Paisaje fotografiado desde una embarcación mokoro durante el safari acuático efectuado en canoas llamadas mokoro partiendo desde el campamento Eagle Island Camp de Orient Express, en las afueras de la Reserva de Animales de Moremi, en Botswana. Antes de comenzar, unas medidas de seguridad en caso de un encuentro no deseado con hipopótamos, búfalos, leones…Nuestro guía local James al que seguíamos en fila de a uno, paraba a explicarnos cada huella, cada hueso, cada excremento y cada senda que íbamos encontrando. Era como ir rastreando el terreno en busca de nuestras presas. En aquel safari no vimos gran variedad de animales, ya que en aquellos meses de lluvias se encuentran esparcidos por zonas más alejadas. Aunque parezca mentira, el nivel del Okavango Delta está en nivel bajo durante la época de lluvias veraniegas y alto en el seco invierno. Esto es debido a que la gran masa de agua que drena el delta, llega desde Angola unos 6 meses después de haber caído. O sea, que el agua que está lloviendo en las montañas de aquel país durante Noviembre a Marzo tarda ese tiempo en recorrer los 1.000km debido al desnivel de tan solo 60m. Antes de empezar la caminata de 2 horas observamos un incendio en una isla cercana que nos acompañaría durante los 3 días. Llegamos al campamento con el sol ya puesto, hora en la que los hipopótamos comenzaban su actividad. La cena fue algo mejor pero de todas formas, con la comida no se juega. Aunque nuestros 3 guías nos decían que el incendio no podía llegar porque lo separaba un canal, yo no las tenía todas conmigo para dormir tranquilo. Lo tendríamos a unos 500 metros y en plena noche se oía arder como si estuviera al lado mismo. Al estar los canales cubiertos totalmente de vegetación, daba aquella sensación de intranquilidad, de que no había separación entre aquella zona y la nuestra. El lunes, siguiendo las indicaciones de nuestro guía-líder, nos levantamos a las 5:30am para desayunar algo y salir con el mokoro hacia otro punto, donde haríamos el siguiente safari. Este fue el safari que justificó el dinero gastado. Tuvo una duración de 4 horas y vimos cebras, ñus, elefantes, un grupo de más de 20 jirafas, hipopótamos,…y todo eso a pie, sin ninguna barrera entre los animales y nosotros. Lo único malo fue el intenso calor que hizo aquellos 3 días, era horrible. A la vuelta del safari, James dejaba el liderato a sus dos jóvenes aprendices, quien también nos iban cantando el nombre de todo lo que se movía a nuestro paso. Hay que ver como es la vida animal, cuanto menos peligrosos podemos ser para ellos por ir a pie, más se asustan y guardan las distancias. Nos olían y seguían con la mirada hasta que corrían para alejarse. Pero igual pasaba con las cebras que el grupo de las enormes jirafas. Eso indica también lo acostumbrados que están a los vehículos utilizados para los safaris. Pero la sensación de ir andando en silencio y sin ningún vehículo a motor, no se paga con dinero. La caminata fue de unas 4 horas y durante ella pasamos por pequeños tramos quemados por el incendio que vimos el día anterior y que aún se veía arder a corta distancia.  Volvimos al campamento para comer y luego me eché a hacer una siesta. Sobre las 17h nos montamos de nuevo en los mokoros para ver la puesta de sol entre los canales, desde el agua. Muy bonita puesta de sol, aunque no podía colocar mi trípode en ningún lugar, ni ponerme de pie para hacer ninguna foto. A la noche podíamos disfrutar de varios tipos de alumbrados naturales. Por un lado y sin contaminación lumínica el precioso cielo con su bien marcada vía láctea y júpiter, por otro una gran cantidad de unos pequeños insectos que emitían una luz intermitente ya fuera mientras volaban o parados, también el resplandor del incendio y por último alguna tormenta en la lejanía. El martes a la misma hora en pie y después del desayuno en marcha. Aquella vez empezamos la corta caminata sin utilizar la mokora, por la misma zona del primer día. Como ya suponía yo, vimos menos animales. Un par de elefantes solitarios y un grupo de 4 hipopótamos en un pequeño lago como más destacados. Sobre las 9:30am ya estábamos de vuelta en el campamento, demasiado tiempo muerto sin hacer nada. Aunque por una parte hasta me alegré, porque con el calor que hacía y sin reservas de agua, mejor estar charlando o tirado en la tienda. A las 14h ya lo teníamos todo recogido y estábamos partiendo de vuelta hacia la estación de Boro. El viaje fue algo más corto puesto que íbamos corriente abajo. El chico del hostel tuvo la grandísima idea de traer una nevera con bebida fría. Así que me hice una cervecita con Marcelo de vuelta al hostel y bajo una tormenta que nos acompañó en el último tramo. Tuve que esperar, una vez ya en el hostel, a que amainara el temporal para empezar a montar de nuevo la tienda. A la noche también cayó algo de lluvia, pero por suerte no llegó a poner a prueba mi tienda Made in China. También hice yo por evitarlo, ya que siempre buscaba un lugar cubierto por algún árbol y a poder ser con un poco de pendiente. En cuanto al colchón, completamente acoplado a él, aunque cada noche tenía que hincharlo para que aguantara las horas de sueño. Diana y Chris me comentaron sobre la visita que hicieron antes del Okavango Delta a un desierto de sal situado entre Maun y Kasane, concretamente había que parar en Nata. Este lugar conocido con el nombre de Makgadikgadi Pans (sartén) está situado dentro del parque nacional llamado Makgadikgadi & Nxai National Park.