Monumento a los muertos del hambre situado a los pies del funicular que lleva hasta el mirador de Petrín.  Muro del Hambre Se trata de una pared que, atravesando el parque, se extiende casi desde el río Moldava, a la altura de la estación Ujezd donde se encuentra el funicular, hasta el Monasterio Strahov.  ¿Por qué tiene ese nombre? Ciertamente no devoraba a los transeuntes ni nada por el estilo... Este muro fue construido en tiempos de Carlos IV, entre 1360 y 1362, cuando una hambruna afectaba seriamente a la ciudad. El emperador decidió ampliar las fortificaciones defensivas al sur de Malá Strana, empleando especialmente a los más pobres y proporcionándoles a cambio comida para ellos y sus familias. La Colina Petrin se eleva hasta alcanzar los 327 metros al sur de Malá Strana. En otros tiempos proveía de las piedras necesarias para la construcción de casas y monumentos en la ciudad; actualmente, sus laderas forestadas y adornadas con jardines proporcionan un espacio muy agradable para pasear disfrutando de las mejores vistas sobre Praga y el río. El más reciente de sus jardines es un precioso rosedal que data de 1931, un espacio muy bonito para visitar en las estaciones más cálidas. Los praguenses disfrutan mucho del parque Petrin; cada estación lo "viste" de colores y sensaciones diferentes. Aún en invierno, la gente se llega para pasear por sus avenidas respirando el aire más limpio y puro, o para que los niños disfruten de los juegos en la nieve. También puede ser la ocasión de interesarlos a la astronomía llevándolos de visita al planetario.  Se puede ir hasta la cima a pie, observando las ardillas que aparecen por todas partes, o bien tomar el funicular en la parada de tranvía Ujezd. Bajando en la primera parada se puede ir al restaurante Nebozizek y admirar las vistas de la ciudad mientras se disfruta de una buena comida. Markéta Lehecková.