancock viajó en varias ocasiones a Etiopía hasta descubrir que las iglesias ortodoxas de este país guardan en su sagrario una réplica del Tabot o Arca, a la que sacan en procesión una vez al año, cubierta por telas, durante la fiesta del Timkat, ceremonia que al parecer aparecía también en los grabados faraónicos de la época de Tutankamon. Tesis parecida a la de Hancock sostiene el escritor Grant Jeffrey, en Profecías de Armagedón, que narra una conversación con el príncipe Stephen Menghesa, biznieto del emperador Haile Selassie y supuesto descendiente directo, por tanto, de Salomón y Menelik. Menghesa refirió a Jeffrey que tras la proclamación del Estado de Israel en 1948, muchos falashas etíopes empezaron a discutir planes para el retorno del Arca de la Alianza a Israel y ayudar a la construcción del Tercer Templo, que contribuiría a una auténtica atmósfera de paz y concordia, uniendo a cristianos, judíos y musulmanes y enterrando para siempre las voces amigas de la eterna discordia, ideal que muchos atribuyen también a la Orden del Temple. EL ARCA EN EL MONTE CALVARIO El gran arqueólogo Ron Wyatt asegura, en cambio, que el Arca auténtica (pues al parecer existen innumerables réplicas), se encuentra enterrada bajo el monte Moriah, en el Grotto o caverna en la que Jeremías escondió el Tabernáculo, el Arca de la Alianza y el Altar del Incienso, cerrando después la entrada. El lugar señalado por Wyatt para iniciar la búsqueda, la cual emprendió en compañía de sus dos hijos Danny y Ronny, era un vertedero situado a lo largo de la escarpada ladera del monte Moriah, que algunos denominan la "pared del Calvario" y cuyo relieve dibuja una especie de calavera alusiva al Gólgota donde Jesús fue crucificado. Después de investigar los alrededores, el arqueólogo decidió excavar perpendicular a la roca. Después de casi dos años de trabajo, terminó descubriendo una cueva de cinco por cinco metros, y tras introducirse en ella comprobaron que estaban bajo el monte Moriah. El 6 de enero de 1982, después de una intensa búsqueda en todos los pasadizos y cavidades encontrados, Wyatt halló lo que buscaba. Bajo la tenue luz de su linterna adivinaba una caja de piedra con la tapa partida en dos y justamente encima, en el techo de la cueva, distinguió una grieta ennegrecida por algún sedimento. Alcanzó la caja y comprobó que la hendidura de la tapa estaba impregnada de la misma sustancia del techo. Sin embargo, dada la escasez de espacio para moverse volvió días después con unos instrumentos ópticos especiales de cuya lectura dedujo que el contenido de la caja no era otro que el Arca de la Alianza. Posteriormente, el propio Wyatt pudo comprobar que la grieta del techo era la prolongación natural de otra que había visto en un agujero que él había interpretado como base de apoyo para la cruz de Jesús. Wyatt dedujo que la sustancia negra podría ser sangre que se hubiera colado por la grieta, manando directamente sobre la caja de piedra y, claro, sobre su contenido. Por la posición de las salpicaduras en la tapa, aquella sangre, supuestamente de Cristo, habría caído directamente sobre el Propiciatorio del Arca... de estar allí dentro. Wyatt informó a las autoridades israelíes sobre su descubrimiento, pero éstas -bien por no creerlo, o por temer las reacciones tras una noticia de ese calibre-, le "recomendaron" mantener el secreto. Lo cierto es que, tras su gestión, Wyatt selló la entrada al túnel y aún hoy el Arca podría seguir allí abajo. EL ARCA EN EL MONTE NEBÓ En la Biblia (Macabaeos 2, 1-8) se refiere como el profeta Jeremías ocultó secretamente el Arca y el altar de los holocaustos en una gruta situada en "el monte al que subió Moisés para contemplar la heredad del Señor". Ese monte desde el cual Moisés divisó la Tierra Prometida que nunca iba a pisar, pues murió en el desierto, es el antiguo monte Nebó (identificado hoy con el moderno Jaban an-Naba), un lugar que se encuentra a unos cincuenta kilómetros de Jerusalén, en línea recta, dentro ya de territorio jordano. Del texto bíblico podría deducirse que Jeremías retiró el Arca de su emplazamiento originario y lo trasladó al monte Nebó. Lo que no dice la Biblia es si el Arca fue llevada después a Jerusalén cuando los judíos regresaron de su exilio en Babilonia en el 538 a.C. y reconstruyeron el templo. En los años veinte del siglo XX, Anthony F. Futterer buscó el Arca en el monte Nebó. Al parecer la encontró y antes de morir, dejó pistas de su emplazamiento a un tal reverendo Clinton Locy. En 1981, Tom Crotser, arqueólogo estadounidense visitó al reverendo y consiguió una copia de la inscripción que Futterer había visto fuera del túnel bajo el Nebó. Según Crotser, la traducción de esa inscripción era "aquí yace el Arca de la Alianza". Locy también proporcionó a Crotser un croquis del túnel, motivo por el cual este último viajó hasta Jordania en octubre de 1981. En el monte Pisagh (en la misma cordillera del monte Nebó) encontraron una cavidad que se correspondía con la entrada de la gruta. Sin permiso oficial, quitaron la plancha de hojalata que cubría la entrada y se introdujeron en el pasadizo el 31 de octubre de 1981. Atravesaron varios ensanchamientos en forma de nichos y Crotser tuvo que romper dos muros de barro y roca que bloqueaban el camino. Hacia el final del pasadizo, encontraron otro muro más robusto y sin inscripciones. Al derribarlo apareció ante ellos una cámara tallada en la roca. Crotser opinaba que esta cámara estaba debajo de una antigua iglesia bizantina con la que se comunicaba mediante un pozo vertical. El investigador afirma haber visto en esa cámara la mismísima Arca de la Alianza. La describió como una caja de oro de 1,55 metros de largo por 93,5 centímetros de ancho y otros 92,5 de alto. No tocó la caja por temor a recibir una descarga, pero obtuvo varias fotografías y la midió. Los querubines de oro no estaban en la tapa, aunque en una esquina de la cámara vio unos bultos envueltos en gasa que podrían ser las imágenes de los ángeles. También estaban los palos usados para transportar el arca y los anillos de oro en sus laterales. Después, Crotser y sus compañeros fueron a Ammán, donde intentaron infructuosamente interesar a las autoridades jordanas en su hallazgo. A su regreso a Estados Unidos, la agencia de prensa UPI divulgó un comunicado en el que se afirmaba que se había encontrado el Arca. La noticia apareció en la mayoría de los periódicos del mundo. A pesar de ello, este hallazgo no encontró la notoriedad que buscaba, ya que la única fotografía del "arca" era de muy mala calidad y mostraba una caja de aspecto moderno con clavos y tiras metálicas, quizás cortadas a máquina. EL ARCA BAJO EL TEMPLO Los textos religiosos judíos registran dos paraderos del Arca. Según la Misná y el Talmud, fue enterrada en uno de los túneles secretos excavados bajo el monte del Templo. El enterramiento habría sido obra del rey Josías que, alertado por una profecía sobre la futura profanación del Sancta Sanctorum (Santo de los Santos) por los babilonios, la ocultó en una gruta secreta y cegada bajo la Setiyyah o Piedra de la Fundación, un axis mundi que no era sino el suelo del Sancta Sanctorum sobre el que reposaba el Arca. Una cita del sabio Maimónides (1135-1204) dice: "... cuando Salomón mandó levantar el Templo pronosticó su destrucción e hizo construir una cueva secreta, muy profunda, donde Josías dio instrucciones de esconder el Arca de la Alianza". Esta información, que Maimónides atribuye a un judío llamado Arabaita, pudo haber inspirado una expedición que en 1908 buscó el Arca bajo el antiguo Templo de Salomón. La Expedición Parker comenzó su tarea en el palacio-museo de Topkapi, en Estambul, donde el biblista sueco Walter H. Juvelius encontró un código sagrado en un manuscrito del Libro de Ezequiel. Afirmaba que ese código describía que el emplazamiento exacto de los tesoros perdidos estaba bajo el templo, en un lugar al que se accedía por un complicado sistema de túneles. Juvelius se asoció al capitán Montague Parker bajo el mecenazgo de la duquesa de Marlborough, para sacar el Arca de su presunto escondite. Conseguir los permisos pertinentes para excavar bajo Jerusalén sólo fue posible gracias a una larga cadena de sobornos. Y gracias a ellos, entre 1909 y 1911 el grupo descubrió varios pasadizos secretos. Pero su búsqueda se detuvo bruscamente el 17 de abril de 1911 cuando Parker y sus hombres intentaron entrar en una gruta natural, justo debajo de la Roca Sagrada sobre la que estuvo colocada el Arca en la época del llamado Primer Templo. El atrevido británico y su equipo descendieron con ayuda de cuerdas a la gruta y empezaron a retirar las piedras que bloqueaban la entrada a una galería antiquísima. Desafortunadamente, uno de los celadores que estaba pasando la noche en el templo, oyó los ruidos de los trabajos de la expedición. Rastreo el desplazamiento del grupo hasta la Roca Sagrada, y horrorizado al descubrir extranjeros bajo el Sancta Sanctorum, corrió a la ciudad para avisar a la gente sobre la profanación que se estaba cometiendo. En menos de una hora, una multitud enfurecida por el rumor de que unos extranjeros estaban robando el Arca de la Alianza y la espada de Mahoma se concentró frente a los muros del Templo. El gentío estaba dispuesto a hacer pagar con la vida semejante delito aunque, por suerte, Parker y el resto de la expedición consiguieron escapar a Jerusalén y de allí al puerto de Jaifa, donde embarcaron precipitadamente. Parker no se trajo consigo ni una sola prueba que avalara la existencia de los tesoros de Salomón, pero sí demostró la existencia de túneles secretos bajo el templo. Una evidencia que podría confirmar que siglos atrás hubieran sido visitados por los templarios, quizás con más fortuna a la hora de arrebatar las codiciadas riquezas. Lógicamente, los monjes guerreros emplearon nueve largos años en excavar y buscar por los túneles, sin que nadie les importunase. Randall Price publicó en 1993 en Messianic Times un artículo en el que afirmaba que los archivos rabínicos antiguos mencionan que el Arca fue sacada del Segundo Templo y escondida en un lugar secreto bajo el almacén de leña del Templo. El propio Price dice que "basándose en la descripción histórica de la situación del almacén de leña y del conocimiento actual de los pasillos subterráneos bajo el monte Moriah, se cree que hay un túnel que conduce a una cámara a unos cuarenta y ocho pies bajo la superficie, que se supone alberga el Arca". Una afirmación ésta perfectamente compatible con los hallazgos de Wyatt en sus excavaciones en 1979, en las que asegura encontró el Arca impregnada de la mismísima sangre derramada por Jesús durante la crucifixión. Sorprendentemente (o no) los trabajos arqueológicos de Wyatt fueron vetados por el Gobierno israelí antes de que culminasen. Lógicamente, de salir a la luz los descubrimientos de Wyatt, podría haberse demostrado que Jesús fue realmente el Mesías, el Hijo de Dios encarnado, cosa que los judíos no pueden admitir. EL ARCA EN LAS RUINAS DE GILGAL El arqueólogo Vendyll Jones comunicó en 1994 a la agencia de prensa Reuters que conocía la situación exacta del Arca gracias a unas fotografías de alta resolución de Israel tomadas desde un satélite de la NASA. Las imágenes mostraban una explanada rectangular, rodeada por los restos de una muralla. Después de tres meses de excavaciones, Jones y sus colaboradores concluyeron que aquel yacimiento reproducía a escala el Templo de Salomón. Esta minirréplica se encuentra en Gilgal, la ciudad descrita en el Antiguo Testamento como el punto de partida para el ataque de Josué contra Jericó. Jones declaró que la muralla exterior hacía las veces de pared ritual para el Tabernáculo, el lugar donde se supone se encontraba el Arca... o su réplica. Jones trabaja en Qumran, realizando excavaciones en las llamadas Cuevas de la Columna y las Especias. Su interés por este sitio surgió a raiz de descifrarse una parte del Rollo de Cobre encontrado en 1952, que consiste en una lista de objetos del Sancta Sanctorum del Templo, indicándose hasta sesenta y dos lugares donde se ocultaron objetos litúrgicos tras la destrucción del Segundo Templo. Vendyl Jones dice que el Arca de la Alianza está en la relación y se halla en la ciudad de Gilgal, tal como reivindicó él en su día. EL ARCA EN ALEMANIA En su libro La copa esmeralda, un coronel médico norteamericano, Howard Buechner, narra que el Arca de la Alianza, junto con el tesoro de Salomón, llegó a Francia gracias a los visigodos y no a los templarios. Este escritor afirma que el año 70 d.C., como consecuencia de un levantamiento de los judíos, el general romano Tito redujo a escombros la ciudad de Jerusalén y el Templo de Salomón que reformara Herodes. Tras la destrucción, los romanos realizaron excavaciones para buscar el tesoro del templo, "peinando" también la zona de los establos. Pues bien: Buechner afirma que tuvieron éxito en sus trabajos y encontraron el Arca, así como otros tesoros de gran valor. Tras ello, Tito envió el botín a Roma y ordenó erigir en el Foro un monumento que conmemorara la victoria sobre Palestina. En uno de los relieves del Arco de Tito se ve todavía hoy a un grupo de soldados transportando un enorme candelabro de siete brazos, que bien pudiera ser el que acompañaba al Arca en tiempos de Moisés. A pesar de la gran erosión de las figuras, se puede observar que dos soldados llevan algo suspendido entre dos palos apoyados sobre sus hombros. Para el investigador inglés Michael Baigent esa era el Arca. Según él, una vez en manos romanas pasaría de un emperador a otro hasta la cristianización del Imperio, cuando quizás iría a parar al Vaticano. Pues bien: en el año 410 d.C., el rey visigodo Alarico se tropezó con ese tesoro durante el tercer asalto a Roma, trasladándolo a Francia y escondiéndolo en el último reducto visigodo, al sur de Carcasona, en la provincia gala del Languedoc, cerca de los Pirineos. Según Buechner, los visigodos habrían escondido el tesoro en una gruta, donde sería olvidado. Pero en 1931, el historiador alemán Otto Rahn fue la Languedoc a buscar el Tesoro de salomón. Aunque no se sabe que encontró en esa primera vista, debió ser lo suficientemente relevante como para que Heinrich Himmler lo enviara de nuevo a realizar una exploración más a fondo en 1937, financiado por el partido nazi. Murió poco después y hubo que esperar hasta 1942 a que los nazis fueran derrotados en Rusia para llevar a cabo una misión que parecía imposible. Otto Skorzeny, jefe del comando que rescató a Mussolini, fue quien dirigió el nuevo intento. Tras elegir un equipo compuesto por escaladores y alpinistas de primera fila, estableció su cuartel general en Montsegur. En primer lugar organizó una avanzadilla para reconocer las montañas cercanas y la fortaleza cátara, descubriendo la ruta que éstos usaron para escapar del asedio católico en el siglo XIII. Se trataba de una pared vertical y lisa, imposible de escalar, pero accesible para descender, quizás con el tesoro a cuestas. Lo cierto es que al pie de esta pared encontraron un sendero que conducía a las cumbres más elevadas y, finalmente, a una gruta con "algo" dentro. Era el día 15 de marzo de 1944, la víspera del setecientos aniversario de la caída de Montsegur. Se piensa que los expedicionarios trasladaron el Arca y el resto del tesoro a Alemania, donde seguiría oculto, quizás en las Cuevas de Externstein, cerca de Wewelsburg, donde estuvo el palacio de Himmler. EL ARCA EN EL VATICANO Otras fuentes afirman que cuando las tropas italianas desalojaron Eritrea, llevaban a Roma, como trofeo secreto, el Arca, conservándose desde entonces en el Vaticano, gracias a un favor del gobierno fascista de Mussolini.

Carné Internacional de Estudiante, el famoso ISIC

En la iglesia de Santa María de Sion de Axum, se encuentra un artefacto que, de confirmarse su autenticidad, añadiría muchísima miga a las leyendas etíopes. Por desgracia, sólo una persona viva ha visto este artefacto. El Arca de la Alianza está, según los cristianos etíopes, encerrada bajo llave en esta iglesia y sólo el guardián oficial puede entrar [los no-sacerdotes-ortodoxos-etíopes ni siquiera nos podemos acercar a cinco metros de la verja que rodea el templo]. No hay duda de la importancia que la leyenda del Arca juega en la Cristiandad etíope y pocas personas se atreverían a cuestionarla. Pero, superficialmente al menos, su presencia en Axum parece más bien poco probable.
Para aquellos poco familiarizados con el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza fue construida por los niños de Israel para guardar las Tablas de la Ley que dios le dio a Moisés en el monte Sinaí. Según la Biblia, dios le dio a Moisés instrucciones precisas de su diseño y ornamentación. Estaba dotada de poderes mortales, especialmente útiles durante las batallas. Después de que los judíos se asentaran en Jerusalén, el Arca fue emplazada en un templo contruido por [el rey] Salomón en el siglo X antes de Cristo, donde permaneció hasta que el templo fue destruido por los babilonios en el 587 a.C. En el tiempo que estuvo en Jerusalén, el Arca fue el objeto más preciado de la fe judía, la personificación virtual de dios, y en muchos pasajes bíblicos se refieren a ella simplemente como Jehová. Después de la destrucción del templo de Salomón, desapareció. A pesar de los muchos intentos por recuperarla durante los siglos subsiguientes, nunca fue hallada.
En su libro The Sign and the Seal, Graham Hancock investigó la afirmación etíope y construyó una secuencia de hechos verosímil para apuntalar esta teoría. Hancock señala -y no es el primero en hacerlo- que hay motivos para creer que el Arca desapareció de Jerusalén mucho antes del 587 a.C. En ninguna parte de la Biblia se dice que el Arca fuera tomada por los babilonios, lo cual resulta extraño, teniendo en cuenta su importancia religiosa. Varios libros escritos durante el reinado de Josiah (640 a.C.) apuntan a que probablemente desapareció por entonces. Hancock sugiere que que el Arca fue sacada de allí durante el reinado de Manasseh (687-642 a.C.), un rey que horrorizaba a los líderes religiosos porque consideraban que veneraba a un ídolo sacrílego en el templo de Salomón. El autor indica que algunos sacerdotes molestos [con las prácticas de Manasseh] sacaron el Arca del reino. [...]
Hancock salta las lagunas históricas de la teoría etíope al respecto, ya que las pruebas disponibles en este momento sugieren que Axum fue fundada varios siglos después del reinado de Salomón, y fecha la llegada del Arca en la bien documentada conversión al catolicismo del rey Ezana, en el siglo IV después de Cristo. [En el capítulo de historia de Etiopía, la guía relata que la historia tradicional etíope cuenta que la reina de Saba visitó al rey Salomón en Jerusalén, concebieron un hijo que la reina alumbró ya de vuelta en su reino y que llamó Menelik -hijo de reyes-. Varios años después, Menelik volvió a visitar a su padre, aprender las leyes del Moisés y terminó llevándose el Arca a Axum. Sería el inicio de la dinastía Salomónica en Etiopía. Así, muy resumidico]. Hancock descubrió que algunos curas del monasterio de Tana Krikos, en el Lago Tana, aseguran tener pruebas de que el Arca estuvo en la isla durante 800 años antes de ser trasportada a Axum. [...]
Hancock descubrió entonces un gran asentamiento judío y un templo construido a semejanza del original de Salomón en la isla Elefantina, cerca de Asuán, en el río Nilo. Se suele aceptar la teoría de que el templo se construyó alrededor del reinado de Manasseh [687-642 a.C.], y el hecho de que algunos sacerdotes del templo se escribían con sus colegas de Jerusalén está bien documentado. Parece que los curas de allí llevaron a cabo sacrificios rituales similares a los de los Falasha [judíos etíopes], confirmando que se alejaron del judaísmo ortodoxo antes del reinado de Josiah [640 a.C.]. Además, los egipcios destruyeron el templo alrededor del 410 a.C. Se cree que la comunidad judía de la isla Elefantina habría escapado de allí, pero nadie sabe adónde fueron. Parece como si hubieran desaparecido. Hancock, como es natural, sugiere que fueron a Etiopía. Asimismo, asegura que esta teoría concuerda con la historia que le contó un viejo sacerdote Falasha que conoció en Israel, quien rechazaba la teoría de Makeda [la reina de Saba y su hijo Menelik] y que afirmaba que sus antepasados habían vivido en Egipto durante varios siglos procedentes de Israel. Y que el Arca que llevaron con ellos estuvo en el lago Tana mucho antes de que los cristianos de Axum lo robaran.
Como no-historiador, no sé si tomarme muy en serio el libro de Hancock [...] el eje central del libro -las ideas resumidas aquí arriba- suenan creíbles [...] Mi conclusión es que, si los hechos son correctos, Hancock ha demostrado que es posible que el Arca esté en Axum [...] Pero estoy igual de preparado que cualquier mortal no experto en el tema. Espero que el Arca esté en Etiopía, pero no me jugaría dinero a que sí. El libro es muy fácil de leer y el tema es apasionante. Os invito a que os hagáis con una copia y decidáis por vosotros mismos.
Tan persuasivos como los argumentos de Hancock son los de Stuart Munro-Hay, quien dice que la historia del Arca no aparece en ninguna de los relatos sobre la conversión de Ezana, ni en ninguna de las historias sobre los Nueve Santos, ni sobre la conquista de Yemen por parte del rey Kaleb (contra un rey judío, además). Ni siquiera en los relatos etíopes sobre el final de la monaquía, cuando la reina Judith atacó el país o cuando el Zagwe llegó al poder. De hecho, la primera referencia a que el Arca esté en Etiopía es de Abu Salib, durante el reinado de Lalibela, alrededor de 1210 d.C. Estoy de acuerdo con Munro-Hay en que es raro [que no se mencionase antes], por no decir otra cosa, si los etíopes creían entonces que el símbolo más poderoso de dios estaba en su [entonces] capital.[...]
El santuario más sagrado en Etiopía es la Iglesia de Santa María de Sión en la ciudad de Axum, allí dicen los Etíopes que se encuentra la verdadera Arca de la Alianza del pueblo de Israel, y que se menciona en el Antiguo Testamento…
EL ARCA DE LA ALIANZA En el Antiguo Testamento el propio Yavéh dio las instrucciones a Moisés para la construcción del Arca. Estas instrucciones fueron seguidas al pie de la letra por Bezaleel y otros "hombres hábiles a los que Yahvéh había dado pericia", quienes no sólo construyeron el Arca sagrada, sino que también trabajaron en la elaboración del Tabernáculo, el candelabro de siete brazos, el vestuario de los sacerdotes, la mesa sagrada, los objetos para los que estaba destinada, etc. Cuando estuvo terminada, y con las Tablas de la Ley en su interior, según Éxodo (40, 20), y con la vara de Aaron formando parte del ajuar que en ella se guardó, según Números (17, 10), el Arca comenzó a ocupar un lugar destacado en el Sancta Sanctorum del Tabérnaculo, ese templo portátil de los israelitas durante su éxodo en busca de la Tierra Prometida, convirtiéndose así en un auténtico talismán que representaba la alianza de Dios con su pueblo, cuando no la propia encarnación material de Yavéh. El Arca de la Alianza, era considerada una representación del Trono del Cielo de Dios en la Tierra. Según la tradición, tras la muerte del Salvador se oscurecieron los cielos y tembló la tierra, resquebrajándose los cimientos de la cruz y abriéndose una grieta hasta la cámara del Arca. Cuando el centurión romano Longinos clavó la lanza en el costado de Jesús, sus últimas gotas de sangre fueron a caer sobre el Propiciatorio.

Carné Internacional de Estudiante, el famoso ISIC

AXUM ES LA CIUDAD MÁS ANTIGUA DE ETIOPÍA Y PROBABLEMENTE DEL MUNDO. Cuenta la leyenda que es en esta ciudad creada por los habitantes del puerto de Adulis cuando éste fue destruido, nació Melenik I, hijo del rey Salomón y la Princesa de Saba. De hecho, todavía se conservan las ruinas del Palacio de la Reina de Saba en cuyas cercanías hay un lago en donde supuestamente se bañaba la reina y donde los habitantes de la ciudad recogen agua pues la consideran mágica. También son interesantes los Monolitos de granito conocidos como Estelas que están construidos siguiendo técnicas árabes, el de mayor altura alcanza los 34 metros y todos ellos tienen un significado conmemorativo. Se distingue, además, la Iglesia de Santa María de Zión a cuyo interior no pueden pasar las mujeres ya que la antigua iglesia fue destruida por una reina pagana. En su interior se conserva el Arca de la Alianza que según cuenta la tradición fue traída a este recinto por Menelik I desde la ciudad santa de Jerusalén. Si dispone de tiempo le aconsejamos la visita al Museo de la ciudad.

Axum, Etiopía. La Reina de Saba y la búsqueda del arca... ¿perdida?

De la Biblia al Templo de Salomón, esta crónica nos lleva a Etiopía, donde, aseguran sus creyentes, se encuentra el Arca de la Alianza.

"Harán también un arca de madera de acacia, cuya longitud será de dos codos y medio, su anchura de codo y medio, y su altura de codo y medio. Y la cubrirás de oro puro por dentro y por fuera, y harás sobre ella una cornisa de oro alrededor. Fundirás para ella cuatro anillos de oro, que pondrás en sus cuatro esquinas; dos anillos a un lado de ella, y dos anillos al otro lado. Harás unas varas de madera de acacia, las cuales cubrirás de oro. Y meterás las varas por los anillos a los lados del arca, para llevar el arca con ellas". (Éxodo, capítulo 25 10-15).

Tales fueron parte de las precisas instrucciones que recibió Moisés en el Antiguo Testamento para construir el Arca de la Alianza, donde se guardarían las Tablas de la Ley. Celosamente resguardada en el templo de Salomón, poco se sabe de ella después de la destrucción del templo en el año 587 aC.

Steven Spielberg popularizó la historia del Arca de la Alianza y sus míticos poderes en su película Indiana Jones, en busca del Arca Perdida, en los años ochenta. El famoso arqueólogo encuentra el preciado objeto en Egipto, pero si el guionista hubiese estudiado más la historia debería de haber situado el hallazgo en Etiopía. El paradero del Arca de la Alianza puede ser desconocido para el mundo occidental, sin embargo, es parte medular de la cultura etíope. A sus habitantes les causaría enorme sorpresa que se buscara el Arca en cualquier otro lugar que no fuera la Iglesia de Santa María de Sión, en Axum, frente a la cual se encuentran, como testigos mudos del glorioso pasado del Reino, los famosos obeliscos o estelas de granito de más de 24 metros y 160 toneladas, ahora sostenidos mediante cables. La estela que se llevó Mussolini a Roma ha sido devuelta recientemente y, la más grande, de 33 metros, hoy está tirada en el piso.

A pesar de estar lleno de lugares sorprendentes, Etiopía no es un destino popular. La mayoría de las personas lo asocian con la hambruna de 1984, la extrema pobreza o las recientes adopciones de niños por parte de actrices famosas. Pocos conocen la historia de ese país al que en otros tiempos se le conoció como Abisinia, Saba o Reino de Axum. Pero Etiopía rompe cualquier expectativa.

A mi llegada me sorprendió la fecha de ingreso que sellaron en mi visa. No. No era un error de imprenta: ellos están en el año 2002. Etiopía no se rige por el calendario gregoriano común en Occidente desde 1582, sino que aún sigue el calendario juliano, impuesto por Julio César en el 46 aC, y su día no comienza a media noche sino al amanecer, siendo las seis se la mañana la hora cero.

Para llegar a Axum, Ethiopian Airlines cuenta con un vuelo desde Addis Ababa con algunas escalas. Es posible ir en coche pero debido al mal estado de las carreteras resulta complicado. Si bien es cierto que la mayoría de los letreros están escritos en amárico, lengua de origen semítico que se escribe con los mismos caracteres que el Ge'ez, lengua litúrgica del cristianismo etíope y del Reino de Axum, la mayoría de los letreros importantes tiene traducción al inglés.

Axum es la segunda ciudad en importancia del Tigrai después de Mekele, la capital. Poco queda ahora de sus antiguas glorias. A pesar de que Etiopía es el único país del África subsahariana que contiene restos históricos extendidos hasta las civilizaciones mediterráneas, las ciudades se encuentran sumidas en un profundo subdesarrollo. Es un país relativamente seguro, casi no se oye hablar de asaltos ni secuestros, pero allí los enemigos son mucho más pequeños y letales: además del mosquito anófeles, causante de la malaria, existe un gusano llamado Onchocerca volvulus, causante de la oncocercosis o ceguera de río, segunda causa de ceguera en el mundo, además del Vibrio cholerae, causante del cólera. Basta una gotita del agua equivocada para producir terror; afortunadamente es fácil conseguir agua embotellada y nadar en los ríos nunca ha sido obligatorio.

El taxi da tumbos por la calles de tierra hasta el Hotel Ghion (que hasta hace poco era propiedad del gobierno). A su lado hay un pequeño lago (casi un charco) y el chofer dice, orgulloso, que son los baños de la Reina de Saba. De acuerdo a la tradición oral, Etiopía fue fundada por Ethiopic, tataranieto de Noé (el del Arca, pero la de los animalitos). Aksumai, su hijo, fundó la capital de Axum y la dinastía de gobernantes que terminó con la reina Makeda, más conocida como la de Saba, glorificada en el Antiguo Testamento cuando narra su legendaria visita al rey Salomón en el Libro de los Reyes. (1 Reyes capitulo 1, 1–13).

El Kebre Negest, libro del siglo XIV escrito en Ge'ez —supuestamente es una traducción del copto de un libro mucho más antiguo—, narra que Makeda, Reina de Saba, gobernó Etiopia y Yemen durante 31 años desde Sabea, la capital cercana a Axum. Impresionada por las historias de su sabiduría, viajó a Jerusalén a visitar al Rey Salomón llevando cuantiosos regalos. Aparentemente los monarcas mantuvieron un romance y como resultado la Reina Makeda no sólo regresó convertida al judaísmo sino embarazada de Menelik I, quien dio inició a una dinastía salomónica que reinaría prácticamente sin interrupciones hasta 1974, cuando Haile Selassie fue derrocado por la revolución comunista.

Cuando Makeda se convirtió al judaísmo, con ella lo hizo su pueblo. Al día de hoy, la Iglesia etíope hace más hincapié en el Antiguo Testamento que otras iglesias cristianas, y sus fieles practican ritos propios del judaísmo ortodoxo tales como la circuncisión en los varones, la prohibición de consumir carne de cerdo y pescado sin escamas y el que las mujeres tengan prohibida la asistencia a la iglesia durante la menstruación y deban cubrirse el cabello con un pañuelo, al igual que las mujeres judías ortodoxas.

El Kebre Negest narra como a los 22 años Menelik regresó a Jerusalén a visitar a su padre, el Rey Salomón, quien le ofreció heredar el trono; ofrecimiento que declinó. Entre los acompañantes de Menelik se encontraba el hijo mayor de un alto sacerdote, quien hurtó el Arca tras soñar que debía llevarla consigo. Menelik enfureció al enterarse del hurto, pero luego a su vez soñó que eso era la voluntad de Dios y siguió su camino. Cuando el Rey Salomón se dio cuenta del robo pensó en enviar un ejército a perseguir a su hijo, pero él también soñó que era la voluntad de Dios y mantuvo la desaparición del Arca en secreto. La versión respecto a Makeda y Salomón, en la tradición judío ortodoxa de la falasha de Etiopía, es prácticamente idéntica a la del Kebre Negest. A pesar de ser una historia desestimada por los historiadores occidentales, los etíopes la aceptan sin dudar. Están convencidos que el Arca original fue llevada a Axum en el primer milenio antes de Cristo y que permanece ahí desde entonces.

Las iglesias etíopes cuentan con varias entradas: la entrada sur para mujeres y la norte para hombres; la oriente puede ser usada indistintamente. Construidas siguiendo un esquema inspirado en el Templo de Salomón, tienen tres partes: un coro, un espacio sagrado donde se reparte la eucaristía y un santuario cerrado accesible sólo a los sacerdotes. Ahí, en esa parte llamada "sagrado de lo sagrado", cada iglesia guarda un Tabot, una réplica del Arca y de sus Tablas de la Ley, en un pequeño cofre de madera. En días religiosos importantes el Tabot sale en procesión del sacro santorum cubierto por una tela drapeada. Nadie parece preguntarse cómo, si de acuerdo a la leyenda quien mire el Arca queda ciego o incluso muere, es posible que todas las iglesias tengan una copia de ésta. Mis preguntas al respecto causaban molestia: para los etíopes lo relacionado con Arca es un dogma de fe.

La caminata desde el Hotel Ghion a la iglesia de Santa María de Sión en Axum es relativamente corta. La nueva catedral, que permite el ingreso a mujeres, fue construida por Haile Selassie para conmemorar su Jubileo en los años cincuenta. Sin rasgos notables en su arquitectura, pocos ferenghi (extranjeros) visitarían la iglesia, de no ser por la leyenda que dice que en una capilla adjunta se encuentra el Arca de la Alianza, aunque sea imposible acercársele o mirarla; sólo el guardián oficial tiene permitida la entrada y ningún otro sacerdote, incluyendo al patriarca de la Iglesia Etíope, puede hacerlo. Ni siquiera el emperador Haile Selassie pudo hacerlo jamás.

Cuando el sacerdote que custodia el Arca siente cercana su muerte, selecciona del monasterio Debre Damo a su sucesor. El monasterio es prácticamente inaccesible —la puerta de entrada se encuentra a 40 metros de altura—, y es necesario escalar para ingresar. Una vez que el sacerdote ha sido nombrado guardián oficial, a la muerte de su predecesor viaja a Santa María de Sión, donde permanecerá dentro de las rejas que custodian la capilla y conservará el título de guardián del Arca durante toda su vida. Confinado únicamente a ese pequeño espacio, pasa sus días rezando. Pedí verlo. No es fácil, pero el guía se acerca y pregunta si puede bendecir unas cruces como pretexto para conocerlo. Accede, pero hay que volver por la tarde. El guía me informa que habrá que dar un donativo y que está estrictamente prohibido tomar fotografías. Comprar cruces en Etiopía es una tarea muy sencilla; las venden por todas partes. Lo difícil es escogerlas; de diseños variados y ornamentados, cada iglesia importante cuenta con una cruz procesional diferente.

Finalmente llega la hora de volver al templo. En el camino a la capilla me topo con varios feligreses que salen de una boda. El novio es un diácono de la iglesia, por lo que ambos novios llevan coronas. El guardián está allí, en un extremo de la reja. Tomo una fotografía y el guía me reprende. Nos acercamos y a través de la reja le doy las cruces. Las bendice. A señas le pido que me bendiga a mí. Sonríe e inmediatamente procede a bañarme en agua bendita: me toma por sorpresa y ni tiempo tengo de cerrar los ojos o la boca. Asumo que si está bendita no debe tener bichos. No sé si es la mirada del guardián pero la bendición me conmueve y empiezo a llorar. El guardián me arroja más agua bendita.

Después de haber viajado tantos kilómetros para estar separada por un muro a pocos metros de lo que podría ser el Arca de la Alianza, entiendo que no tiene importancia si la Reina de Saba era realmente etíope o si Haile Selassie fue descendiente del Rey Salomón. Ni siquiera si lo que está allí guardado es el Arca. Lo que en verdad importa es que los etíopes así lo creen, y que esto les resuelve su identidad.

El Arca en la historia
En su libro The Sign and the Seal, Graham Hancock construye una secuencia verosímil de hechos que defienden la teoría etíope. Hancock sugiere que hay fuerte evidencia para suponer que el Arca ya no estaba en el templo de Salomón cuando éste fue destruido y sostiene que un sacerdote del Monasterio de la isla de Tana Kirkos, en el Lago Tana, afirma tener registros que establecen que el Arca estuvo en esa isla 800 años antes de que fuera llevada a Axum. Hanckok encontró que un asentamiento judío y un templo en miniatura del templo de Salomón habían sido descubiertos en la Isla Elefantina, en el río Nilo. Existen documentos que comprueban que los sacerdotes de la Isla Elefantina mantenían correspondencia con los de Jerusalén y observaban rituales de sacrificio similares a los de la falasha. Cuando el templo en la Isla Elefantina fue destruido por los egipcios en el 410 aC, se sabe que la comunidad judía abandonó la isla, pero no se sabe hacia dónde, y Hancock sugiere que huyeron a Etiopía llevando con ellos el Arca. Al fechar la llegada del Arca a Axum en el tiempo del Rey Ezana (siglo IV dC) y su conversión al catolicismo (Etiopía fue el segundo país del mundo en adoptar la religión católica como oficial, sólo después de Armenia), Hancock soluciona la discrepancia histórica que sugiere que Axum fue fundado varios siglos después del tiempo del Rey Salomón.

La revelación del milenio. El Arca de la Alianza, según la Biblia, es la caja que guardaba las Tablas de la Ley de Moisés con los Diez Mandamientos, y constituye, sin la menor duda, el objeto sagrado más codiciado de cuantos han sido buscados por el hombre en distintos lugares de la tierra, desde África a Oriente Medio. Rodeada de misterios, todavía hoy es uno de los tesoros más míticos del Antiguo Testamento. Durante siglos, el Arca ha encendido la imaginación de fanáticos, místicos, aventureros, arqueólogos y escritores. Su búsqueda por la historia ha sido incesante, los propios masones o los templarios estuvieron cerca de encontrarla , pero hasta ahora pocos son los elegidos que han podido verla. Parece ser, que el Arca se encuentra en Etiopía y que la humanidad está a punto de asistir a su Revelación: EL Patriarca copto ortodoxo de Etiopía, Abuna Paulos, acaba de pronunciarse al respecto de la reliquia y ha asegurado en una rueda de prensa, en el Hotel Aldrovandi en Roma, que "ha visto" el Arca de la Alianza y que su estado de conservación es "bueno". Paulos cree que ha llegado el momento de la verdad, afirma que no puede decir donde se encuentra el Arca, pero sí asegurar que la ha visto y que es como está descrita en la Biblia. Según la tradición copta ortodoxa etíope, el Arca de la Alianza, se encuentra custodiada en la catedral de Tsion Maryam, en el reino de Axum, en Etiopía, después de que fuera robada de Jerusalén por el hijo del rey Salomón-el vástago Emperador Menelik I-,y llevada a Axum, considerada como la Jerusalén de Etiopía. En Axum ha sido custodiada durante siglos y hasta hoy, por monjes ortodoxos de la ciudad…
Paulos subrayó que ha invitado al papa Benedicto XVI a visitar Etiopía y la ciudad santa de Axum donde se va a construir un importante museo, aunque todavía está por decidir si será el lugar para guardar la verdadera Arca de la Alianza.
¿Será el Papa el siguiente en ver el Arca, antes de que el mundo asista a su revelación?
Y una última cuestión; Si verdaderamente la reliquia ha estado todo este tiempo en Etiopía,
¿cómo el mundo no se ha percatado antes de ello? La respuesta habrá que buscarla una vez más en la leyenda.
Cómo llega el Arca desde Israel a Etiopía
Hace 3000 años el Arca fue traída a Jerusalén y adorada como el más sagrado de los objetos sagrados, para las gentes de entonces, el Arca significaba la personificación de la presencia de Dios en la Tierra. Sin embargo, en algún momento de ese remoto pasado, el Arca desapareció, esto dió origen a una búsqueda que ha inspirado a creyentes y cazadores de fortunas durante milenios. La Biblia narra que en tiempos de Salomón y Saba, nació Menelik I,su hijo vástago y primer rey de Etiopía. Años más tarde Menelik fue enviado a casa de su padre en Jerusalén para recibir educación, a pesar de los esfuerzos de Salomón para que se quedara, Menelik regresó a Etiopía con el primer hijo del sumo sacerdote. La tradición cuenta que se llevaron consigo el Arca y la colocaron en un templo en la isla de Elefantina cerca del río Nilo, donde permaneció por 800 años. ¿Pero qué sucedió luego de esos 800 años? Etiopía fue convertida al Cristianismo y el rey cristiano llegó con sus ejércitos, llevó el Arca a Axum y la colocó en la Iglesia de Santa María de Sion donde esta desde entonces. Curiosamente, el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía, cada una de las 20.000 iglesias de Etiopía contiene un réplica del Arca de la Alianza.
El misterio del Arca de la Alianza será revelado. Ha comenzado, pues, la cuenta atrás para que finalmente sea revelado el misterio de la sagrada Arca de la Alianza. En más de 200 referencias el Antiguo Testamento se describe con detalle los sorprendentes poderes legendarios del Arca, capaz, entre otros, de liberar ráfagas de luz divina y cuyos rayos pueden incinerar a cualquiera. Según la tradición judía, en ella se encuentran las tablas de la Ley, es decir, los Diez Mandamientos y entre sus materiales podemos encontrar la madera de acacia. Construida por Moisés, por fuera está decorada de oro y estuvo en posesión del pueblo judío hace mucho tiempo: les acompañó en sus vicisitudes, en sus batallas y sus luchas contra los filisteos y se mantuvo en diversos lugares hasta que el Rey David pensó colocarla en la fortaleza en Jerusalén.
Pero fue Salomón, hijo y sucesor de David, el que puso finalmente el Arca en el Templo de Jerusalén, que él mismo había construido. Esta historia se entrelaza con otros acontecimientos históricos y religiosos. De hecho, el Arca desapareció en el 586 aC, con la conquista de Jerusalén por parte de los babilonios y la consiguiente destrucción del Templo de Jerusalén. Durante el reinado de Salomón, Jerusalén pasó a ser el centro de la vida política y religiosa en la tierra santa. En pleno corazón de Jerusalén se erigía el templo construído por Salomón para alvergar el Arca de la Alianza, el Arca permaneció en el templo hasta algo después del año 900 a.C. cuando, misteriosamente, desapareció. Desde entonces no se hizo gran mención de ella en la Biblia. Inexplicablemente el Arca desapareció y durante más de 2000 años de búsqueda y exploración se han tejido decenas de leyendas y teorías en torno al Arca Perdida.
La búsqueda del Arca por los templarios. Hace casi 1000 años, las cruzadas cristianas recuperaron el control de Jerusalén de manos de los musulmanes que habían gobernado la ciudad desde el séptimo siglo. En el 1119 de nuestra era, un grupo conformado por nueve nobles franceses, que se hacían llamar los los caballeros pobres de Cristo y del templo de Salomón, llegaron a Jerusalén. Se establecieron en la cima del monte, donde una vez estuvo el templo de Salomón. Los caballeros sostenían que su misión en tierra santa era mantener libres de bandidos el camino a Jerusalén. Sin embargo, nunca salieron de la montaña-templo y, en cambio, comenzaron a cavar. Trabajando desde afuera de la mezquita comenzaron a excavar la caverna natural que yacía debajo de la piedra sagrada. La caverna, según la tradición islámica, se conocía como el "pozo de las almas", un pasaje que llevaba a las entrañas de la tierra y que conducía a un tesoro custodiado por demonios; En realidad lo que los caballeros buscaban era el Arca de la Alianza. Pero nunca la encontraron. En épocas más recientes, los arquéologos israelíes descubrieron la salida al tunel que cavaron los caballeros de la montaña-templo. El túnel se extiende por debajo de la montaña, pero debido a restricciones impuestas por el gobierno musulmán, nunca ha sido explorado. En 1989 un periodista británico hizo una declaración que sacudió al mundo. La legendaria Arca Perdida no se encontraba perdida en realidad sino a salvo, escondida en una iglesia de Etiopía a donde había sido trasladada secretamente hace más de 1000 años. Ahora volvemos a tener noticias de la existencia del Arca en Etiopía.
Conclusión: De confirmarse la autenticidad de la reliquia podríamos esperarnos cualquier tipo de respuesta por parte de las distintas comunidades religiosas que han tenido relación con el Arca sagrada en el pasado. Tal vez, habría que valorar los pros y contras de contar la verdad, puede que sea preferible que permanezca el misterio en torno al Arca de la Alianza y sus enigmas sigan sin ser desvelados.
En el Norte de Etiopía escuche en innumerables ocasiones afirmaciones semejantes a la expuesta por el patriarca Abuna Paulos, no en vano el Arca de la Alianza es una reliquia venerada fervorosamente por los etíopes razón por la cual las iglesias guardan en su recinto más sagrado una réplica del Arca de la Alianza que contiene el Tabot. El Tabot que se guarda en las iglesias etíopes es una réplica (en madera o piedra) de las Tablas de la Ley cuyo original se conservaría en Santa María de Sion , en Axum. Nos encontramos en Axum, ante la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de Sion, lugar en el cual y según asegura la tradición se encuentra actualmente el Arca de la Alianza. En el interior del templo una única persona, un sacerdote, un elegido, un descendiente directo de los levitas, guarda celosamente el tesoro y no permite que nadie lo toque o lo vea. Mis esfuerzos por acceder al recinto sagrado y contemplar esta maravilla son infructuosos, además según me cuentan , aunque accediese al tabernáculo en el que reposa el arca y levantase los paños con los cuales se protege al Arca de miradas furtivas, mi falta de fe me impediría ver el preciado tesoro. Pero ¿Cuál es el origen de esta férrea e inquebrantable convicción que lleva a los cristianos ortodoxos etíopes a aseverar de manera tan tajante el hecho de que el Arca de la Alianza descanse en Axum?
Recordemos que la Leyenda y la historia caminan de la mano en este país, no se entiende la una sin la otra y llegan a fundirse para crear una verdad incuestionable…. La epopeya del pueblo etíope se encuentra recogida en el Kebre Negest (Gloria de los Reyes), un libro escrito en Gue'ez (antigua lengua etíope) a finales del siglo XIII por un sacerdote de Axum. Según se afirma en esta magna obra, los orígenes de la historia etíope, íntimamente ligados con el mundo bíblico, se remontarían a la corta pero fructífera relación que mantuvieron la reina etíope Makeda o Belkis (nombres históricos con los que se conocería a la mítica reina de Saba) y el sabio rey Salomón. La Reina de Saba, viajaría a Jerusalén cargada de valiosos tesoros (joyas, piedras preciosas, especies…) en busca de los sabios consejos del afamado monarca Salomón, este aseguró a su honorable huésped que únicamente le exigiría una compensación en caso de que tomase algún bien del pueblo de Israel.
La astucia de Salomón le llevó a urdir una estratagema por la cual la reina tras una copiosa y especiada cena se levantó sedienta en mitad de la noche y bebió el vaso de agua que maliciosamente se le había colocado junto a su lecho. El agua era un bien muy preciado para los israelitas, la reina lo tomó y Salomón se cobró el tributo….. Cuentan las crónicas reales que tras este breve encuentro la reina de Saba regresó a su país con un hijo de Salomón en sus entrañas. Este niño sería coronado como el primer rey del país con el nombre de Menelik y se convertiría a la postre en el fundador de la dinastía Salomónida que ha perdurado en Etiopía hasta bien entrado el siglo XX (el último representante de esta dinastía habría sido el emperador Haile Selassie que se mantuvo en el trono entre los años 1931-1974). El joven Menelik fue enviado junto a su padre con objeto de recibir la formación adecuada para un futuro rey. Cumplido el ciclo educativo, cuando Menelik contaba con 19 años de edad, su padre dispuso lo necesario para el regreso de este a la corte etíope. Como regalo de despedida el monarca Israelita mandó construir una réplica exacta del Arca de la Alianza para que Menelik la llevase consigo. Por extrañas razones, Menelik en lugar de llevarse la replica del Arca, se las arregló, con la colaboración de un personaje llamado Azarías, para sustituir la reliquia auténtica por la copia que le había regalado su padre. Cuando los sacerdotes del templo se dieron cuenta del engaño, la comitiva se encontraba demasiado lejos…. A la llegada de Menelik a Etiopía el Arca se depositó en el templo de Axum , su madre (la reina de Saba) abdicó en su favor y dió comienzo la dinastía Salomónida que como ya hemos indicado ha regentado los designios del país hasta el siglo pasado. Señalemos como dato curioso que la Constitución etíope recogía en uno de sus artículos que el emperador era descendiente "sin interrupción, de la dinastía de Menelik I, hijo de la reina de Etiopía y de Salomón de Israel."

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TEFF
Algunas mujeres criban los granos de cereales en la aldea de Atba. El Teff, el cereal llegado de Etiopía. El teff es un cereal con muchísimo futuro ya que como veremos en este artículo tiene unas ventajas nutricionales fuera de serie que lo hacen especial. Origen del teff Etiopía es el lugar de origen de este cereal de grano muy pequeño y color marrón oscuro el cual se cultiva desde hace más de 5000 años. Es uno de sus cultivos mas importante y utilizados en su dieta por este país De su grano se obtiene la harina, con la que elaboran la "Ingera" un tipo de tortilla grande que se acompaña al "wot" un guiso típico de Etiopía. El teff se ha comenzado a cultivar y comercializar en otros países a nivel mundial debido a su fácil adaptación a terrenos áridos y su rapidez de crecimiento. Propiedades del teff. Alto valor nutricional, siendo muy superior a otros cereales como el trigo o la cebada, proporcionando una energía vital inmediata y duradera. Cereal libre de gluten. Lo que le hace ideal para dietas con intolerancia al trigo o dietas para celíacos. Rico en carbohidratos de liberación lenta o degradación lenta, por lo que es muy adecuado para deportistas de alto rendimiento que tienen una necesidad rápida y prolongada de hidratos de carbono. El teff también es muy conveniente para personas que padecen diabetes del tipo II controlando los niveles de glucosa en sangre o para personas con sobrepeso que quieren controlar su peso, con un alto poder saciante y regulador del apetito. Alto contenido en fibra y gran digestibilidad. Contiene una gran proporción de almidón que se puede ingerir lentamente, por lo que es muy adecuado para una estimulación de la flora natural actuando como si de un probiótico se tratara. Rico en minerales libres como el Ca, Mg, Mn y K que ayudan en la recuperación rápida después de un esfuerzo físico o desgaste mental.
Destaca su contenido en Calcio recomendado en procesos de descalcificación, osteoporosis y en el crecimiento infantil. Fuente de 8 aminoácidos esenciales, destacando la lisina, inexistente o escasa en algunos cereales como el trigo o la cebada. La lisina es muy importante, por que intervienen en el proceso metabólico del Calcio ayudando al Calcio a que pase del torrente sanguíneo a la estructura ósea. Información nutricional del teff (por 100 g. de harina)
Valor energético: 330 Kcal/1399 Kj.
Proteínas: 13,3 g.
Hidratos de Carbono: 65, 4 g.
Grasas: 2,1 g.
Saturadas: 0,7 g.
Monoinsaturadas: 0,7 g.
Poliinsaturadas: 0,7 g.
Fibra: 7,9 g.
Calcio: 170 mg.
Potasio: 480 mg.
Hierro: 5,4 mg.
Vit. C: 0,2 mg.
Manganeso: 3,8 mg.
Cobre: 0,7 g.
Zinc: 4,4 mg.
Magnesio: 186 mg.
Uso culinario
Debido a su versatilidad en la cocina el teff es muy utilizado en la repostería o recetas que requieran horno, así como en todo tipo de sopas, guisos y postres. Debido a su tamaño y a su alta densidad, la proporción de uso en la elaboración de recetas es mucho menor que otras semillas o harinas que se quieran sustituir. Ejemplo: ½ taza de Teff, reemplaza 1 taza de semillas de sésamo. La harina de Teff si es cocida adquiere una textura gelatinosa por lo que es ideal para dar cuerpo a budines o platos que lo requieran.
Al ser un buen espesante se puede utilizar perfectamente en cremas y salsas tanto dulces como saladas. Se puede endulzar con sirope de agave o miel en la elaboración de panes, bizcochos, galletas, pasteles, barritas energéticas, etc.
¿Sabías que...?
En Etiopía además de dar utilidad al grano del teff para la alimentación también se utiliza la paja, obtenida del trillado del grano, como forraje para el ganado siendo superior a la paja de otros cereales. También utilizan la paja del teff para reforzar el barro o yeso utilizado en la construcción de edificios.
El almidón obtenido del teff, también se puede utilizar en la cosmética natural por su poder espesante.

EVANGELIOS GARIMA

Los Evangelios Garima de Etiopía son los manuscritos ilustrados más antiguos del cristianismo. Los expertos situaron la obra en 1100 DC, pero la datación por radiocarbono ha indicado que los documentos fueron creados en una fecha entre el 330 y el 650 DC.
La tradición monástica dice que el monje Abba Garima copió los Evangelios en un día, después de fundar el Monasterio Garima en el norte de Etiopía, creca de Adwa. Los dos manuscritos están compuestos por 670 páginas en total, 28 de las cuales están ilustradas. Éstas incluyen cuatro retratos de evangelistas y un dibujo del Templo de Salomón. Los manuscritos están escritos en lengua Ge'ez y nunca han salido de Etiopía. Varios expertos han examinado los Evangelios con cuidado, porque la cubierta de piel de cabra es tan frágil que podría romperse durante el examen. A un experto francés en arte etíope se le permitió tomar dos pequeñas muestras para la prueba. Los tests, combinados con algunos análisis estilísticos, sugieren que los manuscritos tienen unos 1.400 años de antigüedad.
Se está creando un museo con la esperanza de poder proteger los Evangelios y al mismo tiempo permitir a los curiosos verlos de cerca.

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YEHA
Junto a las ruinas de Yeha varios cristianos viven en casas sencillas de piedra. El café y la religión son elementos que nunca han de faltar. Yeha es el templo más antiguo del país, su construcción se fecha entre los siglos VI y VII antes de Cristo. Fue levantado durante la época sabaeana, anterior a la axumita, aunque no se sabe gran cosa acerca de la civilización que construyó el templo. Las investigaciones arqueológicas más recientes han demostrado que Yeha fue un extenso asentamiento y en las excavaciones, aún sin finalizar, se han encontrado diferentes tipos de objetos, como hornillos de incienso, armas de hierro y utensilios de cerámica. Su estado de conservación es bastante bueno y lo impresionante de su construcción es que está levantado con inmensos bloques de piedra rectangulares que están anclados unos a otros sin uso alguno de mortero. En el siglo XVI se construyó en el interior del templo una iglesia cristiana que a principios del siglo XX fue reemplazada por otra, la que ahora se sitúa junto al templo. Esta iglesia está dedicada al monje Abune Aftse, uno de los nueve santos (Los nueve santos llegaron a Etiopía sobre el año 480 desde Roma, Constantinopla y Siria, acabaron con el paganismo en Etiopía, fundaron numerosos monasterios y tradujeron al Ge´ez la Biblia). La leyenda dice que Abune Aftse fue trasladado por un ángel a Yeha cuando huía de la persecución sufrida en diferentes lugares de Etiopía. Yeha se sitúa en la sección montañosa norteña de la región de Tigray. Aunque hoy este pago pequeño sobrevive como un pueblo de la casucha, era una vez un sitio de gran civilización del pre-Axumite. Creído para ser la primera capital de Etiopía, Yeha era primero al principio descubierto en una excavación arqueológica compleja alrededor de un patio de los 20 C. Los primeros colonos de este área, el Sabeans, eran los fundadores del reino de Axumite. El templo de Yeha, con un lado de sus paredes en la ruina, está por otra parte todavía intacto y testifica al nivel avanzado de las personas de esas veces. Hay ningún rastro de mortero que se usa para construir el templo de que el dentro de las paredes se creyó sido tenido sido pavimentado con oro. Las excavaciones arqueológicas hicieron en 1909, 1947 y 1973 respectivamente, revela que este templo bonito se destruyó por el fuego. Los tesoros como los anillos de oros, leones dorados, inscripciones piedra-grabadas escritas en Sabean, los animales piedra-tallados como el íbice de Walya (uno de los mamíferos endémicos de Etiopía), la alfarería trabaja y otros eran descubiertos. Algunos de estos resultados se despliegan en el museo de iglesia de 4th-siglo encontrado en el mismo compuesto como el templo mientras otros se despliegan en el Museo Nacional en Addis Ababa. Las doce formaciones subterráneas y cuatro otras estructuras de la cueva muy profundas (qué parece llevar a Yemen, Lalibela, Jerusalén y Axum), aumente la importancia de la área por lo que se refiere a arquitectura e historia.

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GUERALTA
Teníamos que haber visitado la iglesia de Medhane Alem Kesho ayer, pero como llegamos a Mekele con cuatro horas de retraso, acordamos con Yohannes pagarles 10 euros extra, levantarnos muy temprano y visitar hoy esta iglesia, perteneciente al grupo denominado takatisfi, que yo no quería perderme de ninguna forma. Tal como acordado, nos levantamos muy pronto y conducimos durante 45 km hacia el norte, con paisajes maravillosos, para visitar esta iglesia de Medhane Alem Kesho, de fácil acceso. La iglesia es preciosa. Los sacerdotes, por ser muy pronto, están diciendo los oficios, que nos entusiasman. Después, nos muestran las cruces grabadas en los techos con la ayuda de antorchas. Volvemos a Wukro, desayunamos y nos disponemos a pasar el día en la región de Gheralta para ver el grupo de iglesias conocidas con ese nombre. Gheralta es una región de una belleza extrema, de montañas rojas espectaculares y con un paisaje sobrecogedor. Conducimos 15 km al oeste y visitamos la iglesia, de facilísimo acceso, de Abraha Atsbeha. Nos gusta mucho, sobre todo sus pinturas, que está restaurando un equipo italiano. Desde Abraha Atsbeha se puede visitar la iglesia de Yohannes Maequddi, creo que con frescos preciosos en muy buen estado de conservación. Pero hay que subir cuarenta minutos para llegar a ella y no tenemos tiempo de visitarla. Posteriormente, leo a propósito de esta iglesia, lo que contó David Buxton: This church of St. John, is the most interesting I have seen and is memorable, too, for its means of access which is narrow clef between bulging walls of bare, glaring sandstone (Esta iglesia de San Juan es la más interesante que he visto y además es digna de recordar por su vía de acceso, que es una estrecha grieta entre paredes abultadas de desnuda y deslumbrante arenisca). Desde Abraha Atsbeha, también se puede visitar la iglesia de Debre Sión. Creo que las pinturas están en muy mal estado y hay que subir por un camino empinado cincuenta minutos. No la visitamos. Conducimos 5 km más y llegamos al punto donde hay que iniciar el ascenso para visitar la iglesia de Maryam Korkor, una de las iglesias fundamentales de Tigray. Empezamos la subida de una hora. Estamos por encima de los 2.000 metros de altitud, hace calor y la primera parte del ascenso es muy empinada, por un terreno de rocas y piedras enormes, a través de un desfiladero estrechísimo entre dos paredes verticales infinitas, que apenas dejan penetrar la luz. Salimos a un paraje abierto en lo alto, pero el esfuerzo para mí ha sido grande y siento que voy a perder el conocimiento. Me paro, Yohannes sabe cómo actuar en estos casos, y después de un rato, proseguimos. Los sacerdotes nos esperan. La iglesia es preciosa, situada en aquellos parajes inmensos y vírgenes, de manera que el esfuerzo merece absolutamente la pena. Justo detrás, caminando cinco minutos, está la joyita de la iglesia de Daniel Korkor, lugar íntimo y preciosísimo. Hay que volver a descender. Comemos algo en silencio, gozando de la magia de este momento. Pero el punto culminante del viaje, de mi viaje a Etiopía, nos espera a 6 km de aquí, en la iglesia de Abuna Yemata Guh. Nos dirigimos hacia allí. Son las 4 de la tarde cuando llegamos a las inmediaciones de la iglesia. Un grupo de gente está haciendo un camino. Los sacerdotes están avisados, pero no están. Yohannes manda a una chica a buscarlos. Caminamos unos quince minutos por un sendero no demasiado difícil. Llegamos a los pies de la roca de las montañas de Guh. Los sacerdotes han llegado ya. Tenemos que escalar la pared de la montaña. Nos quitamos los zapatos y los calcetines, porque hay que meter los talones en los agujeros de la pared, que a lo largo de los siglos han ido moldeando los sacerdotes al subir a la iglesia. Intento subir, pero la distancia entre estos huecos es enorme. Mis piernas son demasiado cortas. Además, hay que agarrarse con las manos a las cavidades de la pared, pero yo no tengo fuerza suficiente en los brazos para el impulso. Mi compañera sube. Yohannes intenta ayudarme a subir, pero yo no puedo soltar las manos, como me indica, me da pánico. Un sacerdote quiere ayudarme, pero Yohannes le grita que no. Yohannes consigue que me suelte de la roca y me baja. Él empieza a subir. Yo le suplico que me deje intentarlo otra vez y dice que luego volverá a por mí, pero sé que no lo hará. Me da mucha pena quedarme abajo. Gebregiorgis quiere quedarse conmigo, pero yo me niego y también sube. Entonces, el sacerdote que quiso ayudarme antes, me hace señas si quiero subir. Le digo que sí y con su ayuda desde arriba y la de un niño de unos once años sosteniéndome desde abajo, consigo escalar la primera parte, lo realmente imposible para mí. Después, la subida es difícil, pero no imposible. Cuando me ve mi compañera, que está descansando en un llano, me dice que Yohannes le ha dicho que yo no subía y que ella le había dicho: "Tú no la conoces". Seguimos subiendo. Llegamos arriba. Tenemos que rodear la montaña con la espalda pegada a la roca. Nos dicen que no miremos abajo, pero yo miro, no tengo vértigo. Estamos a una altura terrible y abajo se extiende un circo de inmensas montañas rojas, de una belleza difícil de superar en nuestro planeta. Llegamos a una puertecita. Nos agachamos y entramos en la iglesita alfombrada de hierba. Nos indican los sacerdotes que nos sentemos. Yo pienso que lo hacen para que descansemos después de la tensión tremenda vivida, pero al sentarme en el suelo y levantar la vista, comprendo el sentido de su indicación y siento una emoción intensa, al ver en el techo, en círculo, una pintura delicada del siglo XV, en tonos verdes y marrones, de nueve de los doce apóstoles. Las paredes también están llenas de pinturas hermosas, que representan escenas de la vida de Abuna Yemata. Los sacerdotes nos dejan coger sus libros antiquísimos de oración. La bajada, con la ayuda de dos sacerdotes, no es más fácil, pero si más llevadera. Ya sé lo que me espera. Más tarde leo el relato de Ivy Pearce, una de las pocas occidentales que primero visitaron este lugar: I climbed up some pretty stiff stuff and then came face with only footholds and handgrips at irregular intervals. This climb I could not manage as my arms were not long enough to reach the next handgrip to let my foot go to find the next foot grip to let my foot go to grasp firmly with my small hands. I didn't want to take risks, so gave it up and sat on a small ledge below (Subí algo bastante difícil y entonces me encontré con sólo unos huecos para apoyar el pie y agarrarme con las manos a intervalos irregulares. Esta subida yo no podía llevarla a cabo, dado que mis brazos no eran lo bastante largos para alcanzar el siguiente hueco y agarrarme con la mano, de manera que pudiera dejar mi pie libre para encontrar el siguiente hueco donde colocar mi pie y poder agarrarme firmemente con mis pequeñas manos. No quería correr riesgos, de manera que lo dejé y me senté en un pequeño saliente debajo). Por su parte, Ruth Plant describió la iglesia como ...the most unusual church in the most unusual place, that place being majestic and awesome (...la iglesia más inusual en el lugar más inusual, siendo este lugar majestuoso e impresionante). Preguntamos a los sacerdotes por qué no hacían alguna cavidad más para que fuera más fácil el ascenso, y nos responden que las que hay las ha hecho Dios y que ellos no pueden tocar lo que él ha hecho. 22 km hacia el sur, desde donde nos encontramos, se puede visitar la iglesia de Abuna Gebre Mikael. Creo que sus pinturas son maravillosas. El acceso es también dificilísimo, por eso es la menos visitada. No la vemos, porque no tenemos tiempo. De haber tenido información suficiente antes de partir, nos habríamos quedado un día más en Tigray para visitar esta iglesia y la de Yohannes Maequddi. Más hacia el sur, a 15 km del pueblo de Abi Addi, se puede visitar la iglesia de Gebriel Wukien, que creo es preciosa, y la iglesia de Abba Yohannes, pertenecientes ambas al grupo de iglesias denominado tembien. Me había dicho el director de la Oficina de Turismo de Mekele que no había carretera para acceder desde el lado en que nos encontramos a esas iglesias, pero Yohannes nos dice que sí la hay y que, además, se pueden visitar en esa zona monasterios preciosos. Las iglesias de Tigray dejan en mí un recuerdo imborrable. Mi consejo es que se pase el mayor tiempo posible por estas iglesias, porque son únicas y el lugar también. A pesar de lo interesante que es el sur, yo no le dedicaría más de una semana y dedicaría tres o cuatro días a Tigray. Volvemos a dormir a Wukro. Unos kilómetros antes de llegar, cuando está anocheciendo, nos encontramos con una caravana pequeña de unos treinta camellos, unos burros con la carga y algunos hombres, que han venido desde las minas de sal del desierto de Danakil a vender su sal a Gheralta, y ahora vuelven de nuevo al desierto, a nueve días de aquí. Salimos del coche para verlos. Cómo me hubiera gustado irme con ellos, vivir nueve días con ellos. La imagen y el deseo han quedado en mi corazón, tal vez algún día lo intente. Tal vez algún día vuelva a Tigray, sin límite de tiempo, y vaya con los hombres de los camellos a su desierto. Nosotras no vamos al desierto de Danakil. Yo no tenía suficiente información al respecto. Yohannes nos dice que es algo fuera de este mundo (Yohannes, creo, no se entusiasma fácilmente). Se trata de hacer una extensión de una semana desde Wukro. Yohannes acaba de organizar esta expedición para cinco franceses, a los que ha acompañado. También el guía Bereket, citado anteriormente, organiza excursiones al desierto de Danakil. Wilfred Thesiger describe su viaje por el Danakil en el capítulo primero de Arenas de Arabia (Ed. Península). Dentro de la literatura de viajes, éste libro es uno de los más extraordinarios que jamás se hayan escrito. En él, Thesiger describe sus viajes, entre 1946 y 1950, por el Territorio Vacío, la vasta zona desértica que se extiende en el remoto sur de Arabia. He tenido la inmensa suerte de leer este libro hace dos años, gracias a la recomendación de una interesantísima compañera de trabajo.
Addis Abeba
A pesar de su aspecto caótico, sin un centro aparente, Addis Abeba resulta más interesante que muchas capitales africanas. Siendo capital de la organización Unión Africana, Addis Abeba ofrece también una buena oferta de servicios y ocio. Sus puntos de mayor interés incluyen el Museo Natural, hogar de interesantes colecciones y restos arqueológicos, incluido los esqueletos de Lucy y Selam, los homínidos más antiguos encontrados a la fecha; el Museo Etnológico, con una muestra de las diferentes culturas que habitan en el país; la Catedral de San Jorge, la iglesia más antigua de la ciudad y donde muchos reyes fueron coronados; las Colinas de Entoto, sede de la antigua capital del país y desde donde se obtienen preciosas vistas; el Merkato, uno de los mercados más grandes y concurridos de África.
Bahir Dar
Sin duda una de las ciudades más acogedoras de Etiopía, con amplias avenidas delineadas por hileras de palmeras, Bahir Dar está situada a orillas del lago Tana, el lago más grande de Etiopía y fuente principal del mítico río Nilo Azul, las dos razones principales para visitar la ciudad. Especialmente interesantes resultan las visitas a algunas de las 28 iglesias y monasterios situados a orillas del lago y en su islas interiores, construidos entre los siglos XIII y XVII, los cuales resguardan importantes tesoros históricos como murales, manuscritos y colecciones de artefactos. Por su parte, las cataratas de Tissisat, de 45 metros de altura, y situadas a 30 km de la ciudad, ofrecen uno de los espectáculos naturales más impresionantes de África.

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Gondar
Situada al norte del lago Tana, el interés de Gondar reside en su estatus de antigua capital del imperio durante más de 200 años, y los vestigios históricos de aquella época dorada. Su mayor punto de interés es el Fasil Gibbi, un recinto real amurallado en el que se conservan seis castillos construidos por los diversos emperadores que gobernaron Gondar entre el año 1636 y el siglo XIX. A 2 km del centro de la ciudad se encuentran los baños del Rey Fasilidas donde, durante el Timkat (la Epifanía en Etiopía), se desvía un río cercano para llenar un área del tamaño de una pequeña piscina donde fieles y peregrinos se sumergen en el agua fría en una recreación del bautismo de Cristo en el río Jordán. Por otra parte, la iglesia de Debre Birhan, la única iglesia que se salvó de la invasión Mahdista de 1880, es mundialmente conocida por las caras de querubines que cubren su techo. Otras visitas interesantes en Gondar son las ruinas del castillo de Mentowab, y la iglesia de Qusquam Mariam, situada en una colina a las afueras del pueblo.
Parque Nacional Montañas Simien
Las montañas de Simien están contenidas en el altiplano del norte de Etiopía, constituyendo uno de los paisajes de montaña más espectaculares de África y el mundo. El parque nacional, en la lista de sitios Patrimonio de la Humanidad desde 1979, contiene 57 especies de árboles y variedades de plantas herbáceas, 22 grandes mamíferos, 13 pequeños mamíferos y cerca de 180 especies de aves. Entre todas las especies existentes en el parque, la cabra montañesa Walia, el lobo etíope, y el babuino Gelada son endémicas. El parque incluye las cumbres más altas del país, entre ellas el Ras Dashen, la cumbre más alta de Etiopía y la cuarta de África, con 4.553 msnm. La puerta de entrada y sede administrativa del parque se encuentra en la localidad de Debark, en el camino que une Gondar y Axum. La mejor manera de disfrutar del parque es dedicando tiempo para recorrerlo a pie. La temporada recomendada para realizar senderismo va desde comienzos de Septiembre hasta finales de Diciembre, cuando los pastos se encuentran verdes y cubiertos de flores. De Enero a Marzo también es recomendable, aunque el calor es más intenso y el paisaje más seco. De Junio a finales de Agosto no se recomienda realizar senderismo debido a las lluvias.
Axum
Una de las ciudades más antiguas de Etiopía, entre los años 200 a.C. y 700 d.C. Axum fue la capital de un imperio que se extendía a través del Mar Rojo hasta la Península Arábiga, comerciaba con India y China, tenía su propio alfabeto y construyó grandes obras de ingeniería, incluyendo presas. Axum es conocida por sus extraordinarios obeliscos de granito y por la iglesia María Zion, en la que se cree se guardan los restos del Arca de la Alianza original. Otros puntos de interés incluyen las tumbas de los emperadores Kaleb y Gebre-Meskel y el Mai Shum, los baños de la Reina de Saba. A unos 50 km al este de Axum se hayan las ruinas de Yeha, capital de un imperio anterior al Axumita, cuya mayor reliquia es su bien preservado templo de roca construido hace no menos de 2500 años. Unos 30 km más al este se haya el remoto monasterio de Debre Damo, notable por su iglesia de roca construida en el siglo VI y su peculiar situación sobre la cima de un acantilado, lo cual obliga a utilizar una cuerda para subir hasta el (sólo hombres están autorizados).
Montañas de Gheralta
En esta región de montañas y cañones se hayan más de una treintena de atractivas y peculiares iglesias talladas sobre las paredes rocosas o en cuevas, la mayor concentración de todo el país. Se trata de una zona muy poco visitada pero tremendamente interesante y hermosa, cuya mejor base de exploración es la localidad de Hausein. A 50 km de Hausein se encuentra el pueblo de Wukro, donde se halla la iglesia Abreha Atsbeha, reconocida como la iglesia tallada en roca más impresionante de la provincial de Tigray. La iglesia está dedicada a los famosos reyes gemelos de Axum, Abreha y Atsbeha, quienes introdujeron el Cristianismo en Etiopía en el siglo IV.
Lalibela
Entre finales del siglo XII y comienzos del siglo XIII, el Rey Lalibela mandó a construir una serie de iglesias talladas en la roca, pasando a llamar el lugar como "Nuevo Jerusalén". Hoy en día, Lalibela es merecidamente reconocida como una las mayores maravillas del mundo. En el pueblo existen 11 iglesias, ordenadas en dos grupos, al norte y sur del "río Jordan", una quebrada en la que desde hace muchos años no circula agua. El grupo norte de iglesias incluye Bet Golgota, Bet Mikael, Bet Mariam, Bet Meskel, Bet Denagel y Bet Medhane Alem, mientras el grupo sur incluye Bete Emanuel, Bete Mercurios, Bete Abba Libanos y Bet Gabriel-Rufa´e. Aislada del resto, Bet Giyorgis es sin duda la iglesia más elegante y reconocible de todas por su planta con forma de cruz griega, y a ella sólo se puede acceder mediante un túnel. Muchas otras iglesias talladas en roca se encuentran repartidas en los alrededores de Lalibela, entre las que destacan Asheton Mariam, encaramada sobre la ladera de una altísima montaña, a unas 4 horas en mula desde el pueblo, y el monasterio de Yemreheanna Christos, a 40 km de distancia, construida dentro de una inmensa cueva, con alternancia de niveles de madera y piedra.
Depresión del Danakil
Situado sobre el triángulo que forma el valle del Rift en su aproximación al Mar Rojo, la formidable Depresión del Danakil es reconocida como uno de los lugares más inhóspitos del planeta. Dallol, su punto más bajo, a 130 metros bajo el nivel del mar, es conocido mundialmente por ser el lugar más caliente de la Tierra; entre 1960 y 1966 se registró una temperatura media anual de 34°C. La depresión fue creado cuando la corteza colapsó y el agua la inundó, para luego evaporarse dejando enormes salares, los cuales constituyen un lugar de gran atractivo para visitar, pues hasta aquí acuden miembros de la tribu Afar, habitantes de la zona, para extraer el material formando grandes caravanas de camellos. La visita a la zona también tiene el interés añadido de ser uno de los lugares geológicamente más activos del planeta, con conos volcánicos arrojando lava continuamente en algunos lugares, como es el caso del lago activo de lava del volcán Erta Ale. En Danakil no existe ningún tipo de infraestructura turística y sus caminos son extremadamente duros, por lo que no es recomendable para todo el mundo.
Harar
Patrimonio de la Humanidad, Harar tiene muy poco que ver con el resto de Etiopía. La ciudad cuenta con cinco murallas construidas en el siglo XVI y su interior, de apenas 1 km², es un intrincado entramado de callejuelas, casa blancas y mezquitas por el que resulta muy placentero pasear. Los mercados musulmanes y cristianos merecen una visita, así como la Casa de Rimbaud, donde el poeta francés vivió y donde hoy existe un museo. Otra atracción de la ciudad es el hombre de las hienas, un peculiar personaje que cada noche alimenta a estas bestias con los despojos de las carnicerías.
Valle del Rift
Al sur de Addis Abeba, esta espectacular falla está salpicada de innumerables lagos que resultan de gran interés. El lago Ziway es muy atractivo para la observación de aves, como los pelícanos y el hamerkop, mientras que el lago Langano, un poco más al sur, es el único que ofrece la posibilidad de darse un baño libre de bilharzia, enfermedad transmitida por un minúsculo gusano. Muy cerca de este, contenidos en un mismo parque nacional, los lagos Abiata y Shala son muy distintos entre sí. Mientras el primero es poco profundo y hogar de gran variedad de peces y aves, incluidos los flamencos, el segundo está contenido en el cráter de un volcán extinto y es profundo y de aguas saladas. Todavía más al sur, el lago Awassa tiene el atractivo de estar al costado de la animada ciudad del mismo nombre, y es muy popular entre los locales. Más al sur, el Parque Nacional Nechisar abarca la mayor parte de los lagos Abaya y Chamo, formando uno de los paisajes de montañas y lagos más espectaculares de África. El parque alberga una gran variedad y número de especies, y constituye una parada obligada de cualquier viaje al sur del país, siendo Arba Minch la mejor base para explorar la zona.
Tribus del Sur y Valle del Omo
A partir de Arba Minch comienza un territorio habitado por las tribus del sur de Etiopía, una tierra que se va volviendo agreste y más caliente a medida que va descendiendo de la planicie altiplánica. Entre otras, revisten gran interés las visitas a la aldea Chencha, de la tribu Dorze, cuyas casas circulares y de altos techos son muy llamativas; aldeas Konso, protegidas por muros concéntricos y rodeadas de elaboradas terrazas de cultivos sobre la ladera de las colinas; y Yabelo, ciudad sin mayor atractivo pero que en sus alrededores ofrece la visita a las aldeas de la tribu Borena, los pozos que cantan y la casa de la sal. Más al sur, el valle del Omo es uno de los sitios de más remotos y de difícil acceso del continente, y hogar de una veintena de tribus de aspecto y costumbres aguerridas, y que mantienen sus tradiciones y modo de vida sin mayores alteraciones. Desde el pueblo de Jinka se suele visitar el poblado Mursi, de la tribu Mursi, incluida en el Parque Nacional Mago, mientras que Turmi es la base ideal para visitar las aldeas de las tribus Hamer, Karo, Dasenech y Kangatan. Entre ambas localidades, los pueblos de Key Afer y Dimeka albergan interesantes mercados donde acuden miembros de muchas de las tribus de la región, los días jueves y sábados respectivamente. Aunque la red de carreteras asfaltadas de la zona avanza a gran ritmo, en esta región es imprescindible viajar en coches todo terreno y con guía y conductor que facilitan la orientación pero, sobre todo, la interacción con las tribus. El viaje al valle del Omo se desaconseja entre los meses de Marzo y Junio.

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Wukro, donde empezó todo

Por décima semana consecutiva, desde África Nos Mira queremos empezarla con nuestras recomendaciones etíopes. Como ya os anunciamos el pasado lunes, este artículo completará el repaso de los rincones que consideramos que no podéis dejar de visitar cuando viajéis a Etiopía, y para esta ocasión hemos querido presentaros el pueblo de Wukro, donde empezó todo lo que hoy en día es África Nos Mira. Wukro se encuentra muy cerca de la frontera con Eritrea, por lo que la población tiene muy presente la guerra, ya finalizada, que hubo entre ambos países. Wukro es un pequeño pueblo con una carretera principal por donde pasan todos los coches que se desplazan por la localidad, con una rotonda en uno de los extremos que dan acceso a la localidad si se llega desde Mekele, la principal ciudad más cercana a Wukro, a unos 60 kilómetros de distancia. A partir de esta calle, asfaltada, surgen varias bifurcaciones, en forma de caminos por los que os podéis perder en las interioridades de pueblo. Hay pocos edificios altos y la mayoría de las viviendas, hechas de barro y paja, constan de una habitación de unos poco más de 5 metros cuadrados, en las que viven familias enteras, en los mejores casos encabezadas por la abuela, aunque a menudo el cabeza de familia es el hermano o hermana mayor. Las casas están limitadas por muros de piedra hechos por la misma familia que reside en ellas y la puerta de acceso, normalmente, es una placa metálica que se aguanta con cuerdas que la sustentan y permiten hacer el movimiento para abrir y cerrar.
Conjunto montañoso de Gheralta
Más del 85% de la población de Wukro vive de la agricultura, por lo que el Social and Development Program, dirigido por Ángel Olaran, tiene una infraestructura dedicada especialmente a la formación para el trabajo de la tierra. Durante la visita al pueblo de Wukro no se puede dejar pasar la oportunidad de visitar toda la infraestructura que tiene el misionero vasco y las iglesias que hay en el conjunto montañoso de Gheralta, a las afueras del pueblo. Para visitar alguna de las cerca de 30 iglesias construidas entre el siglo XIV y XVI en las paredes rocosas de la zona lo mejor es destinar, como mínimo, una jornada completa alquilando un coche que os acerque a los diferentes templos acompañados de un guía. Si se disponen de más días, también se puede pasar la noche en el hotel Gheralta Lodge, ubicado en la zona, en el que se podrá disfrutar de un entorno privilegiado. En algunas ocasiones el acceso a las iglesias es bastante asequible, como son los casos de Wukro Chirkos o Abreha we Atsbeha, aunque hay otros ejemplo que piden un mayor esfuerzo al visitante, como son Abuna Yemata Guh o Debre Mryam Korkor, en los que se pueden contemplar frescos que datan de los siglos en que fueron construidos.
Iglesia de Abreha Atsbeha, semi excavada en la roca.
La magnífica iglesia de Abreha wa Atsebha está situado a 15 km. owest de Wuqro. La iglesia es una de las mejores y más grandes iglesias además de una de las más antiguas de la región de Tigray, dedicada a los reyes famosos de Axum y a los hermanos Abreha y Atsebha. La iglesia está situada en la roca de un color rojo con una vista al valle y su fachada pintada de blanco con sus dos puertas azules a la altura bajo los arcos. La iglesia está decorada con pinturas del siglo que representan escenas bíblicas. También tiene varios y valiosos tesoros, el más importante es la cruz de la oración que, según funcionarios de la iglesia, pertenecía al primer obispo de Etiopía, cuyo nombre eclesiástico era Abba Salama (Padre de la paz).

WUKRO
En Wukro, situada en la región del Tigray, al norte de Etiopía, conviven más de 35.000 personas, que llegan a 100.000 si se suman los pequeños poblados y aldeas del área rural. La ciudad ofrece pocos atractivos para el visitante, salvo algunas de las más impresionantes iglesias excavadas en la roca que pueden localizarse en los alrededores. Poco más, porque en Wukro el único signo de progreso es una carretera, paso habitual de camiones de mercancías, de vehículos militares y de autocares atiborrados de pasajeros, que atraviesa y divide la ciudad en su camino de Mekele a Adigrat (las dos principales ciudades del Tigray). La vida transcurre a ambos lados de esta vía, donde comercios de todo tipo se mezclan con las escasas oficinas de la administración, con algún que otro establecimiento hotelero y de ocio y con pequeños negocios de diversa índole. El trasiego de gente, a todas horas, de día y de noche, es también constante. Las calles adyacentes, sin asfaltar, casi sin alumbrar y plagadas de grandes baches (convertidos en enormes charcos en la época de lluvia), albergan las humildes viviendas. Construidas alrededor de un patio común, las casas, normalmente una sola habitación en la que se duerme, se cocina y se hace la vida, comparten letrina y grifo con los vecinos. Y no es esto lo único que se comparte. La solidaridad es, entre estas personas que nada poseen y todo lo dan, sorprendente.

Dejar a un lado los sueños
La de Tsegazab es una se esas historias de solidaridad. En plena adolescencia y tras la muerte de su madre, enferma de sida, se ha visto obligado a hacerse cargo de su familia. Sabedor de que sus cuatro hermanos menores dependen él, dejará aparcados sus sueños para atenderlos. Quizá por eso su mirada, triste y preocupada, no se corresponde con la amplia sonrisa con que recibe a sus invitados en su casa de apenas 20 metros cuadrados, donde guardan, como tesoros, algunas fotos de familia y de españoles a los que han conocido en los últimos años. Goitom, Meseret, Tadi y Yordanos forman ahora, junto a su hermano mayor, una piña. Los más pequeños, de siete y cuatro años, parecen haber olvidado su triste historia y juegan como cualquier otro niño, mientras que los otros, quizá consigan matizar los recuerdos con el paso del tiempo. Todos ellos aceptan su responsabilidad en las tareas de la casa. Además, Tsegazab y sus hermanos no están solos. Tampoco lo están otros 2.500 niños huérfanos con historias similares (en Wukro, por causa de la pobreza, del sida, de la tuberculosis o del hambre, se incrementa cada día, de forma casi inverosímil, el número de niños huérfanos y de hogares monoparentales, en los que la responsabilidad de la supervivencia de los hijos recae, únicamente, en la mujer). De ellos cuidan, a todas horas, sus vecinos, su tía y un grupo de religiosos de la misión de St. Mary, encabezados por el padre blanco Ángel Olaran, responsable de una impresionante obra a favor de los más desposeídos de esta región de Etiopía, en una labor más de justicia que de solidaridad. Manos Unidas apoya desde hace años el trabajo del padre Ángel, que no se limita sólo a la atención a los niños huérfanos sino que se extiende a los sectores más desfavorecidos de la ciudad de Wukro y sus aledaños.

LALIBELA
Lalibela es un milagro. Un pueblo perdido en las tierras altas al norte de Etiopía alberga uno de los conjuntos arquitectónicos más cautivadores del mundo: una docena de iglesias talladas en roca viva en bloques únicos bajo el nivel del terreno. Pero lo asombroso no es eso, a pesar de que cuesta imaginarse a los artistas del antiguo imperio de Aksum, allá por el siglo VII, cincelando toneladas de piedra volcánica hasta lograr que brotaran monolíticas catedrales en profundas zanjas. Lo verdaderamente milagroso es que Lalibela ha permanecido incomunicada hasta hace una década. Lo fascinante es que sus templos siguen en activo como el primer día, acogiendo inmutables los ritos, plegarias y salmodias tal y como se desarrollaban en la época de Lalibela que, aclarémoslo, no es un lepidóptero ni una hierba aromática sino el nombre de un rey que se llevó injustamente la gloria, ya que el complejo estaba prácticamente terminado cuando subió al poder en el siglo XII.
Un capellán discreto. El mundo no tuvo noticias de Lalibela durante siglos. El primer relato llegó a Europa por boca del capellán de la Embajada de Portugal en 1521, pero fue excesivamente discreto. Decidió quedarse corto en su descripción convencido de que si se ajustaba a la realidad perdería credibilidad. La ciudad santa de los ortodoxos etíopes siguió así sumergida en su sueño histórico hasta mediados del siglo pasado, cuando los investigadores repararon en ella. El camino lo abrió el arquitecto e historiador italiano Monti Della Corte tras una cabalgada de 50 horas en mula. En 1965 se crea el Fondo Mundial de Monumentos y elige la restauración de las iglesias de Lalibela para su proyecto inaugural. Los cibercuriosos pueden ver el escaneado en tres dimensiones que hizo el organismo el pasado año: www.wmf.org/video/3d-laser-scanning-churches-lalibela-ethiopia. Las iglesias se remozaron, pero solo para contemplación del puñado de privilegiados que lograba romper el aislamiento. Hasta hace una década no había una carretera asfaltada capaz de resistir los impulsos destructores de la estación de las lluvias. Después se construyó un pequeño aeropuerto que acoge a 120 viajeros al día, los que caben en el bimotor turbohélice que hace el trayecto diario desde Addis Abeba. Con el fin de los viajes mulares, Lalibela se ha convertido en un secreto a voces. El goteo de visitantes ha despertado a los perillanes. Y mientras la moneda etíope se devalúa para alentar las exportaciones y propiciar que la economía siga creciendo a ritmo de dos dígitos (todo un lujo para uno de los países más pobres de la tierra), en Lalibela la inflación es disparatada. Hace un año la entrada al complejo monástico costaba 200 birr. Ahora ya son 350. Hace un año, el guía quedaba satisfecho con 150 birr. Ahora nadie se despereza por menos del triple. Las buenas noticias llegan al calcular el cambio. Un euro equivale a 25 birr (así que la entrada sale por 14 euros) y se puede comer (alimentos reconocibles) por menos de 4 euros y dormir por unos 20 (incluso menos) en hoteles con agua y luz (siempre intermitente). Con 100 birr se pueden tomar en las acogedoras cabañas-pub hasta 7 cervezas San Jorge (marca que una vez fue propiedad de Haile Selasie, como tantas otras cosas) o 25 bunnas, el exquisito café etíope, el principal cultivo del país por delante del khat, la droga local (legal). Pero es preferible beber menos cervezas y no escatimar en los servicios del guía, al que vamos a necesitar para orientarnos por los laberínticos accesos a las 12 iglesias esculpidas en la toba volcánica, muchas de ellas unidas entre sí por retorcidos pasadizos hundidos en el subsuelo y túneles sumidos en total oscuridad.

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Construidas por Dios
Ninguna es igual a otra y entre todas componen un excepcional catálogo de estilos. Están talladas en bloques únicos, sin ladrillos, madera ni argamasa. "Construidas por Dios", aclara uno de los sacerdotes para ahuyentar cualquier tentación de pregunta técnica del visitante. Las más conocidas son Biet Medhani Alem (Salvador del Mundo), la iglesia monolítica más grande del mundo y cuyos muros rosáceos se estiran desde un foso de 12 metros, y Biet Ghiorgis (San Jorge), un soberbio bloque en forma de cruz, muy reconocible desde el aire. Santuarios en activo como son, en sus lóbregos interiores se desarrollan vistosas ceremonias celebradas en un idioma ininteligible incluso para los feligreses, el ge'ez, la lengua litúrgica oficial, el milenario idioma del imperio de Aksum. La vida en Lalibela no ha cambiado en siglos. La gente sigue yendo a misa cada día envuelta en túnicas y turbantes de algodón blanco para cantar, rezar y practicar un singular aerobic místico. Desde las paredes de roca, decoradas con rotunda sencillez, miran con ojos desorbitados las decenas de santos, ángeles y vírgenes de piel tostada y expresión ingenua pintados por artistas antiguos. Una moqueta trata de disimular inútilmente la irregularidad troglodita del suelo. Andar se convierte en algo aún más complejo cuando, además de los baches, hay que tratar de esquivar a las escuetas figuras de los devotos que pasan las horas muertas tumbados en cualquier parte de ese ambiente de reconcentrada espiritualidad. Pero curiosamente la presencia del turista y sus torpes pasos (descalzos, eso sí) no importunan. Y eso sorprende hoy tanto como en 1881. Aquel año, el tercer visitante de Lalibela del que se tiene noticias, el alemán Gehrard Rohlfs, escribía: "La tolerancia de aquellos sacerdotes era tan grande que mi sirviente musulmán y traductor pudo ir a todas partes con nosotros". El cristianismo llegó a Etiopía en el siglo IV y hoy sobrevive en su forma ortodoxa. El 60% de la población lo profesa, y como ocurría en 1881, en plena tolerancia con el islam del 30%. Y ese es el otro milagro.
LALIBELA
Para admirar las iglesias de Lalibela no hay que mirar hacia arriba, sino hacia los pies. La iglesia más grande es Bet Medhane Alem, la más grande de todas, con 33 metros de largo por 25 de ancho y una fastuosa decoración que recuerda a los templos griegos. La de Bet Emmanuel, unos centenares de metros al este de la anterior, es una de las más bellas y mejor talladas de todas, que seguramente sirvió como capilla real. Hace más de 700 años, un rey etíope decidió hacer de su ciudad la "Jerusalén" del mundo cristiano ortodoxo. Pero en vez de levantar grandes templos a la manera clásica, se le ocurrió excavarlos en la roca para que los enemigos que hostigaban su reino no los localizaran fácilmente. El resultado fue una de las maravillas de la Antigüedad, un conjunto de once iglesias distribuidas en dos grupos, más una duodécima separada de éstas, que se fueron deconstruyendo a golpe de cincel, vaciando la roca hasta lograr un volumen interior igual al que se hubiera conseguido en un templo clásico, con planta de cruz griega, columnas, capiteles, bóvedas de medio punto y altares, solo que todo es de una sola pieza.
El lugar se llama Lalibela, está en una esquina poco accesible del norte de Etiopía, cerca de la frontera con Eritrea, en mitad de unas montañas áridas, pobres y desnudas que apenas verdean durante la temporada de lluvias. Y es uno de los lugares que más me han impactado en mi vida de viajero; uno de esos sitios que recomendaría visitar a cualquiera antes de hacerse viejo.
Bet Medhane Alem o "casa del... Bet Medhane Alem o "casa del Redentor del Mundo" es la más alta y extensa de todas las iglesias de Lalibela. Completamente excavada en la roca, con sus 34 metros de largo por 24 metros de ancho, se atribuye por méritos propios el honor de ser la iglesia monolítica más grande del mundo. Construida a manera de un templo griego se encuentra completamente rodeada por pilares de columnas cuadradas. Sobre el bloque de piedra se adivinan perfectamente todos los elementos del templo: El pórtico, las naves, las bóvedas y ventanas, y la fastuosa decoración a base de relieves forman un conjunto único. La iglesia se encuentra completamente rodeada por pilares (siguiendo los cánones del estilo tradicional del período aksumita), 18 en el interior y 18 en el exterior, lo que para algunos especialistas implica una clara relación con la numerología hebrea en la cual el 18 se correspondería con el valor numérico de la palabra "jai" ("vida")
La iglesia no presenta ornamentación pictórica aunque la decoración interior a base de relieves geométricos de las ventanas inferiores, combinada con la alternancia de ventanas semicirculares y cuadradas de la zona superior se encarga de proporcionar belleza al interior del templo. En una esquina, se pueden contemplar tres tumbas vacías que según cuenta la tradición fueron excavadas par albergar de manera simbólica los cuerpos de los tres patriarcas bíblicos Abraham, Isaac, y Jacob. Para algunos historiadores, este templo sería una reproducción de la catedral de Santa María de Sión, ubicada originalmente en Aksum y que fuera destruida por los musulmanes…
La segunda ciudad santa de Etiopía es Lalibela, situada al norte del país, cerca del lago Tana y a los pies del monte Abune Yosef. Hasta ahí llegaron huyendo de la presión musulmana los cristianos coptos de Egipto y crearon un reino con capital en la entonces llamada Roha. Más tarde adoptaría el nombre del rey Gabra Maskal Lalibela, quien entre finales del siglo XII y principios del XIII impulsó que la ciudad se convirtiera en la Nueva Jerusalén.
Lo más característico de este lugar son las iglesias rupestres excavadas en la roca de roja arenisca del triásico, de grano fino, y que forman parte del Patrimonio Mundial desde 1978. Se trata de una increíble trama de iglesias y capillas comunicadas entre sí por medio de una compleja serie de pasadizos y galerías. Cada iglesia está excavada a diferente nivel y con canalizaciones, al objeto que en época de lluvias el agua corra y no provoque inundaciones. Disponen de aljibes y de elementos defensivos.
Les llaman casas (bet o bieta en lengua vernácula) a estos oratorios que responden a dos tipos de estructuras: unos son de planta rectangular con tres naves, una central y dos laterales, y otros son de planta en cruz griega. Las puertas y ventanas, anogostas y talladas en la misma piedra, presentan bonitos arabescos. El interior estaba policromado con pinturas de estilo bizantino, algunas de ellas aún se aprecian borrosamente.
Los templos están agrupados en dos conjuntos separados por el río Jordán. Al norte se encuentran las casas del Redentor del Mundo, de María, de las Vírgenes, del Monte Sinaí y del Gólgota. Al sur, las casas del Enviado, de San Mercurio, de Abba Libanous, y de los arcángeles. El de Bieta Ghiorghis (Casa de San Jorge), solitario, es el más fotografiado de todo el conjunto.
Como las iglesias están excavadas verticalmente en torno a una roca madre, para acceder hay que entrar por unos túneles que hay en la base. A los lados del pasillo que separa los templos de la roca madre se excavaron diversos nichos que fueron utilizados como tumbas, ya que los fieles pudientes pagaban para ser enterrados cerca de los templos.
La mayoría de estos sepulcros, hoy vacíos, sirven como lugar de oración de monjes y algunos los usan también como vivienda. Los religiosos, vestidos con sus mantos amarillos dentro de esos habitáculos de medio metro cuadrado, ofrecen una estampa que parece totalmente irreal. En el interior de todas las iglesias también vemos gente sentada en el suelo, rezando. Todo aquí respira a fe. A una fe dura como la misma piedra.

Lalibela, la fe esculpida en piedra
Es difícil encontrar otro sitio donde la profundidad de la fe sea tan evidente como en la antigua capital de Etiopía, donde se hallan algunas de las más extraordinarias iglesias que ha conocido el mundo. Se trata de los templos excavados en roca viva que, en su conjunto, forman parte hoy en día del gran Patrimonio de la Humanidad.
Es difícil encontrar un etíope que no haya peregrinado a Lalibela o, al menos, que no refleje en su rostro sentimientos mezclados de alegría, orgullo y devoción cuando alguien le menciona el nombre del lugar más sagrado de Etiopía. También es difícil encontrar otro sitio donde la profundidad de la fe sea tan evidente como en esta antigua capital del país, donde se hallan algunas de las más extraordinarias iglesias que ha conocido el mundo. Me refiero a los numerosos templos excavados en roca viva, que, en su conjunto, forman parte hoy del gran Patrimonio de la Humanidad.

Una de las cosas que más impresiona al viajero que llega por primera vez a la moderna Etiopía es la devoción religiosa que impregna -como el agua, casi sin notarse- todo su tejido social. No olvidemos que este país fue el primer estado cristiano del mundo, tras Armenia, y que sigue inquebrantablemente el rito ortodoxo desde el siglo IV. Aunque no sería hasta el siglo XII, cuando el emperador de la antigua Roha, Lalibela, un ferviente cristiano a quien, según la leyenda, el mismo Dios se le apareció en varias ocasiones, emprendiera este colosal proyecto, que se completaría en sólo doce años.

¿Mano de obra esclava?

Nadie sabe a ciencia cierta cuantos miles de hombres hubieron de picar de sol a sol para tallar en tan poco tiempo y tan primorosamente las once iglesias, divididas en tres grupos bien diferenciados, que se suceden, ladera abajo, siguiendo el perfil de la colada de lava en la que están incrustadas, pero es de admirar la inteligencia y bajo coste de todo el proyecto. Los materiales de construcción fueron aportados íntegramente, a pie de obra, por la propia Naturaleza. A coste cero, naturalmente. Está en discusión si la mano de obra procedía de la esclavitud o fue prestada voluntariamente por miles de devotos encendidos de fe, lo cierto es que también resultó gratuita. Los materiales de desecho tampoco necesitaron transporte. ¡Qué diferencia con los dispendios de las catedrales que se levantaban al mismo tiempo en el mundo católico!

Tras la muerte de Lalibela, la antigua Roha tomó el nombre del emperador que tanto la engrandeció.

Tras la muerte de Lalibela, la antigua Roha, convertida ya para siempre en la capital espiritual de Etiopía, tomó el nombre del emperador que tanto la engrandeció. Aunque hoy es una población que no pasa de veinte mil habitantes, aún sigue atrayendo a cientos de miles de peregrinos y a un número creciente de turistas deseosos de admirar sus templos únicos. En el primer grupo de iglesias, junto al pueblo original, se encuentra la mayor de todas y, sin duda, la más deteriorada, Bet Medhane Alem (Casa del Redentor del mundo), que se parece más a un templo griego que a una iglesia cristiana. Cincelada a partir de un bloque de piedra de 33 x 23 metros, con su tejado volado sujeto por grandes columnas exteriores, tiene una apariencia formidable.

El interior, también magnífico, aparece poblado de grandes columnas alineadas con las exteriores, techos espectaculares y coloridas alfombras cubriendo el suelo desnudo. Se dice que es una réplica de la Iglesia original de Santa María de Zion, en Axum, la primera construida en el país en el siglo IV, pero de la que ya no quedan sino las ruinas. Tanto dentro como fuera de este templo, lo más conmovedor y llamativo es la devoción con la que docenas de sacerdotes ejecutan sus ritos y cantos diariamente, mientras los peregrinos no dejan de postrarse, abrazar las columnas y besar las paredes con gestos que recuerdan más las costumbres musulmanas y judías que las propiamente cristianas.

Ungimiento religioso

Pero la iglesia favorita de la mayoría de los fieles es otra. Por un laberinto de pasadizos excavados en la roca, y no siempre fáciles de transitar, se llega a Bet Maryam (La Casa de María), la más antigua de todas y, desde luego, la que más devoción despierta entre los fieles. Siempre está llena de sacerdotes, monjes y devotos que cantan, leen, se postran y oran en cualquier rincón, aunque muchas veces sorprende tristemente el contraste entre el ungimiento religioso de los devotos y la despreocupada trivialidad de los turistas. El segundo grupo de iglesias está, como queda dicho, muy próximo al primero, junto. La mayoría de las iglesias son más bien pequeñas, lóbregas y desnudas, excepto por las alfombras que tapizan el suelo y algunas telas con motivos sagrados que cuelgan de las paredes, pero siempre tienen, al menos, un sacerdote ensimismado en su Biblia en algún rincón, aun cuando no cuenten con más luz que la de las velas.

El interior de Bet Giorgis es ciertamente armónico, con sus brazos simétricos y su perfecta orientación.

Muchos expertos en arte consideran a Bet Emmanuel la más impresionante y refinada de las iglesias de Lalibela. Perfectamente encajada en su cuna de piedra, su diseño reproduce el elaborado estilo axumita, de corte más bien clásico, algo comprensible si se tiene en cuenta que todas las iglesias parecen ser réplicas de templos ya existentes, antes que obras originales de artistas desconocidos. Mención aparte merece el tercer grupo, que se compone de una sola iglesia, Bet Giorgis (La Casa de San Jorge), la última en construirse, asomada al valle, muy por debajo de las otras diez. Cuenta la leyenda que cuando ya finalizaban las obras de los dos primeros grupos, San Jorge, el patrón del país, se le apareció muy enfadado al emperador Lalibela, reprochándole que no le hubiera dedicado ningún templo. Lalibela le prometió el mejor de todos y eligió para ello una plataforma inclinada que se asoma al magnífico valle.

Allí hizo excavar un perfecto rectángulo, dejando en el medio un monolito en forma de cruz simétrica de anchos brazos, que, en adelante, seria conocida como la Cruz de Lalibela. Sobre la cubierta cruciforme, aparecen los bajorrelieves de tres cruces griegas, la una dentro de la otra. El acceso al fondo de la trinchera se hace por un túnel. Por allí enseñan a quien quiera verlas «las muescas que las pezuñas del caballo de San Jorge dejaron en alguna de sus visitas para inspeccionar las obras». El interior de Bet Giorgis es ciertamente armónico, con sus cuatro brazos simétricos, su perfecta orientación y su considerable altura, pero es la vista del templo desde los montículos cercanos lo que inspira fuertes sentimientos de paz, armonía, belleza y serenidad. Particularmente, al atardecer, cuando la luz dorada de un sol agonizante entra en su cuna de piedra y le pinta las paredes de rosa y limón.

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ETIOPIA Una África distinta

Etiopía es África, pero un África especial. Tiene características de población, religión, historia y cultura muy particulares que la distinguen de los países de su entorno y que le dan una personalidad única. Etiopía es distinta y los propios etíopes son conscientes de que representan un caso particular en el conjunto del continente.
Al viajero le conviene saber que al menos hay dos Etiopías que poco tienen que ver una con otra. La primera es la que corresponde al norte cristiano. Y la otra la que corresponde al sur, con múltiples etnias de origen africano y de religión animista. En poco se parecen ambos extremos y casi nada tienen en común. Quien viaje a Etiopía debe partir de la idea de que se trata de dos 'viajes distintos'.
Además de una población cristiana y de una de tradiciones animistas, a lo largo de la historia se ha desarrollado una importante población musulmana que se ha asentado sobre todo en el este y por el centro y el sur del país. En todo caso, la distinción norte-sur / cristiano-animista refleja bien una realidad general.

Etiopía es un país extremadamente agradable y sin problemas para el viajero. Por supuesto, las circunstancias varían y conviene informarse en las webs oficiales norteamericanas, del ministerio del exterior inglés o francés. Como medida de precaución, es aconsejable no aventurarse en territorios próximos a las fronteras de Somalia o de Eritrea por la situación inestable que puede afectar a estos países.
Las regiones etíopes que se visitan normalmente en viajes organizados tanto en grupo como de forma individual no presentan problemas distintos a los de cualquier otro país.
Quedaron atrás las hambrunas y las guerras que hace años desestabilizaron y enfrentaron al país. El viajero es bien recibido, en un ambiente apacible, puede circular con tranquilidad por todas partes y encuentra un trato hospitalario en la población. Las regiones del sur son más complicadas en la medida en que se entra en el territorio de tribus de carácter más 'primitivo', de costumbres más particulares y con menos relación con el exterior.
Un asunto que afecta a la seguridad es el clima extremo de alguna región que normalmente no se incluye en los viajes. En zonas desérticas y aisladas es imprescindible contar con apoyo local que garantice una logística adecuada.

En el norte, hacer fotografías no representa especial problema. Es deseable pedir permiso a la persona que se quiere fotografiar, de palabra o mediante gestos. Casi siempre la respuesta será positiva y se agradecerá el gesto de cortesía. A veces, después de un 'no', alguna sonrisa y alguna broma acaba convirtiendo en 'sí' la negativa inicial.
En el sur, muchas comunidades han convertido en costumbre el pedir dinero por dejarse fotografiar o por dejar fotografiar a los miembros de su familia. Algunas tribus consideran el ganado como de la familia, con lo cual el fotógrafo tiene que estar avispado si no quiere que le reclamen bastante más de lo que tenía previsto. Si en el norte no es habitual pagar por fotografiar a las personas, en el sur la reclamación de pago debe ser atendida o al menos valorada caso por caso. Si quien reclama el pago va armado con el típico kalashnikov, al fotógrafo le saldrá a cuenta pagar y mantener una buena amistad con con su modelo.

Etiopía despierta recelos en quienes tienen una imagen poco menos que catastrófica del país. La realidad es muy distinta. O dicho de otro modo, Etiopía tiene realidades muy distintas. Tiene desiertos, regiones miserables y despobladas, y también lugares con los climas más duros del planeta. Pero éstos no son los destinos a los que se viaja normalmente.
La realidad es que Etiopía es una pequeña potencia. Tiene una población que oscila entre los 70 y 80 millones de habitantes y que se asienta, en buena parte, en la región fértil de la meseta. Una extensión grande de su territorio está a una altura de más de mil metros, con un régimen de lluvias aceptable que permite a menudo hasta dos cosechas anuales. La tierra está en una buena parte cultivada con esmero y la población vive, en más de un 70%, de la agricultura. Numerosas escuelas salpican el paisaje y sirven a una población infantil masivamente escolarizada.
Etiopía tiene además la segunda cabaña ganadera de África. Vacas, cabras, ovejas, caballos, gallinas... se ven paciendo por los campos en rebaños más o menos grandes y aportan una riqueza importante al país. Por tradición, ni musulmanes ni cristianos comen cerdo, de modo que este animal no figura entre los que el viajero encontrará en los campos o en el menú de los restaurantes.

Pero Etiopía no es un país rico. Y si no es más pobre es porque aún mantiene en pie una economía agrícola tradicional que le permite alcanzar un nivel básico de subsistencia. Sin capital para invertir en abonos, semillas, regadíos, maquinaria... la agricultura es poco productiva para la enorme población a la que debe alimentar. Tampoco las comunicaciones son buenas. Y tampoco despunta una actividad económica que impulse al país hacia un rápido desarrollo.
La población en el campo vive al borde de la pobreza, aunque no en la miseria. Vive en su medio tradicional, con recursos muy precarios, pero sin haber perdido los modos de trabajo y los medios que la han sostenido tradicionalmente. Todo descansa en el trabajo manual.
Por los caminos se ven siempre a personas acarreando haces de leña o de cereal, llevando en la cabeza sacos, cargando a la espalda y sujetos a los hombros mediante una cuerda fardos, sosteniendo cestos abiertos con productos variados... Hombres y mujeres van de un lugar para otro llevando lo que necesitan. Un bastón largo y delgado forma parte del atuendo de muchos hombres de campo. Lo llevan sobre los hombros y cuelgan de él los brazos cuando no transportan nada, pero pero les sirve para apoyar sacos, ramas de árboles o cualquier otro bulto cuando tienen que llevarlo a las espaldas.
Ningún tractor o ninguna máquina se ven en el campo. Los campesinos aran la tierra con ayuda de bueyes sujetos a un yugo elemental. El arado es un pincho de hierro unido a un palo de madera ligera que los bueyes arrastran. Cada pasada es un surco y roturar una gran extensión lleva mucho tiempo y esfuerzo.
En general las parcelas son muy pequeñas. La extensión varía según las regiones, pero las familias con frecuencia obtienen solo lo justo -o un poco menos de lo justo- para sostenerse.

El Nilo Azul nace cerca del lago Tana. Desagua en él y fluye a continuación hacia Sudán donde se junta al Nilo Blanco. Las aguas que aporta el Nilo Azul desde Etiopía suponen alrededor de 80% del caudal del Nilo cuando llega al mar. A pesar de tanta agua, Etiopía tiene sed. Un acuerdo entre Egipto y Sudán firmado en 1954 y bendecido por las potencias occidentales prohibe hacer uso a Etiopía del agua que lleva el Nilo y Egipto, cuya vida depende del río, ha hecho saber que consideraría un caso de guerra cualquier violación del acuerdo por parte de Etiopía.
El mundo ha cambiado desde que se firmó el acuerdo, Etiopía es un país alineado con occidente, aliado de los EE.UU., y mucho más poderoso de lo que era cuando terminó la Segunda Guerra Mundial. La injusticia del tratado es además evidente y hace difícil que se mantenga.
Una nueva presa dará a Etiopía la electricidad que hoy no tiene y que hace sufrir apagones sistemáticos en regiones enteras. Y se están abriendo canales con mucha precaución y tacto para poner en riego los campos tratando de no despertar resquemores en Egipto ni en Sudán. Se trata de un trabajo lento pero vital para Etiopía que cuenta con la diplomacia para vencer los obstáculos y con el peso político que le da el ser la sede de la Unión Africana.

Forma parte de la identidad nacional. Está claro que esta frase refleja un hecho: la Etiopía histórica y vertebrada por una tradición y una cultura común es la del norte. Es la Etiopía cristiana y por su relación con ella -conflictiva, naturalmente, en el pasado- la musulmana. Poco papel juega aquí la Etiopía de las comunidades y etnias tribales del sur, cuyas raíces remiten al África interior.
La iglesia Etíope es ortodoxa. Se asentó en el siglo IV y sujeta al patriarcado de Alejandría se desarrolló del lado monofisista de la doctrina. Es decir, convencida de que Jesucristo tenía una naturaleza solamente divina en contra de lo que resultaba evidente para el bando romano que era que Jesucristo tenía al mismo tiempo dos naturalezas, la divina y la humana.
Parece que los etíopes no tuvieron mucha parte en esta desviación. Simplemente, estando en un rincón del mundo no asistieron al Concilio de Calcedonia y cuando se quisieron dar cuenta estaban fuera de la ortodoxia católica.
En lo que sí pelearon los etíopes es en encontrar raíces judías para elevar a sus monarcas nada menos que a la categoría de descendientes de Salomón. El empeño en legitimar el imperio mediante una línea directa con el pueblo judío y con un rey tan venerado hizo de religión y estado una pareja en la que iba a basarse la conciencia de nación de los etíopes.
Etiopía sería un segundo Israel, Etiopía tendría en Lalibela una segunda Jerusalén, Etiopía guardaría, tras un hurto milagroso donde intervino la ayuda del cielo, la verdadera Arca de la Alianza y, con todo ello, Etiopía sería el reino preferido por Dios, del mismo modo que lo había sido el pueblo judío antes de la llegada del Mesías.
La iglesia etíope ha mantenido hasta hoy una férrea autoridad moral y doctrinal sobre la población. Anclada en el pasado, influida por el mundo bizantino, mantiene ritos, tradiciones y costumbres de una época feudal que en Etiopía alcanzó hasta bien entrado el siglo XX.
Poca ha sido la inclinación de la iglesia etíope hacia los cambios. Los mismos iconos y frescos que se pintaban en los templos en el siglo XIII son los que se han pintado en las iglesias construidas hasta hoy. La misma lengua -el geez- que se empleaba cuando Axum encabezaba un imperio es la que se emplea en los rezos y salmodias que nadie entiende ya, ni probablemente muchos de los monjes que intervienen en el culto.
Los fieles no acuden a 'oir' la misa. Van a 'tocar' la iglesia, fuera de la cual permanecen durante horas mientras duran los oficios por exigencias de la pureza que hay que tener para penetrar en los templos. El ayuno se respeta prácticamente un día de cada dos durante el año. Los sacerdotes y monjes ayunan mucho más.
Pero ser miembro del clero tiene recompensas en un país pobre donde la iglesia es fuerte. El sacrificio de rezar muchas veces al día y por la noche, de ayunar y de vivir muy humildemente, no es un gran precio a pagar cuando el resto de la población vive en medio de una frugalidad extrema y cuando se tiene asegurada la subsistencia bajo el amparo del manto protector de la iglesia.
Ser eclesiástico se convirtió en una opción tan económica o más que espiritual. Y a ello contribuyó la mala relación que de forma periódica se establecía con el Patriarca de Alejandría. Los etíopes deseaban tener el gobierno sobre su propia iglesia y el Patriarca deseaba conservar el poder que le fue dado en alguno de los concilios que se habían reunido hacía cientos de años. En estos tira y afloja, los conatos de sedición los resolvía el Patriarca dejando de ordenar obispos en Etiopía. Si no había obispo, tampoco se podían ordenar sacerdotes y la iglesia etíope perdía con el tiempo vigor y volvía obediente al redil del Patriarca. De aquí nació una artimaña que se convirtió en costumbre. Cuando había 'abuna', es decir obispo, los etíopes ordenaban a niños que se convertían en diáconos en brazos de sus madres. De este modo, la amenaza de cerrar el grifo del nombramiento de abuna por parte del Patriarca quedaba diluida ante un plantel de niños con mucha más vida por delante que la que tenía la autoridad de Alejandría y con todo el futuro para mantener el funcionamiento de la iglesia. La iglesia se convirtió en un refugio para una parte de la población que veía asegurada en ella su subsistencia.
Dicen los expertos, además, que el monofisismo tampoco contribuye al cambio. Con un Mesías mas divino que humano, todo queda congelado por la doctrina y por la presencia rotunda de Dios. La pérdida de humanidad de Jesucristo despoja de iniciativa a los hombres y con ello a la propia iglesia que repite y repite fórmulas y gestos, desde muchos siglos atrás, sin ánimo de cambio alguno.
Finalmente, la iglesia se considera el bastión de la independencia. Los etíopes se sienten orgullosos de no haber cedido a los intentos de la iglesia de Roma de devolverlos a la obediencia católica. Los portugueses, que ayudaron a los etíopes en su lucha contra los musulmanes, desarrollaron una labor misionera que estuvo a punto de rendir sus frutos. Pero finalmente prevaleció la doctrina ortodoxa y hoy se considera que la resistencia al dominio de la iglesia de Roma forma parte de una historia que ha hecho de la independencia de Etiopía un auténtico motivo de orgullo y una seña de identidad nacional.

Ventajas e inconvenientes
Etiopía gustará a quienes tengan interés en ver personas -distintas de las que vemos en Europa- paisajes, algunos monumentos extraordinarios y a quienes sientan el gusanillo de pisar un país con una historia larga, muy singular y cargada de mitos. Además, gustará, sin duda, a los amantes de la naturaleza.
El trato que dispensan los etíopes al viajero es muy bueno, incluso en lugares poco visitados. Muchos etíopes, sobre todo jóvenes y niños hablan inglés que han aprendido en las escuelas y que es suficiente para entenderse.

Los hoteles
En cambio, los hoteles son en muchas ocasiones deficientes. Quienes busquen niveles parecidos a los hoteles de otras partes del mundo se sentirán defraudados tan pronto salgan de Addis Abeba. Con mucha frecuencia los mejores hoteles están mal mantenidos, las instalaciones en las habitaciones están deterioradas y con un funcionamiento mediocre. Luces, grifos, bañeras... pueden estar rotos y funcionar sólo a medias. Algunas iniciativas quieren poner remedio a la situación mediante la construcción de nuevos establecimientos, pero los resultados tardarán todavía un poco en hacerse visibles.

Clima
El clima es bueno, con temperaturas agradables en la meseta que ocupa la región central. Las noches son frescas buena parte del año e incluso frías en invierno, dependiendo de la altitud. Esta misma altitud hace que el calor se atempere mucho durante el día.
El entorno es saludable. La altura obliga en ocasiones (por ejemplo en los montes Simien o incluso en Lalibela) a moverse con prudencia cuando se camina por cuestas para evitar el cansancio derivado de la falta de adaptación. Pero no afecta a la comodidad del viaje.
Hay sin embargo regiones, en cotas más bajas, donde el clima puede ser un serio inconveniente. El calor resulta muy agobiante en los territorios del este, próximos a Eritrea (la depresión de Dankali) y a Somalia (en el Ogaden).
Las lluvias se producen en el norte entre mayo y septiembre. Puede haber alguna tormenta en abril. En el sur suele haberlas en abril y en octubre. En todo caso, las lluvias no acostumbran a ser un impedimento para el viaje, pues son de corta duración. Cualquier época es buena para visitar Etiopía.

¿Cuánto tiempo?
Etiopía es un país extenso. Las distancias son grandes. Además es un país muy diverso. Al plantearse visitar Etiopía se puede considerar que hay dos viajes.
Uno de ellos consiste en recorrer el norte en un circuito que suele comprender, además de Addis Abeba, Bahar Dar, Gondar, Axum y Lalibela. Se trata del país de tradición cristiana donde iglesias y monumentos antiguos forman parte de los atractivos del viaje.
El otro es el que recorre el sur, con una visita a Harar, la capital musulmana, y sobre todo la los dominios de las comunidades étnicas de raíces y culturas africanas. El gran atractivo es el encuentro con las tribus que mantienen sus formas de vida tradicionales, que viven del pastoreo y algunas de ellas en riesgo de desaparición en un futuro no muy lejano.
Aunque el norte está más 'urbanizado' que el sur la realidad es que la gran mayor parte de la población vive en el campo y que las ciudades tienen un peso relativamente menor en relación a los caseríos más o menos aislados y a los pueblos.
Este hecho es importante a la hora de plantear el viaje. La visita al norte cristiano se organiza frecuentemente echando mano del avión para saltar de una ciudad a otra. En esta caso, entre 8 y 10 días pueden bastar para hacer un recorrido por el lugar y visitar lo más sobresaliente.
Pero habiendo tanta vida en el campo, hay también razones para pensar que conocer el país y tocarlo con las manos aconseja a moverse por tierra en la medida de lo posible. Por supuesto, los trayectos en coche van a ser largos, no tanto por las distancias como por las condiciones de las carreteras que obligan a circular sin prisas. Pero es cierto que la vida de las gentes, sus actividades, el cultivo de los campos, el bullicio de los pueblos, el movimiento de los mercados que se encuentran en los caminos y un sin fin de experiencias que forma parte del viaje hacen del recorrido por tierra una alternativa especialmente aconsejable.
Si es así, un recorrido de 11 a 13 días puede resultar suficiente para visitar los lugares más importantes, sin prisas y parando para disfrutar de los atractivos que se hallan en el camino.

La ropa
Un vestido informal vale para el viaje. Además de las típicas camisetas, conviene llevar alguna camisa de manga larga, algún polar ligero, pantalones largos, calcetines y zapatos para andar o deportivas cómodas. Un impermeable fino siempre será útil. Para evitar los insectos, son aconsejables las ropas de colores claros. Aunque entre los campesinos no es raro llevar pantalones cortos, en muchos lugares no se considera adecuado que los lleven tanto hombres como mujeres. Lo mejor es llevar pantalón largo.
Debe llevarse un gorro y gafas de sol. Y no vendrán mal unas chanclas para las duchas en los hoteles.

Malaria e insectos en general
Un buen repelente de insectos es muy deseable para el viaje. En iglesias y monasterios (Lalibela, lago Tana...) las alfombras suelen contener pulgas. Para evitarlas es prudente poner el calcetín por encima del pantalón y rociar los pies (hay que entrar a las iglesias descalzo) con algo de repelente.
En cuanto a la malaria, la altura evita el peligro en prácticamente toda la región norte, incluyendo Addis Abeba. Para la mayor parte de los recorridos sólo en Bahar Dar, situado por debajo de los 2.000 m, conviene tomar precauciones. Con independencia de los tratamientos de profilaxis, es una buena medida rociar la piel expuesta al aire libre (brazos, cara, cuello...) con un repelente enérgico, especialmente al amanecer, a la caída del sol y durante la noche. Durante la mayor parte del día, con el sol fuerte desaparece el peligro. Los colores claros en el vestido y la manga larga, son muy aconsejables.
Las épocas de lluvia favorecen la aparición de mosquitos. En ellas hay que extremar el cuidado acudiendo a la manga larga y a un uso más intensivo de los repelentes. En las tierras bajas hay que considerar seriamente el riesgo de malaria e informarse sobre cómo prevenirlo.

Dinero
Lejos de Addis Abeba sólo en las ciudades más grandes será fácil encontrar un banco donde cambiar dinero. En los hoteles con frecuencia se podrá cambiar, pero tampoco habrá que confiar demasiado en ello. Probablemente el mejor cambio se obtendrá en la capital por lo que conviene salir de ella con dinero etíope. Los euros son aceptados tanto como los dólares.
Conviene llevar dólares (20 en 2009) para pagar el visado a la llegada en al aeropuerto de Addis Abeba. Y cuando se cambie en el banco será práctico pedir una cierta cantidad de billetes de 1 bir (aprox 6 céntimos de euro) para disponer de pequeñas cantidades para propinas o para hacer un pequeño obsequio llegado el caso.
Las tarjetas de crédito, fuera de los principales establecimientos de la capital, tienen poquísima aceptación.

Regalos y donaciones...
En Etiopía hay niños por todas partes. Suelen aparecer y dar conversación en un inglés razonable. A veces piden un bolígrafo, pero no es habitual que pidan dinero ni insisten el ello. En ocasiones piden ayuda para comprar un balón para su equipo o un libro para la escuela que el viajero valorará sin agobio.
En iglesias y monasterios a veces se espera una pequeña contribución (a parte de la entrada que se paga cuando se trata de un monumento reconocido). Y muy especialmente en Lalibela, los sacerdotes aceptan fotografiarse posando cruz en mano, en el sobreentendido de que el fotógrafo dejará algún bir en el cesto de las limosnas.
Por supuesto, los mozos de los hoteles que cargan y llevan maletas de aquí para allá esperan una propina que contribuya a mejorar un salario que a buen seguro es muy modesto.

Compras
Los mercados forman parte de la vida de los pueblos y de las ciudades. El viajero se tropezará con ellos, especialmente los sábados, cuando la gente de los alrededores acude a ellos en gran número. Las poblaciones un poco grandes tienen mercado a diario. Estos mercados no están hechos para turistas. Se vende y se compra en ellos lo que la gente necesita para vivir: alimentos, cacerolas, tejidos, adornos... Aunque se trata de mercados locales, cualquiera puede entrar y mezclarse con la gente en ellos, sin riesgo de ser molestado ni de sentirse incómodo. Perderse entre los tenderetes o entre los pasillos que dejan libre quienes ofrecen sus mercancías en el mismo suelo, es divertido y, en medio de la animación, es una ocasión excelente para tomar el pulso a la vida del lugar.
En los propios mercados o fuera de ellos, algunas tiendas -siempre modestas- ofrecen objetos atractivos para los viajeros. Los textiles -casi siempre procedentes de telares de un ancho muy limitado- son de interés. Se trata muchas veces de las telas blancas con un borde en los extremos simplemente de un color o más elaborado que utilizan como vestido en forma de túnica los etíopes. En otras ocasiones los tejidos son más coloreados y complejos.
Hay también cestos, tallas en madera, artesanía en cuero, objetos de cerámica y 'joyas'. Las joyas suelen ser de bisutería barata, aunque atractiva, con formas y elementos inspirados en una larga tradición. Casi todo 'es de plata'. Y a cada cual le tocará aventurar cuánto de plata es lo que le ofrecen.
Las famosas cruces de tradición copta, en diversos tamaños, tienen bellas formas y las hay de diferentes facturas y modelos. En muchos lugares hay que desconfiar cuando el vendedor asegura que se trata de cruces antiguas. (En general hay que andarse con cuidado con todo lo que se anuncia como antigüedad). Las monedas de plata de María Teresa de Austria -los táleros- circularon en Etiopía como moneda en el siglo XIX y se convirtieron en un adorno, sujetas a un collar. Las llevan aún las campesinas, y se venden como joyas, aunque hay que desconfiar de las imitaciones.
Libros, pinturas sobre piel, objetos devocionales ... son apreciados por los viajeros. Y, finalmente, escudos de piel, espadas, puntas de lanza, pequeños marfiles pueden encontrarse aún. (Marfiles y pieles de hipopótamo, por ejemplo, tienen serias restricciones para su exportación). Quienes busquen objetos de calidad -originales, en plata o en oro- los encontrarán en Addis Abeba en las tiendas de los mejores hoteles, por ejemplo, en el Hilton, o en joyerías.
En el inicio de la Churchill Road se encontrarán tiendas con una amplia variedad de objetos típicos del país.

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Los días y las horas
El calendario etíope lleva aproximadamente una semana de retraso respecto al nuestro. Y tiene 13 meses. Doce de ellos son de treinta días y el último tiene solamente 5 días.
Esta particularidad afecta poco al viajero, que en asunto de vuelos de avión y reservas varias se regirá sin problemas por el calendario 'latino'. En lo que sí debe estar atento es en las horas, porque algunas veces a los etíopes se les escapa hablar de su propio horario cuando tratan con un extranjero.
En el horario tradicional etíope el día empieza a las 6 de la mañana, que es aproximadamente cuando sale el sol. A partir de este momento, empiezan a contar las horas, de modo que nuestras 7 son para ellos la 1, nuestras 8 son las 2... Y las horas vuelven a empezar de 0 cuando se pone el sol, de nuevo a las 6 de la tarde, de forma que las 7 de la tarde vuelven a ser la 1 y así sucesivamente.

No habría que olvidar...

Aunque la temperatura en muchos lugares puede ser templada, la altura juega a favor de los rayos del sol. Hay que llevar un gorro y no vendrá mal una crema solar.
El riesgo de picadura de mosquitos en los lugares situados a menos de 2.000 m y de alguna que otra pulga, sobre todo en las visitas a las iglesias, aconseja llevar un repelente enérgico para la piel y, si es posible, en zonas donde pueden darse casos de malaria, un repelente para la ropa.
Las gafas de sol son muy convenientes. Un cordoncillo para sujetarlas al cuello a la hora de utilizar la cámara de fotos será de mucha ayuda. Y una funda rígida para evitarse el disgusto de que se rompan en el curso de un trayecto en coche en mitad de ninguna parte, también.
No debe beberse más agua que la embotellada. Una botella de aluminio para llevar en la mochila y rellenarla con el agua sobrante de la comida del hotel será bien útil.
Aunque se anuncia una nueva presa que dará electricidad suficiente al país, los apagones son muy frecuentes todavía. Convendrá llevar una linterna o una 'frontal' para leer en la cama o para desenvolverse en el hotel cuando no haya generadores.
Muchos lugares en Etiopía están por encima de los dos mil metros. Quienes tengan previsto hacer caminatas, a buen seguro agradecerán un bastón plegable de aluminio.
Las lluvias suelen ser dispersas -en los meses húmedos- y de poca duración. Conviene llevar un impermeable muy fino y ligero que pueda dejarse en la mochila para cuando se necesite.
No es propiamente para el viaje, pero el caso es que de vez en cuando los niños piden al viajero un bolígrafo. Llevar algunos de ellos servirá para hacer un obsequio.

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LALIBELA
En el siglo XII, el príncipe Lalibela hizo construir al norte del actual territorio etíope una docena de iglesias excavadas en piedra. Todas ellas, comunicadas por pasadizos subterráneos que horadan las rocas volcánicas de la reseca y aisladísima población que hoy lleva el nombre del monarca, se erigen como un milagro inesperado y fabuloso del cristianismo en esta ignota esquina del continente africano. Efectivamente, las brumosas montañas del centro de Etiopía esconden un gran secreto. Sus pueblos, a casi 3000 metros de altura, resultan poco accesibles en temporada de lluvias y resecos el resto del año. Ello, claro, ha contribuido a su aislamiento durante siglos. Por eso cuesta de creer lo que ven nuestros ojos cuando el suelo se hunde de pronto, cincelado por manos hábiles, y aparecen las líneas de un templo en forma de cruz.
Las construcciones de Lalibela no tienen parangón en el mundo. Y es que el conjunto religioso de Lalibela, compuesto por doce iglesias, escapa a toda clasificación porque simplemente no se ajusta a ninguna corriente arquitectónica conocida. Los estudiosos se encargan de apuntar que la culminación de la docena de iglesias principales de Lalibela y de las otras que se encuentran por las montañas de los alrededores debió suponer no menos de un siglo de trabajos. Fuera como fuese, el resultado de todo aquel esfuerzo dio como fruto once iglesias talladas a golpe de cincel en roca viva y distribuidas en dos grupos, más una última retirada de las demás, adornadas con columnas, capiteles, altares y demás elementos como si se tratara de un templo clásico.
La más grande es la de Beta Madani Alem, y la más conocida, la de Beta Gyorgios. Recorrer el conjunto arquitectónico justifica ya por sí solo un viaje a Etiopía. Cuando uno penetra en las profundidades del foso de la iglesia de Beta Gyorgios, por ejemplo, se da perfecta cuenta que estas singulares construcciones quedaban ocultas a los ojos de los enemigos. Además, discretos pasajes y túneles conectan cada templo con el vecino.
Pero hagamos un poco de historia: el cristianismo en esta región se remonta al siglo IV. Durante los tres siguientes, la iglesia etíope se mantuvo en contacto con Alejandría. Cuando Egipto abrazó el islam (siglo VII), Etiopía quedó aislada durante más de 800 años de su principal conexión con el mundo de la cristiandad. Así, su tradición se fue desarrollando al margen del resto del mundo. Todavía hoy mantiene tradiciones muy singulares: cada 19 de enero, las gentes de Lalibela celebran el nacimiento del Mesías. Los sacerdotes aparecen entonces ataviados con sus mejores galas y sacan en procesión el tabot, el Arca de la Alianza, donde se guardan las Tablas de la Ley. Es la fiesta del Timkat. La tradición asegura que el rey Menelik, hijo de la mítica reina de Saba y el rey Salomón, la sustrajo de Jerusalén por temor a que cayera en manos sarracenas. Se dice que el mítico reino de Saba estaba en Etiopía.
La mayoría de visitantes de Lalibela recorren el conjunto por la tarde y quedan admirados ante tanta obra fantástica. Pero es a primera hora de la mañana, de seis a siete, cuando las iglesias de Lalibela adquieren vida propia y sumen a los fieles en un trance matinal impulsado por los sonidos de los tambores y las voces repetitivas de los cantantes, mientras los sacerdotes bendicen a las personas llegadas de los alrededores.

Quizás por eso la Unesco incluyó Lalibela en su lista de Patrimonio de la Humanidad, porque está vivo, porque aún se practican rituales que empezaron hace más de 800 años.
Iglesia de San Jorge en Lalibela. La iglesia de San Jorge es la principal de las once iglesias excavadas en la roca de Lalibela, ciudad santa para los cristianos etíopes situada en el norte de Etiopía. Estas iglesias son Patrimonio de la Humanidad según la Unesco y representan la ciudad de Jerusalem (tienen su portal de Belén, su puerta al Paraíso...). Suponen el centro de peregrinaje mayor de Etiopía y la leyenda cuenta que en su construcción ayudaron los ángeles, que trabajaban de noche. Si en la visita a este conjunto de iglesias rupestres, dejas para el final la de San Jorge, no te arrepentirás porque el efecto final no puede ser más impactante. Yo la ví por primera vez al atardecer y con pocos turistas alrededor, sublime sería un adjetivo rimbombante, pero acertado. Bete Georgis se encuentra alejada del resto de iglesias de Lalibela y según te aproximas, pasa totalmente desapercibida, al no elevarse por encima del nivel de la tierra. Cuando estás ya cerca, de repente, aparece ante tus ojos en mitad de la colina. Es como si un niño hubiera hecho una figura de una cruz con un molde en la arena, con la diferencia de que no se trata de blanda arena de playa, sino de roca basáltica rojiza. El espectáculo es impresionante de cerca, sin descender a la entrada del templo, ya que se puede apreciar gran parte de la iglesia, con sus muros algo inclinados y el vivo contraste del rojo de la roca con el verde intenso del musgo que crece en los muros. Precioso e increíble el esfuerzo que tuvo que implicar la construcción de un edificio así en los tiempos del rey Lalibela (s. XIII).
Las iglesias de Lalibela, fueron talladas en la roca viva sobre el año 1200 representando la Tierra Santa como respuesta a la captura de Jerusalén por los musulmanes. Cuatro de las iglesias son exentas; las demás están unidas a la roca madre, bien por alguna pared o bien por el techo. Éstas últimas también son asombrosas, en todas ellas, el espectáculo arquitectónico es maravilloso, un trabajo de hormigas, en concreto de 40.000 obreros que se encargaron de vaciar los miles de metros cúbicos para dejar al descubierto las iglesias. Aunque también hay quien cree que tal obra, por su magnitud y belleza, solo pudo haber sido creada por los ángeles. Las iglesias de Lalibela se distribuyen en dos grupos principales, separados por el canal de Yordanos, que representa el río Jordán, pero comunicadas entre sí por túneles, pasadizos y trincheras. El lugar fue concebido para que su topografía correspondiera a una representación simbólica de Tierra Santa. Basta cruzar el umbral de cualquiera de los templos, recorrer los pasadizos excavados en la roca que unen unos y otros, admirar la belleza de sus Biblias, escuchar los rítmicos cantos litúrgicos para retroceder en el tiempo sea el día que sea del año. Los suelos siguen cubiertos de paja y ásperas esteras. El mobiliario es escaso. La luz, mortecina. Y los sacerdotes surgen de la penumbra para dar su bendición al recién llegado con una gran cruz que portan en su mano. Estamos en el África más desconocida e ignorada. Estamos en Lalibela, la "Jerusalén negra". De todas las Iglesias, la pieza maestra, el icono de Etiopía, es la maravillosa Bet Giyorgis (Iglesia de San Jorge), que se dice que fue construida después de la visita que el Santo hizo a Lalibela montado en su corcel blanco. Bet Giyorgis está apartada del resto de iglesias, excavada en una pendiente rocosa desde la cual se puede apreciar perfectamente su pétreo origen. Se desciende a ella por un pasadizo tallado en la roca, que cruza dos portales para desembocar finalmente al patio que rodea la iglesia. Como en todo Etiopia, los monjes saludan a los visitantes con un "salam" (del árabe: paz) y enseguida abren las puertas de la iglesia para que éstos puedan admirar sus tesoros: cruces macizas de oro de bellísimas formas, antiguas pinturas de santos ortodoxos y algunas esculturas excavadas en la roca, parte integrante de las columnas o paredes.
Las misteriosas iglesias subterráneas, unos monumentos monolíticos extraídos de la piedra en Lalibela, han sido utilizadas ininterrumpidamente por los sacerdotes ortodoxos desde los siglos XII y XII, cuando esta lejana ciudad de montaña era todavía la capital de la importante dinastía Zagwe. El propósito de cada iglesia ha eludido la labor de los historiadores modernos: cada edificio es único en su tamaño, forma y ejecución, están esculpidos con precisión sobre la piedra (algunos dicen que por miles de trabajadores) y algunos de ellos fastuosamente decorados. Cuenta la leyenda que por lo menos una de las iglesias fue construida por ángeles en un solo día; otra leyenda cuenta que las iglesias nacieron de un sueño del rey Zagwe. Las once iglesias fueron excavadas bajo la superficie de la tierra, llegando en algunos casos a alcanzar los 10 metros de altura. Están rodeadas por patios y zanjas que las conectan entre sí, constituyendo un entresijo de túneles y pasadizos entre un edificio y el próximo. Las iglesias son tesoros en Etiopía como las grandes pirámides lo son en Egipto. La ciudad de Lalibela, emplazada entre escarpados barrancos de más de 2.500 metros, es una verdadera delicia.
Una mujer besa la cuz de un sacerdote en la iglesia de Nakuto Lab, a las afueras de Lalibela. A 2.400 metros de altitud, en la altiplanicie etíope, al norte de Addis Abeba, se encuentra esta pequeña localidad monástica (la segunda ciudad de Etiopía considerada Santa), conocida en la antigüedad como Roha y que, cambió su nombre tras ser conquistada en el siglo XIII por el monarca Gebra Maskal Lalibela, quien la "bautizó" como Lalibela. Fue, por mandato de este rey, cuando se comenzó la construcción de estas singulares iglesias, singulares debido a que están excavadas en la tierra, hecho que las convierte en únicas y que les mereció en 1979, el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad de Lalibela en el sur de Etiopía es conocida por sus doce iglesias cristianas labradas en la roca hace 800 años. La más asombrosa es Bieta Giyorgis, en la imagen, un monumental monolito de 12 metros de altura, esculpido intrincadamente en la piedra y con forma de cruz.
El sacerdote de la iglesia de Nakuto Lab, a las afueras de Lalibela muestra su cruz. Se desconoce el motivo por el cual fueron excavadas o construidas en el suelo, construcción que elevada la dificultad de la edificación y aumentaba los costes. Se barajan varias teorías, una de las más aceptadas es que fueron levantadas durante el auge de las peregrinaciones cristianas, siendo Jerusalén el eje o centro principal de las mismas; durante el camino, el peregrino se enfrentaba a diversos peligros y las iglesias estaban expuestas a actos de vandalismo y saqueos, tal vez este fuera el motivo por el cual, el rey Lalibela decidiera soterrar las iglesias, protegiéndolas de posibles saqueos. Poco se sabe también del proceso de construcción, no se han encontrado planos, no se conoce el nombre de los arquitectos, la duración de los trabajos, la metodología de trabajo empleada, el uso de andamios o rampas…, lo que si se sabe es la dureza del trabajo que llevó la construcción de las iglesias, donde los "obreros" realizaron un trabajo como si de la excavación de una mina se tratara. El conjunto arquitectónico de Lalibela lo conforman once iglesias excavadas en el suelo de piedra volcánica de color rojizo. Primero se labró un foso alrededor de la masa pétrea o del espacio que iba a ocupar la futura iglesia, este foso permitiría el trabajo desde el exterior a los constructores y, hoy da acceso a los templos mediante escaleras o rampas. Su simbolismo es la separación del espacio sagrado del profano.
Las iglesias labradas en piedra de Lalibela son la mayor atracción de Etiopía y maravillan a sus turistas. La pequeña ciudad de Lalibela es considerada uno de los sitios más sagrados de Etiopía y los peregrinos ortodoxos de todo el país se reúnen allí, por lo que es un lugar muy interesante aún para los que no son amantes de la historia o la arquitectura. ¿Donde más se podría uno sentir transportado a un imperio ancestral?
Lalibela es un tesoro histórico ubicado en las tierras altas del Norte de Etiopía donde crece el turismo y se centran los pelegrinos cristianos ortodoxos de Etiopía. Las ancestrales iglesias en Lalibela siguen siendo usadas para ceremonias religiosas ortodoxas etíopes.
Sitios de interés y actividades en Lalibela: iglesias de piedra, patrimonio ortodoxo y trekking
Las 12 iglesias monolíticas de Lalibela suelen ser descriptas como la octava maravilla del mundo y fueron talladas dentro de rocas, por lo que sus techos están a nivel del piso. Fueron construidas entre los siglos 12 y 13 D.C. Las iglesias de Lalibela han sido y siguen siendo usadas por generaciones de sacerdotes ortodoxos etíopes y albergan muchos artefactos sagrados. Hoy también son la principal atracción de Lalibela, con guías de las oficinas turísticas que enseñan la historia y usos actuales de estas iglesias. La más grande y famosa de estas iglesias es Bete Medhane Alem, también conocida como la iglesia monolítica más grande del mundo. Las iglesias también albergan una vieja prisión, famosas tumbas y un monasterio.
Otras atracciones. Lalibela no tiene muchos otras atracciones además de las iglesias. Aunque se debería dar una visita al mercado local, bueno para las compras y recuerdos del lugar, antes de irse. También se puede visitar el parque de burros, que tiene lindas vistas de la ciudad. Si se quiere explorar la zona más profundamente, se puede hacer trekking alrededor de Lalibela, en la hermosa región montañosa rodeada de interesante fauna etíope.
Lalibela, cómo llegar y consejos útiles
El clima en Lalibela es montañoso, con noches frescas y días cálidos bajo el sol africano. La temporada de lluvias es entre junio y setiembre. El mejor momento para visitar Lalibela es en primavera u otoño.
Cómo llegar. Se puede viajar a Lalibela desde Adís Abeba en vuelos internos o por autobús. Hay un pequeño aeropuerto local en Lalibela. No hay transporte público en Lalibela, pero se pueden alquilar microbuses, taxis o carruajes a caballo en el aeropuerto. Si se piensa pasar más tiempo aquí, se puede considerar alquilar un automóvil en Lalibela y pasear por la región.
Servicios y seguridad. Hay varios hoteles en Lalibela, así como hostales y pensiones que varían de estilos y precios. Los restaurantes en Lalibela atienden a turistas y pelegrinos. Lalibela es una ciudad segura y pequeña que se puede recorrer a pie. Las personas en la industria turística hablan inglés.
Lalibela - "la octava maravilla del mundo".
Después de la caída del reino Axum en el siglo XII, los reyes de la dinastía Zagwe se trasladaron a Lalibela, sobre el sudeste de Axum. Construyeron aquí una próspera y poblada capital de las dinastías medievales. Lalibela, era conocida antiguamente como Roha hasta finales del siglo XII, luego cambió del nombre en honor al rey Lalibela. La ciudad fue fundada como la Nueva Jerusalén- eran tiempos dificiles para cristianos y las peregrinaciones a la verdadera Jerusalén, muy peligrosas- por eso la idea de construir una ciudad de culto y peregrinaje en un territorio africano. Las iglesias de Lalibela enamoran a qualquier persona. Estos templos fueron tallados en su totalidad en la roca volcanica tufu de color rojo.
Parece algo irreal, creado por algo o alguien de "otro mundo". Tenemos más lugares en el mundo con los templos excavados en roca, pero solo aquí podemos admirar un conjuto del espacio interior, las fachadas y los muros exteriores. Las iglesias de Lalibela no son muy conocidas, pero con toda la seguridad merecen ser llamadas "octavo milagro del mundo" o "la Petra de Africa", declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Algo muy peculiar es que todos los edificios estan tallados en roca, pero existen como una pieza separada de la misma. Pasado el tiempo Lalibela fue perdiendo su importancia, hoy en dia es un pueblo pequeño al pie de la montaña Abuna Josef y es prácticamente invisible. El verdadero valor de Lalibela descubrimos solamente en su proximidad.
El mayor entusiasmo inspira la iglesia de San Jorge en forma de cruz, pero la más grande es Bet Emanuel con 33 metros de longitud, 23 metros de ancha y una altura de 12 metrosy se cree que era la iglesia privada de la familia real. Lalibela a parte de magnificas iglesias, esta llena de pasillos subterraneos, como si fuera otra ciudad, oscura y silenciosa. El rey Lalibela en la construcción de ciudad empleó 40 mil obreros, el arquitecto Sidi Meskel, llegó de lejana India. La leyenda cuenta que los "humanos trabajaban por el día, sin embargo el trabajo continuaba por la noche y con doble fuerza, gracias a la ayuda de los angeles. ¿Por qúe los edificios tallados en roca? La respuesta no se sabe hasta hoy. Una de las tesis proclama que de esta manera la ciudad por su situación ( invisible y con dificil aceso) estaba muy bien protegida ante un enemigo y posible invasión.

Carné Internacional de Estudiante, el famoso ISIC


CÓMO LLEGAR
Lo mejor es volar de Addis Abeba a las poblaciones de Bahar Dar o Gondar. Allí habrá que alquilar los servicios de un taxi o de un guía.

CUÁNDO IR
La mejor época es de octubre a enero. En concreto, a Lalibela es doblemente interesante viajar en navidad y durante las fiestas del Timkat (19 de enero).

QUÉ VER
Hay que dedicar un día al grupo sureste de iglesias: Bet Gebriel-Rufael, Bet Abba Libanos, Bet Lehem, Bet Emanuel, Bet Mercurios; yotro al grupo noreste: Bet Medhane Alem, Bet Maryam, Bet Danaghel, Bet Meskal, Bet Mikael, y Bet Golgota.
Hay que visitar igualmente la iglesia Bet Giorgios, la más bella de todas, excavada en forma de cruz griega.

DÓNDE DORMIR
Hay pocos hoteles y son muy sencillos. El mejor es el Roha Hotel (www.ghionhotel.com.et/roha.htm)

MÁS INFORMACIÓN
Embajada de Etiopía: Tel. +47 838 395

PIES DE FOTO:

CL0219: El Museo Nacional es el hogar de Lucy (Dinqnesh), probablemente el esqueleto más famoso de un homínido del mundo. Hallado en 1974 en Hadar, en las riberas del Awash , se le denominó Australopithecus Afariensis, tiene con más de tres millones de años, el homínido más antiguo encontrado hasta la fecha. El museo también posee una interesante colección de arqueología y de artefactos de la historia de Etiopía, así como objetos de arte y cultura.
CL0225: El Museo Nacional El Museo Nacional es el hogar de Lucy (Dinqnesh), probablemente el esqueleto más famoso de un homínido del mundo. Hallado en 1974 en Hadar en las riberas del Awash , se le denominó Australopithecus Afariensis, tiene con más de tres millones de años, el homínido más antiguo encontrado hasta la fecha. El museo también posee una interesante colección de arqueología y de artefactos de la historia de Etiopía, así como objetos de arte y cultura.
CL0252: El Museo Nacional de Etiopia. Representación en cera de los últimos dirigentes del país. El Museo Nacional es el hogar de Lucy (Dinqnesh), probablemente el esqueleto más famoso de un homínido del mundo. Hallado en 1974 en Hadar en las riberas del Awash , se le denominó Australopithecus Afariensis, tiene con más de tres millones de años, el homínido más antiguo encontrado hasta la fecha. El museo también posee una interesante colección de arqueología y de artefactos de la historia de Etiopía, así como objetos de arte y cultura.
CL0326: Un antiguo Fiat recorriendo las calles del centro de Addis Abeba (Addis Abbaba). La ciudad más poblada de Etiopía con una población de 3.384.569 habitantes, según el censo de 2008.2 Es, también, capital de la Unión Africana y de su predecesora, la Organización para la Unidad Africana.3 Designada ciudad y estado al mismo tiempo, según la organización territorial etíope, en Adís Abeba conviven más de 80 nacionalidades y lenguas, además de cristianos, musulmanes y judíos. En ella reside la Universidad de Adís Abeba. Adís Abeba se encuentra a una altitud de 2.300 metros y es una pradera de pastizales. Está situada a los pies del Monte Entoto. Desde su punto más bajo, cerca del Aeropuerto Internacional Bole, a 2.326 metros sobre el nivel del mar en la periferia sur, la ciudad se eleva a más de 3.000 metros en las Montañas Entoto hacia el norte.
CL0355: Retrato de un adolescente en las inmediaciones del aeropuerto de Bahir Dar. Desde el puerto de Bahir Dar se puede acceder por barco a varias de las iglesias históricas y monasterios ubicados a orillas del lago, en sus diferentes islas. La mayoría datan de ellas datan del siglo XVII y se caracteriza por la riqueza policromática de sus paredes, algunas de estas iglesias poseen museos con manuscritos ilustrados, coronas y vestimentas reales y eclesiástica. Aún hoy en día, algunas de estas islas monasterios están prohibidas a las mujeres, pero otras pueden ser visitados por ambos sexos. Además, desde la ciudad parten diversos servicios turísticos hacia las Cataratas del Nilo Azul (río Abay), ubicadas a unos 30 km al sur de la ciudad, y que constituyen uno de los destinos turísticos más conocidos del país.
CL0466: Retrato de un etíope en el trayecto entre Bahir Dar y las Cataratas del Nilo Azul. Bahir Dar ofrece un pequeño mercado diario y una vez por semana uno de mayor envergadura. Cuanta además con algunos hoteles construidos en torno al lago, y diversos clubes de música. A su vez, es el hogar de la Universidad de Bahir Dar, fundada el año 2000 sobre la base del antiguo Instituto Politécnico de Bahir Dar, fundado en 1963. En la actualidad la Universidad de Bahir Dar posee 4 facultades: Educación, Ingeniería, Economía y Negocios y Derecho. La ciudad está equipada con un aeropuerto con pistas pavimentadas, identificado por el código de la OACI HABD y de la IATA BJR. Las Líneas Aéreas Etíopes operan vuelos regulares entre Bahir Dar, y la capital, así como con Gondar hacia el noroeste. La ciudad también está conectada a través de carreteras y líneas de autobuses hacia Addis Abeba y Gondar.
CL0487: Interior del coche en el trayecto entre Bahir Dar y las Cataratas del Nilo Azul. Los primeros registros históricos que se tienen de esta zona datan de fines del Siglo XVI y comienzos del Siglo XVII, con el asentamiento de misioneros jesuitas en los márgenes del Lago Tana. Aún hoy en día se conserva un edificio de este período cerca de la plaza central, y que es asociado a Pedro Páez, misionero jesuita español enviado a Etiopía en 1589. Durante la invasión italiana de 1935-1936, una columna militar italiana movilizada desde Gondar ocupó la ciudad el 23 de abril de 1937. Durante la Segunda Guerra Mundial, entre los días 21 y 22 de octubre de 1940 la ciudad fue bombardeada por la Real Fuerza Aérea británica, y aunque la acción hizo pocos daños sirvió como impulso para la resistencia etíope. Después de meses de escaramuza, la guarnición italiana bajo el mando del Coronel Torelli empezaró a evacuar la ciudad el 27 de abril de 1941. Uno de los palacios del emperador Haile Selassie se encuentra cerca de La ciudad, razón por la cual el emperador consideró mover el capital nacional a la ciudad, lo cual no se concretó.
CL0588: Retrato de una madre junto a su hijo a los pies de las Cataratas del Nilo Azul (río Abay). Las cataratas del Nilo Azul, en lengua amariña Tis Abay (humo de agua), son uno de esos lugares míticos con los que una sueña cuando lee historias sobre antiguos exploradores, descubridores.. Precisamente, Pedro Páez, un alcarreño nacido en 1564 en un pueblecito de la hoy Comunidad de Madrid, fue el primer europeo "moderno" que estuvo aquí. Era un misionero jesuíta, que se convirtió en un experto de las lenguas y cultura autóctonas, y tuvo la suerte de conocer la sobre fuente del Nilo Azul, en 1613. Tal y como cuentan él y sus compañeros, parece que pocas cosas han cambiado en estos parajes... Bueno, ahora hay una presa para generar electricidad justo encima de las cataratas, y ha hecho menguar su caudal, cómo no... Pero el camino mulero sigue paralelo al río Abbai que discurre entre rocas volcánicas con fuerza... Es el camino por el que echamos a andar, y luego de cruzar el puente que los portugueses levantaron, seguimos caminando y cruzándonos con amhara que van al mercado con sus mercancías (mantequilla, miel...), hasta que, después de subir una pequeña colina, empezamos a oír un ruido de agua, ruido de cataratas, mágico... Poco a poco va subiendo el volumen hasta que ya podemos avistar una de ellas, seguimos avanzando y ahí están, las que por mucho tiempo se creyó que eran las fuentes del Nilo Azul (situadas cerca, en el Lago Tana, aunque no son cataratas...), magníficas, de color marrón porque estamos en la estación de lluvias y arrastran barro y limos, pero bonitas y esplendorosas igualmente.
CL0619: Tis Isat, las cataratas del Nilo Azul. En el enorme y bello lago Tana, se encuentra el nacimiento del Nilo Azul, ese gran ramal que vierte sus aguas allá por Sudán en el Nilo Blanco, el gran Nilo que atraviesa todo Egipto y va a morir al Mediterráneo. El gran Nilo que fue habitado por cocodrilos enormes, y surcado por los faraones y los sacerdotes adorando al dios Sol, Ra, y a todo el panteón que se extendía bajo sus alas. Descubrir el nacimiento del Nilo Azul (río Abay en etíope) fue uno de esos grandes objetivos de los antiguos exploradores. Uno de esos misterios, junto con el del Nilo Blanco, que trajo de cabeza a muchos. Y durante mucho tiempo se confundió con las cataratas que se encuentran unos kilómetros más allá del lugar correcto (las cataratas están a unos 30 km de Bahar Dar).
CL0648: Retrato de un etíope de la zona a los pies de las Cataratas del Nilo Azul (río Abay). Hace unos años, el gobierno etíope inauguró una central hidroeléctrica que aprovecha el desnivel de las cataratas del Nilo. El agua se desvía poco antes del salto hacia una turbina y produce 750 megawatios de electricidad, no demasiado, pero suficiente para llevar llevar luz y energía al norte del país. Incluso sobra para exportar. Antes de su construcción, las cascadas abarcaban un total de 400 metros de frente. Pero ahora un 85 % del caudal se desvía por el canal para producir electricidad. Solo entre un 10 y un 15% sigue cayendo por la catarata. Y eso, en temporada seca, se nota. Los nativos llamaron a la catarata Tis Isat, el agua humeante, porque toda la zona quedaba envuelta en una nube de agua vaporizada visible a kilómetros de distancia. A sus pies crecía una selva tropical con loros, monos y cientos de especies.
CL0813: Unos locales atraviesan en barca el Río Abay junto a las Cataratas del Nilo Azul. The Blue Nile Falls es una cascada en el río Nilo Azul en Etiopía. Se les conoce como Tis Abay en amárico, traducido, significa "agua humeante" Están situados en el curso superior del río, a unos 30 km aguas abajo de la ciudad de Bahir Dar y Tana Lake. Las cataratas son consideradas una de las mejores atracciones turísticas de Etiopía conocidos. Las caídas se estima entre 37 y 45 metros de altura, que consta de cuatro arroyos que originalmente variaba de un hilo en la estación seca de más de 400 metros de ancho en la estación lluviosa. Reglamento del Lago Tana ahora reduce la variación de algo, y desde 2003 una estación hidroeléctrica ha tomado gran parte del flujo de las cataratas, excepto Durante la temporada de lluvias. The Blue Nile Falls han aislado a la ecología del lago Tana de la ecología del resto del Nilo, y este aislamiento ha jugado un papel en la evolución de la fauna endémica del lago.
CL0859: Uno de los típicos autobuses de Etiopia atiborrados de personas y de todo aquello que se puede transportar. Bajo nuestro punto de vista es la mejor forma de vivir el país, pero también debemos decir que es bastante dura, debido principalmente a que los trayectos se hacen inacabables (por ejemplo, en el circuito norte hay recorridos que suponen dos días de viaje). Los autobuses siempre suelen salir alrededor de las 6 ó 7 h. de la mañana y normalmente nunca circulan más allá de las 18 h., ya que se evita la conducción de noche. Para trayectos largos aconsejamos seguir fielmente la ceremonia del autobús: antes de nada es conveniente comprar el billete el día anterior (hasta las 18 h.), aunque los asientos no son numerados e, incluso, se venden más plazas de las que realmente hay. Por esta razón se debe ir a la terminal de autobuses a las 5 de la mañana, entrar en el recinto de la estación antes de que lo hagan los etíopes (la puerta de acceso está cerrada hasta las 5'30 h. pero a los extranjeros se les permite entrar antes de esa hora), dirigirnos al autobús asignado (el billete suele indicar el nº de autobús) y colocarse delante de la puerta a esperar que la abren y permitan el acceso al autobús (a veces podremos entrar inmediatamente, con el autobús todavía vacío, y escoger el asiento que queramos). Sí llegamos a la estación justo en el momento de abrirse las puertas o con posterioridad a este momento tendremos pocas posibilidades de conseguir un asiento, y en cualquier caso no podremos escoger el sitio. Para hacerse una idea de lo que suele pasar en una estación de autobuses etíope cuando se abren las puertas imaginaos la apertura de puertas de El Corte Inglés el primer día de rebajas. No hay compasión de ningún tipo: abuelos, mujeres con niños, y todo el mundo en general, se lanza a una carrera loca para conseguir un sitio. Etiopía es uno de los poquísimos países africanos dónde no se permite ir gente de pie o sentada en el pasillo del autobús, y ésto suele ser respetado porqué hay vigilancia policial en las carreteras para hacer cumplir la ley. Por tanto, todo el que viaja en el autobús debe tener un asiento. En los trayectos largos se suele parar al menos para el desayuno y la comida (un máximo de 20-30 minutos). En trayectos de dos días se para al final del primer día en algún pueblo intermedio a conveniencia del conductor, dónde deberemos buscar algún sitio para dormir. No es demasiado difícil encontrar algún hotel, pero debemos ser conscientes de que son muy básicos. Los autobuses etíopes no son demasiado confortables, especialmente después de unas cuántas horas de viaje. Además, por alguna extraña razón, los etíopes son muy reacios a abrir las ventanas, aunque el calor y/o olor dentro del autobús sean asfixiantes. Esto, unido a la altura y los trayectos sinuosos, hace que algunos pasajeros se mareen a menudo (de aquí que sea habitual verlos oliendo un limón durante buena parte del viaje para intentar evitar el mareo).
CL0881: Ambiente rural junto a la entrada del sendero que lleva a Cataratas del Nilo Azul. Unos burros atados a un poste con la atenta mirada de una niña que parece poseída. EL Nilo en su viaje hacia el mar parte desde Uganda y Kenia lo que se ha llamado como el Nilo Blanco y desde Etiopía lo que se ha llamado como el Nilo Azul. Estos dos cauces se unen en la ciudad de Khartoum, la capital sudanesa para atravesar el desierto dirigiéndose hacia Egipto pasando por la región de Nubia donde llega a su máximo esplendor, allí uno se sumerge en el mundo faraónico de las pirámides, de los sarcófagos, de los templos como el de Abu Simbel y donde atravesando las grandes ciudades como Lúxor y El Cairo el Nilo llegará finalmente a la mítica ciudad de Alejandría donde se mezclará con el Mediterráneo gracias a un inmenso delta. También es un río por el que han pasado y convivido, pero por desgracia no siempre de manera pacífica, las grandes religiones como el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Éstas también han dejado su sello a lo largo del fastuoso río. Destacan el núcleo cristiano de El Cairo, la gran biblioteca que los cristianos concentraron en Alejandría, el desierto como el lugar del nacimiento del monacato y de la ascesis, los monasterios coptos…

CL0895: Las madres etíopes acarrean todo el día a sus niños en esta especie de portabebés. A veces las cosas mas sencillas resultan ser las mas sofisticadas. Asi pienso despues de ver como las mujeres mursi llevan a sus bebes. Estas africanas, como muchas otras mujeres del mundo, llevan a sus hijos constantemente en brazos, atados a su cuerpo con una tela a modo de portabebe. De esta manera los bebes forman parte de la vida diaria de sus madres, en todas y cada una de las actividades cotidianas. Como podeis observar en las fotos, no solo son llevados en la tela que hace de portabebé, sino que tambien aprovechan para alimentarlos con la teta, cada vez que el bebe lo necesita. Asi desde pequeños los bebes se sienten integrados en todos los ambitos: desde la preparacion de la comida, hasta la preparacion de todos los eventos festivos. Tambien llama poderosamente la atencion la vanidad de los mursi (tanto hombres como mujeres). Es una vanidad tan extrema que algunos diseñadores se han inspirado ensus adornos para sus colecciones, pero bueno eso es otra historia.
CL0909: Dos parejas cosmopolitas de Etíopes de clase alta demuestran que la modernidad también ha llegado a estas tierras africanas. Etiopía es la tercera economía que más rápidamente crece en el mundo, tras China y la India, con una media del 11% anual en los últimos cinco años. "El proceso de transformación y crecimiento, que comenzó hace una década, es hoy una realidad innegable y se puede ver hasta en la calle, ya que Etiopía es uno de los países africanos donde más rápidamente está creciendo la clase media", afirma David J. Mülchi, cónsul honorario de Etiopía en España, el equivalente al cargo de embajador dado que no existe Embajada de Etiopía en España.

CL1188: Retrato de un anciano en el monasterio de Kebran Gabriel, en el Lago Tana. Kebran Gabriel, el monasterio más cercano a Bahar Dar, es un principal atractivo turístico para los visitantes masculinos, ya que es uno de los lugares donde las mujeres están prohibidas. Originalmente establecida en el siglo XIV y reconstruido durante el reinado del emperador me Iyasy, es un edificio modesto, pero con un ambiente impresionante catedral distinta. Ura Kidane Mehret es otro de los atractivos populair que está abierto a las mujeres. Situado en la península de Zeghe, el diseño de las fechas monasterio de la misma época que el de la uno a la Kebran Gabriel, pero es un edificio más decorativo, arqueado sobre con un enorme techo de madera y pintada con frescos en el interior lleno de color que representan escenas de tradición bíblica y de la historia de la iglesia ortodoxa Etíopia.

CL1265: Canoas de papiro junto al Canoas de papiro junto al Lago Tana. En Woito se construyen las famosas canoas de Papiro, también se encuentran el Palacio en Bezawit y un mercado local. El lago Tana (también escrito T'ana; anteriormente escrito como Tsana o Dambea) es el lago más grande de Etiopía, fuente del Nilo Azul. El lago está ubicado en las tierras altas al noroeste del país, a 1.840 msnm, y tiene aproximadamente 84 km de largo y 66 km de ancho. La profundidad máxima es de 15 m y tiene una superficie de 2.156 km². El lago recibe sus aguas de los ríos Reb, Gumara, Lesser Abay, Kilti y Magech. El lago tiene unas treinta islas e islotes, cuyo número varía según sea el nivel del lago, que ha bajado de unos dos metros en los últimos 400 años. Según Manoel de Almeida (un misionero portugués del siglo XVI), el lago tenía 21 islas, siete u ocho de las cuales tenían monasterios en ellas «anteriormente grandes, pero actualmente muy reducidos». Cuando Robert Bruce visitó el área a finales del siglo XVIII, dejó asentado que los habitantes locales contaban 45 islas habitadas, pero que él creía que sólo había once. Un geógrafo más reciente menciona 37 islas, de las cuales 19 tienen y habrían tenido monasterios o iglesias. En los monasterios aislados de estas islas se enterraron los restos de emperadores etíopes. En la isla de Tana Cherqos hay una roca que fue en la cual, según la tradición descansó la Virgen María de su viaje de regreso de Egipto; también se dice que Frumentius, que introdujo el cristianismo en Etiopía estaría enterrado en Tana Cherqos. El cuerpo de Yekuno Amlak fue enterrado en el monasterio de San Esteban, en la Isla Daga; también en Daga se encuentran las tumbas de los emperadores Dawit I, Zara Yaqob, Za Dengel y Fasilides. Otras de las islas más importantes del lago son la isla Dek y Meshralia. Se piensa que los monasterios fueron construidos sobre sitios religiosos anteriores e incluyen Debre Maryam y Dega Estefanos del siglo XIV, Narga Selassie, Tana Cherkos (donde según las tradiciones etíopes habría estado el Arca de la Alianza), y Ura Kidane Mecet del siglo XIX. Hay un servicio de ferry que conecta Bahir Dar con Gorgora pasando por la isla Dek y varios poblados al borde del mar.
CL1345: Retrato de una joven vendedora de souvenirs junto al monasterio de Debram Maryam en el Lago Tana. Este lago, es el más grande de los lagos etíopes con 85 km de largo, 65 de ancho y una profundidad de aproximadamente de 14 metros. Salpican el lago más de 37 islas y en su orillas se encuentran las penínsulas de Gorgorá, Mendabba y Zeghe(la más próxima y la más visitada por su proximidad a la ciudad). Evidentemente, la visita a los monasterios que se encuentran dentro de este lago, es el motivo más importante, pero también para los amantes de la naturaleza y sobre todo para los ornitólogos pues tendrán la oportunidad de ver cigueñas, garzas, águilas, loros y así hasta 823 de las cuales 16 especies son endémicas de Etiopía; también en ocasiones se pueden ver cocodrilos e hipopótamos aunque yo os tengo que decir que no observé nada. Las islas albergan más de 20 monasterios cristianos de los siglos XIII y XIV, y algunos atesoran verdaderas obras de arte, manuscritos, reliquias e impresionantes pinturas. Lo que menos me gusta, es que en muchos de ellos sólo se permite la entrada a los hombres. El transporte por el lago, se efectúa en pequeñas lanchas a motor que se pueden alquilar en los embarcaderos y negociar el precio en función de los monasterios a visitar. También es habitual el poder observar a los pescadores navegar con sus artesanales barcas hechas de hojas de papiro llamadas "tankwas", cuyo diseño puede que tenga más de mil años de antigüedad.

CL1377: En el interior del monasterio de Debram Maryam en el Lago Tana se pueden contemplar frescos como este. Magnificos frescos. Los monasterios del lago son algunos de los mejor conservados. Han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. La Iglesia de Maria o Debre Maryam se encuentra a poca distancia del monasterio de Gabriel,en otra isla dentro del Lago Tana y casi al comienzo de donde el lago se convierte en el Nilo Azul. Este rio esta surcado por barcas hechas de papiro(tankwas),sobretodo por pescadores.La Iglesia debe su nombre porque se supone que por aqui paso la virgen Maria (mucho suponer).Esta llena de frescos con mucho color,aunque no son frescos propiamente dichos ya que son pinturas pegadas a los muros.Estas igleias,monasterios e islas dan al lago Tana un encanto especial.

CL1412: Vendedoras de souvenirs junto al monasterio de Debram Maryam en el Lago Tana. Las islas del lago Tana albergan monasterios del s. XIII y XIV, aun habitados por monjes y monjas (separados, por supuesto), que siguen una vida apartada y, nunca mejor dicho, monástica... sorprende la delgadez de algunos de ellos, que se mantienen con un puñado de grano al día y poco más! Fueron dundados por ermitaños del cristianismo primitivo que buscaban un lugar donde retirarse del mundo terrenal, y hasta allí siguen acercándose los peregrinos, sobre todo en fechas señaladas. Uno de los más bonitos es el Ura Kidane Mihret, también de los más frecuentados por los turistas. Un paseo de casi media hora por el bosque nos conduce a él, una construcción circular, típico ejemplo de iglesia ortodoxa etíope, hecha de argamasa de barro con techo de paja y forma cónica, guarda en su interior frescos, manuscritos, objetos eclesiásticos, coronas y vestimentas reales de varios emperadores del s. XIV.... Uno de estos monjes consintió en dejarnos hacerle fotos mientras leía uno de sus "incunables", un manuscrito del s. XIII o XIV. Sí, no son libros guardados para museo, los siguen utilizando! Cuando decidió que ya era suficiente, con un gesto leve, pero serio y lleno de autoridad, nos despidió.

CL1460: Una chica recoge agua de un pozo cercano para llevar a su casa junto al monasterio de Debram Maryam en el Lago Tana. Hay 37 islas sobre la superficie del lago Tana, de las cuales, 20 albergan iglesias y monasterios de un inmenso valor histórico y cultural. Estas iglesias, que están decoradas con preciosas pinturas, además dan cobi jo a tesoros innumerables. Debido a su aislamiento, se solían utilizar para almacenar los tesoros artísticos y las reliquias religiosas de todo el país. El acceso a alguna de estas iglesias está restringido a mujeres, aunque sí se las permite llegar hasta las orillas de la isla, no se les permite avanzar más allá. De todas formas, las mujeres sí pueden acceder a las iglesias de la península Zeghne y a la iglesia cercana de Ura Kidane Mehret, y también a Narga Sellassie. Kebre Gabriel: Se le conoce por el magnífico manuscrito de los cuatro evangelios que se cree que data de finales del siglo XIV o de principios del XV. Ura Kidane Mehret: Es mucho más decorativo y contiene un techo cónico de paja. Está pintado con escenas bíblicas. Daga Estifanos: Se la considera como una de las islas más sagradas del lago Tana y según cuenta la leyenda fue el escondite temporal del Arca de la Alianza . Sobre esta isla se encuentra la iglesia de San Estefano, que alberga a la "Virgen Santísima", pintada hacia 1434. El verdadero interés histórico yace en el arca, donde ataúdes con los lados acristalados, contienen los restos momificados de antiguos emperadores de Etiopía. Tana Cherkos: Este antiguo monasterio se encuentra en la orilla oeste del lago Tana. Según cuenta la leyenda, fue aquí donde Sta. María descansó ba jo un muro durante su huída de Egipto, y permaneció durante tres meses y diez días. Los monjes afirman haber poseído un collar suyo, que se dejó al partir. También se dice que el monasterio fue lugar sagrado para los judíos. Menelik I y otros nobles judíos, que tras huir del rey Salomón, trajeron el Arca de la Alianza a este monasterio e hicieron construir un templo sobre este, que se decoró con piedras preciosas. Seiscientos años más tarde, el Arca se llevo a Aksum.

CL1616: Un sacerdote posa majestuoso con su cruz en la puerta del Monasterio de Birgida Maryam en una de las islas del Lago Tana. El lago Tana, el lago más grande de Etiopía es la fuente del Nilo azul de donde comienza su viaje largo a Khartoum y encendido al mediterráneo. Las 37 islas que se dispersan sobre la superficie de las iglesias y de los monastries fascinadores del abrigo del lago, algunos de los cuales tienen historias el datar del décimotercero siglo. Sin embargo, debe ser observado que la mayor parte de las casas religiosas no están abiertas a las mujeres. Las islas más interesantes son: Birgida Mariam, Dega Estefanous, DEK, Narga, Tana Cherkos, Mitsele Fasiledes, Kebran y Debre Maryam. Kebran Gabriel es el monasterio principal que se puede visitar por los turistas masculinos de Bahar Dar con su impresionante Catedral-como la construcción primero construida en el final del 17mo siglo. Dega Estephanos, que también está cerrado a las mujeres, está en una isla en el lago, y es alcanzado por una trayectoria muy escarpada y bobina. Aunque la iglesia es relativamente nueva (solamente cientos años), contiene a Madonna pintado en el décimo quinto siglo. Sin embargo, el Hacienda del monasterio es una atracción primera con el restos de varios emperadores, así como sus trajes y joyas.

CL1645: Una mujer posa junto al Monasterio de Birgida Maryam en una de las islas del Lago Tana. Enclavado en el occidente del país y con más de tres mil quinientos kilómetros cuadrados de extensión, Tana es el lago más grande de Etiopía y un lugar sagrado desde tiempos inmemoriales. Islas tupidas se yerguen en la lejanía, tapizadas de verde hasta las cimas, sus bosques esconden algunos de los más importantes monasterios e iglesias del rito etíope, muchos de ellos con más de setecientos años de antigüedad. A este lago, dice una de tantas leyendas, llegó por primera vez el Arca de la Alianza, cuando una pequeña comunidad judía que huía de la persecución en Egipto la transportó desde Aswán, río arriba, a través del Nilo Azul, hasta llegar al gran lago. En la isla de Tana Kirkos, sigue la leyenda, el arca permaneció escondida por ochocientos años hasta que fue trasladada a la ciudad de Axum, donde se cree que aún reposa, en la iglesia de Nuestra señora María de Sión, custodiada por un sacerdote viejo y ciego.

CL1677: Interior de un restaurante. Los hombres matan las horas junto a un viejo televisor. La injera es el plato típico y se encuentra en cualquier restaurante, bar y en todas las casas. La injera es el pan etíope. Tiene un sabor agrio muy característico y especial. Se realiza con la harina de teff (el teff es un cereal local –sin gluten- de granos muy pequeños, que es muy difícil de encontrar fuera de Etiopía). La injera tiene forma de gran crêpe francesa. Se utiliza como plato donde se ponen los alimentos y pellizcando trozos es lo que se usa para comer a modo de cuchara. En Etiopía se cuece sobre placas de arcilla colocadas sobre el fuego pero en casa lo haremos con una plancha o con la sartén más grande que tengamos.

CL1756: Interior de la Iglesia de Debre Sina Maryam, de planta circular. Los murales de Debre Sina Maaryam están considerados los más complejos y de colores más vivos que se han visto en la región de Tana. La tradición local afirma que son de origen medieval, pero lo más probable es que se realizaran al principio del periodo gondar bajo el mecenazgo de una nombre, Melako Tawit, representada en un mural, y hermana mayor del emperador Fasilidas.
CL1786: Patio exterior de la Iglesia de Debre Sina Maryam. Las flores campan a sus anchas y un chico local va vestido con la camiseta de FC. Barcelona. Gorgora, inmediatamente adyacente al campamento, también tiene un montón de lugares de interés cultural. Tiene una iglesia que data de 1334 (reconstruido en 1608) que cuenta con hermosos frescos coptos. A pocos kilómetros del camping se encuentran las ruinas de un palacio del siglo 17 y de la catedral de Susenios Emperador. Desde las ruinas tiene una hermosa vista a través del lago Tana. El campo base está a orillas del lago Tana, un lago natural alimentado por una multitud de ríos y arroyos de la sierra norte. El lago tiene 37 islas, veinte de los cuales tienen iglesias de los siglos 16 y 17 y monasterios. Ellos todavía están en uso y muchos de ellos se puede ver. La naturaleza en los alrededores del lago Tana es también abrumadora. El lago en sí es conocida por su abundancia de especies de aves. A lo largo de la costa y en las islas del lago hay árboles antiguos en los que muchas especies de aves, como tejedores, nacen las crías y sus crías. El lago también atrae a cualquier número de aves acuáticas como las águilas pescado, ibis, cigüeñas, garzas, pelícanos plata y el martín pescador. Además de las aves, el lago es el hogar de hipopótamos, hienas, antílopes, babuinos lagartos del Nilo, y muchas otras especies.

CL1875: Góndar. Castillo de los fasilidas. La mayoría de los españoles sabemos poco de Etiopía. En pleno centro de Góndar se encuentra el Recinto Real o Fasil Ghebbi, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1979. La zona amurallada cuenta con seis castillos de piedra, de estilo portugués, de inspiración axumita o con influencias indias. Algunos son enormes, otros más modestos, los hay más y menos lujosos, peor y mejor conservados. El castillo más grande es el de Fasilidas, el emperador que fundó Góndar. Los sucesivos mandatarios también se hicieron construir su propio castillo para no ser menos y también otras dependencias como un edificio para archivo, jaulas para leones, establos, salones para banquetes… Dentro del conjunto se conservan tres iglesias.

CL1910: Gondar, a los pies de las montañas Simien, fue fundada por Fasilidas en el s. XVII, y fue un centro político, administrativo, comercial, religioso y cultural importante durante más de 250 años. Su decadencia, producto de intrigas y luchas dinásticas, se agravó cuando Tewodoros II trasladó la sede del gobierno imperial a Debre Tabor, a 100 km al sureste. Más adelante, la ciudad fue saqueada por los mahdistas sudaneses durante el s. XIXI, y por último, ocupada por las tropas fascistas italianas en la segunda Guerra Mundial. Algunos edificios resultaron dañados por el bombardeo de las Fuerzas Aéreas británicas durante la campaña de liberación.

CL2112 : Un sacerdote hace tocar el tambor en el interior de la Iglesia Debre Birhan Selassie (también llamada de los Querubines. A las afueras de la ciudad de Gondar se encuentra la iglesia Debre Birhan Selassie muy conocida por sus pinturas murales, se encuentra en una colina sobre la ciudad, con paredes hermosamente pintadas que cuentan muchas historias religiosas. Si se mira hacia arriba se ven las ochenta cabezas aladas de querubines etíopes sonriendo, todos ellos con una expresión ligeramente diferente. Es el techo mas famoso de Etiopía.

CL2147: Un sacerdote en la puerta de la iglesia Debre Berhan Selassie. Cuenta la leyenda que, cuando a finales del siglo XIX los derviches sudaneses intentaron destruir esta iglesia, un enjambre de abejas los echó del lugar, persiguiéndoles enfurecidas, hasta que los derviches no tuvieron más remedio que desistir de su intento. Debre Berhan Selassie es una iglesia íntima atiborrada de arte etíope. Vidas de santos, mártires y tradición popular se disputan las paredes mientras que decenas de querubines alados devuelven la mirada al visitante desde el techo.

CL2158: Muro exterior de la iglesia Debre Berhan Selassie. Junto con los cerca de 11 castillos y edificios anejos, la iglesia del siglo XVII de Debre Birhan Selassie es la única que ha sobrevivido a las repetidas destrucciones de Gondar a manos de los derviches (egipcio-sudaneses), los italianos y los británicos.
Su principal interés no es tanto el edificio en sí sino las magníficas pinturas que hay en su interior, tanto en las paredes como el techo. Especialmente este último, decorado con pinturas de 80 caras de querubines mirando en todas las direcciones, es seguramente una de las estampas más típicas de Etiopía y más reproducida en postales y recuerdos.

CL2284: Baños de los Fasilidas. Atravesando un viejo portalón de madera en el que dormita un amable anciano que al parecer es el "guarda" de lugar, tras una breve charla penetramos en el recinto, antes nuestros ojos se presenta un pequeño edificio de "estilo Gondarino" en el que destacan un par de torres de dos plantas, a los pies del edificio se abre un estanque o "piscina" de unos 3.000 metros cuadrados, son los famosos baños del Emperador Fasilidas. La arboleda presente en el recinto, consciente de la belleza del lugar se funde con la piedra del muro que rodea el estanque logrando una simbiosis mágica. Admirando este entorno no es de extrañar que desde tiempo atrás, cada 19 de Enero se venga celebrando en este emplazamiento la Epifanía Ortodoxa Etíope, conocida localmente como Timkat. (En esta fiesta se conmemora el bautismo de Jesús en el río Jordán) Para la ocasión, el estanque se rellena con las aguas de un río cercano, lo que según nos comentan resulta una ardua tarea que puede llevar bastantes horas. El día señalado los fieles, cuidadosamente ataviados se agolpan alrededor de la "alberca" donde asisten a la Liturgia, en la que nunca falta una copia del Arca de la Alianza envuelta en una tela. El momento álgido de la celebración se produce cuando los feligreses se sumergen en la piscina para renovar sus promesas bautismales y purificar su alma; el gentío es tal que no todos los asistentes pueden sumergirse a las aguas sagradas. Una vez finalizada la ceremonia, el agua purificadora es devuelta a sus orígenes y en los baños de Fasilides ahora desiertos, el eco de los cánticos de los feligreses se irá diluyendo con el paso de los días…los árboles del estanque volverán de nuevo a erigirse en mudos y casi únicos testigos de tanta belleza y soledad.

CL2295: La ciudad de Gondar está situada a 400 km al norte Addis Abeba, y fue la capital de Etiopía entre 1632 y 1855. Gran centro de cultura y erudición, la ciudad ha conservado varios vestigios de su pasado imperial. Descubre los baños de Fasilidas en los que se bautizan los creyentes, la iglesia Selassié y sus preciosos frescos y las ruinas de castillos y palacios de impresionante belleza, fruto del mestizaje arquitectónico europeo y nativo

CL2308: Gondar es uno de los sitios más maravillosos del mundo. No solamente, por su impresionante Palacio Real, sus Baños Fasilidas (entrada conjunta, 100 birrs) y sus numerosas, bellas y extrañas –para nosotros- iglesias –entre ellas, la Gabriel-, presididas por sus enormes cruces y llamativa simbología, sino por la propia idiosincrasia de sus calles y de sus gentes. Todo el entorno rezuma a cotidiano y genuino, en su estado más puro.
CL2315: Gasolinera en las calles del centro de Gondar. Gondar es una cuidad en un valle entre varias montañas, le llaman el Camelot de África y es que tiene un conjunto medieval muy bonito y bastante bien conservado. Esta ciudad fue capital de Etiopía durante muchos años y presume de ser muy turística.
CL2375: Interior de una de las casas más antiguas de la ciudad de Gondar. Gondar es una ciudad que a pesar de su potencial turístico percibimos como muy empobrecida, pero desconozco si corresponde a la realidad de la globalidad de la zona. Muchos de sus habitantes emigraron a Estados Unidos y desde allí envían dinero a sus familias. Esto, junto al turismo que atrae el recinto real, permite que la ciudad tenga una entrada extra de divisas y que parte de su población no viva tan al límite. La población es preciosa y el hotel Goha es pasable, en especial su ubicación. Como siempre, no esperemos mucho de gentes que cuentan con escasos recursos, no es ese el objetivo de nuestro viaje.
CL2503: Exterior de una de las casas más antiguas de la ciudad de Gondar. Gondar ciudad imperial llena de castillos de los antiguos emperadores,tambien en una ciudad moderna.Gondar fundada por el emperador Alam Sagad o Fasilidas en el año 1635 y fue el ultimo bastion de la ocupacion italiana,aqui se retiraron cuando los britanicos ocuparon Addis Abeba.Esta rodeada de montes y desde uno de ellos hay unas vistas espectaculares de la ciudad.Recorimos varias calles del centro y tomamos te con cardamomo que esta riquisimo. Es todo un espectaculo sentarse en algunos de sus cafes y ver pasar la vida delante de ti.
CL2524: Retrato en el exterior de una de las casas más antiguas de la ciudad de Gondar. En la región de Amhara en Etiopía, la ciudad de Gondar es famosa por sus castillos medievales y las iglesias que fueron construidas por los emperadores entre los años de 1.635 y 1.855. Hasta el siglo XVI, los Emperadores de Etiopía vivían una vida nómada, trasladándose de un lugar a otro dentro del territorio que reinaban, junto a su familia, cortesanos y la guardia real, se instalaban en tiendas de campaña con el consiguiente problema que les ocasionaba las lluvias. Es así que para resguardarse de las inclemencias del tiempo, los antiguos emperadores de Etiopía deciden construir un refugio, dando lugar al nacimiento de una ciudadela medieval, con espectaculares castillos amurallados que fueron durante décadas la capital del reino de Etiopía, los magníficos Castillos de Gondar.
CL2575: Pequeña iglesia en las afueras de Gondar. La ciudad de Gondar fue fundada por el emperador Fasilidas (Fasil para los etíopes) hijo del emperador Susinios hacia el año 1635. Fue el emperador Fasilidas quien levantó el primer castillo y sus sucesores el resto de las fortalezas, iglesias y baños que configuran el denominado recinto real. La tradición afirma que un búfalo llevó al emperador Fasilidas hasta un estanque y que fue un anciano que vivía cerca quien le dijo al emperador que debía de construir en ese lugar la capital. Fasilidas entonces rellenó el estanque e hizo construir su palacio sobre él.
CL2584: Los niños juegan al futbol en las afueras de Gondar. Gondar cobró tal importancia cultural y económica, que fue capital del reino de Etiopía hasta finales del siglo XIX , cuando el poder de los emperadores comenzó a decaer, y fue incendiada en varias ocasiones. .Su peculiar historia tiene su origen cuando un emperador de Etiopía, llamado Alam Sagaz, también conocido como Fasilidas construyó en 1632 el primer castillo en una aldea situada junto al Lago Tana y a las montañas Simen, cansado de esa vida nómada, y para poder descansar durante la temporada de lluvias. A este refugio del emperador se fueron sumando edificaciones de la realeza y castillos de emperadores posteriores, creándose una ciudadela imperial llamada Fasil Ghebi, dentro de la propia ciudad.
CL2611: En la plaza central de la ciudad de Gondar destaca la proximidad de un nuevo cibercafé "Facebook" junto a la antigua iglesia. Fundada en 1636 en el noroeste de Etiopía, fue la sede de la corte del emperador Fasil o Fásilidas. Durante casi 200 años fue ciudad real, encrucijada comercial y sede de la cultura. Impulsó uno de los períodos más fecundos del arte etíope. Espléndida capital cuyo reinado duró más de dos siglos a partir de 1636; al principio fue un campamento instalado para recibir al emperador, a los nobles y a los oficiales con sus sirvientes. La sencilla aldea llegó a ser el centro de una compleja vida urbana, que atrajo personas de talentos muy diversos. El período constituyó un hito importante en la historia de Etiopía, con una relativa estabilidad política que acarreó cierto florecimiento de la vida económica y social de toda la población. Fueron utilizadas nuevamente las antiguas rutas comerciales que unían al país con el resto del mundo por el Mar Rojo. Se especializó y diversificó la artesanía para satisfacer la demanda de joyas y adornos que desempeñaban un papel relevante tanto en las ocasiones ceremoniales como en la vida cotidiana. Sus calles debieron estar llenas de músicos que alababan a Dios y a los emperadores, a los héroes, e, incluso, a la belleza de la propia ciudad. Hubo un desarrollo de la enseñanza tradicional de la teología, del derecho y de la gramática.
CL2693: Varios niños posan junto al Simien Lodge. El Parque Nacional de las montañas de Simien es un espacio de naturaleza virgen que se desarrolla a una altura de alrededor de 3.000 metros. Las cumbres más altas superan con mucho los 4.000 metros, y los valles y cortes en la montaña crean desniveles con paredes vertiginosos en esas llanuras altas que se generaron después de siglos de erosión.
La particularidad geológica, de paisaje y de naturaleza que constituye este relieve masivo asentado sobre el Macizo Etíope hizo que se declarara Patrimonio de la Humanidad.
CL2834: Retrato de un niño en El Parque Nacional de los montes Simien. Las montañas de Etiopía son antiguas y redondeadas. Pocas cumbres en forma de pico aparecen en el paisaje, a pesar de la altura. El horizonte montañoso es ondulado y a veces de perfiles planos, a diferencia de lo habitual en el paisaje alpino.
CL2872: Retrato de un niño junto a las montañas de Simien. Las bellezas de los montes Simien son genuinas y universalmente admiradas, ante ellas solo resta la contemplación. Uno puede preguntarse que fuerzas y poderes sobrenaturales han creado esta maravilla.El parque nacional de las montañas Simien tiene muchas cimas por encima de los 4000 m, siendo Ras Dashen el pico más alto de Etiopía y el cuarto de Africa con 4620 m. Con al menos tres diferentes zonas botánicas, el parque es conocido por su diversa ecología, fauna y flora. Tres de los siete grandes mamíferos endémicos de Etiopía – la cabra Walia, el babuino Gelada y el zorro rojo de los Simien, se encuentran aquí.El parque se sitúa en una región de clima semi-árido, con menos de 600 mm anuales de precipitaciones, distribuidas de octubre a abril. Se distinguen tres tipos de vegetación en función de la altitud. En el nivel inferior, entre 3000 y 3300 metros, la vegetación original de cedros y mañíos ha sido sustituida por cultivos agrícolas, salvo en las zonas más inaccesibles. El nivel intermedio, hasta 4000 metros, también está muy degradado y sólo en escasos enclaves se conservan los bosquetes originales de brezo y salvia. El nivel superior está dominado por praderas semialpinas, salpicadas de afloramientos rocosos y bosquetes de brezos gigantes, que alcanzan hasta siete metros de altura. Conocido como el "techo de Africa" y situado a 120 Km de Gondar, el parque nacional de las montañas Simien fue el primero de los siete lugares herencia de la Humanidad del país en ser designado como tal por la UNESCO. Los visitantes del parque deben estar preparados para la posibilidad de días cálidos y fuerte sol. Los meses de Noviembre y Diciembre son los meses más fríos.
CL2987: Un niño toca un instrumento musical artesano, similar a un violín, elaborado por el mismo y que deleita a todo el que lo escucha en lo alto de las montañas de Simien. Situado a unos 100 kms al norte de Gondar, las montañas Simien constituyen una de las mayores cordilleras de África, con al menos una docena de cumbres por sobre los 4.000 metros. Estre estas se encuentra Ras Dashen, el punto más alto de Etiopía con 4.553 metros de altura, el cuarto pico más alto de África. La vertiente occidental de la cordillera, con excepción de Ras Dashen, fue declarada como Parque Nacional Montañas de Simien en 1969 mientras que toda la zona fue catalogada como Patrimonio Mundial por UNESCO en 1979.
CL3017: Los babuinos Gelada son unos monos endémicos de las montañas Simien, o sea que solo se dan en esta región del norte de Etiopía. Son monos peludos y los machos se distinguen de las hembras por una mancha en forma de corazón roja que tienen en el pecho. No son nada violentos y te puedes acercar a ellos si no haces mucho ruido, la verdad que son un verdadero encanto, sobre todos los pequeños que son llevados a lomos de las hembras.
CL3180: El gelada (Theropithecus gelada) es una especie de primate catarrino de la familia Cercopithecidae endémica de las tierras altas de Etiopía. Al igual que los babuinos, son terrestres y pasan el tiempo alimentándose en las praderas. Algunos autores incluyen el gelada dentro del género Papio, pero desde 1979 se le ha incluido en otro género separado, Theropithecus. Theropithecus gelada es la única especie viviente, aunque se conocen al menos otros dos linajes separados en el registro fósil. A pesar de que los geladas están restringidos hoy a Etiopía, se conocen fósiles del género procedentes de Sudáfrica, Malawi, República Democrática del Congo, Tanzania, Uganda, Kenia, Etiopía, Argelia, Marruecos, España e India. Puede distinguirse de los babuinos por la piel de vivos colores en su pecho. La mancha está poco definida y, en los machos, está teñida de rojo y rodeada de pelo blanco. En las hembras, la mancha está bastante menos pronunciada. Sin embargo, cuando hace calor, la mancha de las hembras se torna brillante y salpicada de ampollas. Este proceso es similar a la hinchazón de las nalgas durante el estro, algo común en los babuinos.

Gelada hembra.
Los geladas viven en pequeños grupos compuestos por un macho, varias hembras y sus crías. Estas pequeñas bandas se unen con otras para alimentarse, formando grupos de hasta 350 individuos. Ocasionalmente se ha visto reunidos a más de 650 geladas alimentándose, formando subgrupos más pequeños entre ellos dentro de ese conjunto. Los geladas se alimentan preferentemente de hierbas, comiéndose la planta entera, incluidas semillas, raíces y tallos. Tienen los pulgares oponibles más desarrollados de los monos del Viejo Mundo, lo que les permite separar con gran destreza las hierbas para encontrar las partes más nutritivas. Se sabe que también comen fruta en alguna ocasión. A pesar de que no se les considera una especie amenazada, se cree que sólo existen unos 50-60.000 geladas. La caza y la destrucción de su hábitat han forzado a los geladas a penetrar en las áreas habitadas por los papiones oliva y se han observado casos de hibridación entre ambos grupos. Además, en la parte más al sur de la meseta de Amhara, los geladas machos son muertos cada dos años para utilizar sus melenas en las ceremonias de bienvenida a la madurez. La pérdida de la mayor parte de la población de machos adultos de forma regular ha trastornado la estabilidad poblacional de la especie.

CL3253: En Simien no sólo habitan los babuinos Gelada. También es territorio propicio para otras dos especies endémicas: el chacal de Simien y el íbice de Abisinia, una cabra montesa de poderosa cornamenta. De éstos, mucho más cautos, no vimos ninguno. Los babuinos, sin embargo, nos acompañaron durante casi todo el recorrido. No es de extrañar, teniendo en cuenta que aquí viven casi 8.000. A veces los veías, despiojándose con parsimonia en solidaria hermandad, otras los intuías y, a menudo, escuchabas sólo sus gruñidos guturales. El macho dominante dirigía la orquesta (los babuinos son tremendamente gregarios y están habituados a seguir al jefe de la manada). Alzado sobre sus patas traseras, se encaramaba a una piedra desplegando toda su autoridad ante sus congéneres y, de paso, auscultaba nuestros movimientos y nos recordaba que estábamos en su territorio.
CL3296: Una mujer local camina entre las laderas de las montañas de Simien. Las montañas Simien, situadas en el norte de Etiopía a 100 km de la ciudad de Gondar, son un bellísimo macizo montañoso que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978. Cuenta con diversas cumbres de más de cuatromil metros, profundos valles y una enorme variedad de animales endémicos como el lobo de las Simien, el Ibex Walia y el babuino Gelada además de animales como la hiena y el leopardo.

CL3301: Un caballo pasta en un valle de las montañas de Simien. Puede que no vaya tan desencaminado. Las montañas Simien (que en amárico significa «Norte»), Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, con sus 180 kilómetros cuadrados de singular belleza, es territorio de los endémicos babuinos gelada. Para el excursionista, comprobar cómo manadas de hasta 400 individuos de estos monos deambulan a una altura que oscila entre los 2 mil y 4 mil metros, es una emocionante vivencia. Conocidos como mono de león, que atañe directamente a su frondosa melena, su presencia es un clásico por estas latitudes. Conviven en el espacio y tiempo con otras sorpresas: la cabra montés de Abisinia (walia), el lobo etíope (menos numeroso) o el antílope saltarrocas. La riqueza de la zona (amén de la proliferación de aves) se completa con una majestuosa flora donde no podemos olvidarnos de la endémica Lobelya rhynchopetalum. Con una profusión de alicientes de tanto calibre, no es de extrañar que la cámara fotográfica funcione sin cesar.
CL3391: Mercado de Debark. Varios niños juegan al futbolín mientras sus padres están vendiendo o comprando.
El pueblo de Debark es el punto de partida hacia las montañas Simien una de las maravillas de Etiopia.Aqui se reunen para comprar y vender sus productos,el mercado es el corazon del pueblo,el centro de este pequeño mundo.Aqui se hacen camisas con maquinas de coser de las que tenia tu abuela,se venden especies,ropa,zapatos,lana y un sin fin de cosas mas, es un mundo de olor y color.
CL3469: Una niña cargada hasta los topes de leña en el mercado de Debark. Debark tiene unas cuantas tiendas y puestos donde se pueden comprar verduras y algunos artículos básicos. En Gondar hay varias tiendas con las existencias razonables de los productos alimenticios. Si usted no tiene todo el equipo necesario se puede alquilar en su mayor parte en Debark. Nacional de Simien Parque normas requieren que todos los visitantes del parque deben ser acompañados por un ranger armado, que cobran alrededor de $ 3 por día. Rutas de senderismo le llevará a través de pequeños pueblos y cultivos en terrazas en los valles más bajos, antes de llegar a una serie de acantilados y escarpes. Más allá de los acantilados se llega a las hermosas praderas alpinas y el desierto agreste de las áreas de los picos altos. Usted tiene varias opciones de rutas, dependiendo del tiempo que tenga y la distancia que se desea cubrir, algunos turistas pasar diez días de trekking, pero la mayoría de los turistas hacen un viaje más corto. La ruta se determina también por los lugares donde se puede dormir por la noche. La mayoría de los excursionistas alojarse cerca del Parque Nacional de Sankaber, Geech y Chenek. Evite viajar a las montañas en época de lluvias.

CL3530: Ambiente en la plaza de de Adi Arkai, un minúsculo pueblo entre las montañas de Simien y Axum. El tramo entre Debark y Adi Arkay desciende casi 2.000 metros por entre las montañas. La pista a menudo va colgada sobre abismos sin fondo, con curvas de 180º sin protecciones laterales, y a veces bajo cascadas de agua (algunas de decenas de metros de altura) que caen por las paredes de roca directamente sobre la pista. Es realmente impresionante. En el pequeño pueblo de Adi Arkay, se puede aprovechar para mirar hacia el horizonte y contemplar un paisaje espectacular formado por las cumbres puntiagudas de las Simien (recuerda enormemente el Canyon Valley de Arizona).
CL3652: Unos novios apunto de casase en la iglesia moderna de St Mary of Zion. La Iglesia de Santa María de Sion se encuentra en Aksum, (Etiopía). Pertenece al Patriarcado Copto de Etiopía uno de los patriarcados de la Iglesia Copta. Según la tradición, en esta Basílica se custodia el Arca de la Alianza, que supuestamente fue depositada allí por Menelik I, hijo de Salomón, aunque no se puede asegurar totalmente ya que hay toda una discusión sobre su ubicación exacta, pero la teoría de que se encuentre en la Iglesia de Santa María de Sion es la más sólida. El Arca de la Alianza era un objeto sagrado que guardaba las tablas de piedra con los Diez Mandamientos, la vara de Aaron que reverdeció y el Maná que cayó del cielo. La importancia de tal objeto procede de su símbolo como alianza entre Dios y el pueblo judío. Las mujeres no pueden pasar al interior ya que la antigua iglesia fue destruida por una reina pagana. Actualmente el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía; no en vano, los 20.000 templos etíopes contiene una réplica del Arca de la Alianza. No es posible entrar al templo y únicamente un monje debidamente preparado es el único que tiene el privilegio de acceder al edificio.
CL3708: Los tambores tocan en la iglesia moderna de St Mary of Zion en el momento en el que unos novios están apunto de casase. Los bailes y los vesturarios de los invitados deslumbran a cualquier visitante, sobretodo a los extranjeros. El santuario más sagrado en Etiopía es la Iglesia de Santa María de Sión en la ciudad de Axum, allí dicen los Etíopes que se encuentra la verdadera Arca de la Alianza del pueblo de Israel, y que se menciona en el Antiguo Testamento. La Iglesia Ortodoxa Etíope sostiene que son los depositarios del Arca en Santa María de Sion, pero hay varias otras hipótesis alternativas sobre el paradero misterioso del Arca.
CL3732: Los invitados de una boda, perfectamente vestidos para la ocasión, en la iglesia moderna de St Mary of Zion de Axum. En la iglesia de Santa María de Sion de Axum, se encuentra un artefacto que, de confirmarse su autenticidad, añadiría muchísima miga a las leyendas etíopes. Por desgracia, sólo una persona viva ha visto este artefacto. El Arca de la Alianza está, según los cristianos etíopes, encerrada bajo llave en esta iglesia y sólo el guardián oficial puede entrar [los no-sacerdotes-ortodoxos-etíopes ni siquiera nos podemos acercar a cinco metros de la verja que rodea el templo]. No hay duda de la importancia que la leyenda del Arca juega en la Cristiandad etíope y pocas personas se atreverían a cuestionarla. Pero, superficialmente al menos, su presencia en Axum parece más bien poco probable. Para aquellos poco familiarizados con el Antiguo Testamento, el Arca de la Alianza fue construida por los niños de Israel para guardar las Tablas de la Ley que dios le dio a Moisés en el monte Sinaí. Según la Biblia, dios le dio a Moisés instrucciones precisas de su diseño y ornamentación. Estaba dotada de poderes mortales, especialmente útiles durante las batallas. Después de que los judíos se asentaran en Jerusalén, el Arca fue emplazada en un templo contruido por [el rey] Salomón en el siglo X antes de Cristo, donde permaneció hasta que el templo fue destruido por los babilonios en el 587 a.C. En el tiempo que estuvo en Jerusalén, el Arca fue el objeto más preciado de la fe judía, la personificación virtual de dios, y en muchos pasajes bíblicos se refieren a ella simplemente como Jehová. Después de la destrucción del templo de Salomón, desapareció. A pesar de los muchos intentos por recuperarla durante los siglos subsiguientes, nunca fue hallada.
CL3841: Unos niños venden souvenirs en las puertas de la iglesia de St Mary of Zion en Axum. El santuario más sagrado en Etiopía es la Iglesia de Santa María de Sión en la ciudad de Axum, allí dicen los Etíopes que se encuentra la verdadera Arca de la Alianza del pueblo de Israel, y que se menciona en el Antiguo Testamento…
EL ARCA DE LA ALIANZA En el Antiguo Testamento el propio Yavéh dio las instrucciones a Moisés para la construcción del Arca. Estas instrucciones fueron seguidas al pie de la letra por Bezaleel y otros "hombres hábiles a los que Yahvéh había dado pericia", quienes no sólo construyeron el Arca sagrada, sino que también trabajaron en la elaboración del Tabernáculo, el candelabro de siete brazos, el vestuario de los sacerdotes, la mesa sagrada, los objetos para los que estaba destinada, etc. Cuando estuvo terminada, y con las Tablas de la Ley en su interior, según Éxodo (40, 20), y con la vara de Aaron formando parte del ajuar que en ella se guardó, según Números (17, 10), el Arca comenzó a ocupar un lugar destacado en el Sancta Sanctorum del Tabérnaculo, ese templo portátil de los israelitas durante su éxodo en busca de la Tierra Prometida, convirtiéndose así en un auténtico talismán que representaba la alianza de Dios con su pueblo, cuando no la propia encarnación material de Yavéh. El Arca de la Alianza, era considerada una representación del Trono del Cielo de Dios en la Tierra. Según la tradición, tras la muerte del Salvador se oscurecieron los cielos y tembló la tierra, resquebrajándose los cimientos de la cruz y abriéndose una grieta hasta la cámara del Arca. Cuando el centurión romano Longinos clavó la lanza en el costado de Jesús, sus últimas gotas de sangre fueron a caer sobre el Propiciatorio.
CL3905: La comitiva nupcial recorre las calles de Axum a bordo de un tuc-tuc festejando que se acaban de casar sus allegados.
AXUM ES LA CIUDAD MÁS ANTIGUA DE ETIOPÍA Y PROBABLEMENTE DEL MUNDO. Cuenta la leyenda que es en esta ciudad creada por los habitantes del puerto de Adulis cuando éste fue destruido, nació Melenik I, hijo del rey Salomón y la Princesa de Saba. De hecho, todavía se conservan las ruinas del Palacio de la Reina de Saba en cuyas cercanías hay un lago en donde supuestamente se bañaba la reina y donde los habitantes de la ciudad recogen agua pues la consideran mágica. También son interesantes los Monolitos de granito conocidos como Estelas que están construidos siguiendo técnicas árabes, el de mayor altura alcanza los 34 metros y todos ellos tienen un significado conmemorativo. Se distingue, además, la Iglesia de Santa María de Zión a cuyo interior no pueden pasar las mujeres ya que la antigua iglesia fue destruida por una reina pagana. En su interior se conserva el Arca de la Alianza que según cuenta la tradición fue traída a este recinto por Menelik I desde la ciudad santa de Jerusalén. Si dispone de tiempo le aconsejamos la visita al Museo de la ciudad.
CL3973: Unos sacerdotes muestran los libros sagrados de la nueva iglesia de St Mary of Zion en Axum. Las iglesias etíopes cuentan con varias entradas: la entrada sur para mujeres y la norte para hombres; la oriente puede ser usada indistintamente. Construidas siguiendo un esquema inspirado en el Templo de Salomón, tienen tres partes: un coro, un espacio sagrado donde se reparte la eucaristía y un santuario cerrado accesible sólo a los sacerdotes. Ahí, en esa parte llamada "sagrado de lo sagrado", cada iglesia guarda un Tabot, una réplica del Arca y de sus Tablas de la Ley, en un pequeño cofre de madera. En días religiosos importantes el Tabot sale en procesión del sacro santorum cubierto por una tela drapeada. Nadie parece preguntarse cómo, si de acuerdo a la leyenda quien mire el Arca queda ciego o incluso muere, es posible que todas las iglesias tengan una copia de ésta. Mis preguntas al respecto causaban molestia: para los etíopes lo relacionado con Arca es un dogma de fe. El Kebre Negest narra como a los 22 años Menelik regresó a Jerusalén a visitar a su padre, el Rey Salomón, quien le ofreció heredar el trono; ofrecimiento que declinó. Entre los acompañantes de Menelik se encontraba el hijo mayor de un alto sacerdote, quien hurtó el Arca tras soñar que debía llevarla consigo. Menelik enfureció al enterarse del hurto, pero luego a su vez soñó que eso era la voluntad de Dios y siguió su camino. Cuando el Rey Salomón se dio cuenta del robo pensó en enviar un ejército a perseguir a su hijo, pero él también soñó que era la voluntad de Dios y mantuvo la desaparición del Arca en secreto. La versión respecto a Makeda y Salomón, en la tradición judío ortodoxa de la falasha de Etiopía, es prácticamente idéntica a la del Kebre Negest. A pesar de ser una historia desestimada por los historiadores occidentales, los etíopes la aceptan sin dudar. Están convencidos que el Arca original fue llevada a Axum en el primer milenio antes de Cristo y que permanece ahí desde entonces.
CL3979: El Arca de la Alianza en en la iglesia de St Mary of Zion en Axum. La Iglesia de Santa María de Sion se encuentra en Aksum, (Etiopía). Pertenece al Patriarcado Copto de Etiopía uno de los patriarcados de la Iglesia Copta. Según la tradición, en esta Basílica se custodia el Arca de la Alianza, que supuestamente fue depositada allí por Menelik I, hijo de Salomón, aunque no se puede asegurar totalmente ya que hay toda una discusión sobre su ubicación exacta, pero la teoría de que se encuentre en la Iglesia de Santa María de Sion es la más sólida. El Arca de la Alianza era un objeto sagrado que guardaba las tablas de piedra con los Diez Mandamientos, la vara de Aaron que reverdeció y el Maná que cayó del cielo. La importancia de tal objeto procede de su símbolo como alianza entre Dios y el pueblo judío. Las mujeres no pueden pasar al interior ya que la antigua iglesia fue destruida por una reina pagana. Actualmente el Arca es el punto central del culto y la adoración cristiana en Etiopía; no en vano, los 20.000 templos etíopes contiene una réplica del Arca de la Alianza. No es posible entrar al templo y únicamente un monje debidamente preparado es el único que tiene el privilegio de acceder al edificio.
CL4003: Un devoto cristiano copto reza a las puertas de la iglesia de St Mary of Zion en Axum, el lugar en el que creen que se guarda El Arca de la Alianza. La revelación del milenio. El Arca de la Alianza, según la Biblia, es la caja que guardaba las Tablas de la Ley de Moisés con los Diez Mandamientos, y constituye, sin la menor duda, el objeto sagrado más codiciado de cuantos han sido buscados por el hombre en distintos lugares de la tierra, desde África a Oriente Medio. Rodeada de misterios, todavía hoy es uno de los tesoros más míticos del Antiguo Testamento. Durante siglos, el Arca ha encendido la imaginación de fanáticos, místicos, aventureros, arqueólogos y escritores. Su búsqueda por la historia ha sido incesante, los propios masones o los templarios estuvieron cerca de encontrarla , pero hasta ahora pocos son los elegidos que han podido verla. Parece ser, que el Arca se encuentra en Etiopía y que la humanidad está a punto de asistir a su Revelación: EL Patriarca copto ortodoxo de Etiopía, Abuna Paulos, acaba de pronunciarse al respecto de la reliquia y ha asegurado en una rueda de prensa, en el Hotel Aldrovandi en Roma, que "ha visto" el Arca de la Alianza y que su estado de conservación es "bueno". Paulos cree que ha llegado el momento de la verdad, afirma que no puede decir donde se encuentra el Arca, pero sí asegurar que la ha visto y que es como está descrita en la Biblia. Según la tradición copta ortodoxa etíope, el Arca de la Alianza, se encuentra custodiada en la catedral de Tsion Maryam, en el reino de Axum, en Etiopía, después de que fuera robada de Jerusalén por el hijo del rey Salomón-el vástago Emperador Menelik I-,y llevada a Axum, considerada como la Jerusalén de Etiopía. En Axum ha sido custodiada durante siglos y hasta hoy, por monjes ortodoxos de la ciudad…
CL4078: Varios niños y niñas separados hacen catequesis en el interior del recinto de la iglesia de St Mary of Zion en Axum. el Arca de la Alianza es una reliquia venerada fervorosamente por los etíopes razón por la cual las iglesias guardan en su recinto más sagrado una réplica del Arca de la Alianza que contiene el Tabot. El Tabot que se guarda en las iglesias etíopes es una réplica (en madera o piedra) de las Tablas de la Ley cuyo original se conservaría en Santa María de Sion , en Axum. Nos encontramos en Axum, ante la fachada de la Iglesia de Nuestra Señora de Sion, lugar en el cual y según asegura la tradición se encuentra actualmente el Arca de la Alianza. En el interior del templo una única persona, un sacerdote, un elegido, un descendiente directo de los levitas, guarda celosamente el tesoro y no permite que nadie lo toque o lo vea. Mis esfuerzos por acceder al recinto sagrado y contemplar esta maravilla son infructuosos, además según me cuentan , aunque accediese al tabernáculo en el que reposa el arca y levantase los paños con los cuales se protege al Arca de miradas furtivas, mi falta de fe me impediría ver el preciado tesoro. Pero ¿Cuál es el origen de esta férrea e inquebrantable convicción que lleva a los cristianos ortodoxos etíopes a aseverar de manera tan tajante el hecho de que el Arca de la Alianza descanse en Axum? Recordemos que la Leyenda y la historia caminan de la mano en este país, no se entiende la una sin la otra y llegan a fundirse para crear una verdad incuestionable…. La epopeya del pueblo etíope se encuentra recogida en el Kebre Negest (Gloria de los Reyes), un libro escrito en Gue'ez (antigua lengua etíope) a finales del siglo XIII por un sacerdote de Axum. Según se afirma en esta magna obra, los orígenes de la historia etíope, íntimamente ligados con el mundo bíblico, se remontarían a la corta pero fructífera relación que mantuvieron la reina etíope Makeda o Belkis (nombres históricos con los que se conocería a la mítica reina de Saba) y el sabio rey Salomón. La Reina de Saba, viajaría a Jerusalén cargada de valiosos tesoros (joyas, piedras preciosas, especies…) en busca de los sabios consejos del afamado monarca Salomón, este aseguró a su honorable huésped que únicamente le exigiría una compensación en caso de que tomase algún bien del pueblo de Israel.

CL4276: Algunas mujeres criban los granos de cereales en la aldea de Atba. El Teff, el cereal llegado de Etiopía. El teff es un cereal con muchísimo futuro ya que como veremos en este artículo tiene unas ventajas nutricionales fuera de serie que lo hacen especial. Origen del teff Etiopía es el lugar de origen de este cereal de grano muy pequeño y color marrón oscuro el cual se cultiva desde hace más de 5000 años. Es uno de sus cultivos mas importante y utilizados en su dieta por este país De su grano se obtiene la harina, con la que elaboran la "Ingera" un tipo de tortilla grande que se acompaña al "wot" un guiso típico de Etiopía. El teff se ha comenzado a cultivar y comercializar en otros países a nivel mundial debido a su fácil adaptación a terrenos áridos y su rapidez de crecimiento. Propiedades del teff. Alto valor nutricional, siendo muy superior a otros cereales como el trigo o la cebada, proporcionando una energía vital inmediata y duradera. Cereal libre de gluten. Lo que le hace ideal para dietas con intolerancia al trigo o dietas para celíacos. Rico en carbohidratos de liberación lenta o degradación lenta, por lo que es muy adecuado para deportistas de alto rendimiento que tienen una necesidad rápida y prolongada de hidratos de carbono. El teff también es muy conveniente para personas que padecen diabetes del tipo II controlando los niveles de glucosa en sangre o para personas con sobrepeso que quieren controlar su peso, con un alto poder saciante y regulador del apetito. Alto contenido en fibra y gran digestibilidad. Contiene una gran proporción de almidón que se puede ingerir lentamente, por lo que es muy adecuado para una estimulación de la flora natural actuando como si de un probiótico se tratara. Rico en minerales libres como el Ca, Mg, Mn y K que ayudan en la recuperación rápida después de un esfuerzo físico o desgaste mental. Destaca su contenido en Calcio recomendado en procesos de descalcificación, osteoporosis y en el crecimiento infantil. Fuente de 8 aminoácidos esenciales, destacando la lisina, inexistente o escasa en algunos cereales como el trigo o la cebada. La lisina es muy importante, por que intervienen en el proceso metabólico del Calcio ayudando al Calcio a que pase del torrente sanguíneo a la estructura ósea. Información nutricional del teff (por 100 g. de harina)
CL4370: Interior de un antiguo molino, en la aldea de Atba, en el que los cereales se convierten en harina. Esta aldea se encuentra cerca del monasterio de Abba Garima. A unos 11 kilometros al este de Adwa, se encuentra el monasterio de Abba Garima, el cual se dice fue fundado por uno de los nueve santos en el siglo VI. El monasterio es conocido por su colección de objetos religiosos, incluyendo tres evangelios del siglo X. Usando Adwa como base, se puede visitar Yeha y Debra Damo. Yeha es famoso por su enorme y extraordinario templo. De acuerdo con el erudito alemán Heinrich Müller, en el siglo XIX, se cree que el templo data unos siete u ocho siglos antes del nacimiento de Cristo. Este templo es considerado el edificio más antiguo de pie en el país. Al costado de este notable templo, se encuentra una iglesia dedicada a Abba Aftse. Abba Aftse fue una de los famosos nueve santos que llegaron a Etiopía, en el siglo VI, provenientes del Imperio Romano para enseñar el Evangelio. La iglesia, que comparte el mismo recinto con el templo, tiene una planta de forma rectangular.
CL4414: Dos trabajadoras en el interior de un antiguo molino, en la aldea de Atba, situada a unos 11 kilómetros del monasterio de Abba Garima. Los Evangelios Garima de Etiopía son los manuscritos ilustrados más antiguos del cristianismo. Los expertos situaron la obra en 1100 DC, pero la datación por radiocarbono ha indicado que los documentos fueron creados en una fecha entre el 330 y el 650 DC.
La tradición monástica dice que el monje Abba Garima copió los Evangelios en un día, después de fundar el Monasterio Garima en el norte de Etiopía, creca de Adwa. Los dos manuscritos están compuestos por 670 páginas en total, 28 de las cuales están ilustradas. Éstas incluyen cuatro retratos de evangelistas y un dibujo del Templo de Salomón. Los manuscritos están escritos en lengua Ge'ez y nunca han salido de Etiopía. Varios expertos han examinado los Evangelios con cuidado, porque la cubierta de piel de cabra es tan frágil que podría romperse durante el examen. A un experto francés en arte etíope se le permitió tomar dos pequeñas muestras para la prueba. Los tests, combinados con algunos análisis estilísticos, sugieren que los manuscritos tienen unos 1.400 años de antigüedad.
Se está creando un museo con la esperanza de poder proteger los Evangelios y al mismo tiempo permitir a los curiosos verlos de cerca.
CL4631: Dos clérigos en las puertas del monasterio de Abba Garima. Los Evangelios Garima de Etiopía son los manuscritos ilustrados más antiguos del cristianismo. Los expertos situaron la obra en 1100 DC, pero la datación por radiocarbono ha indicado que los documentos fueron creados en una fecha entre el 330 y el 650 DC. La tradición monástica dice que el monje Abba Garima copió los Evangelios en un día, después de fundar el monasterio Garima en el norte de Eiopía, cerca de Adwa. Los dos manuscritos están compuestos por 670 páginas en total, 28 de las cuales están ilustradas; éstas incluyen 4 retratos de evangelistas y un dibujo del Templo de Salomón.
CL4740: Junto a las ruinas de Yeha varios cristianos viven en casas sencillas de piedra. El café y la religión son elementos que nunca han de faltar. Yeha es el templo más antiguo del país, su construcción se fecha entre los siglos VI y VII antes de Cristo. Fue levantado durante la época sabaeana, anterior a la axumita, aunque no se sabe gran cosa acerca de la civilización que construyó el templo. Las investigaciones arqueológicas más recientes han demostrado que Yeha fue un extenso asentamiento y en las excavaciones, aún sin finalizar, se han encontrado diferentes tipos de objetos, como hornillos de incienso, armas de hierro y utensilios de cerámica. Su estado de conservación es bastante bueno y lo impresionante de su construcción es que está levantado con inmensos bloques de piedra rectangulares que están anclados unos a otros sin uso alguno de mortero. En el siglo XVI se construyó en el interior del templo una iglesia cristiana que a principios del siglo XX fue reemplazada por otra, la que ahora se sitúa junto al templo. Esta iglesia está dedicada al monje Abune Aftse, uno de los nueve santos (Los nueve santos llegaron a Etiopía sobre el año 480 desde Roma, Constantinopla y Siria, acabaron con el paganismo en Etiopía, fundaron numerosos monasterios y tradujeron al Ge´ez la Biblia). La leyenda dice que Abune Aftse fue trasladado por un ángel a Yeha cuando huía de la persecución sufrida en diferentes lugares de Etiopía.
CL4865: Retrato de una aldeana en Yeha. En Yeha, además de las visitas a las ruinas, también cabe la posibilidad de visitar a algunos de los ceramistas. Yeha se sitúa en la sección montañosa norteña de la región de Tigray. Aunque hoy este pago pequeño sobrevive como un pueblo de la casucha, era una vez un sitio de gran civilización del pre-Axumite. Creído para ser la primera capital de Etiopía, Yeha era primero al principio descubierto en una excavación arqueológica compleja alrededor de un patio de los 20 C. Los primeros colonos de este área, el Sabeans, eran los fundadores del reino de Axumite. El templo de Yeha, con un lado de sus paredes en la ruina, está por otra parte todavía intacto y testifica al nivel avanzado de las personas de esas veces. Hay ningún rastro de mortero que se usa para construir el templo de que el dentro de las paredes se creyó sido tenido sido pavimentado con oro.
CL4897: Una niña portea a su hermana en la aldea de Yeha, junto a las ruinas del famoso templo. El templo de Yeha, con un lado de sus paredes en la ruina, está por otra parte todavía intacto y testifica al nivel avanzado de las personas de esas veces. Hay ningún rastro de mortero que se usa para construir el templo de que el dentro de las paredes se creyó sido tenido sido pavimentado con oro. Las excavaciones arqueológicas hicieron en 1909, 1947 y 1973 respectivamente, revela que este templo bonito se destruyó por el fuego. Los tesoros como los anillos de oros, leones dorados, inscripciones piedra-grabadas escritas en Sabean, los animales piedra-tallados como el íbice de Walya (uno de los mamíferos endémicos de Etiopía), la alfarería trabaja y otros eran descubiertos. Algunos de estos resultados se despliegan en el museo de iglesia de 4th-siglo encontrado en el mismo compuesto como el templo mientras otros se despliegan en el Museo Nacional en Addis Ababa. Las doce formaciones subterráneas y cuatro otras estructuras de la cueva muy profundas (qué parece llevar a Yemen, Lalibela, Jerusalén y Axum), aumente la importancia de la área por lo que se refiere a arquitectura e historia.

CL4928: Una chica transporta el agua que ha ido a recoger a un pozo cercano en las montañas de Gheralta. Gheralta es una región de una belleza extrema, de montañas rojas espectaculares y con un paisaje sobrecogedor. Desde Abraha Atsbeha se puede visitar la iglesia de Yohannes Maequddi, con frescos preciosos en muy buen estado de conservación. Pero hay que subir cuarenta minutos para llegar a ella. Posteriormente, leo a propósito de esta iglesia, lo que contó David Buxton: This church of St. John, is the most interesting I have seen and is memorable, too, for its means of access which is narrow clef between bulging walls of bare, glaring sandstone (Esta iglesia de San Juan es la más interesante que he visto y además es digna de recordar por su vía de acceso, que es una estrecha grieta entre paredes abultadas de desnuda y deslumbrante arenisca). Desde Abraha Atsbeha, también se puede visitar la iglesia de Debre Sión. Las pinturas están en muy mal estado y hay que subir por un camino empinado cincuenta minutos.

CL4972: Una campesina pasea a su ganado en la planicie de las montañas de Gheralta. En el núcleo de Tigray, la región del norte de Etiopía, famosa por su magnífica cadena de montañas, hogar de magníficas iglesias rupestres, algunas famosas por su arquitectura, pinturas y manuscritos antiguos y otros conocidos por su magnífica vista, se encuentra el Gheralta Lodge. A este territorio se le conoce cómo el museo a cielo abierto pues hay muchísimas iglesias excavadas en la roca. El paisaje es espectacular y cada vez más desértico conforme se va subiendo, además de la visita a la espectacular iglesia de Wukro Chircos que sobresale de un acantilado. En Gueralta hay unas 35 iglesias enclavadas en lugares casi imposibles.

CL5025: Trekking en Gheralta. Para acceder la las iglesias enclavadas en las rocas que se encuentran en la cima de las montañas de Gheralta es necesario una caminata con tramos de escalada. Algunas personas del lugar, como este niño, se presentan a ayudar a los visitantes con una propina que suele alcanzar los 100 birr. En la cima se esconden al menos una cuarta parte de los grandes monumentos de piedra de la región. Entre el siglo VIII y XV, un ejército de artistas, escultores, arquitectos y excavadores crearon una red de iglesias asentadas en montañas inaccesibles que están talladas en la roca del Amba Gheralta, del Amba Blanco y de las regiones del Tembien y el Agamé.

CL5238: Vista desde una de las cimas del entorno de las montañas de Gheralta. En esta región de montañas y cañones se hayan más de una treintena de atractivas y peculiares iglesias talladas sobre las paredes rocosas o en cuevas, la mayor concentración de todo el país. Se trata de una zona muy poco visitada pero tremendamente interesante y hermosa, cuya mejor base de exploración es la localidad de Hausein. A 50 km de Hausein se encuentra el pueblo de Wukro, donde se halla la iglesia Abreha Atsbeha, reconocida como la iglesia tallada en roca más impresionante de la provincial de Tigray. La iglesia está dedicada a los famosos reyes gemelos de Axum, Abreha y Atsbeha, quienes introdujeron el Cristianismo en Etiopía en el siglo IV.

CL5279: Monja de las montañas de Gheralta. Esta monja lleva en lo alto de las montañas de Gheralta desde pequeña, vive de lo que le trae la gente con lo empinado de la zona ya no puede bajar al igual que el cura de la zona. Para visitar alguna de las cerca de 30 iglesias construidas entre el siglo XIV y XVI en las paredes rocosas de la zona lo mejor es destinar, como mínimo, una jornada completa alquilando un coche que os acerque a los diferentes templos acompañados de un guía. Si se disponen de más días, también se puede pasar la noche en el hotel Gheralta Lodge, ubicado en la zona, en el que se podrá disfrutar de un entorno privilegiado. En algunas ocasiones el acceso a las iglesias es bastante asequible, como son los casos de Wukro Chirkos o Abreha we Atsbeha, aunque hay otros ejemplo que piden un mayor esfuerzo al visitante, como son Abuna Yemata Guh o Debre Mryam Korkor, en los que se pueden contemplar frescos que datan de los siglos en que fueron construidos.
CL5460: Un par de ancianas se dedican a tenerlo todo reluciente en la celebración de un nacimiento en el poblado de Hausein, en la falta de las montañas de Gheralta.
CL5536: La injera es la comida típica de Etiopia y no falta en ninguna de las celebraciones, como por ejemplo en esta celebración de un nacimiento en el poblado de Hausein, en la falta de las montañas de Gheralta. Injera o Injara no es sólo una especie de pan por que es también un utensilio para comer. Este pan en su forma original es sin utilizar levadura su contextura es esponjosa, y tiene un gusto ligeramente ácido la injara se utiliza para recoger los guisos de carne, o de pollo y verduras.

La Injera es a su vez utilizada como bandeja individual donde se sirven los diferentes guisados, también de ese modo el pan va absorbiendo los jugos de la comida a medida que es consumida. Cuando este mantel comestibles se termina de comer, significa que oficialmente la comida ha terminado. Injera se hace con el tef, un cereal pequeño y redondo que florece en las tierras altas de Etiopía. El teff es muy nutritivo, y prácticamente no contiene gluten. El teff es poco adecuado para la fabricación de pan elevado, sin embargo en el injera todavía se aprovecha de las propiedades especiales de la levadura. Le da una textura aireada, burbujeante, y un sabor ligeramente ácido Nuestra receta tradicional, se puede elaborar con teff, y si no encontramos este cereal haremos otra versión con harina integral y harina blanca común, de ese modo obtendremos una solución similar.
CL5567: Algunos de los invitados a un nacimiento en el poblado de Hausein, en la falta de las montañas de Gheralta. Las fiestas en estos casos suelen ser numerosas y muchas veces incluye a todo el pueblo. La injera y la cerveza casera suelen estar presentes. Básicamente se alimentan de un plato que se llama injera. Se sirve en un gran plato de unos 40-50 cm, normalmente de aluminio y en donde ponen una base por toda la superficie de 3mm o 5mm de grosor aproximadamente y muy parecida al pan, pero muy esponjoso. Esta base está hecha de harina de tef fermentada, encima ponen carnes picantes y verduras, algunas con salsa. Este "manjar" se come con la mano derecha, cogiendo un poco de base y un poco de carne. Al ser la mayoría de la población ortodoxos, musulmanes o judíos no usa el cerdo de ninguna manera.
La tella es una cerveza casera de color amarillento que se sirve en bares. Tiene un sabor bastante fuerte.
CL5575: Los billares son algo habituales en casi todos lo pueblos etíopes por pequeños que sean. En ese caso se trata de uno de los billares del poblado de Hausein, en la falta de las montañas de Gheralta.
CL5731: Un clérigo en la puerta de la iglesia de Abreha Atsbeha, semi excavada en la roca. La magnífica iglesia de Abreha wa Atsebha está situado a 15 km. owest de Wuqro. La iglesia es una de las mejores y más grandes iglesias además de una de las más antiguas de la región de Tigray, dedicada a los reyes famosos de Axum y a los hermanos Abreha y Atsebha. La iglesia está situada en la roca de un color rojo con una vista al valle y su fachada pintada de blanco con sus dos puertas azules a la altura bajo los arcos. La iglesia está decorada con pinturas del siglo que representan escenas bíblicas. También tiene varios y valiosos tesoros, el más importante es la cruz de la oración que, según funcionarios de la iglesia, pertenecía al primer obispo de Etiopía, cuyo nombre eclesiástico era Abba Salama (Padre de la paz).
CL5781: Una campesina vende sus huevos a pie de carretera en el mercado de Hausein. La imagen que uno puede tener de una Etiopía seca y yerma que se consume en la aridez, crudamente real en muchos lugares, cae en pedazos cuando uno se mueve por las tierras que rodean los cauces rehabilitados, las que reciben agua de algún canal o las que tienen la suerte de contar con un pozo.
CL5875: En el camino entre Wukro y Mekele varias personas recogen agua y aprovechan para bañarse en un pequeño riachuelo a pie de carretera. Mekele es uno de los principales centros económicos y universitarios del país. Constituye, además, el principal productor de cemento de Etiopía. En sus márgenes, recientemente, se habilitó el Aeropuerto Internacional Alula Aba, el cual cuenta con una pista de despegue de 3604 metros de longitud. Existen dos grandes hitos urbanos que caracterizan a la ciudad, por un lado, el monumento al FPLT (Frente Popular de Liberación de Tigray) en conmemoración de la lucha contra el régimen comunista etíope, visible desde la mayor parte de la ciudad. Por otro lado, está el palacio de Yohannes IV, en la margen norte de la ciudad. Fue construido para el emperador, por el arquitecto italiano Giacomo Naretti, en 1884.3 El complejo sigue en pie y actualmente alberga un museo, que exhibe el trono real del emperador, su dormitorio, vestidos ceremoniales, armas y una serie de otras colecciones históricas.
CL5895: Un campesino transporta la paja que ha segado en la carretera que lleva de Wukro a Mekele. Wukro y Wukro Cherkos. Wukro es una ciudad de tamaño medio situada entre Adigrat y Mekele y muy conveniente como centro desde donde explorar esta rica y fascinante parte del Tigray. Su iglesia excavada en la roca Wukro Cherkos es definitivamente la mas accesible del Tigray y una de las mas impresionantes, aunque no llega a ser monolítica. Mekele La capital del Tigray, Mekele ha sido descrita por una reciente guía sobre Etiopía (1995) ,como la ciudad " mas elegante y de mas rápido desarrollo" de todo el país. Los lugares de mayor interés son el mercado, donde pueden verse comerciantes trayendo barras de sal a camello desde el desierto de Danakil; el museo de Yohannes IV, y la raramente verde villa de Chekelot (17 Km al sur de Mekele) con su iglesia de Selassie.
CL5902: Un campesino vende los mangos que acaba de recolectar en la carretera que lleva de Wukro a Mekele. Para la mayoría de la población de Wukro y de las áreas circundantes, la agricultura de secano de subsistencia constituye su principal sustento. No obstante, Wukro y sus alrededores sufren con frecuencia periodos de sequía que tienen graves consecuencias para las condiciones de vida de la población rural. La emigración de las áreas rurales a las urbanas durante estos periodos es elevada. Desde hace poco, Wukro se está expandiendo rápidamente hacia la parte suroccidental de la ciudad lo que queda patente en las diversas construcciones residenciales que se están llevando a cabo dentro y fuera de la ciudad. El aumento de la construcción de viviendas residenciales de estilo moderno y de edificios comerciales como hoteles, cafeterías y tiendas, ofrece oportunidades de ingresos para los trabajadores cualificados y no cualificados en este sector.
CL5928: Un clérigo se acerca a nuestro vehículo en la carretera que lleva de Wukro a Mekele. En Wukro el único signo de progreso es una carretera, paso habitual de camiones de mercancías, de vehículos militares y de autocares atiborrados de pasajeros, que atraviesa y divide la ciudad en su camino de Mekele a Adigrat (las dos principales ciudades del Tigray). La vida transcurre a ambos lados de esta vía, donde comercios de todo tipo se mezclan con las escasas oficinas de la administración, con algún que otro establecimiento hotelero y de ocio y con pequeños negocios de diversa índole. El trasiego de gente, a todas horas, de día y de noche, es también constante. Las calles adyacentes, sin asfaltar, casi sin alumbrar y plagadas de grandes baches (convertidos en enormes charcos en la época de lluvia), albergan las humildes viviendas. Construidas alrededor de un patio común, las casas, normalmente una sola habitación en la que se duerme, se cocina y se hace la vida, comparten letrina y grifo con los vecinos. Y no es esto lo único que se comparte. La solidaridad es, entre estas personas que nada poseen y todo lo dan, sorprendente.
CL5965: Varios campesinos cortan las cañas de azúcar situadas en la carretera que lleva de Wukro a Mekele. En Wukro, situada en la región del Tigray, al norte de Etiopía, conviven más de 35.000 personas, que llegan a 100.000 si se suman los pequeños poblados y aldeas del área rural. La ciudad ofrece pocos atractivos para el visitante, salvo algunas de las más impresionantes iglesias excavadas en la roca que pueden localizarse en los alrededores. Poco más, porque en Wukro el único signo de progreso es una carretera, paso habitual de camiones de mercancías, de vehículos militares y de autocares atiborrados de pasajeros, que atraviesa y divide la ciudad en su camino de Mekele a Adigrat (las dos principales ciudades del Tigray). La vida transcurre a ambos lados de esta vía, donde comercios de todo tipo se mezclan con las escasas oficinas de la administración, con algún que otro establecimiento hotelero y de ocio y con pequeños negocios de diversa índole. El trasiego de gente, a todas horas, de día y de noche, es también constante.
CL6049: Campos de arroz situados en la carretera que lleva de Mekele a Lalibela. Mekele o Mek'ele es una ciudad y un woreda del norte de Etiopía, constituye la capital de la Región Tigray y es la 5 más poblada del país. Está ubicada en el woreda Enderta, en la Zona Debubawi, a 650 kilómetros al norte de Adís Abeba, la capital del país. Mekele es uno de los principales centros económicos y universitarios del país. Constituye, además, el principal productor de cemento de Etiopía. En sus márgenes, recientemente, se habilitó el Aeropuerto Internacional Alula Aba, el cual cuenta con una pista de despegue de 3604 metros de longitud. La ciudad destaca también, por la presencia de numerosas iglesias ortodoxas etíopes.De acuerdo a la estimación de población de 2005 de la Agencia Central de Estadística de Etiopía la ciudad poseía 169.207 habitantes.
CL6170: Retrato a una familia de etíopes en el tramo de carretera entre Dilb y Gashena que lleva desde Mekele a Lalibela. Lalibela es un pueblo en el corazón de Etiopía que constituye uno de los más importantes centros religiosos de la cristiandad etíope y es desde hace siglos una concurrida meta de peregrinaciones. Lalibela esconde en sus entrañas un tesoro arquitectónico que ha sido calificado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad: un excepcional conjunto de iglesias y edificios rupestres monolíticos, esculpidos –que no construidos– en su subsuelo rocoso durante la Edad Media, con el propósito de crear en África una nueva Jerusalén. Estas iglesias no son fósiles arqueológicos sino instituciones vivas, que mantienen vivo el culto hasta el día de hoy. Quienes las visiten pueden asistir a ceremonias religiosas en un ambiente propio de otros tiempos, y conocer algunas de las curiosas peculiaridades del cristianismo ortodoxo etíope, la mayor en número de fieles de las iglesias independientes orientales.
CL6194: En la aldea de Gashena, cercana a Lalibela se puede hacer un alto en el camino para repostar y comer alguna cosa. Las personas suelen hacer vida en la calle, chalar y relacionarse de la misma manera que se hacía en nuestro país hace un siglo. Lalibela es un milagro. Un pueblo perdido en las tierras altas al norte de Etiopía alberga uno de los conjuntos arquitectónicos más cautivadores del mundo: una docena de iglesias talladas en roca viva en bloques únicos bajo el nivel del terreno. Pero lo asombroso no es eso, a pesar de que cuesta imaginarse a los artistas del antiguo imperio de Aksum, allá por el siglo VII, cincelando toneladas de piedra volcánica hasta lograr que brotaran monolíticas catedrales en profundas zanjas. Lo verdaderamente milagroso es que Lalibela ha permanecido incomunicada hasta hace una década. Lo fascinante es que sus templos siguen en activo como el primer día, acogiendo inmutables los ritos, plegarias y salmodias tal y como se desarrollaban en la época de Lalibela que, aclarémoslo, no es un lepidóptero ni una hierba aromática sino el nombre de un rey que se llevó injustamente la gloria, ya que el complejo estaba prácticamente terminado cuando subió al poder en el siglo XII.
CL6211: Uno de los bares situados en la aldea de Gashena, cercana a Lalibela un buen lugar para hacer un alto en el camino, repostar y comer alguna cosa. Seguimos la ruta por una carretera con tal cantidad de polvo, que cuando nos cruzamos con otro vehículo no se ve nada, hasta llegar a Debri Zebit en donde iniciamos un pronunciado descenso por la cresta de una montaña con un paisaje espectacular, pero también con unos precipicios no menos espectaculares; al fin llegamos a Gashena y cogemos el desvío a la izquierda que nos llevará a Lalibela. Este último tramo de carretera en continuo descenso también es bonito, con campos cultivados en terracitas y un cielo azul, que lo que hace más luminoso. Hemos parado en un campo a coger habas y pronto se acercaron unos niños a los que regalamos una botella de agua vacía y eran los chavales más felices del mundo con su botella debajo del brazo.
CL6229: En la aldea de Gashena, no muy lejos de Lalibela se respira un ambiente de cotidianidad absoluta, tanto es así que incluso juegan al bingo en plena calle. Gashena es un pueblecito muy pequeño donde aprovecharemos para ver el mercado, el último realmente auténtico que veremos por Etiopía. Se encuentra muy cerquita de la carretera en una gran explanada.
Se trata de un mercado muy pero que muy local, los productos que allí se venden son para satisfacer a las aldeas cercanas pero aquí pocos turistas paran a hacer una visita y eso se nota nada más poner el pie en el mercado.
Nos reciben con miradas curiosas y sonrisas cómplices que nos hicieron sentirnos relajados desde el primer momento. Me pedían constantemente que les hiciese fotos y se ponían bien sus pañuelos y gorros para salir en ellas. Los más atrevidos intentaban practicar un poco inglés.
CL6369: Lalibela. Una mujer reza en el interior de la iglesia Bet Medhane Alem. Para admirar las iglesias de Lalibela no hay que mirar hacia arriba, sino hacia los pies. La iglesia más grande es Bet Medhane Alem, la más grande de todas, con 33 metros de largo por 25 de ancho y una fastuosa decoración que recuerda a los templos griegos. La de Bet Emmanuel, unos centenares de metros al este de la anterior, es una de las más bellas y mejor talladas de todas, que seguramente sirvió como capilla real. Hace más de 700 años, un rey etíope decidió hacer de su ciudad la "Jerusalén" del mundo cristiano ortodoxo. Pero en vez de levantar grandes templos a la manera clásica, se le ocurrió excavarlos en la roca para que los enemigos que hostigaban su reino no los localizaran fácilmente. El resultado fue una de las maravillas de la Antigüedad, un conjunto de once iglesias distribuidas en dos grupos, más una duodécima separada de éstas, que se fueron deconstruyendo a golpe de cincel, vaciando la roca hasta lograr un volumen interior igual al que se hubiera conseguido en un templo clásico, con planta de cruz griega, columnas, capiteles, bóvedas de medio punto y altares, solo que todo es de una sola pieza.
El lugar se llama Lalibela, está en una esquina poco accesible del norte de Etiopía, cerca de la frontera con Eritrea, en mitad de unas montañas áridas, pobres y desnudas que apenas verdean durante la temporada de lluvias. Y es uno de los lugares que más me han impactado en mi vida de viajero; uno de esos sitios que recomendaría visitar a cualquiera antes de hacerse viejo.
CL6406: Una mujer reza en el interior de la iglesia Bet Medhane Alem de Lalibela. Bet Medhane Alem o "casa del... Bet Medhane Alem o "casa del Redentor del Mundo" es la más alta y extensa de todas las iglesias de Lalibela. Completamente excavada en la roca, con sus 34 metros de largo por 24 metros de ancho, se atribuye por méritos propios el honor de ser la iglesia monolítica más grande del mundo. Construida a manera de un templo griego se encuentra completamente rodeada por pilares de columnas cuadradas. Sobre el bloque de piedra se adivinan perfectamente todos los elementos del templo: El pórtico, las naves, las bóvedas y ventanas, y la fastuosa decoración a base de relieves forman un conjunto único. La iglesia se encuentra completamente rodeada por pilares (siguiendo los cánones del estilo tradicional del período aksumita), 18 en el interior y 18 en el exterior, lo que para algunos especialistas implica una clara relación con la numerología hebrea en la cual el 18 se correspondería con el valor numérico de la palabra "jai" ("vida"). La iglesia no presenta ornamentación pictórica aunque la decoración interior a base de relieves geométricos de las ventanas inferiores, combinada con la alternancia de ventanas semicirculares y cuadradas de la zona superior se encarga de proporcionar belleza al interior del templo. En una esquina, se pueden contemplar tres tumbas vacías que según cuenta la tradición fueron excavadas par albergar de manera simbólica los cuerpos de los tres patriarcas bíblicos Abraham, Isaac, y Jacob. Para algunos historiadores, este templo sería una reproducción de la catedral de Santa María de Sión, ubicada originalmente en Aksum y que fuera destruida por los musulmanes…
CL6506: En el interior de las iglesias de Lalibela es fácil encontrar a la gente sentada en el suelo rezando. Todo aquí respira a fe. A una fe dura como la misma piedra. Lo más característico de este lugar son las iglesias rupestres excavadas en la roca de roja arenisca del triásico, de grano fino, y que forman parte del Patrimonio Mundial desde 1978. Se trata de una increíble trama de iglesias y capillas comunicadas entre sí por medio de una compleja serie de pasadizos y galerías. Cada iglesia está excavada a diferente nivel y con canalizaciones, al objeto que en época de lluvias el agua corra y no provoque inundaciones. Disponen de aljibes y de elementos defensivos. Les llaman casas (bet o bieta en lengua vernácula) a estos oratorios que responden a dos tipos de estructuras: unos son de planta rectangular con tres naves, una central y dos laterales, y otros son de planta en cruz griega. Las puertas y ventanas, anogostas y talladas en la misma piedra, presentan bonitos arabescos. El interior estaba policromado con pinturas de estilo bizantino, algunas de ellas aún se aprecian borrosamente.
CL6751: Un tejedor elaborar típicas alfombras etíopes en la ciudad de Lalibela. Es difícil encontrar un etíope que no haya peregrinado a Lalibela o, al menos, que no refleje en su rostro sentimientos mezclados de alegría, orgullo y devoción cuando alguien le menciona el nombre del lugar más sagrado de Etiopía. También es difícil encontrar otro sitio donde la profundidad de la fe sea tan evidente como en esta antigua capital del país, donde se hallan algunas de las más extraordinarias iglesias que ha conocido el mundo. Me refiero a los numerosos templos excavados en roca viva, que, en su conjunto, forman parte hoy del gran Patrimonio de la Humanidad. Una de las cosas que más impresiona al viajero que llega por primera vez a la moderna Etiopía es la devoción religiosa que impregna -como el agua, casi sin notarse- todo su tejido social. No olvidemos que este país fue el primer estado cristiano del mundo, tras Armenia, y que sigue inquebrantablemente el rito ortodoxo desde el siglo IV. Aunque no sería hasta el siglo XII, cuando el emperador de la antigua Roha, Lalibela, un ferviente cristiano a quien, según la leyenda, el mismo Dios se le apareció en varias ocasiones, emprendiera este colosal proyecto, que se completaría en sólo doce años.
CL6852: Un niño reza en una de las iglesias de Lalibela. En el siglo XII, el príncipe Lalibela hizo construir al norte del actual territorio etíope una docena de iglesias excavadas en piedra. Todas ellas, comunicadas por pasadizos subterráneos que horadan las rocas volcánicas de la reseca y aisladísima población que hoy lleva el nombre del monarca, se erigen como un milagro inesperado y fabuloso del cristianismo en esta ignota esquina del continente africano. Efectivamente, las brumosas montañas del centro de Etiopía esconden un gran secreto. Sus pueblos, a casi 3000 metros de altura, resultan poco accesibles en temporada de lluvias y resecos el resto del año. Ello, claro, ha contribuido a su aislamiento durante siglos. Por eso cuesta de creer lo que ven nuestros ojos cuando el suelo se hunde de pronto, cincelado por manos hábiles, y aparecen las líneas de un templo en forma de cruz.
CL6906: Lalibela. Iglesia de San Jorge. La Iglesia de San Jorge es la mejor conservada del conjunto de templos ortodoxos labrados en piedra de Lalibela, en Etiopía. Este yacimiento rupestre, que hunde sus orígenes en la época medieval, fue construido como una representación de Tierra Santa por la Dinastía Zagüe. En la actualidad, los templos de Lalibela continuan con su actividad religiosa y reciben visitas de peregrinos que se confunden con turistas curiosos por descubrir el entramado de pasadizos entre piedras que unen unos con otros.
CL6987: Un mendigo pide dinero a las puertas de una de las iglesias de Lalibela. Las iglesias de Lalibela, fueron talladas en la roca viva sobre el año 1200 representando la Tierra Santa como respuesta a la captura de Jerusalén por los musulmanes. Cuatro de las iglesias son exentas; las demás están unidas a la roca madre, bien por alguna pared o bien por el techo. Éstas últimas también son asombrosas, en todas ellas, el espectáculo arquitectónico es maravilloso, un trabajo de hormigas, en concreto de 40.000 obreros que se encargaron de vaciar los miles de metros cúbicos para dejar al descubierto las iglesias. Aunque también hay quien cree que tal obra, por su magnitud y belleza, solo pudo haber sido creada por los ángeles. Las iglesias de Lalibela se distribuyen en dos grupos principales, separados por el canal de Yordanos, que representa el río Jordán, pero comunicadas entre sí por túneles, pasadizos y trincheras. El lugar fue concebido para que su topografía correspondiera a una representación simbólica de Tierra Santa. Basta cruzar el umbral de cualquiera de los templos, recorrer los pasadizos excavados en la roca que unen unos y otros, admirar la belleza de sus Biblias, escuchar los rítmicos cantos litúrgicos para retroceder en el tiempo sea el día que sea del año. Los suelos siguen cubiertos de paja y ásperas esteras. El mobiliario es escaso. La luz, mortecina. Y los sacerdotes surgen de la penumbra para dar su bendición al recién llegado con una gran cruz que portan en su mano. Estamos en el África más desconocida e ignorada. Estamos en Lalibela, la "Jerusalén negra". De todas las Iglesias, la pieza maestra, el icono de Etiopía, es la maravillosa Bet Giyorgis (Iglesia de San Jorge), que se dice que fue construida después de la visita que el Santo hizo a Lalibela montado en su corcel blanco. Bet Giyorgis está apartada del resto de iglesias, excavada en una pendiente rocosa desde la cual se puede apreciar perfectamente su pétreo origen. Se desciende a ella por un pasadizo tallado en la roca, que cruza dos portales para desembocar finalmente al patio que rodea la iglesia. Como en todo Etiopia, los monjes saludan a los visitantes con un "salam" (del árabe: paz) y enseguida abren las puertas de la iglesia para que éstos puedan admirar sus tesoros: cruces macizas de oro de bellísimas formas, antiguas pinturas de santos ortodoxos y algunas esculturas excavadas en la roca, parte integrante de las columnas o paredes.
CL7223: Vista general de la ciudad de Lalibela. Lalibela es una ciudad monástica del norte de Etiopía, la segunda ciudad santa del país, después de Aksum; es un importante centro de peregrinación. Su población pertenece casi en su totalidad a la Iglesia ortodoxa etíope. Está situada en el estado federado de Amhara, a 2.500 msnm. Según la Agencia Central de Estadística de Etiopía, su población en 2005 era de 14.668, 7.049 hombres y 7.619 mujeres. Lalibela, antiguamente llamada Roha, fue la capital de la dinastía Zagüe. Recibió su nombre actual del rey Gebra Maskal Lalibela (1172-1212), canonizado por la Iglesia etíope, que quiso construir en la ciudad una nueva Jerusalén en respuesta a la conquista de Tierra Santa por los musulmanes. Muchos de sus edificios históricos tomaron su nombre de edificios en aquella ciudad. La ciudad alberga las famosas iglesias talladas en la roca de Lalibela, construidas durante el reinado de Gebra Maskal Lalibela y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978. La más emblemática es la de Beta Girorgios (La casa de San Jorge) con planta de cruz griega y quince metros de altura, tallada íntegramente en la roca.Cerca de las iglesias se encuentran el monasterio de Ashetan Maryam y la iglesia de Yemrehana Krestos, del siglo XI, construida al estilo axumita, albergada en una cueva.
CL7282: Un hombre fotografía desde un montículo de la ladera de una colina coronada por un viejo árbol del cuelga una gran campana la ciudad de Lalibela. Lalibela y sus iglesias excavadas en la piedra son el corazón de Etiopía, uno de los grandes centros de pelegrinación y el mayor atractivo turístico de la ruta histórica por el país. La ciudad de Lalibela posee el mas extenso complejo de iglesias talladas en la roca de Etiopía, construidas durante el reinado de Gebra Maskal Lalibela y declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1978. El rey Lalibela, en el siglo XII, quiso construir una nueva ciudad a la imagen de Jerusalén, en respuesta a la conquista de Tierra Santa por los musulmanes. Muchos de sus edificios históricos tomaron su nombre de edificios de aquella ciudad. La mayor parte de estas iglesias están íntegramente excavadas en la piedra formando un monolito (una única piedra todo ella) lo cual hace de estas iglesias obras únicas, típicamente etíopes. El conjunto esta formado por 13 iglesias. La más representativa de las iglesias de Lalibela es la de Beta Girorgios (San Jorge) con planta de cruz griega y quince metros de altura, tallada íntegramente en la roca y formando un cubo monolitíco.
CL7316: Iglesia de San Jorge en Lalibela. La iglesia de San Jorge es la principal de las once iglesias excavadas en la roca de Lalibela, ciudad santa para los cristianos etíopes situada en el norte de Etiopía. Estas iglesias son Patrimonio de la Humanidad según la Unesco y representan la ciudad de Jerusalem (tienen su portal de Belén, su puerta al Paraíso...). Suponen el centro de peregrinaje mayor de Etiopía y la leyenda cuenta que en su construcción ayudaron los ángeles, que trabajaban de noche. Si en la visita a este conjunto de iglesias rupestres, dejas para el final la de San Jorge, no te arrepentirás porque el efecto final no puede ser más impactante. Yo la ví por primera vez al atardecer y con pocos turistas alrededor, sublime sería un adjetivo rimbombante, pero acertado. Bete Georgis se encuentra alejada del resto de iglesias de Lalibela y según te aproximas, pasa totalmente desapercibida, al no elevarse por encima del nivel de la tierra. Cuando estás ya cerca, de repente, aparece ante tus ojos en mitad de la colina. Es como si un niño hubiera hecho una figura de una cruz con un molde en la arena, con la diferencia de que no se trata de blanda arena de playa, sino de roca basáltica rojiza. El espectáculo es impresionante de cerca, sin descender a la entrada del templo, ya que se puede apreciar gran parte de la iglesia, con sus muros algo inclinados y el vivo contraste del rojo de la roca con el verde intenso del musgo que crece en los muros. Precioso e increíble el esfuerzo que tuvo que implicar la construcción de un edificio así en los tiempos del rey Lalibela (s. XIII).
CL7416: Una niña vende artesanía en la entrada del monasterio de Nakuto Lab. En Lalibela, visite el segundo grupo y tambien una pequeña iglesia cavada en la montaña, el monasterio Nakuto Lab, que esta a unos 6 km del pueblo y que creo es el lugar mas hermoso y pacifico en el que he estado. Si tienen dinero por favor vayan; los guias cobran unos 40 dolares para llevarlos en auto y la entrada a la iglesia es de 100 birr. Pueden ir caminando si quieren, pero la ruta es cuesta arriba y recuerden que despues todavia tienen que regresar al pueblo… Una de las razones por las que fui, es que una turista alemana que tambien viajaba sola me invito a ir con ella, sino quizas nunca la hubiera descubierto. Tambien hay otra iglesia mas lejos de Lalibela a la que no mucha gente va pero que probablemente merezca una visita, Yemrehanna Krestos.
CL7445: Varias mujeres acuden a rezar al monasterio de Nakuto Lab. Sobrino del rey Lalibela, Na'akueto La'ab (escribe igualmente Nakuto Lab) reinó en Etiopía al principio del XIIIe siglo y fue lo uno de los últimos soberanos de la dynastie Zagoué. La leyenda cuenta que rezaba alargado sobre espadas. Como el rey Lalibela, hizo construir una iglesia troglodyte, la iglesia de Nakuto Lab, ubicada a 4 km de la ciudad de Lalibela en un sitio espectacular, anidada en un acantilado. La hacienda de la iglesia resguarda todavía hoy de los manuscritos remarquablement enluminés, de los iconos y de guapas cruces en dinero de la época.
CL7453: Algunas mujeres rezan en el monasterio de Nakuto Lab, en las afueras de Lalibela. Las misteriosas iglesias subterráneas, unos monumentos monolíticos extraídos de la piedra en Lalibela, han sido utilizadas ininterrumpidamente por los sacerdotes ortodoxos desde los siglos XII y XII, cuando esta lejana ciudad de montaña era todavía la capital de la importante dinastía Zagwe. El propósito de cada iglesia ha eludido la labor de los historiadores modernos: cada edificio es único en su tamaño, forma y ejecución, están esculpidos con precisión sobre la piedra (algunos dicen que por miles de trabajadores) y algunos de ellos fastuosamente decorados. Cuenta la leyenda que por lo menos una de las iglesias fue construida por ángeles en un solo día; otra leyenda cuenta que las iglesias nacieron de un sueño del rey Zagwe. Las once iglesias fueron excavadas bajo la superficie de la tierra, llegando en algunos casos a alcanzar los 10 metros de altura. Están rodeadas por patios y zanjas que las conectan entre sí, constituyendo un entresijo de túneles y pasadizos entre un edificio y el próximo. Las iglesias son tesoros en Etiopía como las grandes pirámides lo son en Egipto. La ciudad de Lalibela, emplazada entre escarpados barrancos de más de 2.500 metros, es una verdadera delicia.
CL7532: Una mujer besa la cuz de un sacerdote en la iglesia de Nakuto Lab, a las afueras de Lalibela. A 2.400 metros de altitud, en la altiplanicie etíope, al norte de Addis Abeba, se encuentra esta pequeña localidad monástica (la segunda ciudad de Etiopía considerada Santa), conocida en la antigüedad como Roha y que, cambió su nombre tras ser conquistada en el siglo XIII por el monarca Gebra Maskal Lalibela, quien la "bautizó" como Lalibela. Fue, por mandato de este rey, cuando se comenzó la construcción de estas singulares iglesias, singulares debido a que están excavadas en la tierra, hecho que las convierte en únicas y que les mereció en 1979, el reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La ciudad de Lalibela en el sur de Etiopía es conocida por sus doce iglesias cristianas labradas en la roca hace 800 años. La más asombrosa es Bieta Giyorgis, en la imagen, un monumental monolito de 12 metros de altura, esculpido intrincadamente en la piedra y con forma de cruz.
CL7722: El sacerdote de la iglesia de Nakuto Lab, a las afueras de Lalibela muestra su cruz. Se desconoce el motivo por el cual fueron excavadas o construidas en el suelo, construcción que elevada la dificultad de la edificación y aumentaba los costes. Se barajan varias teorías, una de las más aceptadas es que fueron levantadas durante el auge de las peregrinaciones cristianas, siendo Jerusalén el eje o centro principal de las mismas; durante el camino, el peregrino se enfrentaba a diversos peligros y las iglesias estaban expuestas a actos de vandalismo y saqueos, tal vez este fuera el motivo por el cual, el rey Lalibela decidiera soterrar las iglesias, protegiéndolas de posibles saqueos. Poco se sabe también del proceso de construcción, no se han encontrado planos, no se conoce el nombre de los arquitectos, la duración de los trabajos, la metodología de trabajo empleada, el uso de andamios o rampas…, lo que si se sabe es la dureza del trabajo que llevó la construcción de las iglesias, donde los "obreros" realizaron un trabajo como si de la excavación de una mina se tratara. El conjunto arquitectónico de Lalibela lo conforman once iglesias excavadas en el suelo de piedra volcánica de color rojizo. Primero se labró un foso alrededor de la masa pétrea o del espacio que iba a ocupar la futura iglesia, este foso permitiría el trabajo desde el exterior a los constructores y, hoy da acceso a los templos mediante escaleras o rampas. Su simbolismo es la separación del espacio sagrado del profano.
CL7922: Unas niñas bailan en las inmediaciones del monasterio de Nakuto Lab, a las afueras de Lalibela para ganarse algo de propina con los turistas. En Lalibela hay once iglesias excavadas en la piedra, a 2.700 m. de altitud y a unos 700 km. de la capital etíope, Addis Abeba. Han sido datadas entre los siglos XII - XIII y denominadas como "la Jerusalén negra". Su construcción se atribuye al rey Lalibela (siglo XIII) que fue, más tarde, canonizado por la iglesia etíope y que ha sido considerado por los europeos como el famoso Preste Juan. El impacto que provocan las iglesias la primera vez que se ven es tan grande que el primer europeo que las vio, el sacerdote portugués Francisco Álvarez, lo eliminó de su crónica porqué pensaba que nadie le creería. Las construcciones son monolíticas, talladas en una masa inclinada de tierra volcánica roja, asentada sobre una capa de basalto gris oscuro, situadas a ambos lados del río Jordán y comunicadas mediante túneles y pasadizos con aperturas que dan a cuevas de ermitaños y catacumbas. Algunas son de tipo basílica, con características arcaicas que imitan elementos arquitectónicos de periodos anteriores, pero al mismo tiempo difieren las unas de las otras en diseño y estilo. Dos de ellas están decoradas con interesantes pinturas murales y figuras esculpidas. Se dice que el rey Lalibela tardó 24 años en construirlas. Se han clasificado en tres grupos diferentes: iglesias construidas en cuevas, estructuras sencillas construidas dentro de una cueva natural (Makina Medhane Alem, Yemrehanna Kristos); iglesias excavadas en la roca, son todas aquellas excavadas en una pared de roca y, a veces, usando una cueva ya existente para ensancharse (Aba Libanos, Bete Meskel, Bete Denagil); iglesias monolíticas, oradadas en la roca en una sola pieza y separada de ésta por trincheras por todos los lados excepto por la base (Bete Medhane Alem, Bete Mariam, Bete Emmanuel, Bete Giorgis). La erosión causada principalmente por la intemperie está deteriorando la superficie de la piedra de todas las iglesias por lo que necesitan una restauración urgente. Las principales son la iglesia de Medhane Alem, la de Maryam, la de Ammanue, la de Giyorgis y la de Golgota-Mikail. En Lalibela se siguen practicando los mismos cultos y ritos que hace 800 años y para los cristianos ortodoxos de Etiopía es una segunda Tierra Santa, con su cauce rebautizado Jordán y su Monte Tambor. Lalibela es el mejor ejemplo de cristianismo arcaico, pues en ella viven no menos de 350 sacerdotes, 250 diáconos, 400 novicios y varios cientos de monjes, todos ellos en una estructura fuertemente jerarquizada.
CL8077: Una mujer portea a su hijo en el mercado de Lalibela. Lalibela no tiene muchos otras atracciones además de las iglesias. Aunque se debería dar una visita al mercado local, bueno para las compras y recuerdos del lugar, antes de irse. También se puede visitar el parque de burros, que tiene lindas vistas de la ciudad. Si se quiere explorar la zona más profundamente, se puede hacer trekking alrededor de Lalibela, en la hermosa región montañosa rodeada de interesante fauna etíope.
CL8150: Un hombre vende higos chumbos en el mercado de Lalibela. Al norte de Etiopía nos encontramos con la antigua Roha y la actual Lalibela. Esta ciudad santa llama la atención por sus iglesias talladas en piedra que fueron construidas en el siglo XI bajo en dominio de la dinastía Zegüe. Fue el rey Gebra Maskal Lalibela quien llego hasta este paraje yermo pero repleto de roca basáltica rojiza en la que excavar. Las iglesias de Libela están divididas en dos grupos totalmente diferenciadas gracias al río Jordán que las separa, pero estas iglesias están comunicadas entre sí por pasadizos y túneles que los peregrinos utilizan durante su visita. La Iglesia de Biet Giyorgis es la mejor conservada y es la única que se encuentra separada de las demás.
CL8298: En el mercado de Lalibela se puede conseguir cualquier cosa, animales, ropa, comida, etc. En un lugar aparte, un mercado al aire libre, caótico, grande y lleno de bullicio, concentra la actividad de la gente. Ganado, telas, cazuelas, adornos, sastres, hortalizas, frutas, recipientes de plástico... se mezclan entre el ir y venir de los que compran, charlan o miran. La ciudad gira en buena parte alrededor de la actividad religiosa y vive también de los forasteros atraídos por ella. Numerosas tiendecillas de recuerdos y de productos artesanos tientan a los visitantes con una oferta parecida en todas ellas: cruces, imitaciones de libros antiguos, copias de iconos, collares y pulseras, pequeñas tallas en madera... . La decoración colorida de estas y de otras tiendas, a menudo con ingenuas pinturas, dan un toque animado a la calle.
CL8425: Lalibela. Ceremonia del café. Uno de los mayores placeres de Etiopia es su cafe. La ceremonia es todo un rito como la del te en Japon. La ceremonia es complicada y lo que puedo contar es que se empieza tostando los granos del cafe,luego se muelen en un mortero de madera y despues se pone en el agua caliente y ya esta hecho el cafe. En la mesa se pone el incienso, azucar, las tazas y el cafe y no os podeis ni imaginar lo rico que está, nada que ver con el que tomamos en las cafeterias de Europa por mucho expresso que sea.
CL8456: Una mujer se asea en el patio de su casa en el extrarradio de Lalibela. Después de la caída del reino Axum en el siglo XII, los reyes de la dinastía Zagwe se trasladaron a Lalibela, sobre el sudeste de Axum. Construyeron aquí una próspera y poblada capital de las dinastías medievales. Lalibela, era conocida antiguamente como Roha hasta finales del siglo XII, luego cambió del nombre en honor al rey Lalibela. La ciudad fue fundada como la Nueva Jerusalén- eran tiempos dificiles para cristianos y las peregrinaciones a la verdadera Jerusalén, muy peligrosas- por eso la idea de construir una ciudad de culto y peregrinaje en un territorio africano. Las iglesias de Lalibela enamoran a qualquier persona. Estos templos fueron tallados en su totalidad en la roca volcanica tufu de color rojo.

La doble con desayuno cuesta 76 euros, el parking 6 euros por día, y la conexión a Internet 4,5 euros la hora.

Monasterios en el lago Tana

Enclavado en el occidente del país y con más de tres mil quinientos kilómetros cuadrados de extensión, Tana es el lago más grande de Etiopía y un lugar sagrado desde tiempos inmemoriales. Islas tupidas se yerguen en la lejanía, tapizadas de verde hasta las cimas, sus bosques esconden algunos de los más importantes monasterios e iglesias del rito etíope, muchos de ellos con más de setecientos años de antigüedad. A este lago, dice una de tantas leyendas, llegó por primera vez el Arca de la Alianza, cuando una pequeña comunidad judía que huía de la persecución en Egipto la transportó desde Aswán, río arriba, a través del Nilo Azul, hasta llegar al gran lago. En la isla de Tana Kirkos, sigue la leyenda, el arca permaneció escondida por ochocientos años hasta que fue trasladada a la ciudad de Axum, donde se cree que aún reposa, en la iglesia de Nuestra señora María de Sión, custodiada por un sacerdote viejo y ciego.
Tomamos un pequeño bote para ir a las islas y mientras los motores avanzan río adentro, hipopótamos desmesurados nos saludan con las cabezas sumergidas en el agua, pelícanos extienden las alas y se dejan arrastrar por las olas, indolentes. Una vez en el muelle, es preciso caminar unos minutos tierra adentro, pues las iglesias suelen estar en las partes más elevadas de las islas. Allí, la vegetación es abundante y colorida: los pájaros vuelan emitiendo extraños sonidos, mientras lagartijas e insectos salen a curiosear. Los niños de las islas vecinas venden cruces y otros recuerdos a lo largo del camino. Al poco tiempo vemos, en un terreno alto y despejado, el techo de paja de la iglesia y lo primero en sorprendernos es su estructura circular. Preguntamos a todo el mundo, pero nadie puede determinar con certeza el origen de esta práctica: unos explican que su forma retiene elementos de la antigua simbología animista, otros lo asocian con prácticas de un judaísmo primitivo y endémico de Etiopía. En fin, nada concluyente.
La iglesia ha sido dividida en tres recintos concéntricos. En el primero de ellos, el más exterior, las paredes están cubiertas de murales con imágenes de Cristo, de San Jorge matando desde su caballo al dragón, o de la virgen María, por quien los etíopes sienten una especial devoción. Las pinturas llevan amarillos y verdes y azules vivos; en los ojos de los santos se percibe una fuerte influencia del arte copto y bizantino.
El sacerdote recita la misa en el segundo recinto, siempre de pie y dando la espalda al Sancta Sanctorum: un habitáculo oscuro y preñado de incienso, donde se guarda el elemento más importante del templo: una réplica del Arca de la Alianza. Es increíble constatar cómo este objeto cumple, hoy, en la iglesia cristiana etíope, una función similar a la que tuvo, hace miles de años en la tradición judía, cuando era adorada por sobre todas las cosas, en el Sancta Sanctorum del templo de Salomón en Jerusalén.
El padre Tadesse es el sacerdote encargado de esta iglesia. Es un hombre alto y delgado, lleva el cráneo rasurado y viste una bata blanca que baja casi hasta los talones. Camina descalzo por los pisos de bambú, mientras nos cuenta la historia de San Tekle Haymanot, quien perdió una pierna a fuerza de pasar siete años orando sostenido sobre ella. Nos explica la compleja simbología que esconden las cruces grabadas en el cetro que lleva en la mano y luego nos cuenta apartes de la singular historia de su religión, similar al cristianismo copto egipcio, pero con fuertes influencias judías y animistas. Mientras damos una última mirada a los murales, el sacerdote nos pide el favor de que le enviemos un par de zapatos talla cuarenta y dos.
Salimos de la iglesia atraídos por el sonido de un tambor. En un quiosco cercano los niños de la aldea reciben educación religiosa. Sentados en círculo en un piso de arena, baten palmas al ritmo de la música y repiten con su maestra viejas canciones, canciones que alguna vez aprendieron sus padres y los padres de sus padres.

 

La selección de Etiopía resurgió luego de dictaduras, corrupción y hambrunas que impidieron el desarrollo del país y del deporte para después de 31 años volver a la Copa Africana de Naciones y estar a dos partidos de clasificar a su primer Mundial. Para ello deberá derrotar a Nigeria, campeón del área y su rival en los playoffs que determinarán uno de los cinco boletos para el campeonato en Sudamérica el próximo año.

 

Etiopía, el país que despertó de una dictadura para soñar con futbol

En la tierra donde los atletas más famosos son Haile Gebrselassie, Kenenisa Bekele y Tirunesh Dibaba, todas figuras mundiales del atletismo, también se dan oportunidad de soñar en el futbol y clasificar a su primer Mundial en Brasil 2014.

La selección de Etiopía resurgió luego de dictaduras, corrupción y hambrunas que impidieron el desarrollo del país y del deporte para después de 31 años volver a la Copa Africana de Naciones y estar a dos partidos de clasificar a su primer Mundial. Para ello deberá derrotar a Nigeria, campeón del área y su rival en los playoffs que determinarán uno de los cinco boletos para el campeonato en Sudamérica el próximo año.

La evolución le ha permitido al futbol etíope conseguir su primer patrocinador comercial en la historia: la compañía cervecera Heineken pagará 1.3 millones de dólares por un contrato de dos años con la federación de futbol.

Antes, los recursos para el desarrollo del futbol provenían de la FIFA, que en los últimos cuatro años erogó 3.5 millones de dólares para actividades de desarrollo.

En el 2009, el país africano fue castigado por el máximo rector del balompié debido al desvío de los recursos. Ashebir Woldegiorgis, expresidente de la federación etíope, fue el culpable de que el equipo no pudiera participar en las eliminatorias para el Mundial de Sudáfrica 2010.

Francisco Jáuregui, creador del blog Sporting Africa, explicó a El Economista que los buenos resultados del equipo nacional se deben a un proceso serio y a un equipo armado con las bases de los más poderosos como Dedebit, Saint George y Ethiopian Coffee; además, "los jugadores se conocen de sus clubes y permiten al entrenador trabajar teniendo contacto casi diario con la mayoría", refirió.

El experto asegura que los clubes europeos aún no contemplan al futbolista etíope porque prefieren a jugadores de países con mayor tradición en el balompié. En el 2011, el club egipcio Wadi Degla fichó por 200,000 euros a Said Saladin; hasta ahora es el fichaje más alto.

 

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