Bailando el Hula, música tradicional hawaiana. Polynesian Cultural Center. O’ahu. Desde entonces, muchas cosas han cambiado en estos cuatro kilómetros de arena blanca. En verdad, ya partía con una idea preconcebida de lo que esperaba encontrarme, y en cierta manera y a primera vista, todo parecía darme la razón. Gigantescos hoteles acristalados compitiendo por alojar los miles de turistas occidentales que llegan en tropel cada día, ya sea en avión o en crucero, como viaje de novios o para celebrar el fin de año, cualquier excusa es buena para venir a la playa más fashion del planeta. En la arena, los occidentales se tuestan al cálido sol, mientras los turistas orientales prefieren los cursos de surf o navegar en barcos de vela.