Unos de los trabajadores de la Hacienda cafetera San Alberto. (Buenavista, Quindío). Para poder apreciar en su justa medida una taza de café colombiano, es muy importante conocer el trabajo y el esfuerzo de muchísimas personas que aseguran la calidad del producto final para los consumidores en todo el mundo. La unión de estos esfuerzos ha permitido construir, con el paso de las décadas, un sistema de respaldo al producto que se ha constituido en una garantía de calidad, difícilmente replicable por cualquier otro origen de café en el mundo. Los procesos de selección comienzan desde la investigación sobre variedades y formas de cultivo que llevan a cabo los científicos del centro de investigación Cenicafé, probablemente el más avanzado en su género en el mundo. La gente del café en Colombia, es decir más de 500,000 familias productoras de café en el país reciben la información de Cenicafé y la asesoría para asegurar la calidad de su cultivo a través del servicio de extensión de la Federación Nacional de Cafeteros.