Candados en el Puente de Carlos.  El Puente de Carlos nunca dejará de fascinar a los pintores, fotógrafos y poetas que le halagan en sus obras. Cuando los primeros rayos del sol tocan su suelo adoquinado e iluminan las macizas torres góticas en los dos extremos, difícilmente buscarías un lugar más romántico. Con la imponente silueta del Castillo de Praga de fondo y la galería de las estatuas barrocas en sus laterales, no es de sorprender que pertenezca a los lugares más bellos de Europa. Una de las numerosas leyendas cuenta que la construcción del Puente de Carlos fue inaugurada por el rey checo y emperador romano Carlos IV exactamente en el año 1357 el día 9 del mes 7 a las 5 horas 31 minuto. La razón fue la favorable constelación del Sol y Saturno y el hecho de que esta fecha corresponde a la línea de números impares del uno a nueve y viceversa. Tal vez la mágica combinación de números 1-3-5-7-9-7-5-3-1 le proporcionó al puente su resistencia, hermosura, y la admiración de los millones de visitantes de todo el mundo. Otra de las leyendas cuenta que a la masa con la que se unían las piedras para la construcción del puente se añadirían huevos, vino y leche. Todo esto tenía que proporcionar al puente una perfecta estabilidad a los largo de los siglos. Al Puente de Carlos puede entrar por la parte de la Ciudad Vieja o Malá Strana. La entrada desde la Ciudad Vieja es custodiada por la Torre de la Cuidad Vieja que con su decoración de piedra figura entre a las torres más hermosas del mundo. No se olvide de subir y disfrutar de la preciosa vista del puente de 516 m y la vista panorámica de la Praga de las cien torres. Inmediatamente después de pasar por la torre le espera una galería barroca al aire libre.