Monitor para vuelos en tandem. Parapente en Tierra Negra. Venezuela.  El viento soplaba con fuerza, o eso era lo que a mi me parecía. Al menos seis personas nos sujetaban a tierra firme para que no pudiéramos salir volando en un momento inapropiado. Mientras, el aire intentaba arrancarnos del suelo para llevarnos junto a él.     “Ya te puedes sentar y ponerte cómodo” me dijo Oswaldo, “el despegue ha sido todo un éxito”. El cielo estaba cada vez más borracho de nubes y yo me afianzaba con fuerza a las cuerdas. Las vistas desde allá arriba eran todavía más espléndidas que desde donde habíamos iniciado el vuelo. Entrábamos y salíamos de las nubes como si de un espejismo se tratara.   Mientras planeábamos por el aire otros parapentes se cruzaban en nuestro camino, era como si se tratase de una carretera aérea. Me sentía embrujado por el entorno y aquella sensación de pavor que había tenido momentos antes del despegue se había convertido en fascinación y admiración. No tenía ganas de descender, juro que me hubiese quedado horas y horas imitando el vuelo de las aves en ese poético cielo venezolano.  A unos 40 minutos de la ciudad de Mérida se encuentra un lugar muy atractivo denominado Tierra Negra. Dicho asentamiento es una zona árida, rodeada de montañas, con una vista privilegiada y vientos que están a la espera de los cientos de parapentes guiados por expertos profesionales y por aquellos que quieren vivir esta experiencia. Mérida ha tomado el carácter de ser la capital del parapente en Venezuela, debido al historial que  tiene Tierra Negra y  el  clima, el cual permite  los vuelos todos los días del año de una manera segura y gratificante.