La catedral de San Vito (Chrám svatého Víta o Katedrála Svatého Víta, en checo) es un templo dedicado al culto católico situado en la ciudad de Praga (República Checa). Forma parte del conjunto artístico monumental del Castillo de Praga y es la mayor muestra del Arte gótico de la ciudad. Desde 1989 está dedicada a San Vito, San Venceslao y San Adalberto. Ha sido el escenario de la coronación de todos los reyes de Bohemia y en ella se encuentran también enterrados todos los santos obispos y arzobispos y un buen número de reyes. La catedral, aunque católica, es de propiedad estatal desde el inicio de su construcción en el siglo XIV. La catedral de San Vito es el símbolo de Praga y de toda la República Checa, tanto por su historia tempestuosa como por su valor artístico. Fue la culminación de las reivindicaciones de los reyes de Bohemia que quisieron convertir la diócesis de Praga en arzobispado. La primera piedra fue colocada el 21 de noviembre de 1344 por el arzobispo de Praga, Ernesto de Pardubice, en presencia del rey Juan de Luxemburgo y de sus hijos, Carlos (futuro Carlos IV de Bohemia) y Juan. Se erigió en el mismo solar en el que antiguamente se hallaban una rotonda románica y una basílica dedicadas, asimismo, a San Vito, de las que todavía quedan restos. El proyecto fue diseñado por el arquitecto francés Matias Arras, que se inspiró en el inicial arte gótico francés, tomando como modelo las catedrales de Toulouse y Narbona. De hecho, la catedral de San Vito es una de las últimas muestras importantes, de esta corriente artística. Peter Parler sucedió, en 1356, al arquitecto Matías Arras después del fallecimiento de éste, aunque transcurrieron unos años sin que fuera dirigida por ningún maestro de obras. Más tarde la construcción sería dirigida por los hijos de Peter Patlér, Jan y Václay. Estos nuevos arquitectos imprimieron a la catedral un estilo inspirado en el gótico alemán pero dándole, asimismo, su impronta personal, puesta de manifiesto en el coro, la capilla de San Segismundo y la sacristía que fueron terminadas por ellos. De esta época cabe destacar las complejas bóvedas, sólo comparables a las de las catedrales inglesas.