El trance, momento en el que los espíritus Iwa se introducen en el cuerpo de los sacerdotes, es una tónica habitual entre los participantes en el festival y no es extraño observar a personas poseídas que se dejan caer por el torrente de agua, con los ojos en blanco y con movimientos espasmódicos. El vudú ha sido un fuerte referente para la cultura popular, debido a la atribuida capacidad de los bokor para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho (zombies), así como la de provocar la muerte a voluntad. De igual interés popular han resultado otros elementos folclóricos como las muñecas vudú. Existe una amplia literatura y filmografía al respecto, que tiende a deformar y demonizar lo que hoy por hoy es la religión de más de 40 millones de personas en todo el mundo.